venres, 28 de febreiro de 2020

Feijóo lo vuelve a hacer: esconder las iniciales del PP y potencia su retrato

Desde 2009, el 'popular' sigue el mismo patrón y se presenta como el protagonista de la publicidad electoral


Cartel electoral del PP de Galicia de cara a las elecciones del 5 de abril
Cartel electoral del PP de Galicia de cara a las elecciones del 5 de abril
JAVIER PARDO 

Feijóo lo ha vuelto a hacer. El presidente regional ha vuelto a desplazar la marca del PP en sus carteles electorales, dejando a su partido en un segundo plano y posicionando su mensaje de campaña y su figura como protagonistas de la publicidad que engalanará Galicia de cara a los comicios del próximo 5 de abril.  
No es la primera vez. De hecho, Feijóo se ha constituido en los últimos años como un líder presidencialista y omnipotente que no ha dudado en utilizar su poder para denunciar, públicamente y sin fisuras, aquellas medidas que desde Génova se anunciaban a bombo y platillo y que no concordaban con sus ideales. La derechización argumental de las últimas fechas, realizada por un Pablo Casado que sabe que Vox roba votantes por la derecha, no es del agrado del líder regional. Es por ello que este nuevo ‘desplante’ cobra un sentido especial.
“Galicia é moito” (Galicia es mucho) es el lema escogido. Tres palabras que aparecen reflejadas en blanco junto a un retrato del propio Feijóo. Las siglas del partido únicamente aparecen en pequeño junto al nombre de la comunidad autónoma, serigrafiadas como un apéndice que puede pasar desapercibido en la totalidad de la representación.
Los tiras y aflojas del popular con la dirección nacional son vox populi, máxime desde que Pablo Casado instara a su homólogo y compañero a aceptar la unión de coalición con Ciudadanos planteada por Inés Arrimadas en las últimas fechas. Reunificar al centro-derecha es el anhelo particular del líder nacional, que ya lo intentó bajo la marca ‘España Suma’ de cara a los comicios del 10 de noviembre. Ahora, tras el batacazo electoral de Cs, Inés Arrimadas ha aceptado, rectificando sus propias palabras (“España Suma es el sueño húmedo de Pedro Sánchez”) y proponiendo que la unión se inicie en las elecciones gallegas, vascas y catalanas.
Sin embargo, el presidente de Galicia, que parte como favorito en las encuestas -aunque el colchón no es tan amplio como en ocasiones pretéritas-, ha reivindicado que el PP de Galicia no es el laboratorio particular de Madrid, señalando que los naranjas no cosecharon apoyos en las pasadas elecciones y desdiciendo a ciertos altos cargos de su propia formación.
Sobre la propuesta de coalición, rechazada en varias ocasiones pese a los cantos de sirena que tratan de presionar en favor de la misma, el popular ha subrayado que su intención "no es tanto ser un candidato de un partido, sino intentar ser un representante de la gran mayoría de los gallegos". "Después de tres mayorías absolutas, a estas alturas solo me debo a Galicia. Por eso me presento, no para ser un presidente de la Xunta. Me presento para mantener mi compromiso exclusivamente con Galicia", ha recalcado.

El PP, como siempre, en segundo plano

Desde que Feijóo lograra la mayoría absoluta en 2009, el presidente ha revalidado el cargo sin complicaciones y con mayorías aplastantes cada vez que las elecciones amenazaban su mandato. Echó del poder a la coalición PSOE y BNG y, ahora, se enfrenta a su reválida más complicada.
Sin embargo, el modelo ha sido siempre el mismo. El PP es el partido, pero la marca que se externaliza es Feijóo. En 2009, bajo el lema “Chegou o momento” (llegó el momento), el dirigente ya dejaba fuera las siglas de su partido y se presentaba como la persona capaz de cambiar el rumbo de la autonomía.
Chegou o momento PP 2009
 
"Galicia Primeiro" (Galicia Primero) fue la consigna en 2012. En aquel momento, el PP de Galicia temía que el rumbo nacional y la figura de Mariano Rajoy pudieran provocar un giro en los comicios. Es por ello que, tal y como explicó Alfonso Rueda, número dos del presidente autonómico, el partido optó por una "filosofía personal" que "no se presenta contra nadie, sino que su único rival es la crisis económica". De nuevo, un retrato del líder se imprimía junto al mensaje sin rastro de las siglas del PP.
 
