Cine


'El faro': una fascinante y opresiva pesadilla marítima
MIKEL ZORRILLA
‘La bruja’ fue una gran carta de presentación para Robert Eggers, una película de terror que huía del susto gratuito para crear una atmósfera perversa que no dejaba de ir a más a medida que pasaban los minutos. No hizo falta más para que se convirtiera en un realizador al que merecía le pena seguir el rastro y para su segundo largometraje ha optado por hacer suyo un proyecto que nació de la mano de su hermano Max como una adaptación de un relato inacabado de Edgar Allan Poe, quien murió antes de poder finalizarlo.
La versión de ‘El faro’ que ha llegado finalmente a los cines se aleja totalmente de dicho relato para sumergirnos en la pesadilla en la que se convierte la relación entre un farero y un aprendiz que acaba de conocer. Aislados del resto de la humanidad, Eggers se centra en potenciar un clima claustrofóbico a medida que ilustra cómo la salud mental de sus protagonistas se deteriora hasta límites enfermizos.
Su singular apuesta técnica
Hay dos detalles técnicos que marcan de forma notable la película. El primero es la decisión de optar por un ratio de pantalla 1:19:1, usado durante la transición del cine mudo al sonoro y prácticamente inédito durante los últimos años. Eso ayuda a Eggers a encerrar más a Robert Pattinson y Willem Dafoe, obligándole también a construir las estancias dentro del faro para amoldarse a lo que esto permite captar a la cámara.
Ademas, para crear ese clima que recuerda en ocasiones al cine mudo el director de fotografía Jarin Blaschke echó mano de lentes de 1912 y algunas de los años 30, consiguiendo así dar una textura especial a la imagen, esencial también para conseguir retrotraernos a la época en la que suceden los hechos -finales del siglo XIX-. El trabajo de recreación técnica, empezando por el acabado visual y siguiendo por el atrezzo o el vestuario utilizado por Pattinson y Dafoe, es impecable
La auténtica clave está en que eso no resulte un capricho de Eggers, pues inicialmente sirve para asentar las bases de como va a ser la vida de sus dos protagonistas, pero a medida que pasan los minutos sirve como apoyo en el deterioro personal de ambos, sobre todo a partir del momento en el que el personaje de Pattinson cede y acepta probar el alcohol. Hasta entonces había ilustrado muy bien el encierro físico, pero a partir de entonces también adquiere una dimensión mental que ‘El faro¡ no duda en exprimir hasta niveles que dejan a merced del espectador la lectura de lo que realmente ha sucedido.
Un agobio constante
Dicho de otra forma, ‘El faro’ arranca con una vertiente hasta cierto punto más realista, mostrando los abusos de alguien desconectado de la realidad ante el recién llegado para que luego su relación casi adquiera unos matices propios de padre e hijo, pero luego va introduciendo mitos de la vida en el mar que no dejan de ganar importancia y dan pie a varios momentos a caballo entre la pesadilla y la locura.
Es entonces cuando uno deja de tener claro si lo que sucede es totalmente real, pero Eggers nunca niega ninguna opción y va jugando con la idea de que ese monstruo acechante esté dentro del propio faro -esa luz que Dafoe quiere acaparar negando sistemáticamente el acceso a Pattinson-, fuera del mismo -ese mar embravecido o esas gaviotas siempre al acecho- o simplemente en el interior de sus dos protagonistas y cómo su actitud va enturbiándose a medida que la verdad va saliendo a la luz.
Para ello también es vital el uso de los sonidos y, sobre todo, de la banda sonora de Mark Korven. Esta ultima puede llegar a resultar algo intrusiva, pero es imprescindible para que ese sensación de agobio esté presente desde los primeros minutos y luego pasa a ser el complemente necesario cuando se produce ese descenso a los infiernos -aunque en este caso tampoco estaría de más hablar de un ascenso-.
Eggers se muestra generoso en simbolismos -lo mitológico vuelve a tener una fuerte presencia como ya sucedía en ‘La bruja’- y metáforas para ilustrar lo que podría verse como la historia de dos personajes que son la cara de la misma moneda cuyas diferencias van dejando de serlo hasta el punto de que el enfrentamiento entre ellos resulta inevitable. Ese agobio inicial no deja de ser la antesala de una espiral de autodestrucción que enriquece la película a nivel psicológico sin imponer una visión más que probable de lo que está sucediendo.
La aportación de Robert Pattinson y Willem Dafoe
Al respecto conviene destacar la entrega absoluta de Pattinson y Dafoe a sus personajes, con el primero rodeado de un halo de misterio que ira despejándose, mientras el segundo se muestra capaz de soltar un discurso que parece a caballo de Shakespeare y el Capitán Ahab a tirarse pedos sin pudor alguno. Este último punto es una de las fugas humorísticas más habituales en la película, pero no la única, y que sirve para aligerar tensiones en momentos puntuales sin resultar algo burdo.
A su manera, ese no deja de ser uno de los detalles que más molestan a Pattinson, quien va acumulando rabia por el trato recibido hasta que acaba explotando. Ese volcán en erupción le permite impresionarnos con su lado más desatado, pero por mi parte no puedo dejar de rendirme ante un Dafoe deslumbrante en todas su facetas, tanto cuando ha de ser más comedido como cuando ha de ser una especie de dictador.
Ver la relación entre ambos como un juego perverso quizá sea exagerado, pero sí que resulta muy importante la dinámica que se establece entre ambos y como la posición de superioridad de uno respecto a otro va variando. Curiosamente el punto de encuentro es cuando se dejan llevar por la bebida, desconectando por completo de todo lo demás. Es realmente ahí cuando Pattinson abraza el lado oscuro, pero también cuando existe una visión mas luminosa de su relación, como si nada más importase… hasta que el hechizo del alcohol se rompe.
En resumidas cuentas
Lo que sí hay que tener claro es que ‘El faro’ es una película de nicho, ya que resulta difícil concebir que el público como ente general vaya a disfrutar de ella, pero la película de Robert Eggers sí posee ese poder de fascinación necesario para que te marque y acabes obsesionado con ella. En mi caso no llegó a tanto, pero sí que es una cinta estupenda con un despliegue técnico y visual de primera categoría y un soberbio trabajo de sus dos protagonistas.

El faro (2019) - Filmaffinity

'Retrato de una mujer en llamas': emocionante pasión lésbica
Eulália Iglesias


Céline Sciamma firma una de las grandes historias de amor de la temporada, el retrato de dos mujeres que descubren su atracción mutua durante el proceso de pintar un cuadro

Retrato de una mujer en llamas » Las nueve musas

Quizá 'Vértigo' también sea la mejor película de una larga lista en que una protagonista femenina no consigue estar a la altura de su retrato. En el fondo, el filme de Alfred Hitchcock plasma la tragedia de Judy (Kim Novak), una muchacha sencilla que se enamora de un hombre, Scottie (James Stewart), a su vez obsesionado con la imagen/fantasma de otra mujer que no existe, Madeleine. La Judy de carne y hueso no puede competir con el recuerdo de esa Madeleine que ella misma interpretó.
En 'Retrato de una mujer en llamas', en la Francia del siglo XVIII, mucho antes de que se inventara el cine y se popularizara la fotografía, la pintora Marianne (Noémie Merlant) recibe el encargo de realizar el retrato de una muchacha de familia acomodada, Héloïse, como regalo a su futuro prometido, que nunca la ha visto. Recién salida del convento, la chica se niega a posar. De forma inconsciente, Héloïse tiene claro hasta qué punto el arte también ha funcionado como herramienta de control y opresión de las mujeres. Resistirse a ser dibujada es la única arma de que dispone para oponerse a un matrimonio concertado. Así, la pintora Marianne al principio también procede como una vigilante de la joven.

Más adelante, cuando Marianne y Héloïse han iniciado ya una historia de amor, ambas discuten sobre Orfeo y Eurídice. ¿Por qué un hombre capaz de descender a los infiernos para rescatar a su amada la acaba condenando por un gesto tan evitable? Marianne propone una teoría muy lúcida. Orfeo no ha actuado como un enamorado impulsivo sino como un poeta: prefiere fijar la imagen de un recuerdo que convivir con la persona que lo inspira. El imaginario de este mito clásico se filtrará en la relación entre ambas protagonistas.
La chispa que enciende la pasión entre Marianne y Héloïse surge del proceso artístico. Obligada a dibujar a Héloïse sin que ella lo sepa, Marianne la acompaña en sus paseos y observa con atención sus rasgos y sus gestos hasta enamorarse del objeto de su cuadro clandestino. Ya desde su arranque, 'Retrato de una mujer en llamas' revisa en clave feminista y a través de esta historia de amor las dinámicas tradicionales entre el artista y la persona que le inspira. En el prólogo del filme, se nos presenta a Marianne dando clases de pintura a sus alumnas. Ella actúa al mismo tiempo como artista, profesora y modelo para las estudiantes, desbaratando la idea de que la mujer solo ha ejercido de objeto de la obra artística.

'Retrato...' revisa en clave feminista y con una historia de amor las dinámicas tradicionales entre el artista y la persona que le inspira

Céline Sciamma visibiliza en su filme la figura de la mujer pintora, recurrente en la sociedad de la época a través de estos trabajos de 'encargo' pero también oculta tras las firmas masculinas de familiares y parejas que prestaban su nombre para la exhibición pública de las obras más creativas o personales de ellas. La cineasta, además, reformula el vínculo tradicional entre artista y musa para situarlo en un plano de mayor igualdad y colaboración. Aunque Marianne no deje de ser la única ejecutora del retrato de Héloïse, la joven no queda reducida a una mera fuente de inspiración pasiva. También expresa de forma activa sus sentimientos y obliga a Marianne a repintar su rostro después de una aguda crítica a una primera obra final propia de una pintora funcionaria más que de una artista. Aunque el objetivo de ese retrato siga siendo sellar el matrimonio no deseado de Héloïse, las dos mujeres superan esta fatalidad y aprovechan las circunstancias para vivir intensamente su amor. Al fin y al cabo, es este contexto lo que las empuja a observarse atentamente, a pasear acompañadas la una de la otra, a profundizar en su intimidad y a fijar sus gestos en la memoria.
Hacia al final del filme, cuando queda claro que no podrán continuar su relación, es también Héloïse quien propicia convertirse en la Eurídice de Marianne: si no puede ser la pareja de la Marianne enamorada, al menos será el más hermoso recuerdo de la Marianne artista. Su gesto contribuye a que la pintura que realice más tarde Marianne sobre este mito clásico se diferencie del resto de cuadros con el mismo motivo por cómo pone en escena el último momento entre Orfeo y Eurídice, con los dos personajes cara a cara en un plano de igualdad.

'Retrato de una mujer en llamas'.
'Retrato de una mujer en llamas'.

Pionera del cine lésbico, 'queer' y feminista de nueva ola en Francia con títulos como 'Naissance des pieuvres' (2007), 'Tomboy' (2011) y 'Girlhood' (2014), Sciamma sitúa a sus protagonistas en un entorno especial en la Francia del siglo XVIII en que puede florecer su pasión sin que sea condicionada por las circunstancias sociales. Ambas muchachas se quedan casi solas en la residencia aislada de Héloïse. Su única acompañante, Sophie (Luàna Bajrami), trabaja para la familia. Sciamma desarrolla una subtrama en torno a Sophie que le permite imaginar unos vínculos de sororidad interclasista poco habituales en las ficciones ambientadas en esta época, pero que funciona con toda naturalidad en el contexto de homosociabilidad femenina que despliega la película.

Aunque 'Retrato de una mujer en llamas' se ambiente en un contexto artístico, la película rehúye caer en una estética en exceso preciosista o llena de referencias a los grandes nombres de la pintura. Hay ideas muy hermosas ligadas a la mujer enamorada como pintora: la manera en que el rostro de Héloïse permanece primero oculto y se va desvelando poco a poco a los ojos de Marianne o las primeras apariciones de la Héloïse-Eurídice que turban la conciencia de la protagonista. Sciamma, sin embargo, aboga por una iluminación naturalista que da más libertad a sus personajes y a la pasión que surgirá entre ellas. Es inevitable ver en Marianne un reflejo de la propia Céline Sciamma, una artista que también ha amado a la mujer a la que retrataba. Pero incluso sin conocer este detalle extracinematográfico, ese plano final de 'Retrato de una mujer en llamas' fijado en el rostro de Héloïse, con el primer movimiento del 'Invierno' de Antonio Vivaldi presidiendo la escena, convocaría el mismo torrente de emoción catártica que genera cualquier reencuentro fortuito con la imagen de un amor perdido.

'Retrato de una mujer en llamas'.

Eroski Paraíso
Andrés Castro

Antonio e Eva coñecéronse na discoteca Paraíso en 1989. Esa mesma noite, Eva quedou embarazada e, pasados uns meses, casaron e tiveron a Alejandra. Trinta anos despois, Alejandra regresa á casa para filmar un documental sobre a vida de seus pais. Pero Antonio e Eva agora están divorciados, levan anos sen verse e a vella discoteca onde se coñeceran transformouse nun supermercado Eroski.


Unha das moitas curiosidades de Eroski/Paraíso é que está baseada na obra de teatro homónima do grupo Chévere pero, antes diso, foi concibida para ser unha peza audiovisual. Así que, após tres anos percorrendo os teatros do país, de parte do estado español e recalando en lugares tan insospeitados como París ou Braga, era bastante lóxico que acabara retomando a forma primixenia como película.



Dirixen Xesús Ron, director artístico da compañía Chévere e director da peza teatral, xunto con Jorge Coira (O ano da carracha, 18 comidas) que aporta o pulso e a visión cinematográfica. O resultado é un híbrido de metaficción capaz de superar calquera expectativa, por moi elevada que sexa.

Por suposto contan co mesmo trío protagonista da obra: Patricia de Lorenzo (Crebinsky), Miguel de Lira (A esmorga) e Cris Iglesias (Fariña). Nai, pai e filla respectivamente. A pequena familia mantén unha relación distante, froito do divorcio e do desarraigo da emigración. A xuntanza dos tres está provocada por un proxecto da filla, que se fixo cineasta en Barcelona, e quere filmar unha película sobre como se coñeceron os seus proxenitores na discoteca Paraíso, que agora é un supermercado Eroski. Entrementres o avó materno (Luís Martínez), con alzhéimer, observa detrás das cámaras. Pura metáfora...

O filme comeza descolocando un pouco ao persoal dunha maneira que me trouxo á cabeza o Dogville de Lars von Trier. En Eroski/Paraíso os decorados non están pintados no chan mais si que transcorre (case) todo nun decorado, nunha set de rodaxe con toda a cacharrada de cables, luces e equipo técnico. Ademais, ao principio, a pantalla aparece dividida en dous partes, con encadres e movementos de cámara imprecisos, como se estivésemos presenciando un making-of ou unha filmación caseira.

Unha vez captada a atención do público, e presentada a impulsora do proxecto cinematográfico (Alejandra/Iglesias), comezan as risas. O reencontro entre pai (Antonio/de Lira) e nai (Eva/de Lorenzo) é un verdadeiro esmendrelle. E non será o único gran momento. Hai moitos máis distribuídos entre os cinco capítulos que dividen un todo cheo de diálogos áxiles, naturais e retranqueiros aderezados con frases memorábeis e cheas de contundente lóxica... A do “pecado capital” é o “capitalismo” é soberbia.

O latente espírito teatral está completamente diluído en puro cinema que non prescinde, nin un ápice, das posibilidades da técnica audiovisual. Desde grafismo animado, exteriores, referencias ao xénero musical e, claro, a dirección de fotografía da pluriempregada Lucía Catoira Pan (Dhogs), que aquí comparte crédito con Fidel Vázquez, membro xa do equipo técnico da obra teatral. Ademais a banda sonora corre a cargo de Xavi Font (A sombra da lei) e a música no grupo muradán Terbutalina. A canción de Dirty Dancing pon o broche a xenial escena de baile catalizadora de toda a historia.

Unha película de humor que tamén conta con espazo para a reflexión a través de pequenas pinceladas da realidade que van aflorando tras os focos e o atrezzo. Aquí brilla con luz propia Patricia de Lorenzo que é capaz de mudar nun tris a expresión da súa personaxe, de eterno sorriso e risa contaxiosa, até o punto de contaxiarnos tamén a emoción. Aposto o que sexa a que as candidaturas aos Mestre Mateo acaban petando na súa porta.

Eroski/Paraíso fala de paraísos de mentira, de soños de xuventude feitos anacos, fala da carraxe, de rancor, de vivir nun sitio pequeno onde non se pode ser un mesmo, fala do desarraigo, da emigración, do apego, da familia, da memoria, do cheiro, do amor, do desamor... da vida. Fala de tantas cousas en tan pouco tempo que resulta abraiante que, por riba, sexa unha comedia.

Unha comedia atemporal, auténtica, reflexiva, emocionante, orixinal, sorprendente, divertidísima. A comedia total. Creará estilo.



Eroski /Paraíso

(Galiza 2019, 75 min.)

Dirección: Jorge Coira e Xesús Ron

Guión: Chévere
Fotografía: Lucía C. Pan, Fidel Vázquez
Música: Xavi Font
Elenco: Patricia de Lorenzo, Miguel de Lira, Cris Iglesias, Fidel Vázquez, Luís Martínez, Ana Santos, Federico Pérez

---oOo---

abc
Unha proposta máis que recomendable esta Eroski Paraíso, e, o que non é doado, con risas e sorrisas intelixentes garantidas, e nos ocos pinceladas de realidade, unha lección maxistral de socioloxía e psicoloxía social da Galiza. De primeiras, esta historia resúltame familiar, un retrato do desarraigo vital diglosia e alzhéimer incluído de toda unha xeración.
Pero a identidade non só está en xogo no lingüístico, senón tamén no desarraigamento que senten algunhas personaxes no proceso de vivir, na emigración e na volta ao lugar de orixe... fala de paraísos de mentira, de soños feitos anacos...
Deliciosa proposta!, sen dubida, refresca e moito o panorama do cine que ten moita vida máis alá dos grandes centros produtores Madrid, Barcelona, París, Holywood... 


PARASITE (2019): la perfección hecha película

David S. Blanco

Título: Gisaengchung | Dirección: Bong Joon-ho | Guión: Kim Dae-hwan, Bong Joon-ho, Jin Won Han | Música: Jaeil Jung | Fotografía: Kyung-Pyo Hong | Reparto: Song Kang-ho, Lee Seon-gyun, Jang Hye-jin, Cho Yeo-jeong, Choi Woo-sik, Park So-dam

Analizamos la Palma de Oro de 2019, Parasite, del coreano Bong Joon-ho, una de las mejores películas de la década
Una imagen estática nos sitúa en una casa situada por debajo del pavimento. Podemos ver a través de su ventana la vida exterior, y con un ligero paneo hacia abajo, abandonamos esta vista y nos metemos de lleno en la vivienda, donde Gi, el hijo de una familia que subsiste como buenamente puede, esta preocupado por no tener señal wifi. Esta imagen, -entre muchas otras que pululan a lo largo de la película-, podría sintetizar Parasite de una forma precisa y concreta.
Porque el filme, es la historia universal de la desigualdad social, pero contada con un humor negro, ácido y cruel, aplicando estas desigualdades a nuestro presente -con todas las oportunidades que esto implica- y mostrando como de factible es la reversión del statu quo, y si finalmente, es posible pasar del subsuelo a la superficie. Aunque para ello, haya que convertirse literalmente, en un parásito.
La cinta es de un cinismo que asusta. El coreano ha conseguido aunar ese cine de festivales que tanto gusta -vamos, el de las desigualdades, lucha de clases y miseria- con una historia más propia del cine negro, con toques de thriller y momentos delirantes y un tanto perversos. Bong Joon-ho articula una historia donde cada decisión va un paso más allá y deriva la trama a un divertidísimo e hilarante desenfreno de situaciones absurdas, en la que dos familias, deben interactuar, siendo una de ellas, auténticos impostores con fines perversos. Esto toca tangencialmente con uno de los temas más profundos de las raíces del film, que es la falsedad en la sociedad actual, y la construcción de una persona o alter ego alternativo.
Parasite nos muestra a personajes interpretando otros papeles para conseguir sus propios propósitos, pero incluso, los personajes más vulnerables, mienten para defender lo que más quieren, u ocultan información importante con el fin de no verse comprometidos. Al final, todas las referencias del inicio de la película a la falta de wifi -y por ende, a esa ventana que permite ser otra persona- se llevan al extremo cuando es gracias a la tecnología, que se puede perpetuar esta farsa. Incluso, hay una memorable escena en la que el objeto para amenazar y coaccionar que habría sido una pistola en el pasado, aquí no es mas que un simple e “inofensivo” teléfono. Un arma, que puede hacer incluso más daño que las balas, y desenmascarar la verdad.
Aunque la verdad, es un concepto relativo “y un tanto sobrevalorado” cuando entran en juegos valores más primigenios, como la superviviencia, la avaricia, el miedo, o la rabia. Y es ahí, cuando la película empieza a virar a terrenos pantanosos, que lejos de alejarnos de la historia, nos sumergen aún más, pero en una marea de miseria y corrupción moral, que empapa -literalmente- la pantalla, aunque paradójicamente, la película sigue manteniendo ese tono de comedia negra.
La cinta, es un prodigio visual en todos sus aspectos. No son pocas las referencias visuales a como los de abajo permanecen abajo, ya sea en su hogar, escondidos bajo una mesa, una cama, en un bunker, o incluso, bajo tierra, una vez muertos, frente a los planos de la superficie, del jardín o de la propia casa de la familia adinerada.  No solo es extraordinaria en el juego espacial, sino en el en el uso de los planos detalle al más puro estilo Hitchcock, las secuencias de montaje, que agilizan de forma precisa planes bastante complejos. En lo formal, tiene un exquisito planteamiento bastante clásico -mucho plano/contra plano- mezclado con travellings bastante agresivos cuando la historia literalmente avanza, y las interpretaciones, dentro de lo que es el cine asiático, son bastante “contenidas” y occidentales. Todo, al servicio de que trama y forma se compaginen de una forma sublime y cohesionada.

