venres, 31 de xaneiro de 2020

Desconectados: la nueva tribu urbana que abandona internet para abrazar la vida real

Cuesta encontrarlos pero existen, han decidido huir de Facebook y de Twitter por higiene mental

No renuncian a socializar pero sí a estar presentes en redes sociales


El cineasta David Macián en una cafetería.

IRENE HDEZ. VELASCO

Nada más levantarse, lo primero que hacen ocho de cada 10 españoles es abalanzarse como posesos sobre su móvil. Pero no David Macián. Este cineasta de 36 años no se arroja ansioso a comprobar si le ha llegado un mensaje de Whatsapp. No le va la vida en abrir su cuenta de correo electrónico, no se lanza con avidez a comprobar lo que ha estado ocurriendo en Facebook mientras dormía; no pierde un solo instante en mirar lo que se ha cocido en Twitter. David Macián pertenece a una nueva tribu urbana, exótica pero cada vez más numerosa: la de los desconectados. Personas que, voluntariamente, han decidido poner freno a la vorágine de internet y hacerle un corte de mangas a eso de la hiperconectividad. Unos marcianos que han resuelto aparcar la vida virtual para dedicarse a vivir la vida real.
David Macián toma asiento y desenfunda la que constituye su mejor y más rotunda declaración de principios: su teléfono móvil. Es una auténtica reliquia, una pieza de anticuario. Un viejo Nokia con ocho años de servicio a las espaldas, abollado y con las esquinas bastante esquilmadas. No tiene conexión a internet, sirve única y exclusivamente para hacer y recibir llamadas y SMS. «La batería me dura una semana», asegura sacando pecho.
Lo que le ha llevado a Macián a pasar de la red y, sobre todo, de las redes sociales es que no le gusta el tipo de relación que imponen. "Cuando paso por una terraza y veo a dos personas sentadas la una frente a la otra mirando cada uno su móvil me pongo malo. Estamos perdiendo las conversaciones, las relaciones cara a cara, lo auténtico, lo natural. Nos venden que gracias a las redes sociales estamos cada vez más conectados pero mi sensación es la contraria: creo que nos aíslan, nos hacen cada vez más individualistas".
Macián -que acaba de terminar La mano invisible, su primer largometraje- navega de vez en cuando por internet, pero pone medidas para evitar naufragar. "Me conecto lo justo. Consulto lo que me interesa y basta, no pierdo el tiempo saltando de una página web a otra. Además, le doy mucha importancia a la protección de mis datos. Todos sabemos que en internet hay un inmenso negocio con los datos de los usuarios".
Habrá quien piense que este murciano que, en 2005, se trasladó a vivir a Madrid - justo entonces tuvo su primer teléfono móvil, y porque se empeñó su madre- es un excéntrico, un tipo raro. Pero qué va: cada vez son más los que, como él, optan por mandar al diablo a internet y a las redes sociales. Y no hablamos de místicos o ermitaños que deciden aislarse del mundo, de personas que se retiran al campo y se ponen a ordeñar vacas o a cultivar tomates, como hacen muchos de los llamados neorrurales (la mayoría de los cuales, por cierto, comercializan sus productos a través de internet y se pasan la mitad de su tiempo encerrados en sus casas de campo frente a la pantalla del ordenador).
Nos referimos a urbanitas, a gente de ciudad, a nativos digitales que han crecido al amparo de la red, que han decidido pasar de ella y que están demostrando que sí, que es perfectamente posible vivir sin internet sin renunciar por ello a su actividad profesional o a sus vínculos sociales. "Mis amigos saben que no tengo redes sociales ni Whatsapp, así que cuando quieren contactar conmigo me llaman. No es tan difícil", subraya Macián.
Una encuesta realizada hace cuatro años en Francia por Havas Media, una de las agencias líderes en comunicaciones, reveló que casi el 20% de la población del país galo vive desconectada y que la mayoría de quienes le dan la espalda a internet lo hacen de manera voluntaria por dos motivos: o bien porque no les apetece que el Gran Hermano fisgonee en su privacidad o porque querían dejar de lado el mundo virtual para volver a la vida real.
Ese último grupo de personas representaba ya en 2012 el 3,4% de los franceses y, si habían decidido decir adiós a internet, era porque sentían que estaban perdiéndose la vida de verdad, ésa que tiene lugar fuera de la pantalla. Veían como los tentáculos de la web y de las redes sociales les estaban arrastrando a la adicción, y decidieron echar el freno antes de que fuera demasiado tarde. Hablamos de gente de entre 25 y 49 años, de la clase alta, universitarios, que se movían como pez en el agua por la web y que un buen día decidieron salir de Facebook y de Twitter limitar su uso de internet al mínimo y a aspectos muy concretos, como presentar la declaración de la renta, echar un vistazo al correo o comprobar la cuenta del banco.