Feijóo elimina a Rajoy y las gaviotas del cartel electoral

También en 2016 la estrategia publicitaria gallega desechó la posibilidad de ampararse en el respaldo de la formación. Y la representación, la de siempre: retrato de Feijóo ocupando buena parte del cartel, mensaje escueto y directo con guiño a la comunidad autónoma ("En Galicia, sí") y el PP en un segundo plano. 
La repetición de un mismo patrón hizo que María Dolores de Cospedal, entonces secretaria general del PP, tuviera que dar explicaciones. Los buenos resultados de su homólogo hicieron que la dirigente defendiera a su compañero, alegando que el partido priorizaba que al elector le llegara la imagen del candidato y no se cerrasen puertas por apego partidista: "Lo que ocurre es que nosotros, en campaña, creemos que es mucho más útil y más eficaz poder llegar al mayor número de personas posible".
Feijoo cartel 2016 PP

Castro Voces: «La matanza es una tradición que cayó en desuso»

El historiador profundiza en el proceso que seguía esta práctica ancestral, que duraba tres días y se traducía en toda una fiesta familiar

Castro Voces: «La matanza es una tradición que cayó en desuso»



La matanza es una tradición que ha ido cayendo en desuso en las últimas décadas.  Así lo manifiesta Antonio Castro Voces, historiador que rememora y retrata esta práctica ancestral. Aún cuando se conserva, apenas «se crían los cerdos en casa. Ahora se compran y se hace el embutido. Ha perdido el arraigo que tenía», indica.
Chorizos recién colgados en una «caniceira» moderna
Castro Voces se remonta al pasado y detalla el proceso, siempre fiel a la tradición y muy bien definido. La matanza se realizaba a finales de año, aprovechando el frío para la conservación y se dividía en tres días. El primer día era la jornada para matar al cerdo y una fiesta de encuentro familiar. Las familias acudían a la casa y cada uno de sus miembros tenía un papel asignado: calentar el agua para pelar, afilar los cuchillos,  colocar los ganchos para colgar el cerdo etc.
El matachín era la persona imprescindible, una figura que, además, no abundaba en los pueblos.  Con su arma reglamentaria,  un cuchillo grande, se encargaba de matar al «porco».  Pero había otra importante en este proceso: una mujer para recoger la sangre y hacer las denominadas «filloas». Después de matar y abrir el cerdo, se retiraban las tripas y se lavaban, algunas veces en ríos y regatos.
Fotografía de botelo gentileza de Carncería Murias
Una vez hecho el trabajo, cuando caía la noche, llegaba un momento importante, el de cocinar las  las filloas. Castro Voces relata que era típico instalar una  «trampa»,  que bien podía ser un hilo de atar los chorizos, un trozo de tela o mucho pimiento picante o sal. 
Una trampa camuflada para invitar a la broma para que le tocase a cualquier comensal. «Era un momento lúdico. Algunos reconocían que les había tocado la trampa y otros se lo comían y no decían nada para no ser motivo de risa del grupo», apunta como anécdota Castro Voces.
El segundo día de la matanza se centraba en  «la desfeita», o lo que es lo mismo, deshacer el cerdo.  El matachín cortaba la carne, las mujeres escamaban las pezuñas y las partes del animal con hierros calientes. Después, se introducía en el lugar donde se salaba la carne, jamones, tocinos, carne de soá y otros derivados para colocarlo en una zona bien ventilada a fin de que se conservase.
«Cachucha» o cabeza de cerdo acabada de quitar de la sal
Ese día se picaban las carnes para embutir. También, se amasaba la «zorza» con adobo de orégano, sal, pimiento dulce, picante y agua. Y así se dejaba en recipientes para que al día siguiente se procediese a «encher» o embutir.
El procedimiento siempre era el mismo. Al tercer día, primero se probaba la «zorza»,  para saber si estaba a punto.  A continuación, se elaboraba el «botelo», «pigureiro» y «androlla». Y después los chorizos , que se hacían de dos clases: los de «sábado» —considerados de segunda clase y los primeros que se comían— y los de primera, que se guardaban para comer en crudo en primavera.
Fumeiro industrial de Murias
Cuando se terminaban los chorizos, se colocaban en el «fumeiro», un lugar bien ventilado y donde se les hacía humo para que en cuestión de semana y media se empezasen a comer . El punto y final a la matanza se ponía con la elaboración de grasas y , chicharrones, muy aprovechados para hacer dulces.
Y así discurrían los tres días de matanza, que en algunos pueblos se prolongaba algunos más para que la carne estuviese bien consistente.
Antonio Castro Voces señala que de los productos derivados del cerdo, el «botelo» es el rey, valora Castro Voces. No solo porque se realiza en O Barco sino «porque es un plato que sigue unas pautas muy definidas e interesantes».
Al acabar de hacer el embutido hay que limpiar la máquina de embuchar
Indica que se realiza desde tiempos inmemoriales, si bien la primera referencia escrita data de 1212, en el el Monasterio de Carracedo, en El Bierzo. Y aclara que aún cuando en esta comarca leonesa es «Botillo», en A Fonsagrada —Lugo— «Butelo» y en O Barco, «Botelo», todos ellos tienen su raíz en común a la hora de elaborarlo.
Antonio Castro Voces en los estudios de Radio Valdeorras Onda Cero