Al final, Parasite es una obra con connotaciones sociales, filosóficas, y morales, que mezcla temas universales e inmortales, con otros de nuestro tiempo, todo ello rodado con una precisión maravillosa, y un ritmo y montaje que permite que pueda ser disfrutada por cualquier tipo de público. Una de las mejores palmas de oro de la década sin ninguna duda.
O que arde


No hay apenas premios este año por los que Roma, la última película del director mexicano Alfonso Cuarón, no haya pasado. Tras ganar el León de Oro en el Festival de Venecia, ha estado en los Spirit, BIFA, Gotham, Satellite y ahora también opta a tres Globos de Oro y al Goya a Mejor película iberoamericana. El  Círculo de Críticos de Nueva York, la National Board of Review y el American Film Institute la han reconocido como una de las mejores películas del año. Y, como no podía ser de otra manera, se postula como una de las favoritas de los Oscar. Pero la produce Netflix.
¿Qué significa esto? Que su estreno en la plataforma limita las posibilidades de su paso por las salas de cine. La mayoría de exhibidores han decidido no proyectarla ante la inamovible fecha de llegada al catálogo de todo aquél que tenga cuenta en Netflix. Así pasó con otras películas de la compañía de Reed Hastings como Okja,La balada de Buster Scruggs o Aniquilación.
Y sin embargo, este es el caso que más debate ha generado en los últimos tiempos debido a la envergadura que la película ha ido cogiendo de cara a los Oscar. Mientras cadenas como CINESA se han pronunciado sobre el fenómeno, aludiendo que únicamente reproducen " películas que cumplen con el período de exclusividad teatral", Ted Sarandos, director de contenido del gigante del VOD, no ha dudado en asegurar que los exhibidores "viven anclados en el pasado".
Entre unos y otros, cinco cines españoles han decidido proyectarla. La película se puede ver en los cines Verdi de Madrid y Barcelona, y en el Cine Albéniz de Málaga. Cinco de las 3.618 salas que habitan el panorama patrio. ¿Qué está pasando con Roma? ¿Qué significa la última película de Alfonso Cuarón para la industria del cine actual?

Hija de una industria en plena ebullición

En nuestro país, la distribución cinematográfica sigue un sistema de 'ventanas' que marca los tempos de explotación de un producto. Un film se ve primero en cines, luego en dvd y otros formatos domésticos, luego en alquiler digital -en plataformas como iTunes-, y en última instancia en streaming o suscripción -en Netflix, HBO y otros tantos-.
Según este sistema, para que una película pueda verse en cines su estreno debe ser exclusivo durante un tiempo determinado. Es decir que para que Roma  hubiese sido exhibida como cualquiera de los tantos títulos que se estrenan cada viernes, tenía que permanecer un tiempo -que suele fijarse alrededor de los tres o cuatro meses-, pudiendo verse únicamente en cines. Sin embargo, Netflix la estrena el día 14 de diciembre. Y esta fecha no se ha movido en el calendario de nadie: todo aquel que esté suscrito, podrá verla tranquilamente en su casa ese día.
De ahí que la mayoría de exhibidores españoles se hayan negado a proyectarla: la película de Cuarón no iba a estar ni dos ni tres meses en barbecho en las salas, sino apenas unas semanas antes de poder verse en los salones de medio país.
Pero cinco salas españolas se han atrevido a saltarse las normas no escritas y se han llenado durante días. Aunque desde Espectarama, la empresa gestora de los cines Verdi, han afirmado a este periódico que, "no estamos autorizados a hablar con prensa sobre Roma", y tampoco hayan trascendido datos de espectadores, sólo había que acercarse a las salas de Madrid y Barcelona para ver el nivel de expectación. Había que pelearse para conseguir entradas, y las salas estaban hasta los topes. Un fenómeno cada vez menos común en nuestros días.





Roma, de Alfonso Cuarón
Roma, de Alfonso Cuarón

Roma  podría verse como una película sin más, pero la realidad de su estreno se ha significado -se diría que a su pesar-, como un símbolo de una industria en pie de guerra contra sí misma. Netflix y otras plataformas están cambiando el panorama de la distribución a nivel mundial. Su última producción podría ser el próximo Oscar, sin ir más lejos. Pero los exhibidores aún no se han adaptado del todo a este nuevo panorama.
"Las salas de cine tienen que hacer frente a altos costes fijos que, a medida que ha bajado el consumo, les ha abocado a buscar fórmulas creativas. La mayoría, como es natural, prefieren tomar medidas más estructurales y defender sus ventanas de exclusividad puede ser una de ellas", describe a eldiario.es Enrique Lozano, coordinador del Máster en distribución audiovisual de la ECAM. "Los exhibidores están acostumbrados a lidiar con grandes 'enemigos' como el sol o el fútbol. Pero las OTT son un actor muy reciente en el mercado y, aunque los cines propongan acciones de este tipo [el veto], es muy normal acogerlas con recelo. Mi opinión personal es que no podemos detener la realidad del consumo audiovisual ni del ocio. Solo sobrevivirán los que se adapten al nuevo entorno. Así que en este caso, y hablo sin conocer los detalles con precisión, estoy de acuerdo con la postura de los Verdi", explica el profesor universitario.
"En las luchas entre grandes, siempre pierde el pequeño. En este caso, el espectador", cuenta Eneko Gutiérrez, productor audiovisual y profesor del Master en Film Business de la ESCAC. "La decisión de CINESA es totalmente legítima, del mismo modo que lo es la alegría del publicista de Netflix que ve como se alimenta el hype de su película a costa de las decisiones de otros", explica el profesional.
Así las cosas, no parece descabellado que el fenómeno la convierta en la primera película de una plataforma de streaming en ganar un Oscar a Mejor Película. Pero será uno que en este país se habrá podido ver en muy pocos cines. La mayoría de espectadores la descubrirán en sus casas o en sus dispositivos móviles. PorqueRoma es hija del signo de sus tiempos, mucho más que Green BookHa nacido una estrellaEl vicio del poder y tantas otras películas bien posicionadas en esta temporada de premios que ahora iniciamos.

Cine lejos de las salas de cine

Las ventanas de distribución, así como los ritmos de exhibición son "el pasado", según Enrique Lozano. "Siguen existiendo pero el valor que percibe el cliente nunca puede ser solo ése, porque entonces todo se reduce a tasar el tiempo que el espectador está dispuesto a esperar", cuestiona. "La clave siempre ha estado en la experiencia de usuario. Antes se iba al cine con los amigos. Era el plan de ese día y era una experiencia muy grata. Ahora hay salas -en Madrid, al menos- haciendo cosas muy diferentes y ofreciendo servicios innovadores", cuenta sobre cómo las salas de cine resisten el embate de los nuevos consumos audiovisuales.
Según él, "Netflix no produce cine ni televisión. Es mucho más. Netflix crea eventos y lo hace magníficamente. Es una empresa con un enorme componente de analítica de datos en su toma de decisiones. Nada está al azar", explica.
El prestigio que la plataforma de streaming  gana con una película que triunfa en todos los festivales -menos en Cannes-, no es azaroso ni mucho menos. Aunque sí difícil de cuantificar. De la misma forma que resulta complejo medir lo que gana el gigante del VOD produciendo y estrenando películas que se creían perdidas como Al otro lado del viento de Orson Welles. Pero se percibe, eso sí, que está invirtiendo en términos de prestigio de marca: ahora también puede ser vista como la empresa que recupera cine clásico y proyectos perdidos del Hollywood.
Y sin embargo, en última instancia, hablamos de cine que no se ve en cines. Películas como Bright, AniquilaciónOkja o La balada de Buster Scruggs -nada menos que la última película de los hermanos Coen-, no se han podido ver en salas. Y no hay mayor problema con eso más allá de herir la sensibilidad del espectador romántico. Pero Roma  sí se ha podido ver, aunque fuere en poquísimas salas: es una excepción y de ahí su relevancia. Podría haber abierto una puerta en el complejo panorama de la distribución actual. Y recordemos que Netflix es la productora de The Irishman, la nueva película de Martin Scorsese con Robert de Niro, Al Pacino, Joe Pesci y Harvey Keitel. Y también del Pinocho de Guillermo del Toro. 
Hace unos días, sin ir más lejos, este último fue preguntado en Kinótico acerca de si le daba miedo que su película no fuera a verse en salas de cine. "Más miedo me da no hacerla", confesaba el realizador en la entrevista.





Alfonso Cuarón dirige a Yalitza Aparicio, Cleo en la ficción
Alfonso Cuarón dirige a Yalitza Aparicio, Cleo en la ficción

"Cuando explico en mis clases las ventanas de distribución siempre intento hacer ver a los alumnos que cada una de ellas supone una posible vía de financiación de la película", cuenta Eneko Gutiérrez. "Los que hacemos cine muy raras veces contamos con la financiación anticipada necesaria para producir películas y debemos salir 'afuera' a vender nuestro proyecto. Las películas se prevenden en la televisión en abierto, en televisión de pago, e incluso con suerte, las distribuidoras (Sony, Warner, Acontracorriente, etc.) adelantan parte del coste que tiene lanzar una película", describe el profesor de la ESCAC y productor de cine y series. "Cuando termino de explicar esto, los alumnos suelen preguntar siempre: ¿y los cines compran también las películas? Es una lástima, pero hoy en día la taquilla no está ayudando a que se produzcan películas. Como mucho, la taquilla sanea el balance. Por lo tanto es lógico pensar en un nuevo orden que permita producir las películas que el público demanda", sentencia.
Netflix está invirtiendo en el cine de mañana. Está produciendo proyectos que llevaban años estancados, proyectando la imagen de que dedica recursos a ideas que los grandes estudios no se atrevían a realizar. Casi una década le ha costado a del Toro encontrar financiación para su Pinocho, después de haber llamado a las puertas de todos y cada uno de los estudios de Hollywood. Y es difícil pensar en un estudio clásico que hubiese apostado por lo que propone la película de Cuarón. Así que puede que el cine de hoy ya no se vea en el cine, y puede que esto no tenga nada de malo. Pero gracias al ejemplo de Roma, podría haber una luz al final del túnel.

Una mirada personal a la historia de México

Y todo esto, al margen de una consideración fundamental: Roma es una película excelente. La nueva obra de Alfonso Cuarón ha hecho historia porque se significa como ejemplo perfecto de una industra que está cambiando delante de nuestros ojos. Pero es que, además, resulta ser la mejor película de su realizador y una de las obras más bellas y significativas del año.
Con este film, el mexicano parece haber ha encontrado el equilibrio perfecto entre su faceta de experimentador formal y su discurso narrativo en torno a los temas que han marcado a fuego su cine.
El montaje y la utilización expresiva del plano secuencia de Hijos de los hombres, el control absoluto de los elementos que componen cada plano de Gravity, o las metáforas visuales que habitaban el particular universo de Harry Potter y el prisionero de Azkabán, habitan en Roma. Pero también conviven en ella la reflexión sobre las clases sociales y su influencia en las relaciones emocionales deY tu mamá también, y el clasicismo cinéfilo de La princesita o Grandes Esperanzas.
Aún así, de todas las películas que son Roma puede que la más trascendental resulte ser la más inesperada: la lectura política de la historia de su país que Cuarón realiza a través de los ojos de Cleo -Yalitza Aparicio-, una joven sirvienta de una familia del barrio que bautiza el film.
A través del viaje interior de una joven sin voz ni voto en su entorno, representación de la obliteración consciente de la mujer en una sociedad profundamente patriarcal, asistimos a un bellísimo retrato social del México de los años setenta. Uno en el que hombres ausentes y mujeres valientes dejaron una profunda huella en una generación que hoy, por casualidades del destino, podría estar dedicándose a hacer cine.
'Bohemian Rhapsody': Rami Malek resucita a Freddie Mercury en una película entretenida pero superficial
MIKEL ZORRILLA

https://www.espinof.com/

Freddie Mercury es uno de los músicos más importantes del siglo XX y Queen un grupo emblemático que se tiene muy ganada a pulso su fama. No cuesta entender que el mundo del cine se haya interesado en su historia, siendo en 2010 cuando se puso en marcha ‘Bohemian Rhapsody’, una película que debía protagonizar Sacha Baron Cohen, pero el actor abandonó el proyecto porque quería un enfoque más adulto mientras que el resto de la banda prefería algo más apto para todos los públicos.
‘Bohemian Rhapsody’ estuvo varios años dando tumbos y empezaba a haber dudas sobre si el proyecto saldría finalmente adelante. Los fichajes de Bryan Singer para dirigirla y Rami Malek para protagonizarla dieron el empuje definitivo a una película que llega a los cines españoles el próximo 31 de octubre. Entre lo positivo destaca que el actor resucita a Mercury y que sus últimos minutos funcionan muy bien, pero en lo demás resulta un tanto superficial.

Una película para todos los públicos



Seamos claros: ‘Bohemian Rhapsody’ sigue bastante al dedillo la fórmula del biopic musical, resaltando los logros del protagonista y mencionando pero sin profundizar en sus demonios personales. Quien busca algo diferente a esto va a sentirse muy decepcionado, y quien además desee que se entre a hablar en profundidad de los momentos más oscuros de la vida de Mercury ya puede ir ahorrándose el dinero de la entrada.
Y es que lo que realmente le interesa a la película es mostrar cómo Freddie Mercury se convirtió en un mito, pasando para ello por todas las etapas de su vida desde justo antes de pasar a formar parte de Queen hasta el mítico concierto Live Aid en 1985. Todo lo que vino después se lo ahorran y con anterioridad a ello se había optado por incidir su enfermedad con mucho tacto, quizá demasiado, para que fuera su talento musical lo que se impusiera por encima de todo.

Sin embargo, me he adelantado demasiado, ¿qué es lo que ofrece ‘Bohemian Rhapsody’ que no podamos descubrir leyendo simplemente la biografía de Mercury? En algunos aspectos, como la relación con su propia familia, bien poco y en líneas generales al guion de Anthony McCarten le falta dar la suficiente profundidad a todo lo que le rodea, olvidándose a veces de determinados frentes para luego recuperarlos cuando más le conviene.


Se limita a sí misma

Eso provoca que el resto de personajes se queden un poco a medio gas. Aquí no quiero dar a entender que los actores lo hagan mal, pero sí que les falta chicha para ser más que simples complementos. Que en el fondo lo serían igualmente, pero toda película debería permitir que los personajes secundarios encuentren algo de voz propia y aquí eso solamente sucede puntualmente en el caso del interpretado por Lucy Boynton y porque las propias necesidades narrativas de la película lo requieren.
Eso es algo que se va compensando un poco porque la propia fuerza de las canciones del grupo sirve para que pequeñas anécdotas alrededor de su origen sean suficiente para que el espectador se deje llevar por ellas. Ahí Singer lo tenía fácil para no pifiarla, limitándose a un trabajo de puesta en escena fluida que potencie la naturaleza ligera de la película con la que pretende llegar a la mayor cantidad de público posible.
Un buen ejemplo de ello es que en realidad se presta mucha más atención a la mujer que jugó un gran papel en su vida y con la que inicialmente tuvo una relación romántica que a sus aventuras homosexuales y al hombre con el que encontró la estabilidad. Sí, la homosexualidad no se esconde, pero se opta más por dar a entender que ha sucedido algo o simplemente volver a caer en lo que mencionaba antes de ser un simple complemento.

Lo mejor de ‘Bohemian Rhapsody’



Dicho esto, no he odiado en ningún momento ‘Bohemian Rhapsody’ y sus más de dos horas de metraje nunca se hacen pesadas, pero es que hay dos aspectos positivos que evidencian aún más las limitaciones de lo que hemos visto hasta entonces. El primero es la reproducción en versión reducida del concierto Live Aid. Ahí Singer va mucho más allá con la energía que ya intentaba imprimir a otras actuaciones y por momentos logra erizarte la piel y meterte de ello en algo realmente único. Aunque me queda la duda de si eso se lo debemos a él o a la aportación de Dexter Fletcher a la película...
Lo otro que sobresale es Malek. No voy a decir que lo tenía más fácil al estar todo más al servicio de su personaje, ya que Mercury es un artista único y había muchas posibilidades de quedarse corto y de acabar siendo ridículo por los excesos cometidos. El protagonista de ‘Mr. Robot’ no solamente sale airoso del reto, pues llega a convertirse literalmente en Mercury, tanto en su forma de actuar como en la apariencia física y la utilización del lenguaje no verbal, algo clave en el caso que nos ocupa.
Además, lo logra sin dar en ningún momento la sensación de estar imitando a Mercury, lo cual habría sido un error. Malek se entrega al personaje hasta el punto de mimetizarse con él, logrando así compensar las debilidades de la película, las cuales incluso afectan al protagonista en algunos momentos, porque se plantean muchos aspectos de su personalidad pero no parece haber verdadero interés en indagar en la mayoría de ellos.
En definitiva, ‘Bohemian Rhapsody’ es un biopic entretenido pero superficial en el que la excelente interpretación de Malek y la capacidad para hacernos vibrar durante su tramo final compensan en parte el hecho de no haber querido ahondar en una serie de tramas que habrían dado mayor riqueza al resultado final.

'Cold War' es una absoluta maravilla: un nuevo clásico romántico
JUAN LUIS CAVIARO

https://www.espinof.com/

Cinco años después de triunfar con 'Ida' (ganadora del Óscar a la mejor película de habla no inglesa), vuelve el polaco Pawel Pawlikowski con 'Cold War', un drama romántico que ha cosechado toda clase de elogios a su paso por grandes festivales, así como un premio tan prestigioso como el de mejor dirección en Cannes.
Es, por tanto, uno de los grandes estrenos del otoño (para cualquier amante del cine) y no decepciona lo más mínimo. Pawlikowski vuelve a recurrir a la fotografía en blanco y negro para crear una película increíblemente hermosa, un obra extraordinaria donde cada escena, cada plano, cada instante de esta trágica historia, es una obra de arte que podrías quedarte admirando durante horas. Sí, es así de buena. Un inmediato clásico.
Como aclara su título, el film tiene lugar durante los años de la Guerra Fría y gira en torno a un romance improbable e imposible que, a pesar de todas las dificultades que se presentan, se va desarrollando de forma dramática y apasionada a lo largo del tiempo. Durante unos 88 minutos que se pasan volando, asistimos al peculiar desarrollo de la relación, pasando por todas sus etapas, desde los momentos dulces a los amargos, desde su principio a su final.
A priori, nada nuevo. Sin embargo, Pawlikowski vuelve a demostrar que lo importante es la narración, cómo cuentas la historia. En este caso, la de dos personas que se conocen por accidente, intentan amarse y ser felices en unos tiempos donde no hay lugar para la belleza, el amor y el arte, a menos que se dedique a fines políticos, a la propaganda.
La acción parte del lado comunista, mostrando su terribles efectos en la vida de los protagonistas y su entorno, y cómo alguien astuto y fiel al partido, aunque incapaz de aportar nada realmente útil o bello al mundo, un hombre absolutamente gris, puede ascender y "triunfar" en la vida. Lo pongo entre comillas porque si has visto la película ya sabrás que su victoria sólo es superficial; en una brillante escena, comprueba que jamás podrá ganar en lo que importa.

'Cold War', un nuevo clásico del (mejor) cine romántico

Es interesante cómo el autor polaco, que comenzó en el documental, arranca su película rindiendo homenaje a la cultura popular y las canciones de amor, encontrando la belleza en los sentimientos de esas letras. Durante esa búsqueda de talentos, el pianista y culto Wiktor (Tomasz Kot) conoce a una desesperada chica de pueblo y pasado problemático, Zula (Joanna Kulig). Ella canta, él se enamora, y la vida de ambos cambia para siempre.

Da igual que hayamos visto cientos o miles de películas románticas, 'Cold War' es especial, te engancha enseguida y te atrapa, con recursos que aparentemente no parecen especiales, lo cual hace que sea aún más sorprendente. Al final, todo depende de la mirada, de dónde se sitúa la cámara y decide qué se muestra al espectador. Vamos viendo retazos de la vida de los protagonistas, capturados de la forma más natural, elegante y artística posible.
El ritmo, la composición y la dirección de actores, todo funciona para dar la sensación de estar viendo algo auténtico, no fingido o recreado. Se encadenan como hermosos cuadros en movimiento, cargados de detalles sutiles, interpretaciones y subtexto, que dicen mucho más de lo que parece a simple vista; quedémonos con el nombre del operador, Lukasz Zal ('Ida', 'Loving Vincent').
También impresiona cómo 'Cold War' nos lleva por un viaje a través de Polonia, Berlín, París o Yugoslavia, durante los años 50, y la ambientación no tiene nada que envidiar a las grandes superproducciones de Hollywood. Sin embargo, es una coproducción europea y sus opciones comerciales son limitadas, no llega con tantas copias como los churros industriales y quizá se convierta en otro de esos títulos de culto que se redescubren en formato doméstico, porque los nombres son polacos y desconocidos para el gran público.

Que así sea. Pero te digo una cosa: cuando la veas, vas a lamentar no haberla disfrutado en pantalla grande. 'Cold War' es una rotunda obra maestra, una de las experiencias cinematográficas más maravillosas del año. No te la pierdas.

Cuando la violación es tan brutal en el cine como en la vida real

La recreación de la agresión sexual en la gran pantalla está nutrida de secuencias repulsivas que han hecho historia. Afortunadamente hay un cine que sigue luchando por la igualdad y en contra de los maltratos.