"Sentía saturación tras horas y horas navegando a la deriva, saltando de una página a otra sin ton ni son, viajando de un hipervínculo a otro, en apariencia haciendo de todo pero en el fondo no haciendo absolutamente nada, porque con mucha frecuencia la información que obtenemos después de un día pegados a la pantalla es dispar, en ocasiones contradictoria y no tardamos en olvidarla", sentencia.
"Sentía que internet me estaba esclavizando, que era una relación parasitaria que afectaba a mi dinámica familiar". Así que optó por tomar las riendas e imponerse un control sobre la red.
Una cuestión de salud mental
El interés de Puig Punyet por este asunto no sólo le ha llevado a cortar el cable o a impulsar varias iniciativas internacionales sobre las repercusiones sociales de internet, sino que le ha empujado a escribir La gran adicción. Cómo sobrevivir sin internet y no aislarse del mundo (Editorial Arpa), un libro que acaba de ver la luz y en el que relata los casos de varias personas que, como él, han decidido desconectarse de la red no por romanticismo, sino por salud mental y calidad de vida.
Gente que durante los últimos 15 años utilizaba diariamente internet, cuyo crecimiento profesional y personal ha ido acompañado del uso habitual de las herramientas digitales y que un día decidieron decir "basta" sin que la desconexión haya significado para ellos una pérdida sustancial ni les haya acarreado problemas de trabajo o de relación. "Al revés: la gran paradoja es que los desconectados sienten que reconectan con el mundo real", explica Puig Punyet.
Encontrarlos no resulta fácil, porque para buscar cualquier cosa lo primero que hacemos es echar mano de Internet y esa es gente que vive al margen de la web. "Hace tan sólo 10 años, Internet era una herramienta de consulta. Uno se hacía una pregunta y sólo después buscaba la respuesta en la red. Pero hoy la dinámica ha cambiado por completo. El tiempo vacío se ha llenado de paja. Muy a menudo es internet quien formula las preguntas, robándole al individuo nuevos marcos de referencia. Internet es omnipresente porque está activo siempre y en todas partes. Al ocupar gran parte de nuestra vida, hace que con frecuencia descuidemos a las personas a nuestro alrededor", explica.
Aunque no se les vea, los desconectados existen. Gente como Philippe, un comercial francés que ronda los 40 y que, cuando se quedó en el paro hace unos tres años, se volvió loco tratando de encontrar trabajo por internet, llegando a obsesionarse de tal modo con las plataformas de búsqueda de empleo que su vida consistía sólo en eso. Hasta que un buen día, harto de que se le fuera la vida controlando internet y viendo que se había hecho un adicto, decidió desconectarse y presentarse en persona en varias empresas llevando su currículo en mano.
Le salió trabajo. Y no sólo eso: cuando se dio cuenta del poder del trato directo, en la empresa en la que empezó a trabajar pidió que le dejaran desempeñar su empleo sin echar mano de Internet, recurriendo a las relaciones personales. Y le fue tan bien que, como se lee en el libro de Puig Punyet, acabaron adoptando su método en toda la compañía.
Jon, un niño de 14 años de Bilbao que ha sido adicto a los videojuegos, que también forma parte de la galería de personajes de La gran adicción y lleva un año de feliz desconexión. O Cristina, una barcelonesa de 29 años que, después de buscar infructuosamente el amor a través de Tinder y otras redes similares, decidió dar una patada a todo ese mundo virtual y recuperar su tiempo .
Kaya, una inglesa de 26 años que trabajó durante un tiempo en el mundo de la moda y que, harta de asistir a fiestas en las que el objetivo de todos los invitados era salir estupendos en las fotos y las selfies que luego se colgaban en los redes sociales, decidió hacer una fiesta sin móviles. Los asistentes se sintieron tan aliviados y relajados que Kaya ha hecho de eso su negocio: se gana la vida haciendo fiestas secretas en distintos lugares de Londres que se dan a conocer por el boca a boca y en las que está absolutamente prohibido hacer fotos.
Son fiestas que le encantarían a Essena O'Neill, una bloguera australiana que contaba con 500.000 seguidores en Instagram, 20.000 en Snapchat y 250.000 en YouTube y que, el año pasado, decidió acabar con la obsesión de perfección que marcaba su vida. Borró de un plumazo 2.000 imágenes de su Instagram y escribió: "Soy la chica que lo tuvo todo y quiero decirte que tenerlo todo en las redes sociales no significa nada en tu vida real. He dejado que se me definiera por los números y lo único realmente me hacía sentir bien era conseguir más seguidores, más megustas, más repercusión y visitas. Nunca era suficiente".

