martes, 26 de maio de 2020

La increíble y cierta historia de Josefa Larrá, cuya vida cambió por una fotografía de Eugene smith en Deleitosa

La increíble y cierta historia de Josefa Larrá, cuya vida cambió por una fotografía de Eugene smith en Deleitosa

FERNANDO SÁNCHEZ

Uno de los trabajos más importantes de la historia de la fotografía es 'Spanish village' de Eugene Smith para la revista Life. Uno de los ensayos fotográficos esenciales. De aquella historia quedó una posible historia de amor que podemos descubrir en el documental 'El americano' que podemos ver en Youtube.
Eugene Smith es una figura esencial de la fotografía. Es el padre del ensayo fotográfico. Pronto volverá a estar de moda porque se estrenará una película sobre sus últimos días protagonizada por Johnny Deep. Allí hablarán sobre Minamata pero nuestra historia es más antigua. Nos lleva directamente a los tiempos de Franco y las primeras ayudas oficiales de los EEUU.
Eugene Smith era un fotógrafo antifascista que quiso convencer a EEUU para evitar las ayudas económicas que empezó a enviar a España a finales de los años 40. Ya en 1950, después de que el gobierno de Franco mandará una carta ofreciendo sus fuerzas para luchar en la guerra de Corea, recibió un préstamo de más de 60 millones de dólares en agradecimiento por querer contener el comunismo en Europa. Lo que permitió que se aprobará la entrada de España en los organismos internacionales especializados de la ONU.
La génesis del ensayo fotográfico
Eugene Smith estaba convencido de que ese dinero no llegaría a las manos de quien realmente lo necesitaba y se embarcó en un proyecto para convencer a los políticos y empresarios que ya solo pensaban en la guerra fría. Como él mismo escribió:
Un préstamo por parte de los EEUU no hará sino apretar la mano que estrangula a los oprimidos..
Así que decidió buscar un pueblo que diera forma a su idea: el gobierno franquista no ayudaba a sus habitantes y no merecía ser premiado con dinero que solo llegaría a manos privadas. Con un artículo de Gaspar Gómez de la Serna llamado 'Meditación de un pueblo sin nombre' recorrió toda España hasta llegar a Deleitosa, un pueblo extremeño, junto a su asistente y una traductora.
Su forma de trabajar era enfermiza. La idea que había desarrollado tenía que traducirse en imágenes aunque la realidad no fuera exactamente igual. No existía otro plan. Su idea o nada. Solo pudo estar 19 días en el pueblo cacereño (le recomendaron que se fuera), desde el 8 junio de 1950, y retrató toda la vida de un pueblo como si hubiera estado varios meses, según su plan original.
El artículo se publicó en 'Life' el 9 de abril de 1951. 17 fotografías de los 45 rollos de película y 1.575 negativos que logró sacar. El resultado es maravilloso pero plantea muchas dudas si eres un poco observador.
Deleitosaiv 1
Una de las páginas de 'Life'

¿Cómo es posible fotografiar en 19 días la siembra, el arado y el aventado del grano de trigo? ¿De verdad creéis posible que una familia, de aquellos años, permitiera que en la comunión de un hijo alguien fuera mal vestido o desnudo? ¿Las comuniones cuándo son?... Muchas preguntas cuya respuesta daría lugar a descubrir que lo que estamos viendo no es del todo verdad...
La historia del documental
Pero vamos a dejar estas historias para centrarnos en la fotografía del velatorio. En la imagen destacan muchas cosas pero no podemos dejar de ver el rostro de la joven de 19 años Josefa Larrá. Juventud frente a la muerte. Y después de la publicación en los EEUU un hombre no dudó en buscar a la joven de la fotografía.
Deleitosa
Josefa Larrá

Se enamoró de ella y sintió el impulso de escribir al pueblo para tratar de encontrar su nombre. Después de la visita del americano, de las manías de Eugene Smith que les hacia posar sin parar bajo el sol de junio, fue la gran diversión de Deleitosa.
Que si tenía coche, que si era un hombre que iba a convertir en una estrella a Josefa, que si ella tenía un novio formal y la madre le obligó a dejarle para que se fuera con el americano... Una serie de historias que son el eje del documental producido por TVE, TV3 y La lupa Producciones.
Apenas dura una hora. Pero os prometemos que vamos a descubrir a un genio neurótico y unas ganas tremendas de salir en busca de este pueblo situado en una de las zonas más desconocidas de nuestra península. Lo que vemos forma parte de nuestra historia y deberíamos conocerla.. Y Eugene Smith hizo historia con su trabajo pero no la cambió.
W. Eugene Smith: A Life in Photography | Wall Street International ...
Tomoko Uemura in her bath, Minamata, Japan by W. Eugene Smith ...
Spanish Village': W. Eugene Smith's Landmark Photo Essay (With ...