BEGOÑA PIÑA
http://www.publico.es

'Irreversible'

La Real Academia de la Lengua dice que ‘violar’ es “tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad”. Hoy, cuando el índice de violaciones en España ha subido un 28,4% respecto del año pasado, cuando hay agresores que imitan el comportamiento de los miembros de La Manada, cuando la indignación y el cansancio de las mujeres es ya insoportable, la mejor definición —por mucho que al juez Ricardo González no se lo pareciera— es la que daba la propia Fiscalía al detallar el caso de la violación múltiple de San Fermín

'Anticristo'
Se pone la piel de gallina al releer el auto. Felaciones, penetración anal y vaginal, algunos “reclamando su turno”. Aunque a veces parezca que las palabras resultan insuficientes para describir el horror, la imaginación ya se ocupa de hacer el resto. En ello el cine es un camino más directo, el dolor, la violencia, el miedo… hasta la arcada se pueden provocar con una escena de agresión sexual. Es una angustia que surge por la empatía con la víctima —“¡Cuando veas que una mujer llora así, no se está divirtiendo!”— o, todo lo contrario, una absoluta repulsión que nace de la recreación en la violación. Desgraciadamente, hay unos cuantos ejemplos de esto último.
Gaspar Noé, uno de los ‘niños malditos’ del cine galo, nunca fue tan maldito como cuando presentó en Cannes Irreversible, donde se mostraba una violación en tiempo real. Un plano fijo de nueve minutos de tortura a una mujer (Monica Bellucci), una secuencia violenta, sucia, obscena… la polémica que tanto le gusta al cineasta, desde luego, estaba asegurada. Pocas veces ha estado tan contaminado el uso de una mujer para la promoción de una película. El coprotagonista, Vincent Cassel, entonces marido de Bellucci, confirmó muy poco después en una entrevista que su padre, el magnífico actor Jean-Pierre Cassel, le reprochó haber participado en semejante proyecto

Paul Verhoeven con Isabelle Huppert, en el rodaje de 'Elle'
Había razones de sobra para cargar contra la ética de Noé, pero hay que reconocer que las violaciones en el cine son a menudo motivo de debate. Muy pocos se quedaron indiferentes antes las escenas de sexo violento que rodó Lars von Trier en la película Anticristo y a la inmensa mayoría le pareció que no estaban de ninguna manera justificadas en la trama. La mujer sufría en esos momentos no se sabía para qué.
Mención aparte merecen un par de violaciones, o mejor dicho, una violación y un intento de, que —¡cuesta hasta escribirlo!— terminan con una mujer satisfecha. Una es, por supuesto, la que protagoniza Isabelle Huppert en Elle, del provocador profesional Paul Verhoeven. La otra es el ataque de Antonio de la Torre, en su personaje de Velarde, uno de los policías de Que Dios nos perdone, contra la mujer que limpia los apartamentos en los que vive. Ella huye, pero poco después, vuelve complaciente buscando a su agresor. Aquel momento en la película de Rodrigo Sorogoyen fue la gota que colmó el vaso para una película claramente machista, en la que se investigaba un caso de violaciones y asesinatos a ancianas, para lo que el director mostraba los cuerpos desnudos vejados de las víctimas en primerísimo plano —solo justificaba esas imágenes la búsqueda de morbo— o donde las madres eran las únicas culpables de los dementes actos de sus hijos.

'La naranja mecánica'
Debate y mucho tuvo Pedro Almodóvar primero con Kika, a propósito del tono de comedia que se usaba en la escena de la violación a la protagonista (Verónica Forqué) por parte del hermano de su cuñada. Después llegó la gran bronca con Hable con ella, donde el personaje de Benigno (Javier Cámara), un enfermero, violaba a la mujer a la que supuestamente amaba, Alicia (Leonor Watling), mientras ésta estaba en coma. Se le achacó la bondad con que había dotado al violador, el enfermero protagonista. Menos polémica, aunque no pasó inadvertida, fue la violación que rodó en La piel que habito.
Brutales, como en la realidad, que consiguen asquear a cualquiera, son violaciones que también existen en el cine y que no dejan lugar a dudas de su intención. Es inútil intentar soportar con serenidad La naranja mecánica y ver uno tras otro los actos salvajes de esa pandilla de bestias. Dan palizas, aterrorizan a la gente… irrumpen en la casa de un escritor, la destrozan y Alex (Malcolm McDowell) viola a la mujer (Adrianne Corri) mientras canta Singin’ in the Rain. Kubrick era demoledor, no dejaba un atisbo de bondad en aquel macarra.
El maestro Alfred Hitchcock dejó bien clara su propia repugnancia hacia la violación en Frenesí. Gaspar Noé hubiera debido aprender de la escena que rodó aquel en 1972 en lugar de intentar superarle. Los de Hitchcock son nueves minutos también, pero estos son impecables. Barry Foster (interpretado por Bob Rusk) se acerca a su víctima y la asedia antes de agredirla y finalmente asesinarla. Un momento durísimo y evidentemente en contra de la violencia.

'Acusados'
Sam Peckinpah mostró el rostro de la víctima mientras la violaban —dos veces— en Perros de paja y era difícil en ese momento mantener la mirada en la pantalla. Repelía ver a Otis (Tom Towles) cuando violaba a una mujer después de matarla en Henry, retrato de un asesino. La escena de la violación múltiple sobre una máquina pinball de Acusados es absolutamente bestial, los hombres golpean y violan a Sarah Tobias (impresionante Jodie Foster), mientras el resto de indeseables jalea lo que ven y lo disfrutan. En aquella película de Jonathan Kaplan, el horror continuaba cuando a la joven nadie la cree y la llegan a acusar a ella de ir por lo bares provocando a los hombres.
Afortunadamente, a la víctima de La Manada la creemos todos. O casi todos, porque la actuación de la justicia en este caso, primero con la sentencia de abuso sexual en lugar de violación, y ahora con la libertad provisional, pone los pelos de punta. A lo mejor por eso cada vez nos acordamos más del momento en que Louise se venga del violador de Thelma. Y en ese momento respiras, aunque sea asesinato, porque éste te permite al menos el alivio de la ficción.
— ¡Déjala ir, pendejo de mierda o voy a salpicar este bonito coche con tus sesos!
— Cálmate. Sólo nos estábamos divirtiendo un poco. Es todo.
— Parece que tienes una idea bien jodida de lo que es divertirse.
— Date la vuelta. ¡En el futuro cuando veas que una mujer llora así, no se está divirtiendo!

'Maudie': la pintora que enamoró a Norteamérica sin salir de su casa

https://www.elconfidencial.com/

El filme recupera la figura de Maud Lewis, una pintora naíf que se hizo un hueco en el panorama artístico de su país a pesar de vivir y trabajar en los márgenes

"No soy una lisiada, solo camino diferente", afirma la protagonista de 'Maudie' ante el que será su marido. Nacida en 1903, la artista canadiense Maud Lewis padeció de joven una artritis reumatoide que afectó a su movilidad y al aspecto de su cuerpo. Sin embargo, la enfermedad no le impidió aficionarse a la pintura. Ya de pequeña confeccionaba, a instancias de su madre, coloridas tarjetas para felicitar las Navidades. De adulta empezó a trabajar para un pescador local, Everett Lewis, con el que se acabó casando. Maude decoraba el diminuto hogar de ambos con alegres motivos de la naturaleza. Su estilo naíf obtuvo cierta popularidad y consiguió ganarse la vida gracias a sus cuadros de colores llanos repletos de tulipanes, gatos, bueyes, ciervos y los paisajes marinos de su zona.

Tan famosa en Norteamérica como prácticamente desconocida en Europa, la figura de Maud Lewis era sin duda carne de biopic. Resulta toda una singularidad como artista, en tanto se escapa de las corrientes más en boga a lo largo del siglo XX y de los tópicos con que se asocia a los pintores. Ni bohemia, ni atormentada, ni estrella ni postmoderna, sino todo lo contrario, Lewis sin embargo sí responde a otro lugar común que se adora en las narrativas en torno al mundo del arte: la del genio anónimo que alguien descubre por azar. Además, la pintora consiguió notoriedad a pesar de desarrollar toda su obra sin moverse del lugar donde residía. Para más inri, las dificultades y dolores físicos con los que convivió toda su vida y el hecho de haber salido adelante a pesar de la poca confianza que le mostraron sus allegados convierten su vida en un ejemplo perfecto de historia de superación personal.

La película que le dedica la directora irlandesa Aisling Walsh 'Maudie, el color de la vida' capea con tantos aciertos como errores los tics de este tipo de drama biográfico. Arranca con la protagonista ya adulta, cuando se ve obligada a vivir con su tía porque sus padres han muerto y su hermano se vende la casa familiar para cubrir unas deudas. Walsh huye de la victimización del personaje y, sin tampoco apelar a la épica del optimismo, nos presenta a una Maud que intenta ser feliz a pesar de un entorno que la minusvalora y la margina por su condición física.

Maud intenta ser feliz a pesar de un entorno que la minusvalora y la margina por su condición física

Determinada a vivir su vida a pesar de los pesares, la mujer responde a una oferta de empleo de un cuarentón soltero que requiere a una criada. Así conoce a Everett, que la aloja en su minúscula casa de madera en medio de la nada. El hombre vive en unas condiciones más propias del siglo XIX, sin electricidad ni agua corriente. Para embellecer un hogar tan austero, Maude pinta motivos alegres en las paredes, las escaleras, las puertas... Una clienta de Everett proveniente de Nueva York descubre su talento y empieza a promocionarla. El relativo éxito de la pintora no cambia su estilo de vida. Se mantiene al lado del gruñón de su marido, en su casita de madera sin comodidades pintado cada día al menos una nueva obra.

Walsh construye su película a la medida del personaje. Como la pintora, el film no abandona el marco de los paisajes límpidos, abiertos y ventosos de Nueva Escocia donde Maude residió hasta su muerte y que le sirvió de inspiración para todos sus cuadros. Así también calibra su éxito desde su punto de vista. No hay ninguna escena que nos muestre al mundillo del arte hablando sobre su obra, a Richard Nixon (su cliente más famoso) descubriendo sus cuadros o a docenas de aficionados interesándose de repente por sus pinturas.

La película abusa de la idealización de la supuesta sencilla felicidad en la que viven sumergidos los dos protagonistas

La directora rehuye así un triunfalismo que no se correspondería tampoco con la discreción de Maude. En contrapartida, 'Maudie' apela al recurso más fácil y sentimentaloide la primera vez que la pintora aparece en un reportaje televisivo al ofrecer como contraplano los rostros sorprendidos de los familiares que no la apoyaron. Aunque la casita pintada de Maude y Everett se ha considerado una obra artística en sí misma hasta el punto de que se conserva en la Galería de Arte de Nueva Escocia, la película también abusa de la idealización de la supuesta sencilla felicidad en la que viven sumergidos los dos protagonistas.

Porque lo más insólito del film es la pareja que forman Maude y Everett, un par de seres solitarios que acaban juntos más por roce que por cariño. Esta relación entre un tipo huraño, casi analfabeto y rudo con una mujer afectada de reumatismo que se destapa como sensible artista no encaja con las historias románticas al uso. El film parece apuntar a situaciones duras y directamente sórdidas entre ambos, pero no se atreve a ahondar en ello y prefiere refugiarse en la reconfortante idea de que fueron felices a pesar de todo. Ver a Ethan Hawke en el papel de un hombre soltero sin ningún atractivo aparente también resta cierta credibilidad al personaje. Esta cierta edulcoración de la historia juega en contra de 'Maudie'. Al fin y al cabo se trata de reivindicar sin paternalismos a una mujer excepcional como pintora y como persona. Por lo que resulta innecesario suavizar los aspectos menos complacientes de la vida de Maude para rescatar su figura.

Cartel de 'Maudie'


"Un monstruo viene a verme"

por abc


De que vai esta peli?. Esta baseada na homónima novela de Patrick Ness, Un monstruo viene a verme e cóntanos a historia de Conor (Lewis MacDowall), un neno de 12 años que esta a sufrir como calquera a grave enfermidade da súa nai (Felicity Jones) e do acoso que sufre no colexio, iso que chaman bullying, con todo elo, Conor constrúe un mundo de fantasía escoitando os relatos dun monstro en forma de árbore, un vello teixo (voz de Liam Neewson) co axuda a fuxir da crúa realidade. O peculiar monstro e o rapaz inician así unha aventura sen precedentes para enfrontarse a dor e á verdade, dun pai ausente, así como da distante avoa (Sigourney Weaver) que tentan separalo da súa nai. Un conto sobre as brétemas que envolven as nosas vidas, onde monstros e maxia poden socorrer no contacto ca crúa realidade

Estamos ante unha película onde guión firma do propio Patrick Ness funciona perfectamente en case todo. Unha tremenda forza de imaxes que dan poder ás ilustracións de Jim Kay, de grande forza nas actuacións onde se move como peixe na auga, unha tamén arroiadora banda sonora de Fernando Velázquez, man dereita de Bayona de cando El Orfanato, que pon a guinda na torta. Todo encaixa e funciona nun perfecto engrenaxe. Anque tal vez sexa este seu maior inimigo: ser unha máquina cun mecanismo perfecto e previsible disposto a facer saltar as emocións do espectador de calquera idade e condición. Unha película que pode as veces ser excesiva, emocionante, desigual e inesquecible. Onde racha xa, cara o final nun exceso melodramático, pero sempre inmensa. O espectacular aspecto visual da proposta e, sobre todo, a emoción absoluta que inunda ó espectador son culpables do éxito.

A maioría de espectadores mira a Conor con irritante benevolencia, ca pena non pedida tan habitual nos maiores que todo o saben e que pensan cós que van por baixo da cintura son parvos (caso da avoa). Tan parvos como para non decatarse de cás mentiras non tapan a realidade, edulcorada non se traga mellor, (manufactura do universo Disney). Por iso Conor comeza a sentir a presenza dun monstro, digamos, bo.

Todos podemos cavilar en que todo está engrandecido, esaxerado, fora de cacho, e levado a un extremo (o da bágoa, é o que máis molesta núbranos a visión), pero son o punto de vista e as emocións dun adolescente: o menos centrado e máis fora de cacho que hai? Juan Antonio Bayona require metade e metade de emoción e superación, e de fantasía, material e esencia do que está feito o propio cine.

Fartos de películas que nos meten a todas horas comendo ou cenando polo xeneral  regulares ou malas. E molesta cando tele 5 promociona unha película e poñen cachos cortos que cha contan, cando vas xa non te sorprende, é o momento de vela nunha pantalla grande e xulgar. Non esquezas os kleenex…




"Lobo sucio" ("Wolf-ram" en alemán)
abc



Logo de pasar pola sección oficial do Mill Valley Int. Film Festival 2015 en San Francisco, a súa estrea nacional na apertura do XX Festival Internacional de Cine de Ourense con excelente acollida por parte do público, agora dende o dia 8 de abril comeza a rular polas salas de cine. Próxima parada os XIV Premios Mestre Mateo que convoca a Academia Galega do Audiovisual na que conta con 14 nominacións o 23 de abril no Palacio da Ópera de A Coruña.
A produtora galega ‘Agallas’ no seu primeiro longametraxe, recupera un episodio case descoñecido da historia galega: a presenza de nazis nas minas de volframio de Casaio. Sempre foi complicado sacar adiante un proxecto de cine, e para iso conta coa axuda do ICAA, a asociación ca produtora belga Left Field Ventures e o apoio da TVG, TVE, TV3, ICO, Xunta de Galicia e AGADIC (Axencia Galega das Industrias Culturais).
Anque 'Lobos sucios' ten seu orixe nun corto documental que fixo en 2006 o rúes Felipe Rodríguez Lameiro, guionista xunto a Cons e Noelia del Río desta versión en longametraxe, a historia orixinal xiraba en torno a un maquis andaluz fuxido das minas, Miguel Ángel Cárdeñas.
Ocorre entre 1944 e o final da Segunda Guerra Mundial no "fin do mundo", O Teixadal, onde se topa a mina de volframio (mineral imprescindible na construción del armamento nazi) explotada polos alemáns coa conivencia do franquismo que sacaban por Vigo ate as fábricas. O goberno español, país “neutral”, permite explotar a mina "Dos alemáns" en Casaio. Nela deixan a vida traballadores libres e presos políticos (traballadores moi rendibles) que conmutan pena. Arredor disto conspiran espías aliados para roubarlle o prezado mineral o seu inimigo nazi, un negocio que non foi só cousa de nazis, naquela época na comarca moitos fixéronse millonarios co “estraperlo de volfram”, axudados da fame, a censura, o medo e a ignorancia do pobo respecto do que estaban facendo o que fixo posible que ninguén soubera nada do que acontecía en Galicia mentres Europa e o mundo libraban a II Guerra Mundial e mentres España trataba de saír adiante nos terribles anos da posguerra civil.
Unha película que conta cun atraente punto de partida (a explotación das minas galegas por parte dos nazis), unhas estupendas actrices (Marian Álvarez Goya, Mellor actriz por ‘La herida’ e Manuela Vellés), a súa máis que aceptable factura técnica, un alto potencial na historia real do noso pasado máis recente agochada durante décadas e un entorno xeográfico natural de enorme forza expresiva.
A condena dun director novel é meter demasiados mundos dentro da súa película e non saber entoar o canto de maneira correcta. Penso que isto pasoulle a Simón Casal en 'Lobos sucios', na ansia por contarnos tantas historias nunha.
En Lobos sucios mestúranse tres historias: por un lado os nazis explotando as minas; outro, a incrible e descoñecida historia de Lola e Amparo Touza (as irmáns Touza) naturais de Ribadavia, símbolo da solidariedade galega cos xudeus, ós que axudaban a fuxir do holocausto nazi cara Portugal camiño de América, contan que axudaron a máis de 500; e como remate, un tecido a base de ocultismo, esoterismo, meigas e raza aria.
Localizacións sorprendentes, marabillosos paisaxes dos cada vez menos bosques na zona de Casaio, seica son os Ancares, a coruñesa mina de Barilongo parece ser outra das localizacións, para dar vida a unha mina rodeada dun teixadal medio enmeigado onde conviven meigas, mouros e lobos, que dan título ao filme, unha fotografía de Sergi Gallardo de grande altura, unhas actrices protagonistas afanadas polos seus personaxes, meus parabéns, logran facer cércanos e cribles os personaxes, as que verdadeiramente aportan valor á cinta.
Sen embargo, o real e o crible pelexan entre si dentro do argumento e non rematan de resolver a batalla, a historia vai perdendo o equilibrio entre a crítica social, a intriga e a acción, deixando fíos soltos nas paixóns, plans de fuga, atracos, enredándose entre nazis, franquistas e agochado de xudeus, a resistencia, o espionaxe, a trama política, os conflitos amorosos e dramas familiares, amais dalgún elemento fantástico que lle engade algo de exixencia e confusión á trama, deixando unha película confusa cun innegable potencial que tería necesitado dun pouco máis de concreción e non termina de funcionar ó non definir a uns personaxes complexos nalgún caso tortuosos e non da ca dimensión dramática idónea. Outro dos defectos é o mal que se xestiona o son, directo ou as veces en estudio, e a escasa dicción dalgúns actores…

O bo: o equipo, notase o esforzo de todos e a cooperación para sacar á luz esta película, a recuperación dun episodio case descoñecido, e fascinante, os anos da posguerra, un viaxe no tempo para coñecer algo do noso pasado enterrado. Unha moi saborosa historia para que sexa algo máis cunha primeira película, un puñado de ideas do máis prometedoras, unha boa banda sonora composta por Sergio Moure. O problema é que cansa atopar a verdadeira identidade, unha desas películas que quere contar tanto que deixa demasiadas portas abertas, pode que con un pouco de experiencia Simón Casal faga encaixar o crebacabezas, talento quedaralle…, contan máis as intencións co balance final, a película é ambiciosa, se cadra houbera necesitado máis presuposto (contou con 1.500.000 €) xustiño penso eu.

Resultado de imaxes para Lobo sucio Pelicula


La realidad detrás de la ficción: así fue 'la chica danesa'
Mariló García



De esto, de su cambio de sexo, hace ahora 85 años y parece que las cosas no hayan evolucionado. De hecho, la película ha sido prohibida por “depravada” en los Emiratos Árabes, Jordania, Kuwait, Qatar, Oman y Bahrain. Pese a ello, lo trans irrumpió con fuerza en 2015, con series como Sense8 y Transparent, con personajes como Caitlyn Jenner y Laverne Cox, y con películas como La chica danesa, que se estrena ahora en España. La película cuenta la apasionante historia de Lili Elbe, interpretada por Eddie Redmayne (aunque se pensó en un principio en la actriz Nicole Kidman), que, en 1930, se convirtió en la primera persona en realizarse un cambio de sexo.



El origen de la película

El director Tom Hooper (Los miserables) confesó haber llorado tres veces leyendo el guión. Éste se basa en la novela que publicó David Ebershoff en el año 2000 y que ganó el premio literario Lambda de Ficción Transgénero. A su vez, Ebershoff se inspiró en Man into Woman, el libro sobre Lili Elbe que publicaría uno de sus amigos en 1933 y que recoge las experiencias de la propia Lili y, bajo seudónimos, de sus más allegados.La chica danesa es una historia conmovedora y, sin embargo, muy desconocida, en la que se ficciona la relación que mantuvo Lili Elbe, un artista danés nacido en 1882 como Einar Wegener, con su mujer, también artista, Gerda Wegener, interpretada por Alicia Vikander.



