Creo que se llamaba Ramón. Unos 70 años. Ojos claros. Marcado acento mexicano, pero con la ciudadanía norteamericana en el bolsillo desde los años sesenta. Entonces conseguir papeles se ve que no era un calvario, como ahora. Excepto si dispones de 500.000 dólares y montas un negocio que emplee a diez estadounidenses. Entonces tienes acceso al denominado visado oro, lo mismo que sucede en Europa. “Tanto tienes tanto vales, no se puede remediar; si eres de los que no tienes, a galeras a remar”, cantaba El Último de la Fila.
Pasea por la calle principal de El Paso (Texas, EE.UU.), una avenida llena de tiendas que si no fuese por la frontera, empalmaría con la misma avenida de Ciudad Juárez (México). Ramón está indignado: “Este señor que está ahorita de presidente de Estados Unidos es una persona que se duerme hoy pensando qué daño va a hacer mañana”. Le pregunto si es peligroso cruzar la frontera de forma clandestina. Y entonces agarra el PM, un periódico de Ciudad Juárez, claramente sensacionalista por sus titulares cortos, con letras inmensas y escritas en rojo. Me muestra una página donde se puede leer: “Se ahogaron siete”. La foto, sin embargo, muestra a una familia que sí logró llegar a la otra orilla del río Bravo. Quince días más, otra foto da la vuelta al mundo y muestra el drama en toda su crudeza.
Ha pasado en el mismo estado de Texas, en la frontera entre Matamoros y Brownsville. Una niña salvadoreña que no llega a dos años, agarrada a su padre, metida dentro de su camiseta, en el que quizás fue el último intento por salvarla. Ambos acabaron ahogándose en el río Bravo. Boca abajo, posan involuntariamente para otra foto icónica. Es inevitable recordar la del niño sirio Alan (aunque inicialmente se le llamó Aylan), también boca abajo. A este paso vamos a acabar coleccionando fotos icónicas como quien colecciona cromos. Durante unos días nos rasgaremos las vestiduras, hasta que la foto caiga en el olvido, y al cabo de unos años vuelva a aparecer otra foto icónica que nos haga rasgar las vestiduras, hasta que vuelva a caer en el olvido, y así hasta el infinito.
O igual es que la foto es a nosotros a los que nos permite sobrevivir. La indignación que sentimos al verla nos hace sentir bien, no somos indiferentes a la tragedia, aunque sea por unos días. Actúa como un medicamento. Nos tomamos la foto cada ocho horas durante una semana, y parece que nos curamos de la indiferencia.
O igual otros utilizan la foto para decirles a los que quieren cruzar: “¿Veis lo que os espera si lo intentáis?”. Cada uno usa la foto como quiere. Lo que está claro es que los que menos partido le van a sacar son sus protagonistas. Pero sin foto no hay testigos, por eso es mejor tenerla que no tenerla, para que aunque sea sólo por ese instante en el que miramos la instantánea, no miremos hacia otro lado.
Hace meses que el Mediterráneo, que nos queda mucho más cerca que el río Bravo, se ha quedado sin testigos. Las políticas migratorias de la Unión Europea (no sólo de Salvini, que marca el paso) han ido bloqueando a las oenegés que patrullaban por la zona del Mediterráneo central. No sólo hacían labores de rescate. También eran nuestros ojos en ese agujero negro del mundo.
Ahora, nuestra conciencia queda a salvo cuando damos apoyo a heroínas como la alemana Carola Rackete, capitana del Sea Watch 3, que ha desafiado a Salvini llevando su barco de rescate cargado de personas a Lampedusa, donde ha sido retenido. O Òscar Camps, que ha levado las anclas del Open Arms para volver al Mediterráneo central, saltándose la prohibición gubernamental. Necesitamos activistas como Rackete o Camps que nos sacudan. Pero a quienes tenemos que sacudir es a nuestros representantes en Europa, que mañana se reunirán en Bruselas para repartirse los cargos tras las últimas elecciones europeas. Esa foto también debería hacernos reflexionar. Aunque salgan posando voluntariamente y nadie aparezca boca abajo.
En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, cuya finalidad principal es la de mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás.
La Agenda cuenta con 17 Objetivos, que van desde la erradicación de la pobreza y el hambre, hasta la paz y la justicia; pasando por la salud y el bienestar, la educación de calidad, la igualdad de género, así hasta 17. No obstante hoy me detendré sólo en uno de ellos, concretamente el número 11 cuyo objetivo es el de ciudades y comunidades sostenibles, ya que la mitad de la humanidad se concentra en ciudades, y seguirá creciendo en los próximos años, sin embargo las urbes ocupan solamente el 3% de la superficie terrestre.
En las ciudades el consumo de energía representa entre el 60 y el 80% del total, y las emisiones de carbono llegan al 75%, lo que hace de ellas un foco importante de contaminación, por las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye de forma importante a deteriorar la salud de sus habitantes.