W. Eugene Smith - Blackkamera

ConSentido Propio: Presentación y representación en Eugene Smith ...

Lavaderos públicos: Lavanderas (W. Eugene Smith)

Eugene Smith, 'Yo no escribí las reglas, ¿por qué iba a seguirlas ...

Eugene Smith - Guardia Civil

Spanish Village: la vida entre la pobreza y la fe antigua ...

Amazon.com: The Jazz Loft According to W. Eugene Smith: David ...

W. Eugene Smith: más real que la realidad, Exposición, Fotografía ...

Eugene Smith - Cultura fotográfica - Revelartfotografía

Las cacerolas

Si el Gobierno quiere evitar que la revuelta de los de arriba se contagie a los de abajo, lo que tiene que hacer es políticas sociales que les saquen del hoyo. El ruido de las cacerolas de los ricos sólo se apaga llenando las de los pobres

Radiografía del barrio de Salamanca, protagonista de las protestas ...

Javier Gallego

Hay una España que no tiene para llenar las cacerolas y otra que las golpea. La que más razones tendría de hacer ruido sería la primera, pero paradójicamente la que la lía y se queja es la segunda. Una hace cola para recibir la ayuda de sus vecinos, la otra se ha hartado de pensar en la salud colectiva. Las dos Españas se resumen en esa cacerola. La España de las cacerolas vacías es solidaria, la España de los cacerolazos sólo piensa en sí misma.
Esta epidemia claro que distingue clases sociales. Ha sacado lo mejor de la mayoría que tiene menos y lo peor de la minoría que tiene de sobra. En los barrios más pobres se organizan para rescatar a los que lo necesitan, en los barrios más ricos, para poder salir con las berlinas. Este fin de semana sacaron los coches a la calle como quien saca los tanques. Parecía que fueran a conquistarla. La Reconquista que diría el del megáfono que lideraba la espantosa comitiva. Toman las calles como toman la bandera, como si fueran sólo suyas.
Pero les salió el tiro por la culata. La imagen era siniestra. Recordaba a la caravana infernal de Mad Max. Facha & Furious, que dijo un tuitero. Nada más tóxico que una manifestación de coches atascando a bocinazos una ciudad que ha descansado del ruido y la contaminación durante dos meses de alivio. Una manifestación así espanta a cualquier persona sensata sin importar su ideología. A decir de las encuestas, la extrema derecha vocinglera espanta a la mayor parte de la ciudadanía.
Son mucho ruido pero pocas nueces. Menos nueces de las que parecen. La inmensa mayoría de este país, esté a favor o en contra del gobierno, sale a aplaudir o a pasear tranquilamente, no a reventar la cuarentena. Pero la prensa y las redes amplifican a la minoría de las cacerolas y acaban convirtiendo en fenómeno de masas lo que era anomalía. Lo hicieron con Vox, lo están haciendo con las caceroladas, empeñados en ayudar a la derecha y la ultraderecha a ganar a sartenazos lo que no ganaron en las urnas. Esto va de echar a los rojos antes de que acabe la legislatura.
A nadie se le oculta que no tiene nada que ver con la gestión de la epidemia porque entonces se criticaría también a los gobiernos autonómicos conservadores que han desmantelado la Sanidad pública y han tenido cifras catastróficas. Esto va también de las dos Españas de siempre, señoritos y criados, derecha e izquierda, vencedores y vencidos. Si el Gobierno quiere evitar que la revuelta de los de arriba se contagie a los de abajo, lo que tiene que hacer es políticas sociales que les saquen del hoyo. El ruido de las cacerolas de los ricos sólo se apaga llenando las de los pobres.
Siempre se trata de eso. Del reparto de la riqueza. Hay una España que necesita la renta básica para sobrevivir, otra que la llama paguita. Una que pide que se derogue la reforma laboral, otra que se indigna cuando se aprueba derogarla o cuando se pide subir los impuestos a las grandes fortunas. Españolito que vives en cuarentena, te guarde Dior. Hay una España que golpea las cacerolas propias y otra que ayuda a llenar las ajenas. La primera te helará el corazón, la segunda te lo calienta. Hablemos mucho más de ésta que de aquélla porque la España solidaria nos hace mejores a todos y es la que nos sacará de esta crisis, no la otra.
MarcaEspaña [Vídeo]: Una mujer, buscando en la basura durante las ...