Foto de la auténtica Lili Elbe



El nacimiento de Lili Elbe



Einar y Gerda se habían conocido en la Escuela de Arte de Copenhague y se casaron en 1904. Einer se vio siempre como una mujer, pero, tal y como cuenta la película, no es hasta que se prueba unas medias para posar para un retrato que pinta Gerda cuando se destapa su lado femenino. Lo que parece ser un mero disfraz, un divertimento (Lili acude a varias fiestas vestida de mujer haciéndose pasar por su prima), se convierte en el principio de un anhelo: reafirmarse como mujer.

Un amor incondicional

Algo que hubiera podido provocar una ruptura en el matrimonio se convierte, sin embargo, en una historia de amor absoluta. La leal Gerda no sólo apoya la decisión del que es el amor de su vida, dándole total libertad, si no que le ayuda en esa transformación, hasta tal punto que deciden viajar a París, ciudad más liberal en 1912. Durante años, Lili y Gerda seguirán trabajando juntas, como amigas. A pesar de que Lili, según ella misma, era "impulsiva y frívola", Gerda continuó a su lado.

La gran decisión

Para algunos, Lili Elbe no era transexual como tal, si no más bien intersexual, porque mostraba un comportamiento femenino antes de operarse. En 1930, Lili Elbe toma la decisión más importante de su vida. La intervención la realiza el médico Magnus Hirschfeld, fundador de la primera organización por los derechos de los homosexuales. Lili Elbe tenía casi 50 años cuando le extirpan los genitales. En ese momento se divorcia de Gerda, deja la pintura y mantiene una relación con un pintor francés. Las complicaciones llegan en la siguiente operación, cuando rechaza un transplante de ovarios, lo que provoca que se tenga que operar varias veces. Un año después muere al intentar transplantarle un útero, ya que Lili Elbe siempre tuvo la intención de quedarse embarazada.

Retrato de una heroína

Lili Elbe eligió, con todas sus consecuencias. Para Eddie Redmayne fue “una mujer valiente, extravagante y vibrante”. El actor confesó entender su situación, al haberse sentido incómodo cuando todos le miraron el primer día que se vistió de mujer. Para preparar su papel, Redmayne, que ganó un Oscar en el biopic sobre Stephen Hawking, La teoría del todo, pidió consejo a la directora trans Lana Wachoski (Matrix, Sense8), con la que había trabajado en El destino de Júpiter, de ahí que aparezca en los títulos de crédito al final de la película. Ella le recomendó otras lecturas como Conundrum, de Jan Morris, y Gender Outlaw, de Kate Bornstein.

Una vida entera

Antes de su muerte, Lili Elbe consiguió el pasaporte oficial en el que aparecía con su nombre y el apellido que eligió por el Elba, el río que pasa por Dresde, donde “nació” Lili. Como tal vivió 14 meses, “tal vez no sea mucho tiempo”, escribió a su hermana, “pero me han parecido una vida entera y feliz”. Gerda, que haría retratos de moda para la revista Vogue, se enteró de su muerte estando en Marruecos con su segundo marido, un diplomático italiano del que se separaría. Gerda volvería a Dinamarca donde murió en 1940. Lili está enterrada en Dresden.


Margarita with a Straw
abc


Laila (Kalki Koechlin) unha rapaza con parálises cerebral de Nova Delhi, unha vida o máis normal posible, ‘Margarita with a Straw’ unha película moi agradable, doada de ver, metade comedia metade drama, a ratos tensa e outros distendidos. En nada faste á protagonista e a súa familia, sempre dende un plano positivo, o conflito non interesa.



O problema é precisamente o desexo sexual de Laila, cuestión totalmente normal, case sempre agochado en persoas con algún tipo de discapacidade.

Guión, teño entendido da propia directora, unha historia ben armada que percorre de maneira moi natural, e non deixa de sorprender continuamente, non presenta a unha protagonista ideal ou perfecta a pesar de seu estado, senón como un ser humano, comete erros, cousa que se agradece totalmente, lonxe completamente desas historias onde o/a protagonista por ter unha discapacidade loita por saír adiante, a base de paos e humillacións, ate saír vitorioso, aquí non é así. Unha historia sinxela, onde a protagonista/protagonistas sobresaen, cunha completa mergullada no personaxe/s.

Altamente recomendable. Totalmente apropiada para unha tarde de choiva, resaca ou saída de noites… Que ben!!


Imaxe relacionada

Ocho apellidos vascos
Diego Salgado

El 8 de mayo, coincidiendo con la noticia de que la película saldrá a la venta en Blu-ray el 18 de julio, se filtra en internet una copia de 8 apellidos vascos con imagen casi perfecta. Se rumorea que ya existían copias pirata de inferior calidad; pero Universal Pictures, distribuidora en España de esta comedia romántica protagonizada por Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde y Carmen Machi, ha logrado placar la difusión de las mismas durante dos meses. Universal es consciente, como la productora de Ocho apellidos vascos, Telecinco Cinema, de que tiene entre manos un potencial gran éxito. Por ello, ha hecho esfuerzos ímprobos en lo relativo a la seguridad en las salas de exhibición y el acoso a las páginas de descarga directa e intercambio de archivos. La estrategia de la distribuidora se revela acertada: hasta el 8 de mayo, la película ha sido vista en salas por ocho millones largos de espectadores, lo que se traduce en 50 millones de euros recaudados. En cuanto aparece la copia citada, la taquilla desciende un 50%.

Pero, para entonces, Ocho apellidos vascos ya es la película con mayor permanencia ininterrumpida, nueve semanas, en lo más alto de la taquilla española, codo a codo conAvatar (2009); más aún, el título más visto de la historia en cines de nuestro país. Sus productores anuncian de inmediato una secuela, y es lógico pensar que este divertimento sobre los prejuicios con que cada región española contempla las demás, y las consecuencias que de ello se derivan a la hora de relacionarnos, mute en serie auspiciada por Telecinco una vez agotado el tirón de la franquicia en cines. En cualquier caso, pasados los efectos más devastadores del tsunami, parece momento adecuado para indagar qué razones podrían explicar un evento de esta magnitud, en un contexto por añadidura de crisis innegable para la exhibición cinematográfica.



La primera y más relevante, justificativa del aluvión de datos con que ha arrancado este artículo, parte de la idea de que 8 apellidos vascos no es tanto un acontecimiento cinematográfico como mediático y viral; por mucho que haya espectadores y críticos que prefieran acotar, romántica o interesadamente, la cuestión al ámbito cinéfilo, y cifren su repercusión en “su humor sano y efectivo”, en que “sirve a la España de la crisis para liberar endorfinas” o, en palabras del propio Dani Rovira, en que no requiere de “ningún tipo de proceso cognitivo” por parte del público. La película dirigida por Emilio Martínez-Lázaro podría haber sido un libro, o una pulsera veraniega adornada con banderas autonómicas. Su naturaleza intrínseca no tiene relevancia. Sus propias imágenes están contaminadas –panorámicas aéreas sobre marcos incomparables, interpretaciones espasmódicas y humor zambo, una labor de realización y montaje nefasta– con modos más propios del publirreportaje turístico y las series cómicas patrias, cuyas formas neutras y falso costumbrismo tanto daño están infligiendo a la higiene intelectual y estética de generaciones de españoles.



Esa infiltración de ciertas concepciones televisivas en Ocho apellidos vascos no tiene nada de inocente: Telecinco ha anunciado sin cesar a lo largo y ancho de su parrilla un producto que retroalimenta la incuria cultural y la sumisión ideológica al consumo. Características de una cadena que siempre ha buscado diluir, sin importar el segmento horario ni el programa, las fronteras entre diversión y teletienda. El resto lo ha hecho el gregarismo histérico de la sociedad española, ávida de acontecimientos de temporada que mascar y escupir con carcajadas goyescas al ritmo frenético que imponen quedadas nocturnas y redes sociales.



Lo peor es que Ocho apellidos vascos tiene como película un interés siquiera referencial. Se da en ella una curiosa mixtura de tendencias –a la que no es ajena la familiaridad con lo humorístico de los guionistas Diego San José y Borja Cobeaga– que abarca comedias norteamericanas como Los padres de ella (2000) o, como ha señalado el crítico Alberto Abuín, La fiera de mi niña (1938); subproductos nacionales de hace medio siglo con Manolo Escobar y Concha Velasco; fenómenos populares sobre las diferencias entre regiones como Bienvenidos al Norte, que, malas lenguas afirman, es el origen de Ocho apellidos vascos al no haberse podido comprar los derechos para un remake español de aquella comedia gala de 2008; y la influencia del programa vasco Vaya semanita (2003-2013), en el que colaboraron Cobeaga y San José, que se reía con atrevimiento de los tópicos de aquella región.



En ese sentido, el fracaso de Ocho apellidos vascos también parece evidente. Sea porque ha limado en sus fotogramas cualquier arista (y la continuación no se ubicará en una Catalunya inmersa en pleno proceso soberanista porque el tema, según su director, “está demasiado álgido para que lo suavice una comedia”), sea porque la España actual adolece de una catatonia colectiva, la película no ha sabido suscitar ningún debate de fondo sobre los nacionalismos, los efectos del lugar común en la mirada depositada sobre el otro, la pervivencia según los guionistas de convencionalismos en las relaciones entre sexos, o los defectos comparados de una Andalucía ranciamente españolista y un País Vasco aún sumido en la kale borroka y el silencio sobre el terrorismo etarra. Considerando que la película ha sido vista a la hora de escribir estas líneas por uno de cada cinco españoles, y que el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, demostró también, el 8 de mayo, que su argumento no puede estar más vigente al rebuznar en un acto de precampaña electoral que “no queremos una Europa parecida a Andalucía”, sólo cabe concluir que cada país tiene los gobernantes, pero también, el cine que se merece: banal, sin señas reales de identidad como tal, reducible a un tuit. Cine de usar y tirar. //


Los amantes pasajeros, un pasatempo tan aceptable como innecesario.
por abc

Agora, case vintecinco anos logo, da estrea de Mujeres al borde de un ataque de nervios, un avión despega no cine de Almodóvar algúns din para volver ó espírito dos 80.

Un Almodóvar interesado nos pequenos dramas persoais da tripulación e pasaxeiros en Busines -os da clase económica non importan-, detalle normalmente loable, pero co que se lía un pouco. O principal problema a  importancia repentina dalgún dos personaxes (exemplo Guillermo Toledo) para logo deixalo no esquecemento, falta total de implicación cara o que lle pase. É algo seguramente planeado para conseguir cós desvaríes que suceden a bordo pasen desapercibidos dentro do ton sutil e pouco ambicioso do conxunto o poso que deixa é de ser unha simpleza sen pes nin cabeza na que pode pasar calquera cousa.

Gran momento a canción I´m so excited a bordo do avión interpretado por Javier Cámara, Carlos Areces e Raúl Arévalo. É o momento cume dunha produción con escasas aspiracións…

A salvación da película está no seu estupendo reparto, todos elos amosan seu talento o mesmo tempo que se engruñan ás peculiaridades do cine de Almodóvar. Dende o prólogo con aparición especial de Antonio Banderas e Penélope Cruz ata calquera personaxe aleatorio que salga só o final, todo o elenco están impecables no seu cometido. O que falla é a construción dos mesmos no guión, onde se presta máis atención en dala sensación de ser unha cinta Almodóvar a realmente levar máis alá signos de estilo. Sé, hai homosexualidade -e varias “loucas”-, comentarios fora de ton, excentricidades, estrambóticas relacións entre personaxes e case calquera cousa que se vos ocorra propia do realizador manchego, pero todo queda na superficie, algo bastante permisible no cómico, pero que bota por terra todas las situacións nas que hai que dar máis cancha ó dramático -as clamadas telefónicas-.

Haberá quen queira ver en Los amantes pasajeros un retrato da España ó estilo das comedias de destape pasando polo filtro do director, pero supoño ese non é o obxectivo da película. Estamos ante a diversión e o desenfreo co que Almodóvar fai un descanso na transición ó americanismo dentro da súa obra o salto a Hollywood como colofón final á unha etapa deixando de lado algúns aspectos característicos do seu cine, que é o que parece pasoulle a Almodóvar á hora de construír o libreto.

Un pasatempo máis ou menos gozoso en función da debilidade persoal que un teña dos tics característicos do humor de Pedro Almodóvar. Non chega a aburrir, a duración axuda, (non chega a hora e media) e os actores cumpren con naturalidade, pero o guión é unha parvada modulada arredor de grazas que non sosteñen a película. Se tedes que elixir entre os éstrenos, posiblemente atopedes cousas mais interesantes…
Máis pistas: a película non irá a ningún festival por desexo expreso do director, outra ruptura do habitual. Nin busca Oscars nin Goyas…, sinceramente tampouco os merece.

Entón, é esta unha película de auto goce, de gozo, de toma de conciencia, de introspección persoal?  Para nada. Los amantes pasajeros non quere ampliar a nómina de seguidores. Ni tan sequera vai dirixida ós novos almodovarianos que gozaron e gozan co seu derradeiro cine, máis dramático e recatado, máis sutil e sobrio. É unha carta de amor ós seguidores máis fieis, a evocación duns 80 caducados un retrato chistoso dun presente que por corrupto e insoportable todos desexaríamos caducado. Almodóvar proponnos subir a un avión, ser conscientes das nosas miserias e rirnos delas. Un exercicio do máis san. Ante a crises, o cambio.

Almodóvar non é o mesmo, España tampouco. Por iso Los amantes pasajeros empapase de crítica da actualidade e da visión melancólica dun tempo que non volverá. Podemos entreternos e buscar símiles, relacións e metáforas o avión, ás ganas de fuxir o aeroporto baleiro, escenas clave, pero a película non quere ser máis que evasión pura e dura. Divertimento excesivo, amaneirado, groseiro, escachárrante.
A película está tan pasada de rosca que dificilmente pode analizarse seguindo os parámetros habituais.

Bebamos da Auga de Valencia e bailemos I'm So Excited. É un dos seus peores traballos, pero elo non descualifica a película senón cá diferenza doutras. Agardemos que Almodóvar tomara oxíxeno, recargara pilas e cavilara novos guións como creador en maiúsculas, o borrador antes de crear unha nova.

Insisto creo que hai outras opcións máis interesantes en cartel…, pero para pasar un rato entretido non está mal.



Lírica no vertedoiro
por abc

Grande sorpresa na pasada tempada de premios, comezou a triunfal carreira no festival de Sundance, gañou a Cámara de Ouro en Cannes (mellor ópera prima do certame) conseguindo catro nominacións ós Oscars nas categorías de: Mellor Película, Mellor Dirección, Mellor Actriz Protagonista e Mellor Guión Adaptado... 

Narra en clave de ficción a vida dun grupo de persoas que non queren deixar ‘A bañeira’, una apartada comunidade, un lugar que segundo din son as aforas de Nova Orleáns, a zona pantanosa do Mississippi, que debido o quentamento global, está ameazado con desaparecer pola subida do nivel do mar. Os animais morren. A xente vaise. Pero eles deciden quedarse.

É a historia de Hushpuppy, unha nena sen nai que, xa dende moi pequena, aprende o que é verdadeiramente importante: a familia, a sensación de pertenza a un lugar, o coraxe e, sobre todo, a dignidade. Porque Bestias del sur salvaje é por enriba de todo unha película sobre a dignidade. 

Estamos ante un exercicio poético que demostra que nun vertedoiro existe beleza, que no basto hai amor e que no natural hai valor engadido. Invita a reflexionar, sen caer en tópicos nin no por todos sabido, sobre Norte e Sur, sobre o que temos e estamos a destruír día a día, sobre "civilización" esa verdadeira besta que todo o engule.

Os principais creadores do éxito desta humilde produción independente (custou menos de dous millóns de dólares) son dous novatos: Benh Zeitlin e Quvenzhané Wallis. O primeiro debuta como realizador, asina o guión con Lucy Alibar (autora da obra orixinal na que se basea a película, ‘Juicy and Delicious’) e compuxo a música en colaboración con Dan Romer; outra é unha nena que con só seis anos (idade que tiña durante o rodaxe) é capaz de soportar o peso desta crúa pero encantadora fábula, converténdose na máis nova aspirante a un Oscar de toda a historia destes premios, a pequena actriz Quvenzhané Wallis espárrama esa forza que teñen os nenos e fai dunha interpretación incrible un traballo de perfecto acabado, apuntalada polo seu pai na ficción, Dwight Henry, nun duelo interpretativo de dúas caras descoñecidas do circuíto, á altura dos grandes. Espléndida dende o prólogo, este nivel de obra maestra non se mantén toda a obra, pero consigue unha mestura perfecta entre o realismo máis descarnado e a maxia dos contos, complicado por se non sae ben, recorda á esencia de El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro. Non é unha película redonda, pero si absolutamente recomendable.

“Direiche algo. Cando es pequena, dinche que terás unha vida moi feliz, unha vida fabulosa e esas tonterías. Pero non é así. (…) Un día, todo dependerá de ti. Entendes o que che digo? Así que sorrí, nena. Sorrí”

Logo de superar unhas 4.000 candidatas, Wallis metese na pel de Hushpappy, pequena heroína de poderosa imaxinación e irredutible coraxe, e séntese cómoda no universo do xenio Hayao Miyazaki. Esta nena mantén conversacións coa súa nai ausente, abandonada a pouco tempo nacer, segundo unha das historias que lle conta seu pai, ela sempre agarda que ela apareza, entre a escuridade e entre ese mar polo que un día se foi, tal vez a probar sorte ó outro lado da realidade. Fala con ela e escoita a voz invisible; o traveso da imaxinación da nena experimentamos a magnitude da historia, escoita o corazón dos animais e trata de entender e gañar o cariño do pai, Wink, quen parece intentar calmar co alcohol a dor e a impotencia que lle causa a súa enfermidade.

O pai é severo coa filla, preocúpalle cá súa filla medre forte e independente, sen mostras de debilidade. Que se identifique coa natureza e busque o lado animal, sabe que pronto non poderá coidala, e quere que Hushpuppy sexa forte e independente, capaz de sobrevivir por si soa. E iso é o que ela fai.  Sumáselle a pobreza da zona a catástrofe causada polo azote dun furacán. Ingredientes que poderían usarse doadamente para compoñer un queixoso drama social, pero o igual cós protagonistas, Bestias del sur salvaje non pretende dar pena a ninguén, é unha aventura ambientada nun mundo alternativo o noso que celebra a vida en lugar de lamentarse polas desgrazas. Zeitlin non agocha nada aposta por un enfoque optimista, esperanzador e poético, mostrando a realidade tal como a sinte e entende Hushpuppy.

En sínteses, un filme fermoso poético, é un poema triste e doloroso pero á vez luminoso. Unha das xoias do ano, e ata o momento perfilase como grande película. Gran debut deste novo director, que teremos que seguirlle a pista.




Só terán seis sesións
por abc

Nun mesmo ano estreáronse dúas películas con personaxes protagonistas discapacitados que se agarran á vida a pesar dos pesares: Intocable e agora Las sesiones, a crónica amable de Mark, un paralítico de 38 anos enfermo de polio e inválido que contrata os servizos dunha terapeuta para perdela virxindade denantes de morrer, o único que Mark O'Brien lle falta por experimentar: ter sexo, cunha muller "normal" o revire a velo sen sentir magoa ou pena por il, só ser visto como un home e por último, amar… tema delicado, tocado con sensibilidade pero sen sorpresas e bendicido por un reparto entregado, de Hawkes a Hunt. Non por casualidade son dúas películas que gustaron moito ó público, non tanto á crítica, tal vez por usar a premisa de 'film de temática dura' para construír mensaxes do máis alegres e vitalistas. Las sesiones tamén é comedia, aínda cás veiras dramáticas son máis escuras.

Ganadora en Sundance do premio especial do xurado e do público, Las sesiones, para min entra, sen dubida, nas mellores películas vistas do 2012, polo de agora un pouco raquítico, revelase como un prodixio de ton, interpretacións e orixinalidade nada forzadas.

Hollywood e os conservadores capaces de escandalizarse pola visión dun peito feminino na pantalla pero admirar sen escrúpulos o uso das armas e a violencia indiscriminada nas películas de acción. Eles son así. Por iso gran parte das producións co tema de sexo como fondo pertencen o chamado cine Indie (independente), con éstreas en festivais e limitadas salas. Un tema xa tratado en diferentes películas, situacións, estilos e ambientes, pero lonxe da capadora visión americana. Aí é onde aparece Las sesiones cun uso do sexo non como tema principal, senón como ferramenta para elaborar con precisión unha relación de personaxes nun ambiente "neutral" para ambos. Evidentemente, Las sesiones non é Last Tango in Paris (Bertolucci, 1972) nin o pretende. O sexo non está prendido nas vidas dos protagonistas como nos personaxes interpretados por Brando e Schneider. Así e todo, ambas aprovéitanse do pracer e descoñecemento sexual para narrarnos unha graciosa historia de madurez, ensinanza, experiencia e soidade. En Las sesiones alternase comedia e desengano de forma suave), A película do norteamericano Ben Lewin rebaixa o aspecto físico do contacto humano para amosar máis observacións e conclusións do que, a nivel emocional, isto supón para o ser humano. O guión, escrito polo propio Lewin, constrúe eficazmente o lazo entre personaxes, permítese o luxo de manifestar as impresións sobre o acto sexual cunha sutileza digna de aplauso.

Ningunha escena e gratuíta, non sobra ningún espido e nada parece feito con fins provocativos. O que está esta por algo e, dende logo, nada falta. Lewin amósanos gran elegancia e respecto polos personaxes.