El vino emigra empujado por el calentamiento

Más del 90% de las tierras del vino de España dejarán de ser óptimas para las variedades de siempre


Con el cambio climático, los viñedos de regiones tan al norte como la isla de Vancouver (como el de la imagen) podrán albergar más variedades de uva.Con el cambio climático, los viñedos de regiones tan al norte como la isla de Vancouver (como el de la imagen) podrán albergar más variedades de uva. UNIVERSIDAD DE COLUMBIA BRITÁNICA
MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Si los viticultores quieren que el Rioja, los vinos de Jumilla o el Burdeos se hagan en el mismo sitio tendrán que cambiar de uvas. Un estudio confirma que el cambio climático amenaza con poner patas arriba la geografía de la producción de vino en unas décadas. En países como España o Italia, más del 90% de las tierras óptimas para el cultivo de la vid dejarán de serlo. Mientras, empiezan a abundar los viñedos en Reino Unido. Sin embargo, el cambio de las variedades tradicionales por otras más resilientes podría ayudar a las denominaciones de origen  a esquivar el calentamiento.
La fenología de las vides, en particular la de las dedicadas a la producción de vino (Vitis vinifera subespecie vinifera) tiene tres momentos esenciales: brotación, floración y envero (cuando la uva verde pasa a tinta o blanca). Con décadas de datos fenológicos de 11 de las principales variedades de uva o cultivares, un grupo de científicos ha modelado el impacto del cambio climático en el mapa de la producción del vino. Si no se hace nada, podría ser devastador.
El estudio, publicado en la revista científica PNAS, parte de la situación actual de las tierras dedicadas a la viticultura, desde las de la Borgoña hasta las de California. Aún cumpliendo con los Acuerdos de París, es decir, manteniendo el aumento de las temperaturas por debajo de los 2º, el 56% de las regiones tradicionales dejarán de ser aptas para la producción de vino. Como está sucediendo con otras especies silvestres de plantas y animales, el calentamiento abrirá nuevas zonas cada vez más al norte a las viñas,  pero no compensarán las pérdidas.
Viticultores del Penedés ya están produciendo en las faldas del Pirinero mientras que productores franceses han plantado viñedos en Inglaterra
"Ya hay bodegueros del Penedés que han trasladado su producción al Pirineo o productores franceses que han emigrado al sur de Inglaterra", recuerda el investigador de la Universidad de Alcalá de Henares y principal autor del estudio Ignacio Morales.
El calentamiento no es un simple aumento lineal de las temperaturas. Como vienen demostrando los últimos estudios, se concreta en un alargamiento del verano, en la subida de las temperaturas máximas y mínimas o en la multiplicación de los días de calor extremo. Todo esto altera la producción de los azúcares y ácidos en el fruto. "En Australia, el adelanto de la maduración está haciendo que la uva tenga más azúcares y menos ácidos de lo que sería deseable", comenta Morales. Y, para evitar el alto contenido alcohólico, lo están corrigiendo añadiendo ácido tartárico al caldo.
Pero aún hay margen. La propia diversidad de la V. vinifera vinifera la ha expuesto a una gran diversidad climática, lo que ha generado una gran amplitud térmica y régimen de precipitaciones según el cultivar, lo que ha permitido el desarrollo de variedades capaces de medrar en el frío norte de Alemania, en la humedad de Nueva Zelanda o el calor del mezzogiorno de Italia. El estudio muestra que jugando con las variedades de maduración tardía, como la garnacha o la monastrell, buena parte de las regiones actuales podrían seguir haciendo bueno vino a finales de siglo. Mientras, las de maduración temprana, como la pinot noir, se podrían plantar en las nuevas tierras cada vez más al norte.
Sobre el mapa global del vino, aparecen las regiones vitivinícolas de Europa. En verde, zonas que ganarán variedades y, en azules morados, las que más pierden.ampliar foto
Sobre el mapa global del vino, aparecen las regiones vitivinícolas de Europa. En verde, zonas que ganarán variedades y, en azules morados, las que más pierden. IGNACIO MORALES-CASTILLA
"Hemos comprobado que, cambiando a otras variedades, los viticultores pueden reducir el daño hasta solo el 24% del área perdida", asegura en una nota la investigadora de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) y autora sénior del estudio Elizabeth Wolkovich. "Por ejemplo, en Borgoña, en Francia, los productores podrían plantearse sembrar variedades más tolerantes al calor como la syrah o la garnacha para reemplazar la dominante pinot noir. Y los agricultores de regiones como Burdeos podrían sustituir la cabernet sauvignon y la merlot por la monastrell", añade.
Para España, Morales aclara que los resultados se han hecho a una escala y resolución que no permiten reducir el foco hasta lo regional. Pero, a escala de todo el país, "nuestros modelos predicen aumentos de idoneidad para las variedades más tardías como monastrell, garnacha y syrah". Precisamente, ya está en una segunda fase de su estudio para detectar las variedades españolas que, por fenología o resistencia, mejor lleven el calor de cada región.
Para seguir en sus tierras, muchos cosecheros tendrán que pasarse a uvas tardías, como la sirah o la garnacha
Pero el recurso a las variedades más resilientes tiene un límite. Esta investigación advierte que, en un escenario de altas emisiones, con una proyección de un aumento térmico medio de 4º, hasta el 85% de las tierras actuales dedicadas a la viña dejarán de ser óptimas. Incluso recurriendo a las uvas más resistentes, más de la mitad de las áreas de viñedos se podrían perder. Como recuerda Morales, "se podrán plantar uvas tintas y más tardías en Suecia". Otra cosa es la calidad del vino que salga de allí.