La reforma laboral permitió el despido de uno de cada dos indefinidos en la crisis y disparó un 40% el empleo temporal en la recuperación

Casi el 34% de quienes fueron despedidos en 2017 llevaba menos de un año en la empresa; el 14,4% tenía menos de tres meses de antigüedad

Un trabajador necesita ahora una media de 15 contratos temporales a lo largo de ocho años para conseguir firmar un contrato fijo


La reforma laboral se aprobó cuando la ministra de Empleo era Fátima Báñez.

Begoña P. Ramírez

El regreso de la reforma laboral a la primera plana de la atención política, tras el acuerdo de PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para derogarla íntegramente y de forma inmediata, puso en boca del presidente del PP, Pablo Casado, la afirmación de que los cambios en las leyes laborales introducidas por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 crearon “casi tres millones de empleos”. Casado olvidó las palabras que su antecesor había pronunciado en la clausura del Congreso Nacional de los populares: “Las reformas no hacen milagros por sí solas, ni siquiera todas juntas, las reformas solas no crean empleos”. Era el 19 de febrero de 2012, sólo nueve días después de que el Consejo de Ministros aprobara la reforma laboral “extremadamente agresiva” de la que Luis de Guindos presumía esa misma semana antes sus colegas europeos.
Pablo Casado se olvidó también de la recuperación económica que ha hecho crecer el PIB un 20,7%% entre 2012 y 2019. El empleo, por su parte, ha mejorado un 9,9% en ese intervalo, hay 1,8 millones de ocupados más según la Encuesta de Población Activa (EPA). ¿Cuántos de esos puestos de trabajo pueden imputarse al haber de la reforma laboral y cuántos al de la reactivación económica?
Según un estudio sobre los efectos de las dos últimas reformas laborales aprobadas en España, la de 2010, del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y la de 2012, de Mariano Rajoy, elaborado por los profesores de la Universidad Complutense de Madrid Luis Cárdenas y Paloma Villanueva, ambas no han cambiado de forma significativa la estructura laboral de la economía nacional.
De hecho, en estos dos meses de confinamiento y parálisis económica por la pandemia, el mercado laboral ha reproducido su comportamiento en 2008“El 95% del empleo destruido en marzo y abril ha sido atípico”, resume Luis Cárdenas. Y atípicos son todos los puestos de trabajo que no son indefinidos y a tiempo completo, explica Paloma Villanueva. Los mismos que desaparecieron de un plumazo tras el colapso del ladrillo hace ya 12 años.
Según sus datos, no puede decirse que la reforma laboral de 2012 crease esos tres millones de empleos. “Si se elimina la caída de la población activa, que se tradujo en una bajada del paro y que fue más intensa aún durante la recuperación que durante la crisis, el crecimiento del PIB que es necesario alcanzar para crear empleo es el mismo, con reforma laboral o sin ella”, añade Cárdenas.
Entre 2008 y 2013 se perdieron 2,6 millones de empleos
Por el contrario, ambos profesores creen que lo que han conseguido ambas reformas es ahondar más aún la brecha entre trabajadores indefinidos y trabajadores temporales. El planteamiento de las dos reformas laborales consistía en que al “flexibilizar” las condiciones de los trabajadores más protegidos –con mayores indemnizaciones de despido, por ejemplo–, se reduciría el número de trabajadores precarios, ya que sería más fácil –más barato– para los empresarios ofrecerles empleos indefinidos.
Era la idea que entonces defendía el presidente de la CEOE, Juan Rosell, cuando propuso quitar lo que denominó “privilegios” a los trabajadores indefinidos. A su juicio, ese “experimento” daría lugar a un mercado laboral “sin diferencias entre indefinidos y temporales”.
Sin embargo, el estudio de Cárdenas y Villanueva, que compara datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales de 2008, antes de la crisis, 2013, en lo peor de la recesión, y 2017, en plena recuperación, económica, revela un resultado del “experimento” muy distinto: en ese periodo de tiempo aumentó la inestabilidad de los trabajadores fijos pero también creció la inseguridad de los temporales. En efecto, se rebajaron las condiciones de los indefinidos, pero la brecha, que los expertos conocen como dualización del mercado laboral, no se cerró porque empeoraron también las de los más precarios a los que se supone que debía beneficiarles la reforma.
España tiene la segunda tasa de empleo temporal más alta de la UE, sólo superada por Polonia. Según la última EPA, se sitúa en el 25% de la población activa. En 2009 el porcentaje era el mismo, pero después de que la primera gran oleada de la crisis se cebara con los empleados temporales, disminuyó más de cuatro puntos, desde el 29,3%. Con la segunda oleada de despidos, que comenzó en 2012, los damnificados fueron los trabajadores indefinidos, asegura el estudio. Hasta las reformas de 2010 y 2012, los cambios en las leyes laborales se habían centrado en flexibilizar las condiciones de los trabajadores temporales –por ejemplo, la de 1984 que disparó el número de éstos–. Las dos últimas, en cambio, rebajaron las condiciones de los que hasta entonces se consideraban contratos estables.
Así, entre 2008 y 2013 el empleo cayó en España un 18%, con una pérdida de 2,6 millones de puestos de trabajo, explica el estudio. En esos cinco años, con la economía en recesión y las dos reformas laborales en vigor, fueron despedidos uno de cada dos trabajadores con contrato indefinido, 1,3 millones de personas. “La mayor caída de todos los tipos de contratos”, destacan los autores. Al mismo tiempo, se dispararon, con una tasa del 15,5%, los contratos a tiempo parcial, una forma de “reajustar salarios” y ahorrar costes durante la crisis.