En case tódalas relixións o sexo é visto como castigo, ou como rutina para procrear máis que como divertimento. Esta pegada católico/cristián é máis forte en persoas crentes, necesitadas de fe e líderes autoritarios. No Século XXI é chocante ver como aínda moitas persoas se deixan influenciar pola Igrexa á hora de atreverse coas relaciones sexuais, incluso na cama conxugal. O cómico cura interpretado polo gran William H. Macy simboliza, non obstante, a veira da Igrexa máis moderna e branda, digamos máis humana, dando importancia a particularidade do problema da persoa, máis que afrontalo de forma xeral. As conversacións de Mark, sempre tombado en horizontal e ladeando a cabeza dende a padiola co cura son moi graciosas, non por inverosímiles, inciden nun discurso desacralizador/provocador 'creo en Deus porque así teño a alguén a quen culpar da miña situación’, di Mark entre o incorrecto e o chiste. Así, fai as ledicias dese público que non teme chamar ás cousas polo seu nome.

Las sesiones é o que é, unha comedia independente amable, chea de boas intencións, optimista e centrada nunha historia de superación con lección positiva. É unha película concibida para agradar, conmover e alegrar, aínda cá historia real que conta é dura, non cabe dubida, pero é difícil rebatela, porque o director, Ben Lewin, elimina as variables que soen ser de natureza manipuladora en outras propostas similares: o melindre sentimental, as trampas emocionais e a compaixón.

Unha comedia que aparenta non selo. Gozo desas risas que arrancan este tipo de películas, que a moitos espectadores cústalle deixalas saír gardando un respectuoso silencio limitándose a contemplar, cando te ris, aínda que non podas ver as súas caras, percibes reprobación, cuns chistes máis, confirmase que se trata dunha comedia e xa todos nos deixamos levar, agora sabemos o que corresponde e deixamos de cavilar que é necesario comportarse dunha maneira determinada, en lugar de deixarnos arrastrar co cá película nos fai sentir.

Las sesiones tamén conecta coa cinta francesa por outro motivo: inspíranse en casos verídicos, e as dúas películas apártanse do real porque, aínda que dotan de humanidade e calor a seus personaxes, estes son sombras, non son seres de carne e óso é una aposta gamberra que retrata con humor a alma de quen vive obrigado a estar dentro dunha estraña máquina de oxíxeno para sobrevivir, entre o eufemismo e o efectismo, claves do pequeno grande éxito de xanela, e obríganos a deixar estas particulares sesións de terapia e iniciación sexual fora do estimulante cine independente estadounidense.
O bo rollo entre unha belísima (se cuadra non fisicamente pero interiormente desprende... moito) Helen Hunt e un conscientemente infantil John Hawkes son a metade da película, dan vida a uns personaxes cativadores e extremadamente humanos, tanto que doen. Hunt afronta con claridade e dignidade súa nudez e o director acerta presentándonos un personaxe en coiros, que fai deste caso unha opción valente, xa non estamos en anos…
Helen Hunt merece o Oscar por esta tanto como por ‘Mejor imposible’ cun personaxe que tamén saca o mellor de seres incompletos.
William H. Macy, no papel de “cura enrollado” que só atopariamos na California dos 80, está glorioso dende denantes de abrila boca. 

E así podería seguir coa longa lista de secundarios que non por intervir escasos segundos fan peor o seu papel…

A cinta xoga coa experiencia dos espectadores no terreo sentimental. É curioso como unha relación sana, que cumpre pautas debidamente establecidas, pode rematar coa manifestación de amor máis grande, por un sentimento positivo. Confirmase como o rexeite ás ataduras é máis determinante cá aspiración de amar e ser amado.
Pode que, manifestar cariño e aprecio por outro ser humano vai da man dun aumento da relación a nivel emocional e un descenso no físico. O,Brien prefire dar pracer antes que recibilo porque deste xeito a parte que máis sinte é a cabeza, chea tanto de orgullo como de benestar o facerse autora de algo positivo. Unha vez máis predilección da mente ó corpo por parte de Lewin. Sedutor resaltar como o director desenrola a trama dos personaxes principais como se dunha relación normal se tratase, non como traballadora e cliente, senón como parella que van atravesando distintos niveles de dificultade nas citas e cos problemas típicos... Practican sexo en casas de amigos, moteis, con propios rituais, con conversacións propias logo do sexo máis inocente que se poda imaxinar,  só terá seis sesións para brindarlle unha experiencia extrasensorial a este home incapacitado, doce horas… O tempo qué se tarda en amar a unha persoa? Pódese medir o amor nun espazo temporal rutinario? …pero é ela quen en realidade termina cuestionando a súa capacidade terapéutica, o ser sorprendida pola potente personalidade do poeta e a súa capacidade para dar amor e provocalo, o condeado a unha vida de soidade, resulta ser o propio terapeuta de tres mulleres que sen estar discapacitadas fisicamente si o estaban no emocional. Nunca saberemos cándo imos atopar o amor e, como O,Brien, nunca saberemos de certo cómo distinguir o amor do cariño, o medo, á soidade.

Unha grande reflexión e un merecido aplauso como actriz de reparto a Helen Hunt, recomendo vela con amigos, non vos ides arrepentir e de seguro teredes charla para rato.


Na procura de Sixto Rodríguez
por abc 



Unha das historias máis incribles que vin nunca, isto, penso, seria o que animou a Malik Bendjelloul, realizador sueco de 35 anos con aire bonachón fai cinco anos, na orixe de Searching For Sugar Man, o documental do que todo o mundo fala nos derradeiros meses. Estreado no 2012, narra a historia de Sixto Rodríguez, un misterioso cantautor de Detroit, que a principios dos 70 escribiu cancións inspiradoras que poderían mover, e de feito moveron, a toda unha xeración. 



O documental centrase na figura do desaparecido e lendario cantante Sixto Rodríguez, e o relato negro que rodea a historia de cómo publicou dous álbums nos setenta e converteuse nunha especie de Bob Dylan, un cantautor ousado que atopou o éxito en Sudáfrica, lonxe de Detroit e os barrios pobres da urbe industrial, sen tan sequera sábelo. 

Hai historias inventadas que parecen reais e hai historias reais que parecen sacadas da cachola do máis imaxinativo dos escritores. Este é o caso que nos ocupa, Searching for sugar man, a cinta gañadora do Óscar ó mellor documental na cerimonia diste ano, cóntanos unha das historias reais máis incribles que vin nunha pantalla de cine. Emocionante documental e impresionante realización e dirección, o ABC do cine: como contar unha historia lexítima e fermosa sen recorrer ó sentimentalismo, ás trampas, ós trucos máis elementais. 

Non quero descubrir a sorpresa narrativa que agocha esta película mais ou menos pola metade do seu metraxe así que falareivos, de quen foi, algún día, Sixto Rodríguez e en quen se converte, posiblemente, grazas a este documental e tamén grazas o período privilexiado que lle tocou vivir respecto ó coñecemento. Rodríguez naceu en Detroit, a famosa capital do motor, berce de fábricas e traballo barato de humildes proletarios estadounidenses e doutras partes do mundo, cunha economía en tremenda recesión dende os años setenta, convertida nunha das cidades máis pobres e deixada dos Estados Unidos cun 7% de desemprego, un cantautor dos anos 70 que estaba chamado a ser tan grande como Dylan, conclusión tras escoitar Cold Fact, primeiro disco no que sen descaro algún fala do que ve nas rúas de Detroit: prostitución, droga o pobreza. E faino ca sinceridade poética que tería que convertelo nun artista mundialmente coñecido… Pero non foi así. 

Nin Cold Fact, nin Coming From Reality (publicados no 1970 e 1971) funcionaron nos Estados Unidos. Probablemente fora cedo para có fillo dun mexicano despuntara nos Estados Unidos dando leccións de humanidade e golpeando ó país co retrato dunha sociedade dura. 

No se soe falar de Detroit, nin tampouco doutras cidades doutros países de universais problemas. Os que viven sen diñeiro, privados de dereitos, sen poder algún poucas veces encontran seu relato. Sixto Rodríguez, fillo dun inmigrante mexicano, fíxose, nos garitos desa cidade… 

“Porque he perdido mi trabajo / dos semanas antes de navidad / y busqué a Jesús en una alcantarilla / y el Papa dijo que ése no era su jodido asunto”. Escoitamos a preciosa voz de Rodríguez e escoitamos unha canción que non é soamente sobre il ou sobre un sono. É sobre a desesperación, é sobre as voces que non deixan de existir porque se deixen de oír. Poesía e discos fondos, dotados da beleza de quen atopou unha maneira de explicarse a si mesmo e ó mundo, á parte do mundo que lle tocou ver e entender. O mundo no que “el beso más hermoso que obtuve / es el que nunca he saboreado”

Ó traveso dunha prodixiosa estrutura de investigación, o documental examina, moitas cousas e de modo moi sutil. Quen se quedou cos beneficios do éxito de Rodríguez en Sudáfrica, cánto hai de verdade e de lenda na mitoloxía que rodea ó cantautor. A partir desta busca, converte a historia en algo cheo de matices: quen son pobres, qué pasa con tódolos que non trunfan, interrogase e interróganos a nos. Preguntámonos entón se tódalas cancións esquecidas son cancións merecedoras dese esquecemento, se somos donos das cosas que xa non recordamos. E entón, volve a memoria ó espectador e á pantalla, con madurez e sabedoría narrativa. 

Porque as cancións non están feitas para ser duns poucos, senón para ser de todos e precisamente porque son de todos, está ben cás cantemos todos. Por iso gozamos das cancións populares. Non, non falo das cancións pop que soan na radio e lanzan as discográficas. Falo do blues, do jazz, do flamenco… e falo de Rodríguez estrela distante, que agora, grazas a este emocionante documental revive. 

Ó final estamos emocionados de verdade. Sabemos có que vimos de ver é real, existe, non nos ven a través da ficción, do traballo duns actores, duns escritores, duns directores, duns compositores. Todo o que fai aquí Malik Bendjelloul é pode… o imposible: darnos un anaco de memoria, un bo feixe de cancións e facelas nosas. 

E como il na súa canción, preguntámonos cousas, como se nunca deixaramos de sabelas, ou de facelas. As mellores cancións son contaxiosas, de repente un fálaas sen cantalas. “Me pregunto / sobre el amor que no puedes encontrar / Me pregunto / sobre esa soledad que es mía” canta Rodríguez nun dos momentos desta asombrosa e real historia. 

Os artistas deben ser así, xente con conviccións, tralo fracaso, este misterioso home desapareceu, e sen problema algún volveu a traballar na construción, “aceptando moi orgulloso traballos que ninguén houbera aceptado”, narra o documental. 

Este fío argumental, logra emocionar e sorprender a cada momento, grazas ás pistas que segue para descubrir qué foi daquel que daba as costas o seu público. Non se pode perder.








La Vida de Pifábula sobre a fe e a condición humana, ou, unha historia de supervivencia.
por abc

Baseada no moi vendido best-seller, La vida de Pi de Yann Martel (franco-canadense e salmantino de nacemento) convertese agora en longametraxe da man do director taiwanés Ang Lee (Brokeback Mountain), somerxido no efecto estereoscópico (3D).
Lee adapta unha novela considerada, ata o momento, imposible de rodar. Motivos? pode có feito de transcorrer a maior parte da historia a bordo dun bote salvavidas e que un dos protagonistas sexa un tigre de Bengala.
Claro que hoxe non temos practicamente ningún obstáculo que non se poda resolver a golpe de efectos dixitais. E estes enchen a pantalla durante gran parte da metraxe.

A carreira do director Ang Lee, sempre foi bastante camaleónica con habilidade na dirección de actores, pero tódalas súas obras teñen en común una característica, a beleza visual e a delicadeza nas historias. Desde os tempos de Sentido y sensibilidad, primeira incursión no cine norteamericano, pasando por La tormenta de hielo ata chegar a obra máis premiada Brokeback mountain, o cineasta ten ollo para estudar con detalle personaxes que viven súas vidas baixo a influencia dunha época ou circunstancias particulares e de loitas, xa sexa contra unha sociedade pechada e hipócrita que obriga a ser quen non é ou contra un tigre de bengala, como neste caso o derradeiro traballo.

Ó principio, a situación non aventura éxitos, pero pouco a pouco irase establecendo unha curiosa e inesperada relación entre ambos náufragos (home e besta) cun único fin: sobrevivir.

É unha máxica e espectacular fábula, o mensaxe pode calar mellor ou peor, pero non deixará a ninguén indiferente.

Lee ofrécenos unha clase maxistral de cómo aproveitar a tecnoloxía para contar unha incrible historia coa que facer gozar o espectador. Un portentoso despregue visual enche a pantalla de colorido e imaxes espectaculares, os amantes do 3D veranse recompensados neses euros de máis que pagamos pola entrada.

La vida de Pi é un chanzo creativo máis na carreira do director, unha película de aventuras chea de maxia e fantasía, pero tamén un conto de lectura final emocionante e sincera, un paseo pola vida dun rapaz que vive unha traxedia e fai todo o posible por sobrevivir, incluso anos despois do perigo. A novela de Yann Martel (2001), a súa adaptación foi todo un reto polo feito de que case todo ocorre nun único escenario, pero o guión de David Magee logra conservar a narración dunha historia, o parecer, difícil de trasladar a linguaxe cinematográfica, sen para elo botar cara atrás a parte máis filosófica do texto de base. A película conta, amais, unha calidade visual abafante e unha fotografía bonitísima de cores preciosos e brillantes que resplandecen con forza ante os nosos ollos (traballo de Claudio Miranda), retratando a beleza e inmensidade do mar ou a maxia dun firmamento misterioso, contando cun 3D que axuda a apreciar mellor todos estes detalles. Pero o máis importante, sen dubida, é que esta espectacularidade non eclipsa a historia de fondo, a cal tamén debe parte do triunfo a ese tramo final que pon a guinda a un conto incrible pero emocionante, sen o cal non sería o mesmo e pode cós seus mecanismos non funcionarían en absoluto.

O debutante Suraj Sharma sobresae coa interpretación que dá vida a Pi e introdúcenos nun relato (contado en flashback pola versión adulta, de Irrfan Khan) cuxos primeiros trinta minutos é magnífica. Nesta parte somos testemuñas de cómo foi a súa vida a da súa familia nese zoo da India, narrada con sentido do humor (o orixe do nome ou a cara relixiosa son moi graciosos), mentres vemos evolucionar o personaxe de neno a adolescente tentando descubrir quén é. A historia vai deso, da busca de un mesmo e cómo as circunstancias poden axudar a elo. A partir de aquí, toda a película desenrolase (case) nun único escenario, con dous personaxes, o propio Pi e un tigre de bengala agochado na balsa salvavidas sen que este se decate. Durante o interminable peregrinar ambos terán que formarse en sobrevivir, coñecerse e convivir o un co outro, mentres a fame, a sede e a desesperanza medra e se apodera deles, pero tamén mentres un mundo de novos pensamentos vai collendo forma no interior de Pi, axudándoo a aprender, mellorar e avanzar. Se ben é verdade, estou seguro, os temas existenciais e encaixe moral estarán moito máis desenrolados na novela, podémonos facer idea do que director e guionista nos fan chegar. Os animais teñen un papel importante na película, e algunhas das secuencias son verdadeiramente conmovedoras e incluso dolorosas, como tamén o é a evolución da relación do neno co tigre, na que hai tanto mostras de achegamento como unha gran hostilidade por ambas partes, produto do descoñecemento, o medo a desconfianza.



La vida de Pi é un conto de supervivencia con alma, envolto na maxia da fantasía dun neno e onde o rico 3D e unha fotografía moi coidada axudan a cás imaxes sexan impresionantes e preciosas. As veces divertida, as veces triste, é unha aventura chea de color na que, por sorte, a técnica non quere estar por enriba da historia e convertese así nun canto á imaxinación, que convida a soñar e non quedar baixo ningún concepto só con aquilo que podemos ver.

Pero o mellor aínda está por chegar, no tramo final; eses minutos nos que nos revelan o que pode ser "a outra historia", e todo o que temos visto ata o momento cobra un novo significado, máis profundo e cruel, se cadra, do que nós imaxinámos. O relato de Pi déixanolo suficientemente claro, pero guionista e/ou director non quixeron arriscar e confiar na nosa astucia como espectadores, e insisten cunha explicación sinxeliña e rapidiña, por se alguén non colle o carácter metafórico que se lles outorgaba ós animais.
En calquera caso, o mensaxe permanece. La vida de Pi avoga pola fantasía como válvula de escape, e pola necesidade de crer no inconcibible para evadirnos da realidade.
Un viaxe físico, emocional e espiritual cheo de perigos, pero ónde tamén hai espazo para a esperanza. Unha aventura contra a todopoderosa natureza e contra a natureza do home.

La vida de Pi pode que non aporte ningunha novidade en canto a contar historias, pero a min gústame sentarme nunha butaca, poñer unhas gafas e que me leven de viaxe, aínda que este sexa un naufraxio… O premiado director, o mesmo vale para un roto que para un descosido, foi eloxiado por James Cameron (Avatar), dando a entender que é dos poucos, ou o único, que entende o 3D como unha forma de narrativa e non como un reclamo de marketing barato, para achegar o público ás salas de cine.
Pi participa dun viaxe eminentemente humanista que invita ás persoas de toda condición espiritual obter unha parábola a súa medida. Pode cá historia non me faga pensar sobre a necesidade de crer nun poder máis elevado, pero sí na crenza do poder da fantasía cinematográfica… a pesar dun interesante crebo final que pon en dubida o que temos visto.


Unha labazada de realidade. El Cairo, 678.
por abc

El Cairo, 678 é a opera prima de Mohammed Diab, un guionista exipcio que está cultivando unha sólida carreira, co seu primeiro longametraxe traspasa fronteiras (físicas e mentais) para contarnos unha historia tristemente común. A través das experiencias de tres mulleres, a película retrata sen rodeos o problema do machismo, derivando en acoso sexual; que viven as mulleres no transporte público un problema que se da en diversas cidades do mundo, México, Chile, Guatemala, Ecuador, Xapón, Sudáfrica, India, Nova York… unha práctica que a xulgar polo que vemos é terriblemente común en Exipto, aquí parecemos o colmo da igualdade de xénero, cousa que non fará falla dicir que non somos. Diab estrutura unha historia arredor de tres protagonistas, que pertencen a diferentes clases sociais e que se enfrontan a unha mesma problemática dende perspectivas que evolucionan cara puntos en común e desencontros a medida que avanza a trama. Cine social cun esquema de vidas cruzadas e un denominador común: o acoso sexual. 678 é o número do autobús onde comeza a áspera historia real, vidas distintas pero experiencias desagradables compartidas. Unhas mulleres que se unirán para cambiar o rumbo do seu país. Nun determinado momento da narración aparece unha cuarta perspectiva, esta vez masculina, que evita cá historia se estanque e sirve de eficiente contrapunto, revelando de paso a habilidade có director ten para levar o guión a bo porto.
A proximidade con esa cousa chamada "primeiro mundo" fai que películas como El Cairo, 678 sexan accesibles a un público amplo e nada frecuente a formas culturais non predominantes. Non en vano, Mohammed Diab estudou cine en Nova York, e si ben é certo có pulso dramático de algunhas escenas é un pouco pomposo, o conxunto non se resinte deso, a historia avanza sen tropezos, é moi fácil identificarse cos problemas das protagonistas, pese a que vistan diferente, pese a que teñan un concepto das relacións sentimentais e de xénero que non sempre son as nosas, pese incluso a cá historia avance por terreos coñecidos cara un final previsible. O mérito da película reside en que todo o engrenaxe funciona á perfección. Mil veces visto quizais, pero efectivo, narrado con destreza, e coa marabillosa posibilidade de que, unha vez salgamos da sala, a película déixenos poso, e recordémola por enriba de tódalas horas de consumo audiovisual diario.

Convén que aclaremos algo: Mohammed Diab sabe a qué xoga. sérvese da cámara o lombo e da luz degradada para contarnos unha historia que se fragmenta no tempo e no espazo, para tecer unha trama con vocación xeralista que nos permita entender o alcance do problema. Tamén a música ten papel destacado, actuando como telón de fondo da historia, enchendo os espazos baleiros como si fora ruído ambiental e punteando o desenrolo dos acontecementos ata os estoupidos rimbombantes dos que falamos antes. Sen embargo, El Cairo, 678 fuxe da afectación e dunha certa suposición capaz de lastrar o mellor dos relatos. Podemos rebater cá película é un pouco irregular. A factura técnica é notable, facendo uso dos primeiros planos e encadres sempre correctos. Outro dos postes é o montaxe. Tendo en conta cá estrutura das secuencias e o guión cambiaron varias veces, incluso durante a posproducción, a fluidez que desprende é sorprendente. Parte dese éxito teno o traballo interpretativo dun elenco de actores ben dirixidos. Tres actrices levan da man a uns secundarios á altura dos protagonistas, e deixan secuencias para o recordo. A segunda parte vese condicionada por un xiro, pero a historia sobrevive. Igualmente, as tres mulleres experimentan o problema do acoso dende ángulos moi parecidos. Si ben as súas reacciones son diferentes, a construción dos personaxes lévanos a pensar máis nun monstro con tres cabezas que en tres perspectivas autónomas capaces de abarcar toda a magnitude da lacra do machismo. Todo elo beneficia, a historia e a posta en escena suficientemente sólidas como para aguantar estas obxeccións e superar con creces a típico panfleto de denuncia. Cunha trama ben enfiada, todo nesta película está vivo e vese con interese. Sen correr grandes riscos formais, sen pretender pasar á historia do cine por carácter innovador, Diab constrúe unha opera prima sólida e moi apreciable. Con sorte será o preludio dunha boa carreira.
Un último apunte: Bushra unha das protagonistas da película é unha nova actriz en boga en Exipto, a pesares da  xuventude é unha celebridade, inquieta e precoz, ten presentado programas de televisión, traballa en dramas, en comedias de situación, ten feito papeis do máis variado no cine e publicou un disco. Amais de protagonizar a película, é a produtora executiva, como parte do traballo en Dollar Film, unha das grandes produtoras exipcias. Unha todo térreno que constrúe aquí unha muller fráxil e contraditoria... Bushra é un exemplo de superación para a mesma sociedade que ilustra a película.
Estreada no 2010, pode que co tempo quede como un retrato da sociedade exipcia previa á revolución da praza Tahrir. Como un paisaxe antes da batalla, quizá a película funcione como prólogo dun estado social e de valores (non se fala de política nela) dun Exipto inmerso nun profundo cambio. Esperemos que sexa para ben. Esperemos que cineastas como Mohammed Diab, director dunha película sincera, traendonos anaco dun país diferente que non está tan lonxe como parece, podan contalo.
Longametraxe para a reflexión que descubre diferenzas entre culturas que parecen unidas no falso camiño da globalización. Unha desas cousas que cambian ás persoas por dentro, aínda que sexa só un pouco.