Una tendencia al alza
También hay quien se retira de internet asqueado de las desigualdades sociales que está creando la economía digital. "Cuando el usuario medio abre su teléfono o su navegador, todo responde a la misma lógica subyacente: enviar información a no se sabe muy bien quién y recibir información de no se sabe muy bien quién. Compartir. Pero cuando compartimos somos trabajadores sin salario para un jefe anónimo, generamos contenido para las plataformas y, por tanto, tráfico y visitas. Esa vorágine engancha", explica Enric Puig Punyet.

"La nueva red ya no es una herramienta al servicio de la humanidad, sino un sistema que pone a la humanidad a su servicio". La necesidad de desconexión está creciendo tanto que ya hay avispados empresarios de turismo que ofrecen hoteles sin wifi, o restaurantes que se publicitan por no disponer de conexión a internet, como uno en Barcelona propiedad de una pareja de jóvenes argentinos defensores del Slow Food, el movimiento que aboga por recuperar ritmos más pausados.


Por no hablar de las alrededor de 200 escuelas Waldorf que ya se cuentan en Estados Unidos, que prohíben a sus alumnos el uso de las nuevas tecnologías y algunas de las cuales se encuentran en Silicon Valley. Allí, los niños de los ejecutivos de Google Apple aprenden a vivir sin ordenadores, sin tabletas o sin tele.
Escritores como Jhumpa LahiriAmélie Nothomb o Jonathan Franzen ya forman parte del ejército de los desconectados. Por no hablar de los 562 escritores e intelectuales de 82 países -incluidos cinco premios Nobel de literatura- que, en 2013, firmaron un manifiesto contra la vigilancia masiva y el espionaje por parte de empresas y Estados a los ciudadanos a través de la red.
David Macián probablemente aún no lo sabe y probablemente no le importe pero su viejo teléfono móvil sin conexión a internet es tendencia. El reputado y austero diseñador inglés Jasper Morrison creó el año pasado el MP 01, un móvil de formas aerodinámicas que, en contraposición con los teléfonos inteligentes cada vez más complicados, no incluye conexión a Internet, sólo sirve para realizar y recibir llamadas y mensajes de texto. Punto.

El enorme daño causado por los economistas neoliberales


VICENÇ NAVARRO
Joseph Stiglitz (premio Nobel de Economía en el año 2001), escribió un artículo publicado en la revista Social Europe, The end of neoliberalism and the rebirth of history (26.11.19), en el que señalaba las consecuencias negativas de la aplicación de las políticas neoliberales (que incluían reformas laborales encaminadas a debilitar a los sindicatos y facilitar el despido de los trabajadores, así como políticas de austeridad con el intento de disminuir la protección social mediante recortes del gasto público social) en la calidad democrática de los países a los dos lados del Atlántico Norte (incluyendo España), así como en el bienestar de las clases populares de los países donde tales políticas se han estado aplicando. La evidencia de que ello ha sido así es clara y contundente.
El objetivo del artículo de Stiglitz era denunciar a los economistas que han promovido tal ideología política (el neoliberalismo), los cuales han alcanzado un dominio casi completo en fórums donde se reproduce la sabiduría convencional de los establishments políticos y mediáticos. Tal dominio ha sido promovido por las élites financieras y empresariales, así como por los sectores más pudientes de la población, que han ejercido (y continúan ejerciendo) una enorme influencia sobre tales establishments y que eran, y son, los que se benefician más de la aplicación de tales políticas, beneficios que están basados, según Stiglitz, en una enorme explotación de las clases populares, cuya calidad de vida ha empeorado considerablemente como resultado de la aplicación de esas políticas. Una de las consecuencias de esta realidad ha sido el enorme crecimiento de las desigualdades en la mayoría de estos países en los que tales políticas se han aplicado.
La respuesta de hostilidad por parte del establishment político-mediático hacia dicho programa fue enorme. Y como era predecible, lo intentaron destruir, mintiendo y presentándolo como “escrito en Venezuela”, cuando en realidad era un programa de sensibilidad kaleckiana, que quiere decir socialdemócrata de raíces escandinavas

El principio básico del dogma neoliberal, según Stiglitz

Detrás de un lenguaje aparentemente científico, los economistas neoliberales han estado promoviendo un principio muy sencillo y que raramente aparece explícito en su argumentario. Tal principio es que “la eficiencia del sistema económico requiere incrementar la riqueza de los de arriba (las élites financieras y empresariales, así como las profesionales a su servicio), a fin de que tal riqueza vaya extendiéndose a los de abajo, que son todos los demás”. Este principio ha estado vigente siempre en las “ciencias” económicas dominantes, habiendo alcanzado niveles extremos durante la Gran Recesión. Según dicho dogma (y no hay otra manera de definirlo), lo que beneficia a los propietarios y gestores del capital financiero, así como de las grandes empresas del país (que son una minoría de la población), beneficia automáticamente a la mayoría de la población.
El problema con tal ideología es que los datos no muestran esta realidad, pues las rentas de los primeros han ido creciendo muy significativamente durante todos estos años de neoliberalismo imperante, mientras que las de los segundos ha ido descendiendo. En todos estos países del capitalismo desarrollado, las rentas derivadas del trabajo han ido disminuyendo como porcentaje de todas las rentas, mientras que las rentas derivadas de la propiedad del capital han ido aumentando. Y dentro de la masa salarial, ha habido también una enorme polarización de los salarios, con una minoría que se ha visto muy beneficiada a costa de una mayoría que se ha visto muy perjudicada.

La abusiva promoción del neoliberalismo por parte de los establishments políticos y mediáticos

En este escenario, Stiglitz señala que tales economistas neoliberales eran los que aparecían (y añadiría yo que en España continúan apareciendo) en los mayores medios de información, monopolizando el área de lo que se presenta como “ciencias” económicas, marginando, impidiendo y silenciando las voces críticas que no comulgaban con las falacias que sostenían sus argumentos y propuestas. Los primeros eran los ortodoxos del dogma neoliberal, que marginaban a los heterodoxos, definidos como “ideólogos” o “demagogos”.
Ahora bien, el fracaso del neoliberalismo es tan patente, claro y contundente que por fin se ha visto que “el rey estaba desnudo” y hoy, según Stiglitz, estamos viendo el fin del dogma neoliberal, que se había iniciado en los años ochenta del siglo pasado con la revolución neoliberal empezada por el presidente Ronald Reagan en EEUU y por la Sra. Margaret Thatcher en el Reino Unido, y que fue asimilada más tarde por lo que se definía como la Tercera Vía en EEUU (Clinton) y en la Unión Europea (Blair, Schröder y Zapatero). Esta revolución causó, en última instancia, la Gran Recesión, la cual acentuó todavía más los efectos negativos de tales políticas. Dicho fracaso es también la causa de la enorme crisis de legitimidad política que viven las democracias liberales en EEUU y en Europa. Esta conclusión de Stiglitz es, según mi parecer,  excesivamente optimista, pues si bien es cierto que tales políticas neoliberales están desacreditadas extensamente en gran parte de los círculos académicos y en algunas agencias internacionales, no lo está tanto en las esferas políticas y mediáticas de muchos países, siendo España uno de ellos.