Después, con la reactivación de la economía, y pese a la rebaja de condiciones que en teoría hace ahora más atractivos y asequibles los contratos indefinidos, los empleos que más crecen entre 2013 y 2017, nada menos que un 40%, son los temporales a tiempo completo. Los fijos sólo aumentan un 6,2%. Al final de periodo, resulta que la tasa de empleo precario no sólo no se redujo, sino que incluso es mayor en 2017 que antes de la crisis: el porcentaje de empleo estable se recortó en 3,7 puntos porcentuales entre 2008 y 2017, “hasta caer a la tasa más baja de la historia”.
El 42% de los no cualificados, despedidos antes de un año
Pero los cambios legales también afectaron a los trabajadores indefinidos que no fueron despedidos o a aquéllos que consiguieron firmar un contrato fijo tras las reformas. Según el estudio de la Complutense, el 33,8% de quienes fueron despedidos en 2017, con la economía ya en recuperación, llevaban menos de un año en la empresaEl porcentaje es 4,2 puntos porcentuales superior al de 2008 y nueve puntos mayor que el de 2013. Es más, un 9,9% de los trabajadores despedidos en 2008 se quedaron sin empleo a los tres meses de firmar su contrato. Una década después, eran el 14,4%. Las cifras se disparan si se pone el foco de atención en los trabajadores menos cualificados: el 42% fueron despedidos antes de llevar un año en la empresa y el 20% en los tres primeros meses de trabajo.
Por el lado más inestable de la población laboral tampoco mejoraron las condiciones contractuales en el periodo analizado. Por el contrario, han aumentado el número de años y el número de contratos necesarios para que un trabajador pase de temporal a indefinido. Pese a que la reforma laboral de 2012 elevó de ocho a 12 días la indemnización por rescindir un contrato temporal, lo que debería haberles dado mayor estabilidad, si en 2008 un trabajador necesitaba firmar nueve contratos como eventual hasta conseguir un empleo fijo, en 2017 precisaba 15. Si en 2008 se pasaba 61 meses con empleos temporales hasta llegar al indefinido, en 2017 el tiempo de inestabilidad se prolongaba hasta los 97 meses. De cinco años encadenando contratos temporales a ocho.
Además, los autores resaltan que el aumento de la rotación –el número de contratos sucesivos de un mismo trabajador– se concentró en los años de reactivación económica, a partir de 2013. Como el número de meses de trayecto hasta el contrato fijo apenas varía desde ese año hasta 2017, el estudio deduce que es la duración de cada contrato la que se recorta a partir de la recuperación. En 2008 cada contrato temporal duraba de media siete meses, en 2013 crece hasta los nueve, pero en 2017 cae por debajo incluso del periodo precrisis, a 6,7 meses. Y quienes más inestabilidad en el empleo sufren son los trabajadores menos cualificados, que duplicaron entre 2008 y 2017 el tiempo necesario para llegar el contrato fijo: de 66 a 106 meses: de cinco a nueve años, de 11,6 contratos a 19.
La rotación de contratos, una tendencia persistente
De forma que el paisaje laboral resultante de las dos últimas reformas laborales revela un contagio de la inestabilidad de los trabajadores temporales y a tiempo parcial a los que antes se consideraban más protegidos y que ahora son más fácilmente despedibles. Sin que al tiempo se haya reducido la precariedad de los primeros. Porque los cambios legales de 2010 y 2012 tampoco han reducido la rotación, una práctica “profundamente arraigada en los trabajadores temporales e incluso en los contratos más estables”.
En esa misma dirección se ha pronunciado este lunes el Banco de España, que en un artículo sobre las tendencias laborales intergeneracionales en España en las últimas décadas. Según explica, los jóvenes con contratos temporales sufren mayor rotación; es decir, encadenan contratos cada vez más breves. Esa menor duración es “persistente y gradual”, subraya el organismo supervisor, sin “patrones cíclicos”, por lo que el fenómeno parece “tendencial”. El estudio de Cárdenas y Villanueva relaciona también el aumento del empleo temporal y a tiempo parcial con la devaluación sufrida por los salarios durante la última década. El Banco de España les da la razón, al constatar que las rentas anuales medias “han disminuido recientemente de forma generalizada”. Y como ocurre con el encadenamiento de contratos cada vez más cortos, la devaluación salarial también va para largo. “Los salarios medios más bajos observados tras la crisis financiera para las generaciones más recientes podría obedecer no a causas relacionadas con la posición cíclica de la economía, sino a factores de naturaleza estructural, y, por tanto, tendría un carácter más permanente”.
En realidad, ya en septiembre de 2013 el Banco de España concluía que el único efecto de la reforma laboral había sido la bajada de los salarios reales de los trabajadores. Pero que ni había modificado las tasas de destrucción y creación de creación de empleo. Tampoco había reducido la dualidad del mercado de trabajo, pese a constituir uno de sus objetivos declarados.
“La desregulación de la parte nuclear del mercado de trabajo [los trabajadores protegidos] no es, por tanto, el motor de la notable mejoría del empleo, sino más bien el detonante de un aumento de la dualidad y la inestabilidad”, concluyen por su parte Cárdenas y Villanueva. En otras palabras, el mercado laboral sigue siendo tan dual como antes, pero un poco más precario.