Dirección: Mohamed Diab Guión: M. Diab  Fotografía: Ahmed Gaber Montaxe: Amr Salah Música: Hany Adel Intérpretes: Nelly Karim, Bushra, Nahed El Sebai, Omar El El Saedd, Basem El Samra, Ahmed El Feshawy, Maged El Kedwany Distribuidora: Golem Duración: 100 minutos. Ten galardóns o mellor actor (El Kedwany) e mellor actriz (Bushra) no Festival Internacional de Cine de Dubai 2010. 



Margin Call, os ‘brokers’ non teñen moral.




por abc

Seguindo a estela de Inside Job (2010), Capitalism: A Love Story (2009), e The Company Men (2010), Margin Call é a continuación dos títulos mencionados, descifrando a avaricia favorecedora tralos plans dos altos executivos e das grandes compañías financeiras que lideran e soportan o sistema económico mundial; posúe un guión sólido e absorbente, frío, duro e desafiante como o tema a tratar, e xoga perfectamente co dilema moral que pretende trazar o director.

Margin Call, opera prima de J.C. Chandor, expón de maneira representativa a tensión que se produzo nas horas previas o comezo da crises económica do 2008 (24 horas anteriores á explosión) onde un modelo matemático prevé o derrubamento do valor das xigantescas inversións, polo cal, os executivos dunha empresa financeira (ben puidera ser Lehman Brothers) deben tomar decisións radicais antes de cá noticia se divulgue. A cuestión, radica en cá entidade financeira é tan destacada e monopolizadora, que tal decisión pode afectar a todo o armazón do mercado mundial, terán que decidir qué facer cos seus activos durante o cal deixase entrever as aspiracións e inquietudes dos protagonistas e desatará nalgúns un conflito interno entre seu rol profesional e os seus principios. Aínda que xa sabemos a resposta, preguntámonos con certa inocencia: É máis importante o ben común que o ben propio? Estarán dispostos os grandes inversores a irse á creba con tal de evitar o terremoto financeiro que se aveciña? é precisamente nesta parte do declive, onde Margin Call, brillantemente, executa un estudio moral da ambición do ser humano, é onde moral e avaricia confrontase nun extenuante e desapiadado exercicio de poder e imposición por parte dos altos executivos, cara os brokers que se opoñen á corrupción. Se en aparencia a cinta do novel J.C. Chandor antóllase como un film que pretende instruírnos sobre o orixe da crises económica, pronto descubrimos cá película vai máis alá dunha pretensión instrutiva e reflexa as inquedanzas duns individuos con unha diversa e, en algún caso alternativa, noción do correcto. Unha perspectiva que empeza a copar as producións de Hollywood con miras a retratar dende diferentes focos o terror actual, a crises económica.

É común que un encontre certo reparo á hora de enfrontarse a unha película que concentra a trama nun entorno bursátil, non estamos familiarizados, eu polo menos, enredando a lectura e provocando un dobre esforzo para intentar comprendela. Afortunadamente, non é este o caso. Topámonos ante algún termo técnico, pero a maioría dos conceptos son enxeñosos e sutilmente explicados de forma cá definición non pareza una introdución forzada no libreto, escrito polo propio Chandor, para cuxa elaboración recibiu asesoramento, parece que do seu pai, quen traballou nunha desas grandes compañías de Wall Street. "Explíquemelo como a un niño de 5 años o como a un Golden Retriever", di nun momento da película Jeremy Irons. Ben, parece có cine bursátil e eu ímonos coñecendo e atopando.

Superado o medo dende os primeiros minutos, pronto nos decatamos que estamos ante unha obra fría e crúa, deixa de lado adozamentos para ofrecernos un espido dos malos da historia. Un retrato de confesións moralistas no cás conviccións de cada un dos personaxes resultan panos que ocultan ou esquivan un dos sentimentos máis antigos da humanidade: A culpa. Ben por adherirse a un sistema de selección natural e fatalista, que supón a supervivencia do máis forte e unha predestinación dada por un rol profesional e unha clase social a os que conferir conformismo, ou ben por identificarse como un mero instrumento do sistema que concede o produto cá sociedade consumista lle pide, a cousa é lanzar una mentira á señora conciencia para vivir sen remordementos ante as consecuencias das accións. Aquí temos o novo e o interesante do discurso de Chandor, có detonante da crises quede en segundo plano para antepor unha serie de sentimentos humanos e promulgar un estudo antropolóxico.

A supervivencia do máis forte, a repetición duns ciclos inevitables de cracks bursátiles na historia e a división entre ricos e pobres pola divina providencia do sistema capitalista son as ideas que formula, sen embargo, remata apartando principios bondadosos en pos dun desexo egoísta, enterrando, porque sabemos cá nosa avaricia é o lado menos honroso, máis desprezable e vergoñento do ser humano, e aquí non se salva ninguén.

A película conta cun reparto de grandes renomes, onde resaltan, o desapiadado e ambicioso personaxe de Jeremy Irons (soberbia actuación) e Kevin Spacey, o único que plántea o dilema moral. O resto do reparto engancha completamente cuns cribles personaxes, que de maneira case milagrosa, resultan excelentemente modelados e manexados (dentro dos clichés do xénero) nesta formidable balanza de roles e contradicións que formula Margin Call. Stanley Tucci encarna o máis humano dos integrantes, que, cun discurso sobre a construción dunha ponte, formula un dilema esencial, o referido o obxectivo último da súa profesión.



Recordemos, tratase do debut do director e, loxicamente, non todo vai ser perfecto. Na contra, hai que dicir que ten momentos nos cá tensión baixa, pero os diálogos e reflexións dos protagonistas manteñen activado no espectador unha especie de resorte pensante que nos minutos nos que non ocorre nada transcendental sigue en funcionamento. Iso sí, a rudeza de Margin Call non gustará a aquel espectador máis dado á acción ou historias dulcificadas que buscan certo sentimentalismo, os eternos estereotipos do cine o bo, o malo, a rapaza e outros recursos facilóns.

En definitiva, sen ser un documental o xeito Inside Jobs, tampouco está xogando na mesma liga, Margin Call establecese como un referente de películas sobre a crises económica. Unha cinta que conta cun reparto inmellorable e anticipa as inquietudes morais dos executores da catástrofe e os análises sobre as causas. A analítica de Margin Call: que conseguindo unha temible atmosfera sobre a crises financeira, propón un estudo, sobre a humanidade e a cobiza de máis poder e riqueza. Unha das sorpresas do 2011, recomendable.


La Invención de Hugo Cabret (HUGO)
 por abc

“Si alguna vez te has preguntado de dónde vienen los sueños… Aquí se fabrican”
O argumento amparado nun gran guión fraguase en París durante os anos 30’ do século pasado nunha estación de trens, onde a xente transita apresurada para emprender ou chegar o seu destino é aquí onde Scorsese harmoniza os fíos do tempo co práctico tic, tac, dos reloxos.
O mozo orfo Hugo vive entre os muros e misterios desta estación de tren de París, corricando e vivindo entre os currunchos ocultos dos reloxos, entre os pasadizos secretos e esquecidos que utilizan os reloxeiros. Seu único afán é terminar de reparar e reconstruír un éstrano androide que seu padre encontrou fai anos perdido nun museo. O que como espectadores nin imaxinamos (a non ser que leramos a sinopses detallada) cá película utiliza os nenos para contar algo persoal, algo máis profundo que unha aventura infantil de Nadal. Hugo, no fondo, é a primeira película de amor de Martin Scorsese. Unha película de amor o cine. Un homenaxe o gran ilusionista Georges Méliès figura tan importante e visionaria para a historia del cine.
A música de Howard Shore excelente, combina a perfección no engrenaxe de reloxeria, nunca mellor compárao, xunto ao poderío visual da obra de Scorsese. Chama a  atencion nunha primeira aproximación os decorados e vestiarios coidados ata o máis mínimo detalle. Este gran traballo de ambientación e deseño artístico de Dante Ferreti é fantástico, trasládanos directamente á unha suposta estación de París na que sucede gran parte da trama. Estación, construída case integramente nos estudios Pinewood de Londres, móvense toda unha serie de personaxes secundarios que, enriquecen o universo no que se desenrola a historia. A relación entre os personaxes crea outras subtramas que enriquecen o máxico aínda que realista universo que rodea ó protagonista. O emprego de trucos dixitais axuda a Scorsese a moverse dun lado a outro con movementos de cámaras imposibles, percorrendo París dende o ceo ata introducirse por unha pequena fenda na estación na que atopamos o protagonista. Se ben a película nunca deixa certo ton realista, todo o traballo técnico busca conceder un lixeiro aura máxico á estación ou ás rúas de París cando saen do decorado central. Pequenas folepas de neve ou po flotan no ambiente en todo momento, incluso nos interiores, dándolle unha brisa máxica á cinta e funciona á perfección. Unha ambientación que explota o máximo o emprego do 3D. A planificación do director permite introducir ó espectador no decorado, correr entre as agullas dos reloxos xigantes e brincar entre elas con Hugo, de forma que tralo prólogo, xa estamos totalmente situados. En todo momento Scorsese é consciente do efecto tridimensional colocando actores e narrativa a perfección nas tres dimensións.
A película é unha oda o cine, unha obra de amor dun cineasta cara os orixes do sétimo arte, un recordo de cá xente vai o cine a que lle conten historias, un recordo de cás veces o cine clásico é o mellor aínda que esquecido e xa non guste o público de hoxe. Hugo é a demostración de que un bo director de cine pode ser bo en calquera xénero. E si, é unha película que poden ver nenos, pero varias secuencias, varias conversacións, varios mensaxes, non serán captados na súa totalidade polos máis pequenos, senón polos máis grandes. Hai maxia, hai fantasía, hai espectáculo, hai nostalxia, hai ilusión…127 minutos de bo cine parar toda a familia, onde a dirección de Martin Scorsese, o guión de John Logan, fotografía e banda sonora enmarcan un relato fílmico memorable. Cine familiar, cine para todo tipo de público, non precisa, a pesar dos seus referentes e historia, ser un erudito na historia del cine… Hugo, película para gozar, de grandes actuacións e boa banda sonora. Destacar as actuacións dun aparente severo inspector e do enigmático vello vendedor de xoguetes (Ben Kingsley). Non é, dende logo, o mellor trabajo do director, seu mundo é de gánsters, violencia e loucura, pero Scorsese demostra o bo cineasta que é rodando unha película perfecta para todo aquel que aínda se deixa emocionar polo cine.



Blackthorn. Sin destino …estupendo western de Mateo Gil.

por abc

Gran sorpresa o coarse entre as designadas como mellor película, este western rodado en inglés e español por Mateo Gil, co-guionista de Alejandro Amenábar, pasou inadvertido pola carteleira, pero a Academia de Cine soubo recoñecer a impecable factura e a calidade dunha historia que mira con melancolía á época dourada dos foraxidos e compite nos premios Goya do cine español. Ademais, Blackthorn conta co aliciente de recuperar a figura del lendario bandido Butch Cassidy.
'Blackthorn. Sin destino' enmarcase no xénero do western que troca a adrenalina de persecucións e tiroteos para centrarse en cómo o progreso vai rematando cun estilo de vida propio, creo que se denomina Western crepuscular. Neste caso, James Blackthorn/ Butch Cassidy (Shepard) encarna o pasado, mentres que Eduardo Apodaca (Noriega) representa a ese futuro que supón un drástico cambio de valores.

As diferenzas entre un e outro están presentes durante toda a trama, xerando un proceso de adaptación para cada personaxe que concluirá nunha marabillosa escena final, que aquí, por suposto, non desvelarei.

Pero aparte dun, máis ala filosófico, Blackthorn tamén supón un homenaxe ás historias de foraxidos con só a presenza do lendario Butch Cassidy como personaxe principal; e a beleza dos paisaxes bolivianos, case toda a película sucede en abertos e fermosos paisaxes, desertos salvaxes e terras desoladoras que en nada traizoan as normas básicas do xénero, escenas rodadas de forma artesanal, dando a sensación que todo está calculado e milimetrado. As montañas coa néboa a media altura impedindo ver por completo os inmensas cerros, o deserto de sal, e dous homes non querendo aceptar a realidade que están vivindo. Crease unha fantasía moi por riba do habitual. Os breves pero efectivos flashbacks e a sobria interpretación de Sam Shepard aportan un matiz de melancolía que fan deste filme un produto de dixestión lenta que merece moito a pena. 

A realización do canario Mateo Gil é soberbia, aínda que con algún que outro salto un tanto irregular no equilibrio. O guión de Miguel Barros deixa estupendas perlas como ese "Sólo hay dos momentos importantes en la vida de un hombre: cando abandona su hogar y cuando vuelve a casa". Amais, que unha produción española acuda á suposta biografía de que nin Butch Cassidy nin Sundance Kid morreron en Bolivia no ano 1908 como conta a versión oficial supón un atractivo engadido.

A trama xira en torno á teoría de có famoso ladrón non morrese asasinado a tiros e cando vive retirado e agochado, vinte anos despois, perde todo o seu diñeiro por culpa de Eduardo. Á vez durante este tempo, un empregado detective, que no seu momento fora contratado para detelo, segue, convencido de que non morreu.

Este Butch Cassidy reconvertido no criador de cabalos James Blackthorn, que goza da compañía dunha rapaza, Yana (Magaly Solier), visitas a cambio de diñeiro, é un home solitario que segundo se vai facendo maior sinte a necesidade de regresar o seu fogar. Shepard transmite toda a complexidade do personaxe cunha soa mirada ou un sinxelo xesto, creando un auténtico heroe que non se comprende por cá Academia española no o seleccionou tamén para os Goya, polo contrario, Eduardo Noriega, que xa traballou con Mateo Gil na súa ópera prima, 'Nadie conoce a nadie', non resulta de todo crible, chegando incluso a arruinar algunhas escenas que comparte co gran Shepard.

En definitiva, 'Blackthorn. Sin destino' é unha película que encantara os incondicionais do western, das lendas de foraxidos e das teorías nunca probadas; e tamén destinada a quen goza das historias tranquilas, con capacidade, pericia e destreza no manexo dos compoñentes clásicos, como para descubrir sen problemas a inspiración narrativa de Mateo Gil e Miguel Barros, a película combina os xéneros e indaga nas pegadas do ser humano asociando, desexos e cobizas, polos que somos capaces de loitar consumando atrevementos e ocupando conflitos, …o diñeiro. Heroes con principios e viaxes por paisaxes que quitan o alento.
Un produto disposto a botar un pulso de ti a ti a toda produción comercial que apareza nos nosos cines.



The Artist ...radiografía do cine mudo.
por abc

A película francesa The Artist foi a gran triunfadora do premio a Mellor Película na 69ª edición dos globos de oro…
Aínda que hoxe en día moita xente parece non recordalo, houbo un tempo no cal as películas non tiñan máis diálogos que uns carteis en tempo, a música soaba en directo, xa fora con orquestra ou pianola, e, por suposto, as imaxes eran en branco e negro. Aclarado isto. Eu non coñecía o francés Michel Hazanavicius, de onde saíu (?) Menuda hazaña Michel Hazanavicius!! poñerse na delicada labor de ir na procura ou rescate dos orixes do chamado sétimo arte, para render un profundo tributo á etapa muda, (certo é, durante proxección non se oíu nin mu) converter a película The Artist, nunha película muda en pleno 2012, amais dun aspecto visual excepcionalmente arriscado, Michel Hazanavicius, soportase nun magnífico traballo da parella protagonista. É moi difícil transmitir emocións cando non podes falar, e conségueno: As imaxes falan por si soas; a música fala co noso ollo; a actuación é unha lección de interpretación, máis atinado que nalgunhas películas onde os diálogos raian o pedante ou absurdo, hai momentos nos que unha simple mirada acompañada da magnífica banda sonora de Ludovic Bource, dinos absolutamente todo (técnicas de cine mudo). O director, fai súas técnicas e formatos propios do cine dos anos ’20, dende a xesticulación esaxerada de actores (pode que non tanto como nas auténticas películas de época), uso do plano detalle para destacar un elemento concreto do entorno, ou a inclusión no encadre de obxectos (sobre todo revistas, posters e títulos de películas) que fan referencia o que está sucedendo na historia, a fabulosa utilización de luces e sombras como complemento ós estados anímicos dos personaxes. Algo en definitiva, que Hollywood hai tempo deixou atrás. Indiscutiblemente cine, para o recreo do publico que ama o cine.
  
Jean Dujardin (francés), un actor con capacidade para resultar encantador, e Berénice Bejo (franco-arxentina), (George Valentin e Peppy Miller na película)  delicados nas actuacións, con encanto nas miradas e atinados nos silencios…

A historia é sinxela: unha estrela do cine mudo, namorase da perfecta descoñecida. Estamos en Hollywood, eles namóranse e o cine mudo entra en decadencia, polo xurdir do sonoro, os protagonistas redondearán unha historia de amor entre focos e cámaras, perfectos para unha parella de apostos protagonistas perdidos nun Hollywood que máis que real resulta un cliché fílmico, case modelado a partir de ‘Cantando bajo la lluvia’ (Singing in the rain; 1952) 

The Artist posúe unha vision que engancha grazas o encanto dos actores (can incluído), evocan de marabilla, os rostros das estrelas daquela época. A mímica de Chaplin, ou o encanto de Clark Glabe, grandes doses de frescura e beleza nos planos. Os trazos expresivos alcanzan como era de esperar (a propósito de la falta del son) un apoxeo maior e sorprendente. Unha exacta radiografía do conxunto técnico das películas mudas, The Artist posúe unha forte factura técnica, dende a composición fotográfica (un claroscuro sedutor), a dirección artística, decoración, vestiario, e a impecable e gloriosa música de Ludovic Bource (do mellor da película).

Aínda que demasiado suave para o meu gusto. Brilla, ou consegue brillar da maneira máis fácil, grazas o homenaxe que plántea. Unha película cun argumento simple e unha dirección corrente e uniforme. Posuidora de boas actuacións e intencións e gran técnica. Una cinta muda que convence enganosamente, usando un mínimo porcentaxe da realidade e grandes cantidades de edulcorantes.  Fácil de ver (aínda que non o pareza), pero non de esquecer. Deixase ver. Mentres tanto, sígome preguntando: Cómo sería o resultado se futuras xeracións e civilizacións formularan unha expresión artística que homenaxeara o cine hollywoodense do século XXI? Tería o mesmo resultado mediático que The Artist?

Nun mundo como o que vivimos, onde a pirotecnia, o exceso, a pura fachada son o que enche as pantallas, ven Hazanavicius e a súa 'troupe' de viaxeiros no tempo ven a recordarnos có cine é algo máis que un ben de consumo rápido; que as veces, unha película pode emocionarnos, facernos rir, chorar, sentir sen levantarnos da butaca, porque o cine é máis que tres explosións e un par de tetas. Un arte, que nos engule dentro del, chéganos de forma moito máis completa que calquera outra expresión artística. The Artist é unha carta de amor non só a ese marabilloso, formidable e único arte que é o cine, senón a todos os que nos gusta, o resto do día vin todo en tons grises e escuros.