Madrid lleva al menos 10 años sobrepasando los límites legales de dióxido de nitrógeno, que indica la legislación europea, y con buen criterio el Ayuntamiento elaboró un proyecto cuya finalidad era la reducción de los índices de contaminación atmosférica, principalmente con la reducción de vehículos en la zona centro, dando prioridad al transporte público. Una zona más habitable, donde los ciudadanos puedan pasear en un ambiente más saludable y donde otros medios de comunicación, como la bicicleta tengan mayor espacio.
En las ciudades el consumo de energía representa entre el 60 y el 80% del total, y las emisiones de carbono llegan al 75%, lo que hace de ellas un foco importante de contaminación, por las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye de forma importante a deteriorar la salud de sus habitantes
Las ciudades que debieran estar concebidas para el bienestar de las personas, en muchas ocasiones se proyectan para que puedan circular muchos coches, circulen con cierta rapidez y haya pocos atascos. Cuando se hace un proyecto con coherencia se rechaza porque lo han hecho otros y en lugar de procurar su mejora, si es posible, se elimina.
No hay ninguna justificación para esa decisión, porque tampoco ha disminuido la actividad comercial, como se pretende hacer creer, sino todo lo contrario, se ha incrementado, haciendo de la Gran Vía de Madrid una de las calles más transitadas de Europa.
El problema, en el fondo, viene del auge de los negacionistas del cambio climático, entre ellos Donald Trump, que a base de tergiversar los hechos científicos y sacar conclusiones que rozan el esperpento, están causando un daño irreparable, por su influencia en dirigentes con gran número de dioptrías, en su miopía política, como es el caso del nuevo alcalde de Madrid.
En Madrid la suspensión de facto, al suspender el sistema de multas a partir del 1 de julio, supone un claro retroceso, en la mejora de la calidad de vida de las personas y en la pretensión de hacer una ciudad más saludable. Aunque esta decisión pueda suponer, incluso, importantes multas de la Comisión Europea
La actividad económica, en los últimos 50 años, se ha desarrollado sin una planificación ordenada, el único objetivo era “pegar un buen pelotazo” y a la frase de “vive el momento”, se le añadía el apellido de “los que vengan atrás que arreen”, sin preocuparse realmente por los daños medioambientales que esa actitud está causando, y va a causar, en las generaciones futuras. En el fondo el rechazo a las medidas que procuran frenar el calentamiento global, se debe a la idea que estas medidas mermarán sus beneficios a corto plazo, y por tanto, el mayor rendimiento económico se obtiene con una actividad económica desenfrenada y sin control.
Estamos ante un retroceso catastrófico, al que es necesario poner freno, si no queremos lamentarlo.
La propuesta de despenalizar las terapias de reorientación sexual supone una grave amenaza para las libertades individuales cuya única respuesta aceptable es la negativa frontal de todas las formaciones políticas
“Puedes ser gay o puedes ser nuestro hijo” fue la amenaza que recibió Garrard Conley cuando sus padres descubrieron que era homosexual. Hijo de un pastor baptista y de una madre supeditada a las creencias de su marido, Conley ingresó con apenas 19 años en Love in Action (LIA), uno de los autodenominados “centros de conversión para homosexuales” donde aseguraban ser capaces de remediar su atracción sexual hacia los hombres.
Este tipo de prácticas son toleradas en 41 de los 50 estados de los EE.UU. (incluidos los más progresistas como Nueva York y Massachusetts) aunque están especialmente arraigadas en el llamado cinturón bíblico, en el extremo sudeste del país, donde la influencia de la iglesia anglicana durante la etapa colonial se ha extendido a nuestros días hasta el extremo de condicionar la vida social y política. En Arkansas, las Carolinas o Texas existen leyes específicas que impiden a los ateos ocupar cargos públicos.
Las terapias, por supuesto, no sirven de nada. Conley abandonó el centro con el apoyo de su madre y años después plasmó sus vivencias en un libro que fue llevado al cine por el director australiano Joel Edgerton (Boy Erased, 2018).
Las llamadas terapias de reorientación sexual llevan ejerciéndose desde finales del siglo XIX, y entre los tratamientos que se han practicado a la largo de los años figuran procedimientos tan aberrantes como la castración, la ablación del clítoris, la lobotomía o la extirpación quirúrgica de los ovarios.
Según cifras de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA en sus siglas en inglés), unos 700.000 adultos han recibido terapia de reorientación sexual y 77.000 jóvenes lo harán antes de alcanzar la madurez. Además de la APA, la Asociación Médica Estadounidense, la Asociación Psicológica Estadounidense o la Asociación Pediátrica Estadounidense han reiterado en numerosas ocasiones la necesidad de aprobar leyes federales para su prohibición.