Ser pobre es una actitud

La idea de que cada individuo tiene en sus manos las riendas de su vida ha ido calando hasta empapar una parte de las sociedades occidentales

Fotograma de 'Parásitos'.
Fotograma de 'Parásitos'.


Parásitos ha puesto de moda estos días preguntarse a qué huele ser pobre. La pregunta inquietante, sin embargo, no es cómo huele la pobreza, sino por qué no se ve.
La polémica que en diversos sectores ha provocado el reciente informe del relator de la ONU sobre la pobreza en España solo se explica por la incomodidad que suscita el tema. Pero ese informe no es el único. Organizaciones como Oxfam y Cáritas llevan tiempo alertando sobre los profundos efectos de la desigualdad y sobre el papel de determinadas ideas y políticas públicas.
En Estados Unidos, por ejemplo, hay una marcada diferencia en la actitud de republicanos y demócratas frente a la pobreza. Como explicaba la analista Alana Moceri en Esglobal, a partir de la lógica puritana sobre el esfuerzo, los primeros opinan que los pobres lo son por pereza o porque no trabajan lo suficiente y, por lo tanto, no apoyan políticas que aspiren a una mayor redistribución de la riqueza. Ahí surge la famosa cuestión de las ayudas a la sanidad (Obamacare y sus secuelas).
A este lado del Atlántico, la deriva comenzó cuando la democracia cristiana, asentada en unos valores sólidos, transmutó en un liberalismo que deja todo destino en las manos autorreguladoras del mercado. Arrancó así en muchos países el desmantelamiento de un Estado de bienestar que incluso en sus peores versiones ofrece coberturas infinitamente mayores que las que puedan soñar los estadounidenses.
Las cifras en cualquier caso siguen siendo tozudamente preocupantes. Según la última edición del Índice de Justicia Social que elabora cada año la Fundación Bertelsmann, la recuperación de las tasas de empleo en los países de la OCDE y la Unión Europea no se ha visto acompañada por una reducción en las tasas de pobreza; es más, ha aumentado en países como Estados Unidos o Israel. Se observa asimismo un estancamiento general en la igualdad intergeneracional: niños y jóvenes tienen más riesgo de caer en la pobreza que los mayores de 65. En España esto se refleja en el acceso de los jóvenes al mercado laboral. Y tenderá a agravarse en el futuro, entre otras cosas, por la falta de inversión en investigación y desarrollo en la sostenibilidad del país.
La idea de que ser pobre es una actitud y de que cada individuo tiene en sus manos las riendas de su vida ha ido calando hasta empapar una parte de las sociedades occidentales. “Culpabilizar a la persona es el mejor camino para excluir a la sociedad de la responsabilidad conjunta de solucionar un problema”, afirma Borja Monreal en su maravilloso Ser pobre. Él se refiere a la pobreza en lugares en los que el Estado es prácticamente inexistente. Por eso, donde lo tenemos, merece la pena explorar vías para recuperar un alto grado de justicia social.