Melancholia (Melancolía)
por abc
Se o medo e a tristeza se prolongan, é melancolía. Hipócrates

Melancolía non é un cine para tódolos gustos; por ratos hipnotiza, inquieta, conmove sen que saibamos por qué; a película divídese en dúas partes, as protagonistas dúas irmáns, coas que o espectador espera dar sentido o punto de partida. Mentres un planeta (Melancolía) achegase lentamente á terra, Lars von Trier, está encantado de terse coñecido e cree estar máis alá do ben e do mal, mostrándonos os seus demos internos mentres experimenta cos xéneros, apoiándose nunha boa fotografía e igual banda sonora (á altura das imaxes que acompaña) contrarresta o dramatismo que desprende unha nova creación, dotada dun calado emocional desasoségante.
O cineasta danés volve a amosarnos a súa habitual visión negativa do ser humano, a través dos personaxes e dúas maneiras de afrontala morte. Justine (Kirsten Dunst),  convencida de cá Terra desaparecera cando sexa arrasada por Melancolía, isto estaa volvendo louca; no momento en que consigue asumilo desprendese de case todo o que lle importa, por outra banda, cando Claire (Charlotte Gainsbourg), baralla a posibilidade de cás premonicións da súa irmán sexan certas, comeza a desesperarse porque ten moito que perder.
Para facer unha película de catástrofes con grandes efectos visuais, excelente son, famosísimos rostros e estrelas… Hollywood!
Melancolía, defrauda, sen alusión á apocalipses do fin do mundo das películas made in hollywood… son máis de dúas horas de tensión contida, e cando remata non sabería dicir si me gustou ou non, pero ten o mérito de transmitir, como sinala o título, melancolía e faime pensar internándome no afogo emocional de varios personaxes, o cal xa é un logro.
Melancholia é unha intensa película, que transmite pesimismo polos catro costados, que conten un dos finais máis concluíntes dos últimos tempos, logra un dos obxectivos principais do autor: evitar a toda costa a indiferenza. Este director amase ou detestase, non valen termos medios.
O inminente choque do planeta Melancolía coa Terra é só unha escusa para falar de depresión, e, por tanto, de melancolía. Nun primeiro lugar, presenta a Justine unha moza en aparencia alegre que se encontra máis perdida e asustada que nunca no día da súa voda. Aínda que nese momento descoñecese a existencia da ameaza cósmica, o espectador intúe que Justine o sabe.
Máis adiante, a historia centrase na irmán Claire tentando agochar seu medo a medida có planeta se acerca máis e máis á Terra. Para entonces, Justine xa o ten asimilado, mentres que Claire comeza a facerlle fronte. Neste tramo e onde realmente se esperta o interés do espectador, móstranse entonces, dúas facetas ben distintas da depresión e do medo visceral, e faino nun ambiente idílico que parece sacado dun conto de fadas, e Lars von Trier explótao, esta vez sí, o máximo.
Non trata de mostrarnos a conduta humana ante un inminente fin do mundo tal como o imaxinamos, se fora esta a intención, elixe seres demasiado afastados da normalidade (no só polas súas exasperadas condutas, senón sobre todo pola súa existencia illada e plena de luxos, cós aparta de calquera patron de mortal), do que pode ser curiosa su reacción, pero que nunca servira como exemplo ou representación da humanidade. Pero si, a loucura destas dúas mulleres e o drama no que viven ou provocan; para estas, xa me sobraría a colisión interplanetaria, xa preferiría quedarme coas súas rutinas e as do resto dos personaxes e analizalos aínda máis en profundidade… O decotío en sí mesmo proporcionaríalle suficientes razóns para dar saída a estas paranoias sen necesidade dun final de ciencia ficción. Comprendo que non é tal o mecanismo de ficción científica, senón unha metáfora (aí o nome do planeta, padecemento que sufre o propio director…), considerándoo innecesario, aló menos, o choque, xa cá ameaza podía estar presente sen conducir o inexorable final que se coñece no inicio da segunda metade (Von Trier, desexa co espectador o saiba no comezo).
Unha realización lúgubre, a súa sutileza encallada nunha soa familia en alusión a toda a humanidade representada, carente de grandilocuencia visual, mostrándose como una recreación de corte sinxelo na maior parte da longametraxe, e aínda así garda gran complexidade intelectual fora de compartir ou non a ideoloxía do director o desenrolar unha sorte de desastre contemporáneo interno, en contraste co externo en notable fusión. Nin sequera o planeta Melancolía se percibe en todo artificio e ata reluce beleza no seu cor, unha ameaza observaba dende uns arames que miden o tamaño de aproximación nun vai e vén entre a inesperada salvación nas portas do previsible impacto.
Para cando empezas a rebulir na butaca xa estas atrapado na esencia desta melancolía, abatemento basculante entre a maxia e apatía ambiental (non ter ganas de facer nada) só agardar o desenlace… Cando remata  déixanos unha sensación de ansiedade ca que cargaremos un bo rato despois.
Magnifica a actuación de Kirsten Dunst, non se discute; pero se alguén verdadeiramente merecía o Premio á Mellor Interpretación no Festival de Cannes 2011 para min era Charlotte Gainsbourg, compañeira de reparto; cada mirada, cada xesto, cada movemento reborda autenticidade. Dúas interpretacións antolóxicas das dúas protagonistas femininas, elevando Melancholia a un nivel superior.


Los colores de la montaña
por abc

Nin o peor horizonte atranca a inocencia dun neno.
A tranquilidade do campo os seus verdes paisaxes, grandes montañas e fermosos amañeceres, vese interrompida pola guerra que impoñen as forzas ilegais de Colombia chámense estas Farc, paramilitares ou calquera outro... Este é un panorama co que teñen que loitar os campesiños cultivadores da terra nese país. Son eles, os menos favorecidos como sempre, a os que escasamente lles chega algo de educación ou saúde, os protagonistas desta historia unha verdade lamentable.
Nin sequera falamos de curtidos campesiños, é dicir, dos que fan e fixeron fazañas para protexer a súa familia (si lles queda) e seguir vivindo da terra, falamos das outras vítimas ignoradas, os nenos. Esa é a maior virtude desta película, saca á luz, unha realidade invisible e sen afán de sensacionalismo, presentarnos unha ollada adorable do que representa o día a día, nesta situación para os máis pequenos.
É un relato de amizade entre tres nenos, Manuel, Julián e “Poca luz” que comparten os días entre a escola e xogando fútbol, as veces as agochadas dos grupos armados, un día o balón cae nunha zona minada, polo que xa no poderán practicar seu deporte favorito. Os nenos resístense a perder o seu entretemento e comeza toda unha aventura para recuperalo.
Nas guerras tamén hai nenos.
Pouca presenza ten a guerra, pero basta o medo a que outra mina estoure, ou un plano dunhas pintadas superpostas no muro da escola para retratar toda a súa crueldade.
A inocencia crea situacións moi divertidas, francas, terras e penurias, que golpean con forza no espectador. Realidades difíciles de contar pero que Carlos César Arbeláez realizador e guionista, soubo tratalas para darlle un ton apropiado.
Non se trata dunha película máis sobre a violencia, non se trata dun pretexto sobre a paz, moito menos dun intento por explicar o conflito armado dun país, tratase simplemente, de darlle pantalla os nenos, resaltando así, o desatino dun problema social que perdura en Colombia.
Los colores de la montaña un relato con rapaces como protagonistas, sen experiencia cinematográfica, non é só historia. En xeral, a película moi coidada dende o punto de vista estético cun esforzo por facer o mellor aproveitando, por exemplo a luz natural, de vivos colores que resaltan, de pouca intervención artística, dando moi bo resultado, unha boa fotografía.
Sen pretensións comerciais nin maquillaxes que falsifiquen a realidade, amasa a natureza en toda a súa beleza, a ansiedade dos nativos e un gran respecto pola xerga local, con estes ingredientes captura perfectamente a vida do lugar, Arbeláez consigue unha película aínda que minoritaria interesante e necesaria, con sentido humanista e unha mirada non fatalista e si esperanzada que pasa pola escola. O director regálalle o pequeno Manuel un balón e unhas pinturas, e a nós espectadores hora e media dun fresco de cores verdadeiros e luminosos –aínda que “os camiños da vida sexan difíciles”, e custe chegar a vello– para que axúdemos a tentar recuperar o balón da paz e a non xogar coas minas.




La Piel que habito
por abc

Ou como converter a túa vida nunha carreira de odio e vinganza e terminar sucumbindo o poder do desexo. Pedrooooo!, nunha película de intriga sen renunciar á esencia do seu cine …de Almodóvar pero totalmente diferente.
Robert Ledgard (Antonio Banderas) un cirurxián plástico de prestixio perde a súa esposa presa das lapas dun tráxico accidente automobilístico e noutro a súa filla. 

Libre adaptación da novela “Mygale/Tarántula”, escrita por un tal Thierry Jonquet parece ser, reticente a que seu texto saltase o cine. O resultado é La piel que habito historia a medio camiño entre a intriga detectivesca, o drama psicolóxico e o cómic de terror, elementos todos eles moi atractivos para adaptar á gran pantalla. Pero a linguaxe cinematográfica é caprichosa, e non sempre se mostra amable coas propostas doutros formatos. Tan iguales, tan distintas, novela e película son xa dende agora traballos imprescindibles.





Unha lista dos diversos elementos da historia: violación, asasinato, secretos, mentiras, transxénese… os pais do misterio, a ambigüidade do xénero, irrompibles lazos emocionais, conforman na esencia La piel que habito como un melodrama. Sen embargo, de Almodóvar, quen como artista maduro, ten perfeccionado súas habilidades nun punto onde os desvíos cara a telenovela asimílanse sen problemas nun todo... pola capacidade que demostra para manter e vender a esencia do seu cine nunha aventura deste calado.





Antes de entrar no cine non sabía nin quería saber que ía ver. Facía tempo que unha película de Almodóvar me chegara a gustar!





Non quero revelar moito sobre da trama, como en calquera película o destino non é tan importante como a viaxe. La piel que habito redonda, maxistral, o traballo do mestre Almodóvar, aínda cá cague de cando en vez (Kika, Carne trémula…), está na parte alta da súa carreira. Puidera/pode ser criticado por non pestanexar nas escenas incómodas, pero cada unha é una pincelada necesaria no lenzo da historia e dos complexos personaxes, senón dos marcos de cada escena, coidados como os que colgan nas paredes da casa de Ledgard, e como unha pintura de artista moderno tamén enmarca a Vera dentro dunha pantalla de circuíto pechado de televisión…





Almodóvar expón oportunas preguntas sobre ética, ciencia e xenética. Ledgard a pesar que fala sobre o beneficio da humanidade de investigación…, dámonos conta de que non é o obxectivo, seu traballo guíao unha obsesión en última instancia egoísta para alcanzala perfección artística. Seu talento e seu diñeiro significa cá súa realidade non é a mesma cá nosa (Antonio Banderas, un Pigmalión ou Frankenstein de Almodóvar), é un home xogando a ser Deus, gobernando un mundo hermético, entre odio, vinganza e obsesión. A súa fría natureza, reflíctese nas liñas, do limpo laboratorio, quirófano e sala de Vera (aparte da cociña e súa ama de chaves Mirilia, non hai calor en ningún lugar da súa casa).





Ti, eu non somos o resto do mundo, non se trata dunha proposta do gusto de todos, pode que nin sequera da maioría. Inquietante, estraña, atrevida, fascinante, mutante, desmesurada, incrible, eticamente retorcida… e totalmente ‘almodovariana’, con ovos Kinder e chiscádelas a outras pelis, La piel que habito demostra có director pode tocar o horror factible sen renunciar a sí mesmo. Rodada cun bo gusto incuestionable, coidada composición de cada plano, de cada secuencia, o realizador dilata o comezo da película abrindo un confuso abano de liñas narrativas e temporais, difícil a súa aposta pola inclusión de elementos que poden parecer superfluos para o conxunto pero que finalmente encaixan neste puzle labiríntico e maquiavelicamente trastornado, triúnfa o superficial e o visual fronte ó fondo ó humano se cadra non emociona nin arranca fondos sentimentos no espectador, xa que navega entre a estética e a pretensiosidade, con momentos folletinescos de atrevemento e recorrentes fetichismos. Pero o importante é que, sexa como sexa, o espectador vaia o cine a ver a última de Almodóvar. E isto faino o manchego como ninguén, como fan sempre os americanos, é dicir, creando a necesidade de ver as suas películas, é dicir, marketing, de tódolos xeitos co que recada costease as súas películas, non todos poden dicir o mesmo… No visual é impecable, na composición a sorpresa é constante. Poderíase considerar, sen lugar a dubidas, unha peza fundamental na filmografía de Pedro Almodóvar, e unha película a ter en conta esta temporada.





Fotografía de José Luis Alcaine sinxelamente asombrosa, fermosa, de cores vívidos ata o palpable, unha banda sonora de Alberto Iglesias omnipresente, únese á troula xeneral e encaixa como unha luva, Buika pon voz e alma, a relación entre os protagonistas é gozosamente éstrana e perversa, coroa cun obsesivo e antolóxico Antonio Banderas mellor, infinitamente mellor do esperado, que ten en Ledgard un saboroso regalo como actor, un científico louco, que rexe un microuniverso opresivo e elegante no que se converte a clínica de pesadelos na que reside e axexa. Verdugo e vítima, obxecto de anhelos/odios dando forma a entregada Elena Anaya (Vera), formando unha parella observada de cerca e lonxe polos elementos desta alucinada creación, unha Marisa Paredes (Mirilia) inmensa, crepuscular e frustrada. Todo mostrado cunha naturalidade digna de respecto. Nun momento, no que, máis obsesionados cá nunca estamos coa imaxe, pódense comprender ás moitas persoas que lles toca vivir, por capricho do destino nunha pel que non é a súa... Almodóvar crea unha película “fermosa”,profundamente inquietante, cunha posta en escena impecable, elegante á vez que tenebrosa, que fará gozar incluso ás non asiduas audiencias, ninguén houbese montado mellor esta película nin a houbese iluminado con mellores resultados.





Polo qué, vai, e admira …a ser posible en pantalla grande un bo traballo unha digamos nova obra mestra. De todos xeitos, seguiremos comprobando que Almodóvar sigue recibindo premios e insultos, cando o equilibrio a seu recoñecemento, tal vez sexa más xusto nun termino medio. Non sei que pintaLa Vanguardia en Toledo... pero tampouco me importa déixoo para as revistas de chismorreo, como diría Hitchcock: "É só unha película, Ingrid".





No tengas miedo
por: abc

"Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan" P. Neruda
O medo é un sentimento lícito, sempre, e máis cando ven arroupado por circunstancias tan desiguais como o abuso infantil, por elo, somerxerse nos personaxes no silencio da sala de cine, e navegar polos bordes da vida xunto a Silvia, vítima e protagonista da película de Montxo Armendáriz, e saír indemnes é un exercicio de equilibrio que agradecemos a un bo director. Porque si algo ten o cine de Armendáriz é que non fuxe da realidade, preséntaa tal como il a percibe, deixando có espectador tome as súas propias conclusións, aínda que sen perder a oportunidade de amosar, que non impoñer, a súa propia para maior crecemento da historia.
Silvia, interpretada por tres actrices diferentes, pero, sobre todo pola televisiva Michelle Jenner, que dota ao personaxe dunha contención excepcional, camiña pola vida cunha inmensa carga sobre seus ombros, unha carga representada alegoricamente nun violonchelo que sempre leva as costas, nós, como espectadores, camiñamos xunto con ela grazas a que o director colócanos dende seu punto de vista, cunha intelixente posta en escena.
Pero o que máis destaca de No tengas miedo é ter logrado non caer na banda escura de destacar os aspectos máis rechamantes ou espectaculares para provocar emoción, nin na excesiva e finxida sentimentalidade, os abusos son unha dura proba, algo que marca unha vida para sempre, pero Armendáriz non se deleita, nin en favor do macabro, nin en favor do doado dos sentimentos da vítima. A película camiña por un espírito de contención cá fai medrar máis cada minuto de metraxe que pasa, cun Lluís Homar que consegue facer do silencio palabra e comunicar sen falar, nunha mostra da gran capacidade actoral. Pero a Armendáriz no lle interesa para nada furgar na perversa patoloxía que manifesta o pai, senón estar atento aos efectos que seu asexo provoca na vítima. Evitase así un posible reducionismo perverso do retrato que vai emerxendo do pai, posto que esa ausencia de explicación ven imposta polos interrogantes que acumula a parálises e o estupor do personaxe central. Este non manexa (nin pode manexar) as claves que poidan explicar o comportamento paterno. Atopámonos ante un conflito no que unha das partes actúa e a outra cala. O realizador disponse a ser testemuña desa batalla indagando no espesor cruel e cotián que castiga o silencio do fogar.
O espectador sempre tenso polas rañuras da vida, os vínculos entre idades que logo desembocan nas grandes etapas da persoa, o director entra a cheas nun tema tan quente como difícil. E faino dende a sinceridade e o atrevemento. A resultas, termina sendo terrible, falando de fronte, pero sen por elo hipotecar o respecto, o tacto, o compromiso de autor.
Esta é unha responsabilidade, coidado, non entra a expor una problemática social limitarse a dar conta dela, consecuente co que relata e acompaña a os seus… seu, personaxe sen posicionarse por enriba del, sen paternalismos. Toda a película constrúese a partir de detalles de sensibilidade que marcan o bo facer do director… Unha conexión directa personaxe/director/espectador que serve para resaltar a separación entre nenos e adultos que, neste caso e por razóns obvias, formulase abismal.
O ritmo lento fuxindo de artificios e sensacionalismos, o realizador fai o momento mediante o uso de planos alargados no tempo, sempre seguindo fisicamente (cámara ao lombo) e facendo as veiras simbolicamente á moza protagonista. Ou, determinante, facendo un rexeite frontal do pornográfico do "obxectivo que todo ve" a través dun off que chega no momento máis crítico da película. Un fora de campo que custa seu peso en ouro.
E do mesmo modo, ese mimo polo detalle faise extensivo á pura descrición e evolución dos dous personaxes principais. Silvia e seu pai. Ela, a través de silencios e miradas cheas de significación. El, a partir de pequenos detalles, xestos ou palabras aparentemente casuais. Así vaise construíndo o monstro, aínda que sempre a escala humana (que non tolerante). O final, este queda como unha sombra, unha ameaza axexante que vai facendo aparicións en determinados momentos. Silvia, en cuanto alcanza a adolescencia e vai achegándose á idade adulta remata coa súa vida convertida nun ensaio da mesma: minte por sistema, sufre ataques de ansiedade por motivos agochados na memoria e narcotizados polos fármacos, faise ludópata, mina as súas relacións sexuais con remordemento, o medio fáiselle insociable (cunha nai cada día máis lonxe) e, remata na peor das dependencias.
Case documental cóntanos de testemuñas reais o través de actores que falan case a cámara e interpelan de modo indirecto á conciencia, os prexuízos e a moral do espectador. Esforzadasinterpretacións. Fotografía desinfectada, nun entorno visual esterilizado, dilúe o impacto dunhas secuencias de apertura emocional que rompen coa sutileza e a intimidade da historia de Silvia: non necesitaba universalizar a protagonista para expoñer o problema en toda a súa magnitude.
Chegábanos con saborear os silencios, soportar o peso da dor contida e sufrir as humanas contradicións dunha Michelle Jenner actriz que concentra o papel da Silvia máis adulta, espléndida, seu traballo, un portento de valentía, de contención e de risco. Unha completa achega, o perfecto cómplice no que atrapar a ansiedade do personaxe. Vela camiñar, agocharse, correr o baño máis próximo, tocar o violonchelo, fuxir, evitar un encontro, e suplicar coa mirada unha explicación que xamais recibe convertese na acumulación de expresividades có personaxe precisa para expresar o interrogante… remata levando a película por diante.
Sen dubida algunha, polo menos ata que non se demostre o contrario, o autor de títulos como Tasio,Secretos del corazón ou Silencio roto, alguén tan importante no noso cine, a traxectoria cinematográfica de Montxo Armendáriz, constitúese como unha das máis sólidas, un chanzo por enriba de moitos dos seus contemporáneos, sería insensato negarllo, e menos aínda logo desta nova reválida, No tengas miedo agora xa, perfilase como unha das mellores propostas españolas do ano. Non é un cineasta propenso a rodar de forma continuada. Faino meditando moi ben cada un dos seus proxectos, sen presas. Debutou no térreno do longametraxe no 1984, son oito coas que nós ten convidado. Ningunha delas desprezable. Polo que, estamos ante unha gran película en tódolos aspectos, unha perfecta combinación, quizais unha obra arriscada, unha historia que remove a un espectador o cal suponse intelixente. A película funciona xuntándose ao redor dunha dor calada, profunda e abatida. Ao redor dun crime de lenta e abusiva magnitude, mira de fronte, sempre e respectuosamente, a un ser humillado dentro do ámbito no que debera estar salvagardada a dignidade de todo ser humano. A película supón unha meditada aproximación a ese tabú repugnante que constitúen os abusos a menores no interior dunha familia. O pavor de quen mal te quere establecido como normalidade tan maltratadora como oculta.
Violenta, dura, esperanzadora, No tengas miedo un delirante exercicio cargado de delicada contención. Respecto, clase e serio bon gusto, Armendáriz volve atinar. Aqueles que dende Tasio o admiramos non podemos máis que aplaudir…




Unha vaca, ...e ‘Un cuento chino’
por abc

Falar de cine arxentino é falar do magnífico actor Ricardo Darín un filón para conseguir atraer público. Sinxelo, dáslle a Darín un marco onde poda demostrar a súa capacidade de actor e éxito asegurado. Uns ollos poderosamente expresivos, gran credibilidade, magnetismo inesgotable e unha variada galería de personaxes. Ten demostrado un instinto notable para elixir guións con corpo e alma, mesmo cando todo é naufraxio en determinadas películas, cando está obrigado a dicir e facer cousas que manan falsidade pretensiosa, il improvisa para dar algún momento de verdade a os seus personaxes. E, por suposto, posúe o imán que caracteriza a determinadas personalidades, a cámara quéreo e contáxianos ese amor a os espectadores, sempre apetece ver unha película con il como protagonista. E pódete fundir co seu enorme talento cando se pon o servizo dunha historia que merece a pena e cun director en estado de graza, algo transparente no inmemorial canalla de Nueve reinas e no lirismo dorido de El secreto de sus ojos.
Darín pode dar vida a tipos variados, a os sentimentos máis complexos, á turbiedade e o transparente, á derrota e á supervivencia, á normalidade e á anormalidade sen deixar de ser il mesmo. Isto é: superdotado e con algo especial que aparecen moi de cando en vez en cine. Bardem tamén podería pertencer a esa raza. O éstrano no caso de Darín é que siga traballando en Arxentina, có cine estadounidense non puxera a prezo de oro unha personalidade como a súa.
Un cuento chino (2011), dirixida por Sebastián Borensztein, onde dous estraños protagonistas,Roberto, (Ricardo Darin), un home insociable, marcado pola derrota da Guerra das Malvinas, vive so e atrincheirado na súa ferraxaría evitando no posible o contacto con outras persoas e Jun, (Ignacio Huang), un chino que ven de ter un contratempo durante unha excursión en bote, cunha vaca, perde a súa prometida e decide emigrar a Arxentina a casa dun tío, único parente que lle queda …uns taxistas asáltano, a dirección do tío está equivocada, sen poder comunicarse, sen diñeiro, ante a negativa de axuda por parte das autoridades, tanto arxentinas como da embaixada china, Roberto remata levando a súa casa a este chino, quén coa súa presenza rematará removendo os seus máis íntimos convencementos... É unha película máis amable que aceda, digna e crible, un conto con orixe triste que se empeña en facer reais conceptos tan anticuados como a compaixón e a solidariedade, o retrato dunha soidade elixida que non se ten enquistado na indiferenza nin no egoísmo. Os seus protagonistas o chino desolado por eses accidentes absurdos que machucan a existencia, esas perdas afectivas que despoxan de sentido o presente e o futuro, illado e sen un peso nun país e un idioma descoñecido, e o ferraxeiro solitario e disciplinadamente maniático, coleccionista de noticias estrañas que aparecen nos xornais de calquera parte, alguén que a pesar dos seus inquebrantables traumas e seus permanentes pantasmas non perdeu o sentido da xustiza nin a indignación moral, disposto a soltarlle unha cabezada a autoridade irrespectuosa e abusona, o provedor que intenta estafarlle mínimo e acotío nos negocios acordados, o cliente tocapelotas e falso.
Estamos diante a clásica comedia baseada en parella desparella, con todo o que da de si este xogo para traer á escena problemas de comunicación e choques culturais entre os dous protagonistas. Neste marco, cheo de pinceladas porteñas e ton melancólico, Darín reválida outra vez a súa calidade interpretativa, secundado por un expresivo e mudo Huang, que consegue dar boa replica e formar a entraña parella que necesita a historia, casual, surrealista e protectora relación que establecen a base de xestos, equívocos e intuicións... Estes seres á intemperie, aínda cá do chino sexa total e a do ferraxeiro goce dun refuxio tan blindado como patético. Igualmente, ten moito mérito o director na creación dunha atmosfera peculiar describindo a desesperanzada vida e os rituais fixos deste perdedor introvertido, rebechado con causa, secretamente tenro, xeneroso a seu pesar, incapaz de deixar abandonado a súa tráxica sorte a un paria que vai a alterar súa sagrada intimidade, atino en coidar detalles que explican, o porqué da hosca personalidade dos personaxes e sobre todo o porqué desa excentricidade que rodea a vida de Roberto, somerxido nun estado depresivo do que parece non querer saír… contrapunto á historia principal, dánola Muriel Santa Ana, actriz, no papel de namorada de Roberto, papel de intensidade xusta, para non transformar o fío da película nunha historia de amor, e quedando só como acción necesaria, pero accesoria, á trama principal.
Non é unha película retórica nin melindre, aínda co tema prestase a elo, e un conto tenro, non está de máis pensar cós indefensos afectivos poden atopar de cando en vez un lugar no paraiso. Non soe ocorrer na vida real, pero nas ficcións pódense permitir esa ilusión. Ademais, a venda de entradas acompaña, e sempre llo agradece. Pero, sobre todo, está a interpretación de Darín. Faiche comprender, respectar e querer a ese anacoreta de corazón oxidado.
Un bo guión, ben contada, que parte dunha situación absurda e medra en veracidade a medida cá película transcorre. Non se pode perder.