En 2015 estuvo cerca de lograrse, tras el impacto que causó el suicidio de Leelah Alcorn, una chica transexual de 17 años natural de Ohio a la que un grupo de terapeutas religiosos empujó a la muerte. Al final todo quedó en agua de borrajas, debido a la oposición de las fuerzas vivas del Partido Republicano y a la influencia de los lobbies más conservadores, tan poderosos en los círculos políticos de Washington.
La situación en España no es muy diferente a la del país norteamericano. Solo cuatro Comunidades Autónomas prohíben expresamente las terapias que prometen “enderezar” a los homosexuales: Andalucía, Aragón, Valencia y Madrid, y a pesar de ello, también en estos territorios actúan de forma paulatina los centros y organizaciones que las ponen en práctica.
A principios de año, eldiario.es destapó que el Obispado de Alcalá de Henares celebraba cursos para “curar homosexuales”. Lo hacía en el Centro de Orientación Familiar Regina Familiae, un servicio dependiente de la diócesis alcalaína y con la tutela de una mujer que asegura ser bióloga pero que según el Colegio de Psicólogos de la Comunidad de Madrid no está colegiada, y por tanto, no puede impartir ningún tipo de terapia.
Un periodista del citado medio se hizo pasar por paciente y entre los factores que habían “provocado” su homosexualidad se hacía especial hincapié en la masturbación, la pornografía, el espiritismo o algún episodio traumático durante la infancia. “A lo largo del proceso de maduración personal ha habido relaciones, hechos, ausencias, sufrimientos, traumas, que han producido heridas en nuestro ser. Habrá complejos, carencias y experiencias que te han hecho estar buscando y comparándote con otros chicos”, afirma la pseudoterapeuta.
La Ley de Protección Integral contra la LGTBIfobia de la Comunidad de Madrid establece multas de hasta 50.000 euros para las responsables de ejercer estos cursos pero, hasta la fecha, la diócesis no ha sido merecedora de sanción alguna. La Conferencia Episcopal cerró filas en torno al Obispado, afirmando que se trataba de simples sesiones de “sanación espiritual”.
El panorama no vislumbra un horizonte esperanzador en el futuro más inmediato, debido a la irrupción de Vox como fuerza decisiva en varios parlamentos autonómicos. En la Comunidad de Madrid son imprescindibles para que el PP pueda seguir manteniendo la presidencia de la región tras 32 años de mandato, y es allí donde los ultraderechistas están siendo especialmente vehementes para la inclusión de sus propuestas más reaccionarias en el futurible acuerdo de gobierno.
Rocío Monasterio defiende la “liberad de los padres para ayudar a sus hijos”, un eufemismo con el que pretenden impulsar la despenalización de las terapias de reorientación sexual, además de eliminar hasta 16 artículos de las leyes autonómicas de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y de Protección Integral contra la LGTBIfobia y Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual.
No es la primera vez que el colectivo LGTBI está en el centro de la diana de la formación liderada por Santiago Abascal. Es más, la homofobia es uno de los ejes vertebradores de su discurso, con disparates como trasladar la festividad del Orgullo a la Casa de Campo o las declaraciones de Gádor Joya, parlamentaria en la Asamblea de Madrid, quien aseguro que si su hijo fuera gay “preferiría no tener nietos”.
La última polémica ocurrió esta misma semana cuando el nuevo alcalde de Madrid, el popular Martínez Almeida, anunció que la bandera del arcoíris luciría en la fachada del Ayuntamiento durante la festividad del Orgullo. “En Vox no nos metemos en la cama de nadie. Si Almeida quiere demostrar que Madrid respeta los derechos de todos, al margen de su orientación sexual, que cuelgue la bandera española, que es la de todos, no la de un lobby que odia a todo el que no piensa como ellos”, publicó la formación en su cuenta de Twitter.
La propuesta de despenalizar las terapias de reorientación sexual no debe interpretarse como otro disparate de los muchos a los que nos tiene acostumbrados esta camarilla de ultraderechistas tardofranquistas. Esto va mucho más allá de una simple ocurrencia de barra de bar, y el mero hecho de plantearlo supone una grave amenaza para las libertades individuales cuya única respuesta aceptable es la negativa frontal de todas las formaciones políticas.
PP y Ciudadanos descendieron al último escalón de la ignominia cuando pactaron acuerdos de gobierno con la ultraderecha, pero si además consienten que el fascismo vuelva a subyugar las orientaciones sexuales que no tienen cabida en sus estrechos márgenes de moralidad, quedarán desautorizados como fuerzas democráticas. Amar, sentir o follar con quien a cada uno le plazca no es una materia pública sobre la que el Estado pueda arrogarse el derecho a legislar.
Las terapias de reorientación sexual son también un legado de los regímenes totalitarios que asolaron Europa durante la primera mitad del siglo XX. Aunque la praxis ha sufrido modificaciones con el paso del tiempo, en esencia continúa siendo la misma perversión deshumanizante que implementaron los nazis en los campos de exterminio.