venres, 22 de maio de 2020

O coronavirus non frea os pisos turísticos en Galicia: aumentan un 6% en catro meses e xa superan as prazas hoteleiras

Sanxenxo é o concello galego cun maior número de pisos turísticos CC-BY-SA Trevor Huxman
Marcos Pérez Pena
Son malos tempos para o turismo e as viaxes. Todas as voces expertas coinciden en que o sector turístico será un dos máis prexudicados polos efectos da pandemia de coronavirus, con expectativas moi negativas para a tempada de verán, sobre todo no que atinxe á chegada de visitantes dende outros países. Porén, os últimos datos coñecidos esta semana sobre a evolución do número de vivendas de uso turístico rexistradas legalmente en Galicia non recollen de momento esa realidade. Todo o contrario: o número de pisos turísticos recollidos no rexistro da Xunta segue a medrar a bo ritmo.
Entre o 1 de xaneiro e o 1 de maio deste ano 2020 o número total de establecementos rexistrados en Galicia pasou de 9.872 a 10.551, mantendo un ritmo de crecemento moi semellante ao dos dous últimos anos
Entre o 1 de xaneiro e o 1 de maio deste ano 2020 o número total de establecementos rexistrados en Galicia pasou de 9.872 a 10.551, mantendo un ritmo de crecemento moi semellante ao dos dous últimos anos. Aumenta tamén o número de prazas totais ofertadas, que pasa de 50.134 a 56.986 en só catro meses. Esta cifra, ademais, supón que por primeira vez hai máis prazas de aloxamento en pisos turísticos legais que en todos os hoteis de Galicia (56.144).
É posible, iso si, que este incremento se producira xa entre xaneiro e marzo, cun gran número de propietarios e propietarias que antes da epidemia decidiran dar de alta as súas vivendas no rexistro do Goberno galego. En todo caso, esta é a realidade a día de hoxe e haberá que agardar aos datos dos vindeiros meses para comprobar o efecto do coronavirus no número de pisos turíticos (legais) en funcionamento no país.

