Pedro J. Ramírez, director de 'El Español', diario que ha publicado la noticia 'El concejal Zapata contrata como asesora a la pareja con la que abortó'.
Estamos presenciando día tras día los burdos intentos de la caverna mediática -o siendo más precisa, de los medios cavernícolas- para desprestigiar a la gente que ocupa en estos momentos cargos públicos en el ayuntamiento de Madrid.
Gentes que tienen un pasado (espero que también un presente y un futuro) de militancia activa, desobediente. Porque desde el 15 M aprendimos a defendernos desobedeciendo, cuestionando abiertamente fórmulas heredadas que sustentan una democracia en la que no nos sentíamos incluidas. Hemos okupado, parado desahucios, acudido, convocado y difundido manifestaciones no autorizadas, firmado comunicados, hecho adhesiones en pro de libertades, nos hemos autoinculpado de hechos injustamente condenados, acciones que rozaban la ilegalidad porque las leyes del sistema se han ido blindando cada vez más contra la protesta de sus gentes, para mantener en el poder a una clase política y económica impregnada o connivente con la corrupción y ciega a las desigualdades sociales crecientes.
Zapata fue el primero con el que los medios cavernícolas
inauguraron esta fórmula periodística(por llamarla algo), y el recién estrenado Gobierno de unidad popular de Madrid no reaccionó bien
inauguraron esta fórmula periodística(por llamarla algo), y el recién estrenado Gobierno de unidad popular de Madrid no reaccionó bien
Una parte de esa ciudadanía rebelde decidió en junio de 2014 asaltar las instituciones, entrar para desde dentro cambiar las cosas. Es importante que los Ayuntamientos del cambio no olviden que sus gentes, las que son ahora concejalas y concejales, asesores y asesoras, han estado allí, y espero que quieran seguir estando. Nada más gráfico para expresar esto que la imagen que cundió por las redes el día 25 de mayo de Ada Colau en una acción protesta siendo arrastrada por un policía antidisturbios con la leyenda “deje que la ayude a levantarse, Sra. Alcaldesa”. Repito, es importante tener esto siempre en mente y no perderlo de vista, porque lo que está haciendo la derecha mediática, con mucha habilidad, es obviar esto, descontextualizar las luchas que llevamos a nuestras espaldas y presentarlas como actos aislados, ilegales, antisistema. Nos están ilegalizando mediáticamente, obviando las causas por las cuales se han realizado esas luchas, destacando solo la acción que en ocasiones sabemos ha podido ser altamente disruptiva, precisamente porque perseguía el propósito de ser un revulsivo potente para poner la atención sobre la causa. Si esos medios supuestamente periodísticos obvian la causa, se quedan sólo las acciones disruptivas.
Zapata fue el primero con el que los medios cavernícolas inauguraron esta fórmula periodística (por llamarla algo), y el recién estrenado Gobierno de unidad popular de Madrid no reaccionó bien. Les pilló de sorpresa que actos militantes pudieran ser usados en nuestra contra. Pero ya van muchos ataques de esta índole y deberíamos estar aprendiendo respuestas.
Con Zapata han seguido -porque el objetivo de esta nueva campaña de desprestigio mediático es él-, pero esta vez se llevan por delante -como si fuera un daño colateral- a una mujer, que por lo visto sólo les vale como arma arrojadiza contra Zapata.
Me pregunto qué pasaría si invirtiéramos géneros y el concejal fuera concejala y la asesora asesor; ante los mismos hechos, ¿cuál hubiera sido el titular?
Pero resulta que Nuria también es parte de esas gentes que militaban, desobedecían, participaban, creaban y participaban para que el cambio por el que tanto hemos trabajado haya sido y esté siendo posible. Una parte muy activa. Y desde esa militancia es desde la que supongo decidió escribir el artículo en el que ambos denunciaban las consecuencias que podrían suponer para miles de mujeres en nuestro país la amenaza del PP de cambiar la Ley, restringiendo aún más la libertad de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y su reproducción. Fue un acto, bajo mi punto de vista, de mucha valentía, al expresarlo en primera persona.
Pero resulta que Nuria también es parte de esas gentes que militaban, desobedecían, participaban, creaban y participaban para que el cambio por el que tanto hemos trabajado haya sido y esté siendo posible. Una parte muy activa. Y desde esa militancia es desde la que supongo decidió escribir el artículo en el que ambos denunciaban las consecuencias que podrían suponer para miles de mujeres en nuestro país la amenaza del PP de cambiar la Ley, restringiendo aún más la libertad de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y su reproducción. Fue un acto, bajo mi punto de vista, de mucha valentía, al expresarlo en primera persona.
Nuria podría haber ido en la lista de concejales y concejalas con la misma probabilidad con la que iba el resto. Es asesora de Guillermo por los mismos criterios por los que podría haber sido cualquiera de las que hemos estado implicadas a tope en este proceso, que reuniese unas competencias para gestionar y que tuviese su confianza. ¿Con qué criterios nombra el resto de partidos al personal de confianza? Recordemos que esta figura es legal y tiene presupuesto asignado para todos los partidos políticos que tienen representación en las instituciones públicas.
Poco importa todo esto a la caverna mediática, importa la deslegitimación de Zapata, y como fin último, del Gobierno del Ayuntamiento de Madrid. Para demostrar que todos somos iguales. El argumento de “ser pareja de” (o expareja, en este caso) es de uso casi exclusivo en este tándem: intento de deslegitimar en el poder al hombre, invisibilización de capacidades profesionales como daño colateral a la mujer. A nosotras, en estos casos no se nos intenta cuestionar por lo que estemos haciendo, sino por si somos válidas o no para estar donde estamos. Me pregunto qué pasaría si invirtiéramos géneros y el concejal fuera concejala y la asesora asesor; ante los mismos hechos, ¿cuál hubiera sido el titular? La noticia habría pasado a ser sin duda el cuestionamiento a la libertad de la mujer sobre su cuerpo.
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