Un documental y una exposición recuperan a Jacques Léonard, que dignificó con su cámara a los calés de Barcelona
JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS
Galante, pulcro, educado y muy reservado. Tanto, que los hijos del fotógrafo Jacques Léonard (París, 1909-L'Escala, 1995) conocieron a su padre una vez fallecido, cuando descubrieron, junto a 18.000 negativos, un cuaderno donde relataba su infancia y juventud y explicaba cómo había viajado por medio mundo y desvelaba algunos de sus secretos. Hasta entonces su padre había sido "el payo Chac", un enigmático francés establecido en Barcelona en 1950 tras casarse con su madre Rosario Amaya, una guapa gitana prima de la bailaora Carmen, perteneciente al clan de los Amaya que vivía en las barracas de Montjuïc. Durante 20 años, Léonard se ganó la vida fotografiando entre semana comuniones y bodas de la burguesía barcelonesa, mientras los fines de semana dirigía su objetivo a la vida cotidiana que protagonizaban los familiares, amigos y vecinos de su mujer: sus fiestas, oficios, bodas o ritos religiosos, como ningún otro lo había hecho hasta entonces. El documental Jacques Leonard, el payo Chac que se estrenó en Barcelona y Madrid sus imágenes, recuperan y ponen luz a este fotógrafo casi desconocido.
Santiago y Àlex depositaron en 2009 el material que encontraron en el trastero de su padre en el Archivo Fotográfico de Barcelona (AFB). "El material era sobre todo de Barcelona", asegura Àlex emocionado por la importancia que está tomando su padre tras años de olvido. De todos los negativos, unos 3.000 en blanco y negro correspondían a imágenes de gitanos que clasificados en carpetas rotuladas con: "Rosario", "Boda del Buzo" o "Velatorio de la Chicharra", dan a entender el carácter doméstico de su trabajo. "Ese es su valor. Como marido de Rosario se le abrieron las puertas de las barracas y los gitanos aparecen de igual a igual, sin los tópicos que reflejaron otros autores que utilizaron criterios paternalistas", explica Jordi Calafell, comisario de la exposición del AFB y que no duda en calificar el fondo como el más importante de temática gitana de la década de 1950 y 1960, en incluso de todo el siglo XX. "Su trabajo dignifica la cultura gitana, y quizá eso es lo que ha hecho que nunca haya tenido visibilidad", escribe Calafell en el catálogo que ha editado La Fábrica para la exposición.
Junto al libro manuscrito y los negativos, los hijos de Léonard también encontraron otro manuscrito, de unos 700 folios, titulado Les gitans. Les Quatre fers en l'aire que la editorial Plon de París le encargó para la colección de antropología Terre Humaine. "La editorial le adelantó hasta 250.000 pesetas, pero un cambio en la dirección hizo que el proyecto no llegara a su fin", explica Santiago. "Aunque nunca le reclamaron el dinero", puntualiza.
El documental, que puede verse en los cines Alexandra, está dirigido por Yago Leonard, nieto de Jacques, y producido por Curt Ficcions. La película es un flashback en el que el espectador mediante imágenes, entrevistas y el propio relato del fotógrafo, descubre su apasionante vida y más de un secreto guardado, secretos que ayudarán a entender por qué, habiendo nacido en una familia acomodada francesa, Leonard supo adaptarse a la inestable vida gitana de la Barcelona de la posguerra.
En octubre el Instituto Francés de Barcelona expondrá sus imágenes sobre la peregrinación gitana al monasterio de Santes Maries de la Mar, en la Camarga francesa, y Jesús Ulled prepara la biografía a partir del material. Quizá, entonces, el fotógrafo de los gitanos desvele todos sus secretos.
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