No existe un código de directrices a la hora de aplicarlas, pero desde la APA aseguran que lo más habitual es recurrir a técnicas que “recuerdan a las vistas en la película La naranja mecánica”. Como la terapia de aversión, un controvertido tratamiento psiquiátrico que consiste en exponer al paciente a un estímulo, al mismo tiempo que se le imprime un sufrimiento físico o psicológico, para que así relacione el estímulo, en este caso su orientación sexual, con el dolor.
Así lo experimentó el científico nuclear Samuel Brinton, que plasmó su calvario en las páginas de The New York Times: “El terapeuta dio instrucciones para que me amarraran a una mesa y me pusieran hielo, calor y electricidad en el cuerpo. Me obligaron a ver en un televisor vídeos de hombres homosexuales que se tomaban de las manos, se abrazaban y tenían sexo. Se suponía que asociaría esas imágenes con el dolor que estaba sintiendo para hacerme heterosexual de una vez por todas. Al final no funcionó, pero yo decía que sí solo para dejar de sentir dolor”. Otros han relatado como les suministraban drogas para provocarles el vómito mientras veían material pornográfico entre personas del mismo sexo.
El Consejo General de la Psicología en España advierte de las graves consecuencias que sufren las personas receptoras de las terapias de reorientación. A menudo desarrollan una sensación de aversión y odio hacia sí mismos, que suele derivar en episodios de autolesiones, depresión y suicidio.
El deseo sexual, recuerda la APA, forma parte de la naturaleza intrínseca del ser humano y cualquier intento por revertirlo o reprimirlo, especialmente en la niñez y adolescencia, es susceptible de condicionar negativamente el correcto desarrollo de la personalidad.
Además, no existe ninguna evidencia científica que avale su eficacia. Al contrario, un centenar de estudios demuestran que no se puede invertir la orientación sexual de una persona, y los que aseguran haberlo conseguido han alcanzado en realidad un estado de contención de la pulsión sexual que supone un riesgo para su estabilidad psicológica y emocional.
¿Recuerdan a Garrard Conley? John Smid, el terapeuta que le (mal) trató en Love in Action está ahora felizmente casado con un hombre y reniega abiertamente de la terapia de reconversión: “Hablé con él. Lo hice poco antes de acabar mi libro para así poder tomar perspectiva de mi experiencia en LIA. También lo entrevisté para mi podcast y vino al estreno de la película y nos ayuda continuamente con materiales”, asegura Conley en una entrevista con el diario El País.
Recuerdo que en los años de plomo, especialmente en Euskadi y Navarra, alguien aseguró que no necesitábamos más policía, que lo que realmente demandábamos con urgencia eran más psiquiatras. Creo que esa acertada frase se ha convertido en actual en estos nuevos tiempos.
Más Freud, más divanes, para una clase política a la deriva. Cambiar los expertos que asesoran a nuestros dirigentes por psiquiatras y psicólogos podría mejorar la calidad de nuestra deteriorada democracia.
Conozco a Otegi hace muchos años, hemos estado en orillas diferentes y confrontadas, a menudo muy confrontadas, tenemos diferentes ideas, especialmente sobre la cuestión identitaria, independentista, aunque también tenemos elementos en común y no me sale urticaria al decirlo
Quizás así podamos explicar las abruptas reacciones ante un episodio que nos ha convulsionado en los últimos días; la entrevista que el pasado martes TVE hizo al dirigente de EH Bildu Arnaldo Otegi y que ha activado la “caja de los truenos”.
En este país nunca hemos sabido tratar un tema tan delicado como el terrorismo con altura de miras. Ahora que se habla mucho del relato, no hemos sido capaces de tratarlo con sinceridad, generosidad, sin tapujos ni manipulaciones. Se ha utilizado como arma arrojadiza contra el “otro”, sin ni siquiera ver a ese “otro”. Así ha sido y no iba a ser una excepción en este caso.
Los que hemos vivido en las trincheras de primera línea de fuego esa larga y dolorosa experiencia, observamos entre perplejos y escandalizados como todo el mundo se permite hablar desde su mesa camilla sin pudor y lo que es peor sin conocimiento, de lo que tanto nos costó. A nosotros y a nuestras familias.
No sólo a hablar, también interpretar, opinar, describir en la mayoría de las ocasiones desacertadamente, como perfectos papanatas. Se ignora y manipula la verdad, los hechos y poca gente se atreve a exponer lo que realmente pasó sin miedo al linchamiento. Si te sales del guión establecido eres lapidado en la plaza pública. Falta coraje.
No suelo ser de los que se encoje, no lo hice con los “chicos” de ETA y sus gentes y no lo voy a hacer ahora con los de enfrente. Entremos pues en materia.