El gran fracaso del neoliberalismo en España

Todo lo que Stiglitz define, critica y denuncia puede aplicarse totalmente a España. Este es uno de los países donde tales políticas se han aplicado más clara y contundentemente. Como consecuencia de ello, España está, en cuanto a indicadores de calidad de vida de las clases populares se refiere, a la cola de los países capitalistas desarrollados. Un indicador tras otro muestran que, en temas de bienestar, estamos a la cola de los países a los dos lados del Atlántico Norte. Los elevados porcentajes de precariedad en el mercado de trabajo, la elevada tasa de desempleo, el bajo nivel de los salarios, la elevada desigualdad en la distribución de la propiedad y de las rentas, el bajo gasto público social, la escasa protección social, etc., muestran que estamos entre los peores países. Miren los datos y lo verán (ver mi libro Ataque a la democracia y al Bienestar, Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).
Echen un vistazo a los gurús económicos que aparecen en los grandes medios (radiofónicos y televisivos) y verán que la única diferencia entre ellos es que unos proponen la versión dura del neoliberalismo y los otros su versión blanda, presentando inexactitudes (con gran pomposidad y arrogancia) como “verdades científicas”, aunque en realidad sean falsedades que carecen de credibilidad. En tales fórums es muy infrecuente que aparezca una voz crítica con tal dogma.

Todo esto que está ocurriendo era muy predecible, y así lo hicimos unos pocos

Efectivamente, todo lo ocurrido fue predicho. Véase, como ejemplo, mi libro Neoliberalismo y Estado del Bienestar (Editorial Ariel Económica), escrito ya en 1997. En aquel libro indiqué que las políticas neoliberales que se estaban aplicando en los países capitalistas más avanzados causarían una enorme crisis económica. La derrota del mundo del trabajo, con la consiguiente disminución de los salarios y de la demanda doméstica, crearía dicha crisis, ya que forzaría a las familias y a las empresas pequeñas a endeudarse, lo que provocaría a su vez el gran crecimiento del sector financiero, que al invertir en los sectores de mayor rentabilidad como era el sector especulativo de la economía (del cual el inmobiliario era el más extendido) crearía burbujas que al explotar causarían una crisis financiera. Y todo lo que se predijo, ocurrió. Cuando la reina del Reino Unido pidió a un grupo de economistas cómo era posible que no hubieran sabido prevenir la crisis, el portavoz de dicho grupo, Luis Garicano, el gurú económico de Ciudadanos, no supo responder, cuando, en realidad, era muy fácil de ver si uno abandonaba la fe en el dogma neoliberal (siendo tal economista uno de sus más fervientes creyentes) para mirar simplemente la realidad que le rodeaba.
Los impactos sumamente negativos que presentaban tales políticas se justificaban bajo el lema de que “no había otras alternativas”. Juan Torres, Alberto Garzón y yo mostramos la enorme falsedad de tales propuestas, señalando que por cada recorte de gasto público social que dañaba a las clases populares, se podría haber hecho otro recorte, sustituyendo al anterior, que hubiera afectado a las clases más pudientes. Y también mostramos que el hecho de que no se escogiera una alternativa y no la otra se debía precisamente a la enorme influencia que tales clases pudientes tenían sobre el Estado español y sus partidos gobernantes.
Así pues, y como ya he indicado antes, lo que ocurrió era muy predecible, así como también lo fue la protesta popular en contra de la aplicación de tal dogma. En España dicha protesta tomó la forma del 15-M, el movimiento de los indignados, que tuvo un enorme impacto en el país y que tenía como objetivo la denuncia de la nula representatividad de las instituciones que se definen a sí mismas como representativas. El eslogan “no nos representan” lo decía todo. Fue un auténtico tsunami. Y de ahí nació un movimiento político-social, Podemos. Así fue como nos pidieron a Juan Torres i a mí que hiciéramos un borrador de su programa económico, que elaboramos en base a nuestra obra Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España (Editorial Sequitur, 2011), realizada conjuntamente con Alberto Garzón. Dicho programa fue mejorado más tarde por las deliberaciones y las discusiones dentro de aquella formación política.
La respuesta de hostilidad por parte del establishment político-mediático hacia dicho programa fue enorme. Y como era predecible, lo intentaron destruir, mintiendo y presentándolo como “escrito en Venezuela” (antes, durante la Guerra Fría, se utilizaban otros puntos de referencia, como Moscú o Pequín), cuando en realidad era un programa de sensibilidad kaleckiana, que quiere decir socialdemócrata de raíces escandinavas. La escasa densidad intelectual de las fuerzas conservadoras y neoliberales hace que en España (incluyendo Catalunya) se sustituya el debate por el insulto, magnificado en las cajas de resonancia que proporcionan los medios.
Las clases populares son conscientes de esta situación, de ahí que la clase política y los medios de información estén en España entre los menos valorados en la Unión Europea.
Pero el cambio es posible, y para ello es importante romper el fatalismo de aquellos que se muestran pasivos porque dicen que hay muy poco que se pueda hacer. Y una cosa que deberían hacer los lectores que son conscientes de este enorme desequilibrio es escribir cartas de protesta a tales medios de información para mostrar el desacuerdo con lo que están diciendo. Porque el nivel de estos medios es tal que deberían ser definidos como medios de persuasión y manipulación. Lo peor que puede ocurrir es que la gente se mantenga pasiva, absorbida por una mentalidad según la cual no se puede hacer nada para cambiar esta situación. Y este es precisamente el mensaje que tales medios continúan promoviendo, acentuando que no hay alternativas o algo parecido. Pero la evidencia científica muestra claramente que sí que las hay, y que no se hayan llevado a cabo se debe a que las élites financieras y económicas del país son determinantes en las políticas gubernamentales. Es necesario y urgente que esto cambie, porque, insisto, de haber alternativas sí que las hay. Lo que ha faltado hasta hoy ha sido voluntad política para aplicarlas. Así de claro.

