Henri Cartier-Bresson fotografió a trabajadores y aristocracias por igual, animados en movimiento
Cantina Henri Cartier-Bresson para trabajadores del edificio del Hotel Metropol. Moscú. Unión Soviética. 1954. © Henri Cartier-Bresson | Fotos de Magnum Licencia
El baile es íntimo: el movimiento del cuerpo con la música, la conexión física y emocional entre dos personas, el baile puede permitir a las personas generalmente introvertidas transmitir la más mínima emoción y expresarse a diferencia de cualquier otra cosa. La emoción y el movimiento son evidentes en el trabajo de Henri Cartier-Bresson . Famoso por su fotografía callejera, especialmente de niños, en estados naturalistas, su trabajo comunicaba una sensación de energía y flujo cinético, como un baile en movimiento. Aparentemente, sus sujetos nunca detenían sus actividades, ni siquiera para él. Sus fotografías de bailes de salón son un ejemplo fascinante.
Al igual que los surrealistas en cuyo círculo se movió, Cartier-Bresson tenía un ojo para lo inusual y lo extraño, inyectando lo maravilloso en los detalles más pequeños. En palabras del historiador del arte Peter Galassi, los surrealistas "vieron que las fotografías ordinarias, especialmente cuando son desarraigadas de sus funciones prácticas, contienen una gran cantidad de significados imprevistos e impredecibles". Nueva York o los trabajadores de la Unión Soviética bailando en su cantina, Cartier-Bresson siempre aplicaba el mismo ojo agudo y detalles íntimos. Cada imagen, cada momento de baile, presenta una conexión emocional entre las personas.
TEORÍA & PRÁCTICA Henri Cartier-Bresson: Principios de una práctica
En la imagen de Queen Charlotte's Ball de 1959, la cámara captura una escena desde arriba de la pista de baile. Un baile anual de debutantes que tuvo lugar en Londres desde 1780 a 1976, y que resucitó a principios de la década de 2000, la función sirvió para 'promover' a mujeres jóvenes de alto rango social y para celebrar sus lugares como adultas recientemente reconocidas en la alta sociedad. La escena de Cartier-Bresson atrae nuestra mirada hacia el voluminoso tafetán de los vestidos de las mujeres jóvenes que se mueven mientras giran al ritmo de la música, las colas del traje de sus parejas imitan su movimiento. La escena está viva, llena de posibilidades para las mujeres en la escena para quienes el baile es un ritual social que señala sus próximos pasos hacia una nueva etapa de la vida.
ARTE Y CULTURA El ojo de la mente Henri Cartier-Bresson
Henri Cartier-Bresson Una pelota de corte en el Palacio Real. Asistieron el rey Baudoin, su padre, el rey Leopoldo III con su esposa, la princesa Liliane de Rethy, el príncipe Alberto de Lieja, el hermano del rey, la princesa Beatriz (...) Licencia
"Cada imagen, cada momento de baile, presenta una conexión emocional entre las personas".
En otra imagen, vemos una escena de la cena dentro del Palacio de Chaillot, donde se celebra el Bal des Petits Lits Blancs anual. Una invitada parece estar sirviéndose a sí misma y a su acompañante, un camarero obediente que sostiene la bandeja de carne y verduras sobre su hombro. Aunque no vemos bailar, Cartier-Bresson ha capturado la vida y el movimiento en la escena: los camareros que sirven a sus invitados mientras se mueven de la mesa a la cocina, y el invitado que dirige a su compañero sobre qué bocados particulares desea de la reluciente plata. plato. Es un momento de acción, de personalidades emergentes, bullicio y movimiento en el fondo. No es un baile en el sentido tradicional, sino de los servidores que navegan por las mesas, bailando a través del marco. Cartier-Bresson ha demostrado que bailar no siempre se limita a la pista de baile.
Aunque este es un momento ocupado, también hay momentos más tranquilos de introspección. Una joven pareja en un baile de debutantes en Nueva York baila con sus cuerpos apretados, sus movimientos pequeños, la sonrisa discreta en el rostro del joven debutante, como si presenciamos un momento privado de introspección. Otra joven está presente, ligeramente borrosa en el fondo, su expresión facial más abierta y exuberante. Es un momento hermoso que destaca la conexión entre la pareja.
ARTE Y CULTURA Los europeos Henri Cartier-Bresson
"... estamos mirando algo secreto, somos observadores invisibles, pero una vez más no parece una invasión".
Henri Cartier-Bresson Unión Soviética. Tashkent Uzbekistán 1954. © Henri Cartier-Bresson | Fotos de Magnum Licencia
Cartier-Bresson era un artista de personas, y tanto si estaba grabando a los ricos y aristocráticos en los palacios europeos como a los trabajadores de la Unión Soviética ensayando para una competencia de baile, su agudo ojo y su delicadeza de detalles trataban a todos los temas por igual. Su fotografía de trabajadores en Estonia ensayando para su campeonato de danza demuestra lo que continúa haciendo su arte tan especial: personas que se expresan aparentemente sin interrupción. El encuadre de la foto, los vemos a través de la puerta, hace que parezca que estamos mirando algo secreto, que somos observadores invisibles, pero una vez más no parece una invasión. La mujer, inmersa en el baile, levantó los brazos y su compañero la guía por el suelo. Fuera de la sala, las sillas plegables de acero están alineadas y una cita de Lenin en letras grandes: "meie oleme tuleviku partei tulevik aga kuulub noortele ”- se puede ver en la pared. "Somos el futuro de la fiesta", dice, "sin embargo, el futuro pertenece a los jóvenes". Sirve para enfatizar cómo la danza puede funcionar a nivel político y social: estos trabajadores están muy lejos del palacio y el salones de clase alta. Donde una vez el salón de baile era el baile para la nobleza y la gente para los trabajadores, los límites pueden romperse; bailar puede trascender estos estigmas sociales.
ARTE Y CULTURA En Vacances: las primeras vacaciones francesas pagas Henri Cartier-Bresson
Henri Cartier-Bresson Entrenamiento para el campeonato de danza. Industria de celulos. Tallin Estonia. Unión Soviética. 1973. © Henri Cartier-Bresson | Fotos de Magnum Licencia
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