Conozco a Otegi hace muchos años, hemos estado en orillas diferentes y confrontadas, a menudo muy confrontadas, tenemos diferentes ideas, especialmente sobre la cuestión identitaria, independentista, aunque también tenemos elementos en común y no me sale urticaria al decirlo
Pero a pesar de ello le reconozco el trabajo que durante los últimos años ha hecho en el seno de la izquierda abertzale, para abandonar a ETA y su violencia estéril y conducirles hacia un funcionamiento democrático.
Algún día se escribirá la historia del final de esa violencia, los actores que en una y otra orilla hicieron posible la construcción de puentes por los que comunicarnos, pero existe una realidad incuestionable, que a ETA no sólo se la podía derrotar con los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, con la justicia y la colaboración internacional, elementos estos imprescindibles.
Otegi es el líder de un grupo político legal, legítimo, al que apoyan miles de ciudadanos vascos, con el que se puede y se debe hablar, negociar y pactar. Otra cosa es que algunos creamos que debería pasar ya a un segundo término, porque esa decisión sería beneficiosa de cara al futuro, pero ese es otro debate
Esos instrumentos eran necesarios pero sólo con la ayuda desde dentro eso se ha podido producir y ahí Otegi fue una figura imprescindible. Él y quienes con él impulsaron la iniciativa Bateragune en el seno de la IA. Fueron capaces en una hábil y arriesgada maniobra de engañar a la propia ETA y a un sector de su gente, para que se abandonara el apoyo a su violencia.
Sólo un dato ilustrativo. A veces miramos a Irlanda, a su terrible conflicto interno, pues allí el equivalente de Otegi, Martin Mc Guinness, fue co Primer Ministro de su gobierno con otro radical del otro extremo, Ian Paisley, como Primer ministro y se asumió con naturalidad desde la sociedad irlandesa y también británica.
Otegi es el líder de un grupo político legal, legítimo, al que apoyan miles de ciudadanos vascos, con el que se puede y se debe hablar, negociar y pactar. Otra cosa es que algunos creamos que debería pasar ya a un segundo término, porque esa decisión sería beneficiosa de cara al futuro, pero ese es otro debate.
Esos sectores han ganado hasta ahora la batalla del relato, por eso ahora se debe intentar corregir ese error, porque de lo contrario seguiremos acomplejados y acobardados sobre un tema tan complejo.
Durante mucho tiempo, soy testigo directo de ello, se habló con ETA, con la IA, estando gobiernos del PSOE y del PP. Se habló, se negoció, se acordó y no hay que tener miedo a decirlo, a contarlo todo, TODO, porque probablemente eso hizo que se evitara mucho más sufrimiento. La sociedad española tiene derecho a saberlo, a saber toda la verdad porque así tendrá una visión global, real y sincera de lo que ocurrió.
En fin.....durante muchos años, 29 exactamente, participé de manera activa en la construcción de esos puentes, al mismo tiempo que era víctima de ETA y su mundo.
Así, doce años tuve que soportar tener que ir acompañado por dos escoltas para que no me mataran y en dos ocasiones estuvieron a punto de hacerlo. Por eso puedo hablar desde el conocimiento y la legitimidad, porque lo hago desde el lado de las víctimas, no de los verdugos. ¿Dónde estaban en los años de plomo algunos de quienes ahora chillan?
Pero a pesar de ello no me dejo llevar por la rabia y mucho menos por la venganza. Durante esos años vi al “otro”, su sufrimiento también, analicé sus razones incluso las irracionales, me comuniqué, intenté puntos de encuentro para acabar con la sinrazón.
Allí me encontré con Otegi en el instante de su tránsito, también con otros de su orilla mucho antes, Patxi Zabaleta el primero, después Pernando Barrena, Joseba Permach…, por eso creo que la sociedad española tiene derecho a saber esa parte del relato y las gentes sensatas tenemos la obligación de ayudar a que sea así.
El escándalo montado con la entrevista a Otegi no tiene ningún sentido a día de hoy y sólo se puede explicar desde el intento de utilización espuria de los años de violencia sufridos, más por unos que por otros por cierto.
O el PSOE no se achanta y actúa de manera valiente en este asunto, o esa batalla del relato la perderá de manera definitiva.
Netflix ha pagado 3.146 euros de Impuesto de Sociedades en su primer ejercicio fiscal en España, una factura que equivale a la que tendría que abonar por el IRPF un trabajador con un sueldo de 24.000 euros al año.
A pesar de que el gigante de producción y distribución audiovisual opera en España desde 2015,la empresa tributaba con una sociedad holandesa hasta 2018, cuando Netflix creó dos sociedades en España que, en conjunto, declararon un beneficio neto de 9.439 euros, una cifra que dista de la grandeza de la multinacional.
La estrategia que Netflix ha utilizado esseguir facturando clientes españoles con la empresa holandesa, tal y como hacen Google, Amazon, Facebook y Apple; y que, a pesar de ser legal, evade una amplia cantidad para el Estado español.