La brigada política se revuelve y señala al Gobierno de Mariano Rajoy

El jefe operativo de la Policía en esa época declara ante el juez que Rajoy y toda la cúpula de Interior con el PP conocían la figura del comisario Villarejo

Un miembro de la brigada política implicó en una grabación al presidente en la operación para obtener información contra Podemos de un exministro de Chávez

Varios mandos apuntan al número dos de Interior en el espionaje a Bárcenas; Pino dice al juez que habló de Villarejo con Francisco Martínez y con Cosidó

En apenas tres frases, y en medio de una declaración que distaba de ser trascendental para la causa, el comisario Eugenio Pino aseguró este martes ante el juez Manuel García-Castellón que toda la cadena de mando del Ministerio del Interior estaba al tanto de quién era el agente José Manuel Villarejo Pérez, al tiempo que deslizaba que algunos de esos cargos sabían de sus trabajos parapoliciales en Catalunya.
Pero la afirmación que provocó que el juez repreguntara en al menos dos ocasiones  fue aquella que utilizó el ex director operativo de la Policía para asegurar que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, había intercedido por el comisario hoy encarcelado por medio de Jorge Fernández Díaz, según había trasladado a Eugenio Pino el propio ministro del Interior.
Pino dirigió la Policía entre 2012 y 2016 con una fuerte impronta personal. En el seno de su Dirección Adjunta Operativa (DAO) se gestó un grupo de mandos policiales dedicados, casi en exclusiva, a rastrear información comprometedora de políticos soberanistas y contra Podemos en investigaciones prospectivas y extrajudiciales.
Cuando Pino fue designado número dos del Cuerpo por el PP, José Manuel Villarejo ya estaba destinado en la DAO, un puesto al que había llegado durante el Gobierno socialista. Ni despacho, ni subordinados, ni horarios constituían el día a día del policía, que presumía de ser un "agente encubierto". eldiario.es desveló en marzo de 2015 que Jorge Fernández Díaz le había condecorado con una medalla pensionada por los trabajos en Catalunya que dirigía presuntamente Pino. En agosto de 2016, el ministro dijo a la revista Vanity Fair que si lo había hecho no lo recordaba.
Villarejo está en prisión provisional desde noviembre de 2017 acusado de liderar una organización criminal con la que se enriqueció gracias a su condición de funcionario. Hoy todos se quieren desvincular de él, con un interés especial de los seis mandos que están imputados junto a Villarejo en la Audiencia Nacional. Con excepción de Enrique García Castaño, investigado en varias piezas, el resto han pasado a estar investigados por su presunta participación en la Operación Kitchen, el espionaje a Luis Bárcenas con fondos reservados para contrarrestar las pruebas de la caja B en el Partido Popular. Pino además se sentará en el banquillo por otra de las maniobras de la brigada política, el intento por introducir información robada en la causa contra los Pujol de la Audiencia Nacional.
Hasta este martes, Eugenio Pino había evitado señalar hacia arriba en sus declaraciones ante el juez por la Operación Kitchen. El magistrado le ha llamado porque, como los jefes operativos con Felipe González y José María Aznar, envió al juez una carta defendiendo la labor de Villarejo al poco de ser detenido éste. Agustín Linares, Pedro Díaz Pintado y Pino han declarado en el marco de cuatro piezas de encargos de particulares y empresas a Villarejo que no se encuentran bajo secreto, a diferencia de la que investiga el espionaje a Bárcenas.
Y así, ante los abogados personados en el caso, los fiscales Anticorrupción y el juez ha explicado que "el ministro" le pidió que "no tratara mal" a Villarejo, que así se lo había indicado el propio Mariano Rajoy a Fernández Díaz después de que el policía hiciera llegar su queja al presidente del Gobierno, sin precisar si fue en persona o a través de terceros. Ante tal afirmación, el juez le pidió que repitiera lo que había dicho hasta en dos ocasiones y añadió si eso sería confirmado por Fernández Díaz de ser llamado a declarar, a lo que el comisario Pino respondió afirmativamente.
Es la segunda ocasión en que un destacado miembro de la brigada política menciona el nombre de Mariano Rajoy. Eugenio Pino lo ha hecho en sede judicial; su antigua mano derecha, el inspector José Ángel Fuentes Gago, lo hizo en abril de 2016, en Nueva York, ante un exministro de Hugo Chávez. "Si nos ayuda a que Podemos no llegue al Gobierno, mejor para todos", dice Fuentes Gago a Rafael Isea, antiguo responsable de Finanzas venezolano. El encuentro fue grabado por los propios policías y moncloa.com lo publicó en abril de 2019. José Ángel Fuentes Gago es actualmente jefe de Gestión Económica, Técnica e Informática de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
"Yo he hablado con el ministro del Interior español y el ministro del Interior español habló con el presidente [del Gobierno] español. Yo solo tengo un mandato aquí, o sea, acompañar a estas personas (el jefe interino de la UDEF y otra policía) y decirle a usted que me diga los nombres de las personas que quiere que documentemos en España y que le demos una nueva identidad o una nueva vida, la que tienen ustedes y les protejamos. Eso es mi compromiso. Yo vengo aquí con ese mandato. Usted me lo dice y lo hacemos", le traslada Fuentes Gago a Rafael Isea.

