En tu casa puedes hacer lo que quieras, pero en la escuela de todos, tus hijos tienen que ser educados en el respeto a todas las personas sin distinción
Tus hijos no son tuyos ni del Gobierno, pero el Estado es el responsable de darles un programa educativo pactado por los poderes públicos y la comunidad docente
Javier Gallego
Vox, con la inestimable colaboración del PP y de Ciudadanos, nos ha colado otra polémica que no existía: el veto parental educativo, la posibilidad de que los padres censuren la participación de sus hijos en las clases de educación en valores. Quieren impedir que les hablen de violencia de género, derechos LGTBI o respeto a los migrantes, no vayan sus niños a hacerse maricas, feminazis y ciudadanos solidarios. Por ahora lo han aprobado en Murcia y quieren hacerlo en Andalucía y Madrid, donde Vox también tiene a PP y Cs cogidos por los presupuestos. Casado lo apoya y los naranjas dicen una cosa y la contraria. Luego se extrañarán de que les veten a ellos en las manifestaciones del Orgullo Gay.
Lo han llamado "pin" como el número que bloquea en la televisión el contenido inadecuado para menores, como si la igualdad entre géneros o la libertad sexual fuera comparable a la pornografía. Asqueroso. Igual que esconden a los adolescentes extranjeros sin familia bajo el nombre de "menas", aquí esconden su intolerancia disfrazándola de liberalismo. Los reaccionarios llaman liberalismo a decidir dónde contaminan con su coche o cómo intoxicar de odio las aulas. No es liberal sino todo lo contrario imponer el veto de una minoría a los valores democráticos universales de la mayoría.
Digámoslo claramente. Ni pin ni pon, es un veto facha contra la igualdad. Un Permiso Integrista Nacionalcatólico, como lo ha bautizado Antonio Maestre, que también podrían aplicarlo islamistas radicales, creacionistas que niegan la evolución o negacionistas del Holocausto y del cambio climático. Afortunadamente, los fanáticos ignorantes no elaboran los planes de estudios. A menos que dejemos que empiecen a hacerlo. En tu casa puedes hacer lo que quieras, pero en la escuela de todos, tus hijos tienen que ser educados en el respeto a todas las personas sin distinción, como recogen la Declaración de los Derechos Humanos o la Constitución que tanto citan sin conocerla estos constitucionalistas de pega.
Eso no quiere decir que los hijos sean del Estado, como brama esta derecha que defiende que los niños pertenecen a los padres pero el feto es independiente de la madre. Los niños no son de nadie, no son propiedades, ni siquiera si los obtienes por gestación subrogada, lo ha dicho hasta el Papa. Tú sólo tienes la custodia pero son sujetos de pleno derecho. Y entre sus derechos y tus obligaciones, está proporcionarles una educación reglada. Tus hijos no son tuyos ni del Gobierno, pero el Estado es el responsable de darles un programa educativo pactado por los poderes públicos y la comunidad docente.
Eso es lo que hay detrás de este veto: quieren imponer su propio programa, como ya han hecho en Andalucía, donde han metido el estudio de los toros y la caza en las escuelas. No se puede permitir que le den más cornadas a la educación ni que vayan a la caza de los que no son como ellos.
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