A raíz de esta información, la compañía se ha puesto en contacto con laSexta para dar su versión de por qué paga tan pocos impuestos.
Su máxima es que "Netflix contribuye a la economía española de muchas maneras diferentes". La empresa defiende que están "invirtiendo millones en la industria del entretenimiento en España" y han "realizado una sólida apuesta en la producción de contenido español".
De igual manera, la compañía defiende que en 2018, "más de 13.000 actores, técnicos y figurantes trabajaron directamente en proyectos originalesde Netflix en España".
Además, sus proyecciones son que "más de 25.000 personas (incluyendo repartos, equipos y extras)trabajarán en las producciones originalesde Netflix en España en 2019".
"A modo de contexto, recalcar que pagamos el IVA españolsobre los ingresos de nuestras suscripcionesen España y que contamos con una sólida presencia profesional en nuestra sede Amsterdam", zanjan desde la empresa.
A Comisión de Centro do CHUAC denunciou "unha nova situación de colapso" no servizo de atención a Urxencias do complexo hospitalario, que consideraron "unha consecuencia directa" do peche de camas iniciado este verán.
Nun comunicado, advertiron de que este luns se repetiron imaxes doutros anos "de pacientes amontoados nos corredores" en condicións "que atentan contra a intimidade e a dignidade das persoas", todo por insistir en tomar este tipo de medidas a pesar das necesidades asistenciais "constantes" de camas de hospitalización.
A presidenta da Comisión de Centro, María J. Seijo, trasladou que pacientes ingresados tiveron que estar nos corredores do servizo desde o venres esperando o seu traslado a planta, e a propia Xerencia mantivo "bloqueadas as camas pechadas en medicina interna do Abente e Lago".
Esta situación vese agravada, ademais, polo "continuo desmantelamento da capacidade asistencial" de atención primaria, dado que ao non cubrir postos profesionais demóranse as citas e os pacientes acoden a Urxencias para ser atendidos.
"Esta Comisión esixe á Xerencia medidas urxentes, que se rectifique, inmediatamente o peche de camas nas unidades de hospitalización e mantéñanse dispoñibles todos os recursos para garantir a drenaxe de pacientes do servizo de urxencias ás unidades correspondentes", demandaron.
Analizamos dos cuadros flamencos con ayuda de un experto del Museo del Prado para comprender cómo surgió la pintura de género, aquella que se basa en representar escenas cotidianas
Se tratan dos pinturas, la primera de El Bosco y la segunda de Jan Sanders, que representan un mismo motivo: la extracción de la "piedra de la locura" por un pseudocirujano que curaba los pecados abriendo la cabeza de sus pacientes
La sala de El Bosco en el Museo del Prado es de las más concurridas. En ella, decenas de personas se agrupan en torno a los grandes trípticos y la Mesa de los Pecados Capitales, obras magnas del pintor holandés que conquistó al rey Felipe II. Pero no solo de El Jardín de las delicias y sus cientos de grotescos detalles se nutre su obra. A la izquierda de este cuadro, en un rincón alejado de la multitud que aguarda para recorrer de cerca el génesis, el paraíso y el infierno, se encuentra otro notablemente más pequeño que suele pasar desapercibido a pesar de su significativa importancia.
Se trata de La extracción de la piedra de la locura, un óleo fechado a principios del siglo XVI que supone un antes y un después en la historia de la pintura. "Este cuadro fue de los primeros en contar una historia, una narración popular con personajes comunes que se salen de lo religioso y lo mitológico", explica a eldiario.es Enrique Pérez, técnico del área de educación del Museo del Prado. Es así como nace la llamada pintura de género, aquella que deja de lado lo divino para centrarse en lo cotidiano.
Lo hace además centrándose en una práctica médica habitual a lo largo de la historia, tan frecuente como ir al dentista: la de una trepanación. Consistía en abrir un agujero en el cráneo para eliminar bultos que se podían producir por la acumulación de piedras minerales, similar a lo que ocurre con un cálculo biliar. Mediante la extracción se creía que no solo se acababan las dolencias mentales, sino que también se eliminaba el rastro de todo mal.
Esa es la razón por la que el cuadro de El Bosco es algo más que el reflejo de una escena cotidiana: es la crítica de una medicina ingenua y aprovechada, una senda marcada por el holandés a la que luego se sumarán otros pintores. Pero ¿qué historias se esconden tras los detalles de estas obras? Con ayuda de Enrique Pérez, ponemos la lupa en las dos "piedras de la locura" que se encuentra en El Prado: la de El Bosco y la de Jan Sanders van Hemessen.