Estos son los motivos por los que tus padres tenían más sexo que tú

Nuestra adicción al móvil y a las plataformas de televisión en streaming y la medicación para superar la epidemia de depresión y ansiedad están detrás de la falta de ganas. Los estudios apuntan a una bajada considerable de los encuentros sexuales.

Estos son los motivos por los que tus padres tenían más sexo que tú
La verdadera revolución sexual de nuestro tiempo es recuperar las ganas. FOTO: GETTY

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Son varios los estudios que desde hace unos años presentan una realidad paradójica. En una sociedad hipersexualizada, en la que el bombardeo de imágenes y publicidad de componente sexual es constante, con mayor apertura a la hora de hablar y experimentar en el sexo; las relaciones sexuales están en horas bajas. Hasta un 15% menos de encuentros sexuales tuvieron los estadounidenses en la década de 2010 en comparación con los 90. Así lo recogía en 2017 la archicitada publicación de Jean M. Twenge, Ryne A. Sherman y Brooke E. Wells en Archives of Sexual Behavior, la revista académica internacional referente en investigación sexual. Y lo confirmaba a El País Semanal Pedro Nobre, «el científico del sexo», creador y director del SexLab de la Universidad de Oporto y director del primer doctorado en sexualidad de Europa: «Si hablamos de nuestro entorno, de los países desarrollados, parece que es así. Hay menos sexo hoy entre las parejas y, a la vez, hay más masturbación».

Tu smartphone y Netflix

Más que la disminución de cantidad, lo que los expertos subrayan es el lugar al que se ha relegado la sexualidad. Entendida esta no solo como el acto sexual, sino también como comunicación y afectividad compartida en un espacio de intimidad. En un artículo de TIME, Jean M. Twenge, una de los autoras del citado estudio, explica cómo la infinita oferta de entretenimiento a golpe de clic ha influido en este cambio. «Hay otras muchas formas de entretenerse. Ya sea tu smartphone, tus redes sociales, vídeo en streaming». Entretenimiento que nos acompaña también a la hora de ir a la cama.
Una idea con la que coincide la psicóloga clínica y sexóloga Carme Sánchez: «La sexualidad se ha convertido en una parte más de ocio. El problema es que exprimimos demasiado el día. Nos acostamos tarde leyendo, viendo series, trabajando hasta altas horas, mirando las redes sociales… No dormimos lo que deberíamos y eso puede provocar estrés, irritación, ansiedad, malestar», explica a S Moda. Un ocio que en la mayoría de los casos es «muy pasivo», que «refuerza nuestra tendencia perezosa», interfiere en la libido y además nos aísla«Muchos pacientes dicen que les resulta más cómodo poner porno y masturbarse que implicarse y dar placer al otro. Lo veo en consulta y en mi entorno. Incluso el ocio sexual es más pasivo».