Dende que a Xunta fixo públicos por primeira vez os datos do rexistro de vivendas de uso turístico, o seu número non deixou de aumentar. Os 4.630 de xaneiro de 2018 eran máis do dobre dous anos despois, en xaneiro deste ano 2020 (9.872). E os números actuais certifican que a tendencia á alza continúa a pesar da situación sanitaria e de restricións de movementos que se está a vivir.
Por vez primeira o número de prazas ofertadas polos pisos turísticos supera ás prazas hoteleiras
O número de prazas de aloxamento ofertadas polos pisos turísticos que funcionan legalmente en Galicia (ignórase a cantidade dos que operan sen estar rexistrados pola Xunta) multiplicouse case por tres nos últimos dous anos e medio, pasando das 21 mil (xaneiro de 2018) ás actuais 57 mil. 
Por vez primeira esta cifra supera á do conxunto de prazas hoteleiras, que nos últimos anos se vén mantendo moi estable, entre as 55 mil e as 56 mil. A estas prazas, habería que sumar, iso si, os números doutros tipos de aloxamento que podemos considerar "tradicionais", como son as pensións, que roldan as 22 mil prazas.
Nos últimos anos, mentres se mantén estable o número de prazas ofrecidas polos establecementos de turismo rural e os campings, están aumentando de forma importante as existentes nos albergues turísticos e tamén nos apartamentos turísticos.
Sanxenxo segue a ser o concello cunha maior concentración destes establecementos, con case dous mil. A moita distancia aparece Compostela, que supera xa os 700
A distribución dos pisos turísticos é semellante á que se viña observando con anterioridade: moi importante en todo o litoral (sobre todo nas Rías Baixas e algo menos no Barbanza e na Mariña), nas cidades e medrando tamén nos concellos polos que pasa o Camiño de Santiago, especialmente o Camiño Francés, como Sarria ou Arzúa).
Sanxenxo segue a ser o concello cunha maior concentración destes establecementos, con case dous mil. A moita distancia aparece Compostela, que supera xa os 700, e despois Vigo e A Coruña. Entre as localidades costeiras destacan tamén O Grove, Foz, Barreiros, Cangas, Poio, Fisterra, Carnota, Bueu e Baiona.
Nos últimos catro meses os concellos nos que máis se incrementou o número de pisos turísticos legais son Pontevedra, Vilagarcía de Arousa e Poio

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La defensa de la sanidad pública gana espacio a las caceroladas en Moratalaz

El pasado miércoles en la avenida Moratalaz coincidían quienes se concentran en defensa de la sanidad pública y quienes se manifestan con cacerolas contra el gobierno. Las tensiones derivaron en una pelea relatada por muchos medios como un ataque de la izquierda radical contra un joven que resultó herido. Sin embargo los vídeos y el relato de otro herido, que ignoraron los medios, custionan esta versión.

Concentración Moratalaz -Sanidad PúblicaConcentración de vecinos y vecinas de Moratalaz por la Sanidad Pública, la tarde del jueves 21 de mayo 2020 LAURA L. RUIZ

SUSANA ALBARRÁN


Vecinos y vecinas de Moratalaz concluían este jueves su concentración en favor de la sanidad pública con una fuerte y emotiva ovación. Un día antes el nombre de este distrito había copado los titulares de la prensa de Madrid. Y es que medios generalistas de diverso cuño se apresuraron a dar cuentas sobre una agresión —incluso apuñalamiento — en la concentración por el mismo motivo la tarde del miércoles. Señalaban como víctima a un hombre de profesión taxista, y a sus agresores como pertenecientes a la extrema izquierda del barrio. Sin embargo, hubo otro herido en el que no repararon cuando sí aparecía en varios de los vídeos que circularon profusamente por las redes sociales.
Muy emocionante el final de la concentración para defender la sanidad pública en . Gracias a las cientos de personas que han acudido y a todos los colectivos que hacen este barrio mejor 👏👏

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Pablo, vecino de Moratalaz y simpatizante del colectivo Distrito 14, acudió a la concentración por la sanidad pública de su barrio, como otros de sus vecinos, en respuesta a las caceroladas de personas que piden el fin del estado de alarma, manifestaciones que se han extendido en otros distritos y municipios de Madrid. Pablo cuenta a El Salto que en su distrito ambas convocatorias coinciden en la avenida Moratalaz a escasos metros una de la otra. El martes, dice, fue tranquila pero con mucha policía. En la del día siguiente hubo mucha más gente y se generó más tensión, hasta que comenzó una trifulca de la que Pablo salió con una fractura de nariz.
“De repente, a una distancia de unos cuatro metros el chico de rojo les lanzó una lata o botella de refresco. En ese momento, el chico de rojo se acerca corriendo a por ellos y empieza a pegar. Así comenzó la pelea”
“Había cierta tensión porque es verdad que los de las cacerolas se acercaban mucho y pegaban voces cerca de tu cara” describe Pablo. En un momento, dos chicos de la concentración de la sanidad pública atravesaron por un lado la de las cacerolas gritando la consigna más sanidad menos cacerolas. En ese momento apareció un hombre con camiseta roja —el que ha salido en prensa como el único agredido— que empezó a encararse con los dos chavales, y estos, a su vez, respondieron, aunque rápidamente le dan la espalda y se alejan. Y sigue Pablo, “de repente, a una distancia de unos cuatro metros el chico de rojo les lanzó una lata o botella de refresco. En ese momento, el chico de rojo se acerca corriendo a por ellos y empieza a pegar. Así comenzó la pelea”.
A juzgar por los vídeos publicados en redes sociales, que exigen una mirada atenta y detallada, se creó un confuso zafarrancho en el que volaron patadas y empujones. Varias personas se acercaron con el fin de calmar, o mediar en la situación, entre ellos Pablo, quien vestía una camiseta negra y llevaba su mascarilla. “En ese tumulto de gente moviéndose y de gritos fue cuando, por la espalda, recibí un golpe. No fui consciente en ese momento ni quién ni con qué pero me dan un golpe en la nariz y caigo al suelo” recuerda. El enfrentamiento siguió con otras personas, y segundos después el hombre que presuntamente comenzó con el primer empujón echó a correr. En otro vídeo se puede apreciar que otros le persiguen, y cómo en algún momento cae al suelo de cabeza, dispersándose así el altercado.
Parte médico de Pablo después de acudir al Hospital Gregorio 
Marañon para que le atendieran la fractura de nariz.