'La extracción de la piedra de la locura' (1501 – 1505), de El Bosco
"Sin esta pintura no podríamos entender la Mesa de los Pecados Capitales ni los cuadros del artista holandés Pieter Brueghel el Viejo, que llegaron después", explica el experto en arte. Las inscripciones, los personajes e incluso los objetos extraños forman parte de un cuadro burlesco que va más allá de su valor estético o técnico. Como se ha mencionado, consiguió crear todo un género. Explorémoslo de cerca.
La flor de mi secreto
"La cuestión de la extracción de la piedra de la locura no era médica, y no debemos entenderlo así. Se utiliza como una metáfora sobre arrancar y extraer la flor, en este caso una flor del mal", apunta Pérez. La extracción, por lo tanto, no es de un bulto, sino del "demonio" que habita en el cuerpo del protagonista del cuadro y que queda de esta forma reducido a unos pétalos. Se saca la lujuria, pero también la ira, la soberbia y el resto de pecados capitales.
Otro aspecto que analizar es el detalle de la flor. ¿Es un tulipán? "No puede serlo de ninguna manera. El primer motivo es que no tenemos ninguna referencia de que existieran tulipanes en libros para ser copiados, como El Bosco hizo con los animales de El jardín de las delicias. El segundo, que el tulipán no llega a Europa hasta 1545 procedente de Turquía y no se empieza a plantar en Leiden (Holanda) hasta el 1595", afirma el historiador. La flor, por tanto, es una variante próxima, pero no un tulipán.
La cotidianidad que huele a pies
Esta es la máxima expresión de la representación de la cotidianeidad. El Bosco muestra una escena campesina con múltiples detalles que lo enfatizan, como los zuecos que están escondidos debajo de la silla del campesino. El objetivo entonces era hacer que el espectador se viera reflejado en una imagen corriente, una que podía ver en su día a día y que era trasladada a un cuadro. Pretendía ser un "reflejo" de la realidad, como se acentúa desde la propia forma redondeada. "Remite al círculo con inscripciones y unos lazos, como si fuera un espejo. Es como si estuviera reflejando la realidad para jugar con las sensaciones de quien lo contempla".
El gorro-embudo y la jarra colgandera
El "cirujano", si es que se le puede llamara así, es el ejemplo de la mala praxis y de la ignorancia. "Le pone un embudo en la cabeza, porque ese es un lenguaje que entendemos antes y hoy: está diciendo que es tonto", aprecia Pérez. Hasta la jarra de su cinturón apoya su necedad. "No se suele llevar ahí, porque no tiene sentido: se caería el líquido. Lo que sí se solía llevar en la cintura es la bolsa del dinero, algo que este no tiene. Esto apoyaría la tesis de que quien hace la operación es bobo como mínimo", añade el especialista.
Bobo con todas las letras
La escritura gótica flamenca no sirve solo de elemento decorativo: narra la historia dibujada. En la parte superior dice "maestro quítame pronto esta piedra", mientras que en la inferior continúa con "mi nombre es Lubbert Das". "Si nos remitimos al flamenco en el cual está escrito, Lubbert es un nombre despectivo. Es como llamarte "bobito". No es un insulto grave, pero es despectivo", explica Pérez.
Para qué leer cuando se puede posar
La mujer con actitud meditativa también habla de la ignorancia del pueblo. "Le pone un libro cerrado en la cabeza, el peor sitio en el que se puede sostener. Supone la anulación de la razón, atributo que representan el conocimiento real y científico", observa el especialista. No se sabe con exactitud si el personaje acompaña al campesino o forma parte del equipo médico, pero igualmente es alguien que consiente y apoya la operación como el fraile que se encuentra a su lado.
'El cirujano o La extracción de la piedra de la locura' (1550 - 1555), de Jan Sanders van Hemessen
50 años después del cuadro de El Bosco, el pintor belga Jan Sanders van Hemessen decidió representar el mismo motivo con alguna que otra diferencia. El cuadro, además, se encuentra curiosamente en una sala colindante a la del anterior, por lo que es muy fácil hacer una rápida comparación entre ambos. La temática presentada es la misma, pero en los detalles está la clave. De nuevo, hagamos zoom.
La mirada que te hace cómplice
Lo primero que llama la atención es la cercanía de la acción. "Mientras que en el otro teníamos una composición alejada, cuidada y mucho más tímida, aquí el impacto adquiere gran importancia. Gana movimiento e incluso agresividad", valora Pérez. Esto se contempla desde la propia mirada del protagonista, que observa directamente a los espectadores mientras llora de dolor y se ven sus lágrimas en detalle. "Aquí el personaje te mira directamente y te invade. Está tan encima de ti que ya formas parte de la pintura", considera el técnico de educación.
El gabinete del doctor Caligari
Un aspecto que se mantiene es el de la ignorancia de quien realiza la operación. "Con todo el daño y el sufrimiento que muestra el paciente, el curandero sonríe pensando que no va a pasar nada", advierte Pérez, que continúa destacando cómo el resto de los personajes colaboran impasibles al igual que ocurría en el cuadro de El Bosco. De hecho, en la parte derecha se puede ver a otro paciente que realiza estiramientos preparándose para sentarse en la silla, como si esperara su turno en una peluquería.