La medicación para la depresión

Este estilo de vida rodeado de pantallas, con una tendencia al hiperconsumo acelerado y a la ocupación constante pero de manera cada vez más individualista nos marca. En Conexiones Perdidas,  libro del periodista Johann Hari que acaba de sacar en España Capitán Swing, el británico ahonda y denuncia a través de su propia experiencia como consumidor de antidepresivos desde la adolescencia y tras entrevistar a expertos, cómo estos factores sociales (nuestra cultura del trabajo, el problema de la soledad, la omnipresencia de la tecnología o el enfrentamiento a un futuro incierto) se encuentran entre las principales causas -en su opinión, con más peso que lo estrictamente biológico- de la actual epidemia de ansiedad y depresión. (La primera afecta a más de 260 millones de personas en el mundo y la segunda a más de 300 millones, según la OMS. Cifras que aumentan exponencialmente en cada nueva generación).
Un problema de salud que condiciona en muchos casos el deseo sexual y las ganas de compartir tiempo y espacio con otras personas. «El agotamiento y la percepción de insatisfacción con nuestras vidas van ligados a un bajo autoconcepto y autoestima, lo que repercute de forma directa en la búsqueda y vivencia de nuestra sexualidad y vida íntima, que queda relegada a las últimas posiciones en nuestras prioridades», explica Berta Pinilla, médico psiquiatra y psicoterapeuta en Grupo Doctor Oliveros. Y lo hace de varias formas. “Dentro de la sintomatología de la depresión está el bajo deseo sexual”, apunta Carme Sánchez, pero el estrés y la ansiedad también pueden bloquear esas ganas, aumentando su nivel incluso a la hora de tener relaciones sexuales –a las personas que padecen esta incapacidad de practicar sexo por ansiedad se las denomina ansiosexuales–.
Otras veces, como apunta la sexóloga, son los propios tratamientos antidepresivos -cuyo consumo aumentó en un 14,7% en España entre 2012 y 2016-, los que acentúan la baja libido. “Algunos fármacos tienen este efecto secundario y está destacado en los prospectos. Esto hace que las personas que lo toman tengan la sensación de que el remedio no ayuda”. Un ejemplo lo deja una lectora de The Guardian, que contaba al periódico a través de su consultorio sobre salud sexual su frustración porque el tratamiento antidepresivo que sigue por prescripción de su médico, además, le dificulta alcanzar el orgasmo. En estos casos, Sánchez recomienda “en primer lugar, tratar la depresión, y seguir trabajando lo demás mientras se va bajando la dosis de medicamento con la ayuda de un médico”.

¿Por qué es importante reconquistar la intimidad y recuperar el contacto?

«La irrupción del sexo me hizo recordar algo de mí. Fue hermoso acabar acompañada, dar direcciones, conectar con el cuerpo del otro. Desde el accidente, cada vez que intentaba coger se me tapaban los oídos. Ni siquiera tocarme podía, no llegaba al punto de sentir la necesidad o me distraía en el medio algún pensamiento fuera de lugar. El placer corporal se me había disuelto en algún momento, algo me parecía mal. Como si me sintiera observada. Moral de colegiala.»

Litio, Malén Denis

El texto es un fragmento de Litio (Ed. Caballo de Troya, 2020), una novela de la escritora y periodista feminista Malén Denis que recoge el malestar generacional a través de una protagonista cuya historia transcurre mientras atraviesa un duelo y (se) envía cartas «intentando constatar su propia existencia». El capítulo al que pertenece esta cita, según cuenta la autora en conversación con S Moda, recoge «la idea de que estar con un otro, en cuerpo, es como una especie de despertar en el que todas esas capas, que son los miedos, las angustias, todo el hipotético y lo que pasa en el campo de lo que no está pasando actualmente, de repente cobra otro espesor con el que empieza a revivir».
Ante la desconexión del otro y de nosotros mismos, la doctora Berta Pinilla comparte la importancia de reforzar el contacto como forma de estar presente: «Mantener el contacto, tanto físico como afectivo, es necesario y clave en nuestro bienestar. Hay que prestarle la atención que merece». El sexo y el roce tienen múltiples beneficios demostrados, asegura. «Hace que se liberen sustancias como la serotonina, las endorfinas o la oxitocina, muy relacionadas con la sensación de bienestar. Ayuda a aliviar el dolor, mejora el ánimo y la calidad del sueño y disminuye el estrés, además de otros beneficios. Compartir espacios de intimidad y sentirse deseado mejora nuestra autoestima, la conexión y comunicación con la otra persona».
Ese contacto y cuidado con el otro, que para Malén trasciende la corporalidad y el tacto, pasa también por «socializar la experiencia de falencia que nos produce todo; el crecer y darnos cuenta de que nos sentimos fallados, ausentes, deficientes…». Cuando lo hacemos, explica, «el sistema mismo que nos impuso estas ansiedades para que sigamos consumiendo, tiembla. Creo que tiene un poder político y económico mucho grande de lo que parece todo lo que es la intimidad: el rol político de la intimidad», concluye.

Sondeos: Feijóo se jugaría la mayoría a un solo escaño y el efecto Sánchez impulsaría al PSdeG en Galicia

La ola izquierdista generada por el caracter progresista del primer Gobierno de coalición de la democracia también alcanza a Galicia, donde el PP perdería al menos tres escaños, quedando a un solo diputado de perder la Xunta a manos de un tripartito reforzado a pesar del debilitamiento de la coalición entre Unidas Podemos, Anova y las Mareas, según las estimaciones de Key Data.