"Habla con los de arriba"

En su estrategia de desmarque de Villarejo, Eugenio Pino dijo este martes al juez que intentó cesar dos veces a Villarejo porque no lograba controlar la mayor parte de su actividad. Cuando se enteró de que se había entrevistado, sin pedir su permiso, con Jordi Pujol, y se lo recriminó, Villarejo le respondió: "Habla con los de arriba", según ha declarado ante el juez el ex director operativo de la Policía.
Pino añadió que entonces abordó esta gestión de Villarejo y otras con el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, su inmediato superior en el organigrama del Ministerio del Interior; y con el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez. Según explican fuentes presentes en la declaración, Pino ha dicho que Cosidó le dio una callada por respuesta. Martínez, por su parte, le negó tener conocimiento de esas actuaciones de Villarejo, añaden.
Francisco Martínez ha sido el primer político imputado en el caso Villarejo, lo que supone un salto cualitativo en las investigaciones al policía encarcelado. La Secretaría de Estado que dirigía Martínez manejaba los fondos reservados del Ministerio del Interior. Varios mandos de la brigada política han declarado que el secretario de Estado estaba al tanto del espionaje a Bárcenas aunque todos defienden que se trató de una investigación para identificar a los testaferros del extesorero y localizar el dinero que supuestamente esconde. Ni el juez del caso, ni los policías a las órdenes del instructor supieron nunca de esas investigaciones.
El juez y Anticorrupción sospechan que el objetivo de la brigada política en la Operación Kitchen querían sabotear la causa de la caja B del PP que afectaba a dirigentes del partido. García Castaño reveló que había puesto un ordenador portátil a disposición de Martínez para que siguiera las novedades de la Operación Kitchen.
Villarejo, enfrentado a Ignacio Cosidó por considerarlo el protector de uno de sus grandes enemigos, el también comisario y miembro de la brigada política, Marcelino Martín-Blas, declaró al juez en enero de 2019 que el director general le había ordenado recuperar información "comprometedora" de Rajoy. La causa judicial todavía no afecta a Cosidó, pero el político, ha pasado de ser un cargo de confianza de Pablo Casado a dejar de integrar las listas del PP. Ahora trabaja como personal no eventual de la Junta de Castilla y León, que gobiernan los conservadores.
Eugenio Pino también ha mezclado al CNI en el caso Villarejo. En su declaración ante el juez trasladó su convencimiento de que el comisario también trabajaba para el servicio de Inteligencia, una labor que escapaba a su alcance. Villarejo considera al entonces director del CNI, Félix Sanz Roldán, uno de sus principales enemigos. En la carta que remitió al juez el 17 de enero de 2018, Pino decía que el general le había pedido en dos ocasiones que cesara a Villarejo. En aquella época el servicio de Inteligencia español dependía de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cuyo nombre no salió a relucir en la declaración de Pino, afirman las fuentes consultadas.

¿Cuánto se lleva Hacienda de tu pensión? El dinero que pierdes con el IRPF por mes

Buena parte de las pensiones públicas de los jubilados tienen retenciones en la renta y, por lo tanto, han de tributar por el IRPF. 