Pablo asegura que la policía llegó después de los incidentes y que él no denunció porque pensó que lo que tenía era algo leve. Ya en su casa, empezó a sentir un fuerte dolor en la herida. Fue en el ambulatorio donde le detectan la fractura en la nariz y lo envían al Hospital Gregorio Marañon. “Allí ya me colocan lo huesos rotos y me dan un par de puntos". Aún con todo prefirió no denunciar ya que no sabe quién pudo haberlo golpeado.
Transcurrida la mañana del jueves, los titulares de Moratalaz con la versión del único agredido siguieron resonando, al mismo tiempo que tuit a tuit cientos de perfiles desgranaban el actuar de la supuesta víctima del incidente. Por su parte, el alcalde José Luis Martínez Almeida se pronunció en la rueda de prensa después de Junta de Gobierno, responsabilizando al colectivo Distrito Catorce de los altercados con estas palabras: “Condenamos los incidentes de ayer no como consecuencia de una concentración pacífica sino como consecuencia de una banda que hay en Moratalaz que se denomina Distrito 14, que entiende que los demás no tienen los mismos derechos que ellos...”. 
A estas acusaciones del alcalde responde el colectivo Distrito 14 preguntado por El Salto:  “La única a agresión que ha habido aquí es la que inicia la persona de rojo y que está yendo de víctima por todos los medios de comunicación, se ve perfectamente  en los vídeos. El resto de personas nos defendemos e intentamos detener la agresión” señala Jorge, uno de los portavoces del colectivo juvenil. “Nosotros estamos para protestar y reivindicar una sanidad pública que es todo lo contrario de lo que reivindica y pide la gente que se manifiesta con cacerolas y banderas rojigualdas”. A juicio del portavoz la dicotomía no está en fascistas/antifascistas, sino en la gente que aboga por la sanidad privada, y la que está por la sanidad pública y universal para todas las personas sin discriminación ninguna. Subraya que en Moratalaz se manifiestan de manera controlada y con todas las distancias de seguridad, “cosa que no están cumpliendo las personas que abogan por la sanidad privada”.
“Nosotros estamos para protestar y reivindicar una sanidad pública que es todo lo contrario de lo que reivindican y piden la gente que se manifiesta con cacerolas y banderas rojigualdas”
Jorge se refiere también a que no es la primera vez que el Alcalde señala sin pruebas a su colectivo, “En 2016 durante las fiestas de Moratalaz hubo unas acusaciones hacia Distrito 14 por unas agresiones que supuestamente se habían producido, y que, entre otras cosas el diario El País fue condenado por hacer ese tipo de acusaciones, y a día de hoy no han rectificado“. Admite que están valorando seriamente poner varias denuncias ”tanto a los políticos que están acusándonos sin pruebas como a los medios que están difundiendo bulos y mentiras, a sabiendas“.  

Jorge coincide que este jueves ha acudido más gente a la concentración de la sanidad pública que a la de las cacerolas: ”Hemos vuelto a ganar la plaza, hemos vuelto a superar en número y en cánticos a la otra gente, lo único malo a destacar, las identificaciones que, según nos han dicho los mandos de la policía nacional, pretenden  ser multas. Estaremos atentos“ concluye.