Hemiciclos comparativos de las estimaciones de Key Data para las autonómicas gallegas de abril con respecto a los resultados de 2016.
Hemiciclos comparativos de las estimaciones de Key Data para las autonómicas gallegas de abril con respecto a los resultados de 2016.
CARLOS ENRIQUE BAYO
Esta vez, Alberto Núñez Feijóo está a expensas de lo que ocurra en la campaña electoral gallega, ya que se encamina hacia su victoria más ajustada, por un solo escaño, e incluso el PP podría perder el poder en su gran bastión galaico a causa del auge del PSdeG impulsado por el efecto Sánchez desde Moncloa.
Al menos, eso es lo que prevén las estimaciones del gabinete demoscópico Key Data en su última oleada del Observatorio Continuo para Público –elaboradas mediante un desk research ponderado de todos los sondeos publicados–, según las cuales es muy probable, pero no seguro, que Feijóo vuelva a conseguir la mayoría absoluta sin hacer coalición con Ciudadanos como quisiera Inés Arrimadas pero posiblemente con dirigentes de Cs en sus listas.
La caída del PP sería leve, sólo perdería un 4% de sus votantes, pero se quedaría con un solo diputado más que las izquierdas
De hecho, la caída del apoyo electoral gallego al PP sería muy leve –la pérdida de votos no llegaría al 4%– pero al quedarse con tres escaños menos que en 2016 Feijóo se encontraría al borde del abismo de la oposición, ya que tendría un solo diputado más que la suma de las tres formaciones de oposición, capitaneadas por el PSdeG, que sin duda formarían tripartito para hacerse con la Xunta.
El ascenso socialista sería notable –cinco escaños más y un crecimiento de casi un 40% más de votos–, pero aún más importante sería el del Bloque Nacionalista Galego (BNG) porque parte de más abajo: ganaría 5 diputados hasta alcanzar los 11, gracias a un aumento espectacular (+93%) del número de votantes, como se puede observar en la siguiente tabla completa de estimaciones de Key Data con respecto a los resultados registrados hace cuatro años:
Tabla comparativa de las estimaciones de Key Data para las autonómicas gallegas de abril, frente a los resultados registrados en 2016.
Tabla comparativa de las estimaciones de Key Data para las autonómicas gallegas de abril, frente a los resultados registrados en 2016.

La formación gallega de Iglesias sufriría un importante caída

Gran parte de ese ascenso del PSdeG y BNG se haría a costa de una importante caída electoral de la formación de Pablo Iglesias, Galicia en Común– que concurre en las urnas con Anova y las Mareas pero que ha perdido importantes aliados gallegos a causa de la división de Unidas Podemos provocada por la escisión del núcleo fundador original protagonizada por Íñigo Errejón y por la gallega Carolina Bescansa.
Así que GeC perdería la mitad de sus diputados y casi el 60% de sus votantes, quedándose con sólo el 8% de los votos válidos cuando en 2016 obtuvo el 12%.
Vox sólo entraría en el Parlamento gallego si la campaña perjudica aún más a Feijóo
En cuanto a Vox, podría beneficiarse durante la campaña de la división en las filas del PP provocada por la crisis del partido en Euskadi tras la destitución y fuga del partido de Alfonso Alonso, quien siempre fue buen aliado de Feijóo. No obstante, los sondeos indican que por el momento la formación ultra de Santiago Abascal no lograría acceder al Parlamento gallego, quedándose con el 4% de los votos.
Si la campaña perjudicase aún más al PP, y Vox superase el corte del 5%, obtendría un escaño por A Coruña.
La distribución provincial prevista por Key Data se muestra en este gráfico interactivo (pasando el cursor sobre las barras aparecen los datos detallados):
Como se puede ver, el PP sólo conservaría intacto su feudo de Orense, perdiendo un escaño en cada una de las otras tres provincias gallegas, y el trasvase más importante de diputados en el seno de la izquierda se produciría en Pontevedra, donde GeC/Mareas perdería tres parlamentarios, mientras que ganaría dos cada uno el BNG y el PSdeG (uno de ellos llegaría a este último procedente del PP).
La hegemonía del PP en Galicia está en el filo de la navaja.