Fotografía de un jubilado haciendo cuentas.
Los jubilados también tienen que tributar por el IRPF. / Canva.
ASUN INFANTE

La nómina de los pensionistas empieza el mes de febrero con la subida prevista para este año. Los jubilados y otros perceptores de pensiones públicas verán incrementada en un 0,9% su prestación a partir de este nuevo mes que comienza. De media, los pensionistas cobrarán unos nueve euros más.
Sin embargo, esta subida no se verá apenas reflejada en sus cuentas bancarias, ya que, en su mayoría, las pensiones públicas están sujetas a retenciones en la renta. Y es que estas suelen considerarse como un rendimiento de trabajo a efectos del IRPF. Esto implica que, salvo excepciones, habrá que tributar por estas prestaciones. ¿Pero, cómo funciona este gravamen y cuánto se lleva Hacienda de la pensión?
Lo primero que conviene saber es que no todos los pensionistas están obligados a hacer la declaración de la renta y, por tanto, a tributar. En concreto, tendrán que rendir cuentas ante Hacienda quienes perciban rentas procedentes de rendimientos del trabajo superiores a 22.000 euros anuales o quienes perciban más de 12.643 euros procedentes de más de un pagador.
Aun así, no todas las prestaciones tributan. Están exentas la pensión por incapacidad permanente, si deriva de actos de terrorismo, así como las pensiones por incapacidad permanente absoluta y las de gran invalidez en determinados casos. Además de estas, también se encuentra exenta la pensión de orfandad, la pensión en favor de familiares si es consecuencia de actos de terrorismo, de una incapacidad permanente absoluta o gran invalidez, o si se tienen menos de 22 años. Y, junto con estas, la pensión de viudedad, siempre y cuando también proceda de actos de terrorismo.

Una vez haya obligación o no de tributar, lo recomendable será saber en qué tramo se encuentra la cuantía de la pensión. Actualmente, las pensiones de los regímenes públicos de la Seguridad Social tributan bajo los tramos progresivos del IRPF. De este modo, se aplica una retención del 19% para el primer tramo, que va desde cero hasta 12.450 euros; una del 24% para el segundo (de 12.450 a 20.200 euros); una del 30% para el tercero (de 20.200 a 35.200 euros) y una del 37% para el cuarto (de 35.200 a 60.000 euros).
Sin embargo, no a todos los pensionistas se le aplican las mismas normas, ya que depende de la situación personal de cada contribuyente. De este modo, solo estarán sujetas a la tributación aquellas prestaciones que superen el importe anual legalmente establecido. Si se trata de un contribuyente soltero, viudo, divorciado o separado legalmente el límite que excluye de la obligación de retener en el IRPF se fija en los 15.106,5 euros cuando tenga un hijo. Si el contribuyente tiene dos o más hijos el límite se situará en los 16.451,5 euros.
Si se trata de una persona cuyo cónyuge no obtenga rentas superiores a 1.500 euros anuales, el límite se fija en los 14.576 euros si no tiene hijos, en los 15.733 euros si tiene un hijo y en los 17.386 euros si cuenta con dos o más progenitores. Por último, si se da cualquier otra situación y no se tienen hijos el límite exento estará en los 13.000 euros. Dicho límite subirá a los 13.561,5 euros con un hijo y a los 14.184 euros con dos hijos o más.
¿Y qué pasa con quienes reciben pensiones de la Seguridad Social pero no residen en territorio español? Estos pensionistas también estarán obligados a tributar, aunque sus prestaciones serán gravadas en una escala diferente. En estos casos, se aplica un tipo del 8% para el primer tramo (hasta 12.000 euros), uno del 30% para el segundo (de 12.000 euros a 18.700 euros) y uno del 40% para el tercero (de 18.700 euros en adelante).

A terraza de Sada, un dos grandes edificios modernistas de Galicia, xa é BIC

Quiosco 
O Consello da Xunta aprobou este xoves o decreto polo que se declara ben de interese cultural (BIC), coa categoría de monumento, a Terraza de Sada, na Coruña. O Executivo autonómico destacou que se trata dun ben singular de Galicia polos seus valores culturais e representa un caso único de conservación entre os inmobles modernistas desta tipoloxía e función, de lecer, na Comunidade autónoma. A Xunta lembrou que o expediente foi incoado en abril de 2018 e, no proceso, contou cos informes favorables do Consello da Cultura Galega (CCG) e da Real Academia Galega de Belas Artes.
A partir da publicación deste decreto no Diario Oficial de Galicia (DOG), a terraza contará cun réxime que implicará a súa máxima protección e tutela, polo que a súa utilización quedará subordinada a que non se poña en perigo o monumento.
Este réxime, conforme indicou, tamén implica o acceso de visitantes un número mínimo de catro días ao mes durante, polo menos, catro horas ao día. Con esta declaración, o Goberno galego sinalou que dá un paso máis en salvagárdaa e posta en valor do patrimonio cultural da comunidade, traballando na protección daqueles elementos que acreditan valores culturais singulares.
Unha construción modernista
A Terraza é un testemuño único e singular dos pavillóns ou quioscos modernistas típicos dos anos 20. Comezouse a construír en 1912 no recheo do paseo de Méndez Núñez, na Coruña, sobre un deseño probablemente do arquitecto Antonio López Hernández. Foi trasladado á praia urbana de Sada entre os anos 1919 e 1920.
A linguaxe arquitectónica empregada combina a versatilidade dun espazo diáfano co emprego dun estilo radical, urbano e actual, enlazado coa tendencia europea da época e co claro obxectivo de diferenciarse da arquitectura histórica e a institucional. Non en balde os quioscos resultaban instalacións innovadorass tanto na tipoloxía arquitectónica, construtiva ou funcional coma ornamental.
A terraza está construída principalmente en madeira e vidro, coas formas e cores do modernismo. O concepto é esvelto, lixeiro, aberto e luminoso; e a decoración profusa en adornos xeométricos estilizados e voluptuosos. A medida que variaron os seus usos -sempre sociais e de ocio- o edificio foi evolucionando e ampliándose, incorporando mesmo un salón de baile diáfano rodeado de paneis acristalados de cores vivas.
A súa tipoloxía foi orixinal pola novidade que supoñía para unha sociedade urbana o uso de espazos públicos relacionados co cambio da estrutura da cidade, das comunicacións e dos estándares da calidade de vida. No referido aos valores arquitectónicos e artísticos, pola calidade do deseño, destacan os espazos claros e vivos, tinguidos de cores e de elementos ornamentais cunha xeometría sensual e acolledora, calidade e calidez reforzada polo exercicio artesanal da produción das pezas con que está construído. Así mesmo, valórase, no sentido etnolóxico, o feito de que a terraza é un edificio apreciado polo pobo de Sada e en Galicia en xeral, punto central do modernismo entendido como un sinal identitario, e en proceso de recuperación con actividades lúdicas e culturais periódicas.
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Cortegada, a illa que conserva máis especies únicas de fungos do mundo