Se recomiendan cinco rocas de experiencia previa
La flor desaparece y lo que se ve aquí es una piedra de forma literal, tanto en la cabeza del enfermo como en la zona superior del puesto. Es un símbolo reputación médica, como "diplomas" que corroboran la buena maniobra de aquel doctor quitando eliminando estas dolencias. "Aquí son piedras de verdad y la flor ha desaparecido. Esa metáfora del bien y el mal se va diluyendo con el paso del tiempo y también con el desarrollo del conocimiento en el siglo XVI", contextualiza el historiador.
El Jan Sanders de marca blanca
En este caso se abandona el escenario rural y se sustituye por el urbano. Además, se aprecia una gran diferencia entre los sujetos en primer plano y los que están al fondo, lo que responde a algo muy probable: que el cuadro está dibujado por varios autores. "Esto es algo habitual en la época, porque los pintores maestros hacían las partes difíciles y los ayudantes se encargaban de las secundarias", señala Pérez.
Mientras que los bodegones del primer plano presentan un alto nivel de detalle propio de la pintura flamenca, la pincelada del fondo es más rápida y muestra unos contrastes de luces más violentos. "No tiene una lectura tan grande como la pintura de El Bosco, ya que esta abre el camino y aquí lo que se hace es recrear con variedades ese tema", concluye Enrique Pérez.
El Concello de O Barco apoya las reivindicaciones de los profesionales de Atención Primaria. Los grupos municipales del PSOE, Riada y BNG, han firmado un manifiesto para reclamar mejoras en el centro de salud, manifiesto que será presentado a la Administración sanitaria de la Xunta.
Observan con preocupación que, a pesar de las protestas del personal del Centro de Salud, respecto a las necesidades y recursos de personal y la organización del trabajo, las administraciones del Sergas y la EOXI de Ourense no dan respuestas satisfactorias a sus demandas entrando así en una espiral de conflictividad que afecta en el ámbito laboral, asistencial y en la población de la villa barquense.
Las organizaciones sociales y profesionales que suscriben el manifiesto, denuncian que la Atención Primaria sufre una situación de abandono, marginación y sometimiento a consecuencia de los recortes de recursos y del abandono de la promoción y prevención de la salud.
Los servicios del Centro de Salud como medicina familiar, pediatría, enfermaría, PACs, TCAEs, PSX, trabajo social, higienista, fisioterapeutas y odontología, entre oros, están sometidos a una situación de frustración profesional que califican de inaceptable debido, sobre todo a la sobrecarga de trabajo y precariedad laboral.
Las exigencias de los profesionales del Centro de Salud son:
• Incrementar el presupuesto de Atención Primaria hasta alcanzar el 25% del total.
• Recuperar las Gerencias de Atención Primaria en manos de los hospitales.
• Reponer e incrementar las plazas de todas las categorías profesionales y laborales perdidas por los recortes en los Centros de Salud y PACs, para acabar con la masificación de los Centros de Salud y garantizar la calidad de la atención.
• Recuperar el modelo de Equipos y Salud Comunitaria, incorporando a nuevos profesionales como psicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales etc. para garantizar una atención integral de la salud.
• Acabar con la precariedad laboral.
• Reducir la burocracia innecesaria.
• Establecer con claridad, y mediante lo acuerdo, la cartera de servicios de cada grupo profesional, para proporcionar una atención de salud integral. • Desarrollar instrumentos de participación social y profesional.
Consideran que en esta estrategia se deberían involucrar los Sindicatos, todo el personal de los Centros de Salud, sus organizaciones representativas y la población. Estiman que para alcanzar estos objetivos es necesario combinar medidas de presión y de negociación: los sindicatos en las Mesas Sectoriales y los colectivos sociales y profesionales en el Consejo Técnico de Atención Primaria de Galicia.
El Consejo deberá ser el órgano donde analizar, debatir y aprobar los cambios en la Atención Primaria con la creación de comisiones especificas y un tiempo de trabajo concreto de las mismas.
La gravedad de la situación y la urgencia exige que la Administración convoque la estos organismos y los dote de una auténtica capacidad para negociar y llegar a acuerdos. En caso de que esto no sea así, se comprometen a acordar las medidas de movilización y presión laboral y ciudadana que sean necesarias.
“Al personal se le exige cada día mayor esfuerzo para que la población sea atendida”, explican. En el caso de los profesionales médicos —de Familia, Pediatras—, entre las jubilaciones y y bajas no cubiertas, hay días y semanas donde las consultas se disparan para el personal médico, de modo que se suman a su agenda de pacientes la de otros no cubiertas, que se traduce en multiplicar el número de pacientes y falta de tiempo para brindarles la atención que precisan.