Sánchez se mete en un jardín



JUAN CARLOS ESCUDIER

El Gobierno se ha especializado en hacer panes como hostias, al punto de que la Moncloa ya pasa por ser una afamada tahona de este tipo de delicatessen. La última en salir del horno ha sido un semiclandestino acuerdo con Bildu para la derogación íntegra de la reforma laboral -asunto ya se incluía en el acuerdo de coalición- a cambio de que sus cinco abstenciones garantizaran, por si venía mal dadas, la prórroga del estado de alarma. Se trata de una de estas absurdas jugadas maestras muy propias del vendedor de crecepelo de Pedro Sánchez o del propio presidente, que ha descubierto eso de la geometría variable y de tanto experimentar con el quimicefa de los pactos va a acabar en una de estas sin pestañas e intoxicado por el humo.
El petardazo corrige a los que pensaban que se gobierna sin plan B, aunque el resultado de la estratagema y de tanto tacticismo de salón haya sido de auténtica traca, uno de esos jardines en los que, una vez dentro, no hay manera de encontrar la salida sin rebozarte el cuerpo en ortigas. El vodevil ha sido antológico: los portavoces parlamentarios del PSOE, Bildu y Unidas Podemos rubrican el acuerdo tras la votación en el Congreso donde la abstención de los abertzales se demuestra innecesaria; buena parte del Ejecutivo se entera por la presa; la vicepresidenta económica, la muy ortodoxa Nadia Calviño, pone pie en pared, posiblemente amenaza con dimitir y obliga a una rectificación; el PSOE emite un comunicado en el que matiza que "derogación integral" quiere decir la puntita nada más; el vicepresidente Iglesias entra en modo hidra y responde que de puntita nada sino todo ella porque lo firmado obliga; el meapilismo socialista de los barones entra en pánico por el pacto con Bildu que, por su parte, se resiste a pensar que todo fue un sueño firmado en papel mojado; el PNV se siente traicionado por el tanto que se apunta su competidor electoral; Ciudadanos, el amante bandido, deja de sentir las piernas en plena huida a la carrera del trifachito; la CEOE da un portazo; los sindicatos se petrifican como buenos convidados de piedra; y la derecha se regocija ante el carajal creado. Lo dicho, una jugada maestra que pone en la picota las alianzas presentes y las futuras y la propia cohesión interna del Ejecutivo.
Dicho lo anterior, conviene realizar algunas precisiones a la vicepresidenta Calviño, que ayer calificaba de "absurdo y contraproducente" abrir ahora el melón de la reforma laboral, cuya derogación generaría, según dijo, una gran inseguridad jurídica enfrentados como estamos a la mayor recesión de la historia.  O lo que es lo mismo: mejor no molestar a los señores empresarios por si les da por despedir como locos antes de la cuenta, ya que lo que se necesita ahora es flexibilidad laboral y salarial y que Europa compruebe antes de soltar la guita que el socialcomunismo que se atribuye al Gobierno no es tan fiero como lo pintan.
A Calviño, que como ministra de Economía por aquel entonces debió comulgar con los acuerdos de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, habría que preguntarle qué parte de "derogaremos la reforma laboral" y "recuperaremos los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012"  (apartado 1.3 del documento) no ha entendido, o si la expresión "derogaremos la reforma laboral" no hay que tomarla al pie de la letra sino solo por los pelos.
Es importante la respuesta, no ya para confirmar que no padecemos un déficit en lo que a comprensión lectora se refiere, sino para interpretar correctamente el alcance y significado de la reforma laboral de Rajoy. ¿Era un atentado a los derechos de los trabajadores y el producto de una ideología reaccionaria o, por el contrario, representaba la mejor solución para afrontar la anterior crisis y sigue siendo en estos momentos un instrumento imprescindible? ¿Hay que maldecirla con todas las fuerzas posibles o los trabajadores han de estar eternamente agradecidos porque se recortaran sus indemnizaciones, se instaurara de facto el despido libre, se diera carta libre a las empresas para modificar unilateralmente las condiciones de los contratos, especialmente las salariales, y se mandara a hacer gárgaras la negociación colectiva? ¿Hay que aceptar que los derechos sociales dependen de la coyuntura y pueden suprimirse en tiempos de vacas flacas? ¿Tendríamos que dejar de ser unos desagradecidos y erigir una estatua al marmóreo expresidente?
Todas esas cuestiones han de ser aclaradas, y alguna más, singularmente esta frase lapidaria de la vicepresidenta: "Los contribuyentes nos pagan para solucionar los problemas, no para crearlos". ¿Significa esto que la reforma laboral no era un problema para los trabajadores o que los asalariados ni siquiera merecen ser considerados como contribuyentes? Este el jardín en el que se ha metido Pedro Sánchez. De exhuberancia tropical para más señas.