Achadas dúas novas especies neste espazo natural. Con 0,44 km2 conta con máis de 800 clases de fungos, o 40% do Catálogo Micolóxico Galego.


A Illa de Cortegada, que forma parte do Parque Nacional das Illas Atlánticas, conta con máis de 800 especies de fungos nos seus 0,44 km2 de extensión. Un espazo único para o hábitat dos fungos aos que se acaban de sumar, agora, dúas novas especies atopadas.
Mollisia cortegadensis, nova especie de fungo atopada en Cortegaa Mollisia cortegadensis, nova especie de fungo atopada en Cortegaa | Fonte: USC

Calycina cortegadensis e Mollisia cortegadensis son os nomes outorgados a estes novos fungos descubertos polo investigador do grupo da USC Ambiosol, Saúl de la Peña. Estes fungos, en concreto ascomicetos, medran en ramas mortas de castiñeiros e carballos, respectivamente, e o seu achado vén de publicarse na revista Persoonia. “Trátase de dúas especies únicas no mundo”, sinala de la Peña, que tamén advirte da dificultade de atopalas “polo seu reducido tamaño e cor pouco chamativa”. Pablo Alvarado, Óscar Requejo ou Enrique Rubio colaboraron con de la Peña e levaron a cabo a descrición destas dúas novas especies para a ciencia.
Con estes dous novos achados, Cortegada suma xa máis de 800 especies. “A illa cuadriplica en número de taxóns a Parques Nacionais coma Doñana, que nos seus 1.081 km2 só presenta 252 especies de fungos, ou que case duplica os 526 taxóns identificadas no Parque Nacional de Garajonay, de 40 km2”, lembra o autor.
PARAXE "ÚNICA" EN DIVERSIDADE MICOLÓXICA
“Trátase dunha das paraxes máis ricas en diversidade micolóxica non só de Galicia, senón tamén de España e probablemente de Europa”, sinala de la Peña. Estímase que a nivel mundial existen preto dun millón e medio de especies de fungos, “aínda que só coñecemos un 6,7% deles”. En Europa, a cantidade atribuída é de 12.500, mentres que o Catálogo Micolóxico Galego rexistra máis de 2.000 especies, das cales o 40% están presentes na Illa de Cortegada. 
Calycina cortegadensis, nova especie de fungo atopada en Cortegada Calycina cortegadensis, nova especie de fungo atopada en Cortegada | Fonte: USC

Segundo o autor, dos quince Parques Nacionais e 195 Parques Naturais a nivel estatal, “só un 20% e 1,5% deles, respectivamente, presentan estudos micolóxicos”. Os fungos “posúen ciclos biolóxicos complexos, presentan variabilidades dentro dunha mesma especie e entre especies, e a súa observación non é doada”, apunta o autor, que denuncia “a falta de datos para a clasificación micolóxica e de investigadores de campo”.
CORTEGADA, ENCLAVE ÚNICO
Outro dos aspectos máis valorados dos taxóns desta illa, na que se estima que existen máis de 200 especies fúnxicas aínda por identificar, é o seu valor ecolóxico. “Das 800 especies coñecidas en Cortegada, máis de 100 descubríronse nesta illa, catro están na Lista Roja Europea e nove na Lista Roja Preliminar de Hongos Amenazados de la Península Ibérica”, explica de la Peña. Por outra banda, algunhas destas especies medran en lugares distintos aos dos seus lugares de aparición habituais, como é o caso de fungos de clima subalpino ou mediterráneo que se atopan nesta illa galega.
Cortegada presenta unhas condicións ambientais, forestais e históricas moi especiais, polo que o autor insiste en facer o posible por manter o seu estado. Na actualidade, de la Peña salienta dúas cuestións que levaron á desaparición de gran número de especies da illa. En primeiro lugar, a presenza de xabarís, que se alimentan dos fungos e destrúen o seu micelio ao deixalo en contacto co aire. “Unha densidade axeitada destes animais para un ecosistema insular sería de 1 xabaril/ km2, polo que á Illa de Cortegada lle corresponderían 0,44 xabarís”, explica o autor. En segundo lugar, a case total desaparición da cabra doméstica afecta de xeito negativo ao mantemento do sotobosque e ao desenvolvemento dos fungos da illa.

Illa de Cortegada | Fonte: Turgalicia