 “El árbol”: unha historia ben contada

por abc

“El árbol” demostra sensibilidade e mimo na súa mirada, roza o máxico e o mitolóxico. Pero pouco a pouco, deixa ese endozamento e desemboca no correcto, no funcional ‘na historia ben contada’.

Segundo longametraxe de Julie Bertuccelli con vocación éstrana e sensible a imaxinar un misticismo un espírito que agarra as terras secas de Australia, alí onde o illamento e distancia concentran o amor, a perda e o esborrallamento emocional dunha muller e os seus catro fillos cando o pai falece subitamente.

Na primeira parte, Bertuccelli mira a ese horizonte infinito con fascinación, mimo y delicadeza, acaricia os paisaxes australianos con axuda da fabulosa fotografía de Nigel Bluck, e enfrascase na escoita das voces dunha natureza á que concede extraordinaria humanidade. Neses compases iniciais, o alma do defunto amado mora nun inmenso ficus microphylla, espectacular variedade de figueira orixinaria de Australia, vida e sentimento que manifesta un vínculo indescifrable para axentes externos á familia, pero íntimo para os personaxes dunha quebradiza, dolorosa Gainsbourg, e unha extraordinaria Morgana Davies. Por entonces, a película raía o mitolóxico, reconcilia o misterio enigmático da planta titular cunha cotián feita de silencios, choros desordenados e televisión a todo volume.

Baseada na novela (The Tree) de Judy Pascoe, ela, quedase sola con catro fillos, nunha casa xunto a unha enorme figueira perdida nun pequeno pobo de Australia, intenta mostrarnos como afecta e como "negocia" o duelo cada membro da familia, facendo algunha que outra metáfora visual, axudándose para elo da figueira que se torna nun personaxe máis.

A negación, a ira, a negociación, a depresión y finalmente a aceptación. Son as cinco fases do duelo, é a forma que ten o cerebro de protexerse ante un trauma inesperado.

Espiritual e máxica A película non despreza o cortexo co sobrenatural ao asumir a mirada infantil, cargada de fantasía, como un punto de vista tan lexítimo como o de súa nai, que acaba desenrolando un parecido instinto polo espiritual e máxico. “Es una película que he rodado muy cercana a mi experiencia de cuando tenía ocho años. La imaginación es el elemento crucial en esa época y lo que vemos es a una niña que tiene que hacer algo con su tristeza. Utiliza su creatividad para hacerse más fuerte a sí misma y aceptar que a veces en la vida tienes que dejar las cosas marcharse para seguir viviéndola”. Non só o árbore, a espectacular natureza australiana establecese como símbolo da película na súa calma e beleza pero tamén na súa furia e destrución: “La naturaleza es un espejo en el que se reflejan los sentimientos de los personajes”, explica Bertuccelli. 

Calquera que perderá a alguén cércano, sabe que chega un momento de alegría que nos recorre o sentimento de culpa.

Charlotte Gainsbourg que puidemos ver recentemente na arrepiante e á vez inesquecible ‘Anticristo’, volve interpretar a esa muller desconcertada debaténdose entre a necesidade de seguir vivindo e o desgarro que lle provoca desfacerse dun pasado iluminado pola felicidade. Pasado que representa a unha filla pequena que se refuxia na fantasía. Como explica a directora: “Simone dice que entre la tristeza y la felicidad elige la felicidad. No está diciendo la verdad, pero sí demostrando su voluntad de superarlo. El tiempo se pondrá de su parte. Al final, la vida se impone”.

El árbol, cuxa fotografía bucólica e colorista, remata sendo unha fábula que acaba conquistando o espectador pola forza e a sencillez dun mensaxe esperanzador. Remítenos, en calquera caso, a aquilo del “ser o no ser” como única pregunta que nunca logramos resolver. O irónico sorriso final de Charlotte Gainsbourg, crecida nun personaxe que a outorga dun carisma que non figura nun guión quizais máis atento a os personaxes infantís, remata sendo testemuña da imposibilidade de seguir tratando a os mortos como débeda de desolación, excelente interpretación tamén a da nena, está moi ben, en fin, interpretacións, banda sonora (moi boa) un ritmo e metraxe acertado, axudan, a que a película tórnese agradable e grata de ver... está moi lonxe de ser unha produción con miras a un ‘taquillazo’, non conta con elemento algún para triunfar desta maneira. Simplemente é un exercicio cinematográfico de talento, de interpretación, de goce e de bo sabor de boca para aqueles espectadores capaces de gozar con ela. 


A nena… ”as persoas deben elixir entre ser felices ou infelices eu elixín ser feliz” …lección de vida!!!





Almorzo, xantar e cea …o milagre de '18 comidas'

por abc


Non, non é prescrición medica, aínda que podería selo… son novas formas de rodar e contar historias. O director lucense Jorge Coira que debutara coa longametraxe El año de la garrapata, con amplía experiencia en series televisivas como Pelotas, El comisario e agora Piratas. Cando iniciou a pre-produción desta, súa segunda película de cine, decidiu proporlle cá interpretara un dos protagonistas Luis Tosar, aproveitando có actor era amigo seu de cando eran compañeiros nun instituto de Lugo. A Tosar interesoulle tanto o proxecto que non só dixo que sí, senón que rematou convertido en coprodutor. Cun presuposto de apenas medio millón de euros, cantidade irrisoria no cine actual, a película xa alcanzou ese rango de popularidade que alcanzan moi poucas obras: saírse do alcance das salas e pasar a ser centro de conversacións cotiáns.



Vai camiño de recadar 500.000 euros. E podería chegar a gañar diñeiro facendo cine independente?



Póñanse a remollo os personaxes durante un día, removendo ben ata ligar as diferentes historias e formar así unha masa consistente e esponxosa. Sazonar xenerosamente cunha mestura de drama e comedia, dándolle liberdade os ingredientes para impregnarse do sabor dos outros.



Enfornar a lume lento e agardar que se cociñen eses anacos de vida que non son nosos, pero que ben poderían selo. Aliñar o gusto con risas e lágrimas e, finalmente, servir con bo viño, quen desexe, pode degustar durante algo más de hora e media estas 18 comidas. ¡Bo proveito!



Os actores só coñecían o rodar as liñas xenerais do argumento...



A película 18 comidas estruturase en tres partes que transcorren nas respectivas comidas básicas do día: o almorzo, o xantar e a cea. Entrecruza as andanzas de diversos personaxes de Compostela. Un músico de rúa recibe a inesperada chamada da muller que fora o amor da súa vida, pero que finalmente casouse con outro con quen ten un fillo, unha rapaza prepara unha proba para entrar como cantante nunha orquestra, un homosexual que vive en parella invita a comer a seu irmán, un macedonio buscase a vida polas rúas da cidade, dous tipos emborráchanse dende primeira hora da maña, un actor de moda espera que almorce con íl unha atractiva moza... É unha película distinta das que se poden ver nas salas comerciais, a pesar de ser un traballo arriscado, feito de costas á industria sen apenas precedentes no cine español. Salas e distribuidores foron moi reticentes, sobre todo nun aspecto: case toda é subtitulada, e nun amplo porcentaxe, a súa versión orixinal é en galego. Os espectadores asumírono con naturalidade.



Coira afirma que rodala en galego constitúe "un valor de produción"


18 comidas é unha película singular, rodada cun guión non convencional, na que os actores só coñecían inicialmente as marcas argumentais, as historias por desenrolar e o perfil dos personaxes. Rodada a base de improvisacións, un dos principais ingredientes. Jorge Coira creou os personaxes, reuniuse cos actores para asegurarse que entendían as súas motivacións e seus conflitos, e posteriormente deixoulles inventar cómo se comportarían estes. Consigue un gran realismo nas interpretacións, grazas a esta técnica, e a calidade dos actores como o citado Tosar, a impagable Esperanza Pedreño, Sergio Peris-Mencheta e Pedro Alonso, protagonista da serie Padre Casares, lucese co personaxe de actor, a espera dunha cita que se resiste a chegar.



A película sigue na carteleira dos cines medio ano despois de súa éstrena, nun exemplo fora do común de lonxevidade.



Isto conségueo en só nove días, Coira non parece albergar grandes pretensións, e súa obra é algo irregular porque algunhas historias quédanse en meras anécdotas. Pero 18 comidas, que empeza como una comedia intranscendente, logra medrar por momentos e acumula fragmentos de certo dramatismo, case sempre en torno ao tema da desorientación vital na sociedade moderna e fainos partícipes deses momentos que poden cambiar unha vida. Historias que bailan entre a poesía do cotián e os terremotos dos grandes cambios, momentos nos que se decide qué rumbo tomará a nosa vida, unha ducia de historias ao longo dun único día de ficción, e estas historias, como acontece na vida, teñen un percorrido imprevisible. Porque esta é unha película de improvisación...



A esposa que lle confesa o seu marido que non sabe si deixalo porque se sinte infeliz, e o home que pola súa forma de pensar se sinte incapaz de soportar xamais a homosexualidade do seu irmán son quizais as pezas de maior interese deste crebacabezas.
Case medio ano despois da estrea 18 comidas, segue sorprendendo o percorrido que ten acadado, continúa nas carteleiras das salas comerciais de Galicia e do resto do Estado, nun pouco usual exemplo de lonxevidade. 18 comidas converteuse nun deses fenómenos do boca-boca, e pasou a ser un tema de conversación habitual, en bares e redes sociais.
Palmarés: Premio á mellor dirección para Jorge Coira no Festival Internacional de Taormina (Italia, 2010). Mención especial ao reparto do filme, por parte do Xurado do 15 Festival de Cine Internacional de Ourense (2010). Premio á mellor película e premio do público no Festival CineEsCena (2011). Premio Mestre Mateo á mellor longametraxe, entregado en 2011.




 'INCENDIES' …segredos de familia.
por abc

Incendies é unha historia de detectives, cunha misión central que xunta dous mundos paralelos no fío dunha historia. A película comeza nun paisaxe deserto nunha casa de pedra calcaria (apropiada música de Radiohead You and whose army), onde a un neno rápanlle a cabeza antes de entrar nunhamadraza. De repente, pasamos ao inverno de Montreal, onde un notario, ten reunido a un irmán adulto, Simón e súa irmá xemela, Jeanne, testemuñas de cómo en poucos días a saúde da súa nai empeora, e acaba morrendo sumida nun completo e desconcertante silencio, eles están aí para a lectura dunha carta póstuma da canadiense-árabe Nawal Marwan, a carta desvela o que parece un misterioso enigma dun conto de fadas ou un mito... Os irmáns están obrigados a entregar dúas cartas a seu irmán, do que nunca oíran falar, e seu pai, do que sempre se lles dixo estaba morto. Estupor e desgusto difíciles dixerir, esta noticia é a gota que colma o vaso no anómalo comportamento da nai. Sempre actuou con eles estraña e distante, agora, a última vontade é que antes de recibir sepultura, seus fillos teñen que buscar a seu irmán e pai, e entreguarlle unha carta a cada un. Simón rexeita a solicitude, Jeanne asume a responsabilidade, e coa intención de desentrañar a historia trasladase a Oriente Medio, a súa patria, así comeza unha serie de entrevistas con académicos, poboadores locais, gardas de prisión que vai enchendo partes da historia, o mesmo tempo, a través dunha serie de diferentes feitos e sufrimentos causados por unha guerra, outra liña da narración segue a viaxe paralela da súa nai, interpretada pola conmovedora actriz belga Lubna Azabal, moza que de solteira estivera embarazada. Cerca do final, o notario e os irmáns descobren a revelación da historia...
Escrita e dirixida polo canadense Denis Villeneuve, a partir dunha obra de teatro do libanés Wajdi Mouawad, foi nomeada e representou a Canadá á mellor película de fala non inglesa nos Óscar 2011. Villeneuve desenrola con solemne precisión un drama familiar que sucede, en segredo, na envolvente imaxe dun conflito sen final posible, o interminable conflito (ou a sucesión deles) que ensanguenta Palestina, Líbano, Israel e ten dado de si innumerables pezas do horror contemporáneo, un monstruoso círculo comeza para dous irmáns que quedan orfos, cun pedido aparentemente inocente (en realidade, unha orde imposible de esquivar), e que acadara cun arrepiante descubrimento.
O viaxe destes, a unhas raíces probablemente sinistras, o progresivo descubrir nunha madeixa cuxo final só pode conducir ao horror, a verificación desas feridas sen cicatrizar vai marcar ós cás sofren o resto da vida, condenándoos á supervivencia máis desolada, ó imperio do fanatismo relixioso, a inimaxinable crueldade capaz contra todos aqueles marcados co estigma inimigo, a lexitimada utilización da desprezable tortura para destruír física e mentalmente á indefensa presa, inclúe tamén ós nenos… todo descrito con realismo, imaxes poderosas e silencios que exprésanse con máis intensidade cás palabras. Unha película angustiosa no mellor sentido, dotada do ambiente que contaxia tremor ante o desenlace, tan brutal como cargado de lóxica, a lóxica na que podemos preservar as consecuencias de tódalas guerras.
Transmite aínda máis medo cando te das conta que non nace da imaxinación, senón que está baseada en milleiros de feitos reais. Larga, 2 h. 10’ pero non pesa, fainos compartir a angustia dos protagonistas, buscar con eles respostas que se presentan dolorosas a interrogantes misteriosas. Villeneuve divide a narración en varios episodios, de acordo cós personaxes dos que trate ou o lugar no tempo onde teña lugar a historia, non está contada de modo lineal, senón que vai do presente ao pasado e viceversa. Aínda que as veces desconcerta este vaivén, o conxunto funciona á perfección, é certamente unha elección acertada ante unha narración que podería facerse quizá demasiado áspera.Incendies vai calando no espectador grazas a uns actores impresionantes, sobre todo pola parte feminina, cunha inmensa Lubna Azabal, cuxo rostro pon os pelos de punta en escenas clave, a moza Mélissa Désormeaux-Poulin, que tamén brilla con luz propia como Jeanne, personaxes que nunca recorren a esaxeración melodramática para lograr o impacto fácil, un guión que enche a historia de suspense, onde protagonistas e espectadores teñen que descubrir o enigma final. O resultado, unha magnífica e emocionante película que nos mostra como a vida é moitas das veces unha verdadeira traxedia…
Sen concretar o lugar onde se produce o conflito (Líbano anos oitenta [?]) pódese trasladar a diferentes realidades, universalizar a cuestión, abstraéndose en certa medida dun conflito determinado, se cadra interésalle o director falarnos da natureza humana o integrismo relixioso de calquera tipo, e non ter que analizar unha situación política concreta, o que quizais teña ao espectador perdido e facéndose centos preguntas durante algún tempo. Unha soberbia película, que fálanos da consecuencia das guerras, unha historia de dor, vinganza e sufrimento, a cal introdúcenos dun golpe nunha época (anos 60/70) de guerras e masacres en Oriente Medio, onde diversas faccións relixiosas e nacionalistas esnaquizaron a vida de milleiros de persoas, nunha espiral de maldade que só xerou máis maldade… isto é en definitiva esta película… logra que nos demos conta que a violencia non é solución de nada, e só suma dor e máis dor, móstranos dunha maneira conmovedora as consecuencias dos fanatismos da cultura da violencia sobre persoas normais. En concreto narra as atrocidades cometidas por terroristas cristiáns para impoñer coas armas, a tortura, a violación, o asasinato a fe no seu único Deus verdadeiro. Unha impresionante testemuña contra os niveis de crueldade que alcanza a violencia armada.
O impacto é directo, da sensación de ter asistido a unha lección de narrativa contundente, perfecta que che mira á cara e chúspeche violencia e dor a partes iguais. Un pesadelo, un drama que furga nas entrañas, alí onde máis dano fai, unha película sólida, que non aforra nos espectadores momentos terribles, tan necesaria como, loxicamente incómoda (doe).




Bebés
por abc

Bebés (Babies, 2010) un documental ou película [?] francesa, 79’ de bebés, unha experiencia visual e sensorial das emocións humanas máis básicas. Unha aventura marabillosa. Un mensaxe universal de beleza, nun viaxe de vida único. A exploración destes ananos heroes nacidos en distintas rexións da terra: o deserto de Namibia, a estepa de Mongolia, Tokío unha megalópoles de Xapón e San Francisco na soleada California. No que non hai historia ningunha, nin voz en off, o audio é natural producido polos balbúceos e primeiras palabras destas catro personiñas, a película de Thomas Balmes dedicase a describir distintas razas de recen nacidos o longo do planeta con tódolos estereotipos supostos, dende que nacen ata que deixan de ser bebés, iguais todos ante a cámara que capta indicios de personalidade en proceso, non é este o momento de incidir en diferenzas, nin tampouco é necesario. Xa haberá ocasión.


Catálogo de inocencia e debilidade xunto a fortaleza e pillaría, alegría e exasperación, miradas, sorrisos e choros dunha naturalidade preciosa, unha grande naturalidade xestual cá cámara extrae do cotián, os sentimentos máis básicos, e atina mantennos como espectadores nun estado de aparvamento do que é imposible saír, poderíamos incluso alegar certo interese antropolóxico (teno), pero entonces esqueceríamos que non é unha película para analizar, senón para gozar, deixarse levar pola beleza dos panais, que é moita... Non fai falla ter un ‘instinto maternal’ excesivamente desenrolado, simplemente a película ten encanto e frescura suficiente para emocionar, os movementos, sorrisos, choros e descubrimentos dun bebé, coas diferenzas culturais propias que supón medrar en lugares e culturas tan diferentes, coidada fotografía e estupenda banda sonora do músico Bruno Coulais quen tamén puxera música a ‘Los Chicos del Coro’


Un rexistro dos comportamentos e xestos humanos durante os primeiros meses de vida, cómo estes párvulos poderán converterse en certos adultos que todos coñecemos…


Nunha entrevista en Madrid, Balmès considera que:

"Eu quería mostrar a nosa relación co entorno e cómo a tecnoloxía, as cousas materiais o medioambiente poden interactuar para formar a nosa personalidade", opinión deste francés que se refuxia os fins de semana preto de París nun lugar onde non ten electricidade, Balmés asegura que “cando filma unha película só esixe tempo para facela”, para facer "Bebés" precisou dous anos de rodaxe e outros tantos de montaxe.


Un viaxe entrañable que non deixará indiferente a ninguén cá vexa.





'Los chicos están bien' unha familia normal.
por: abc



O termino chamado cine ‘Indie’ (cine independente) ven a representar esa parte do cine americano, onde o proceso creativo non esta enteiramente suxeito ás fortes presións económicas da industria de Hollywood, o ter que propagar os principios e valores da sociedade americana. Son esas historias que pola súa frescura, ou cuestionar (non sempre) as estruturas que sustentan a moralidade da clase media, non se enmarcan no discurso a que estamos afeitos dos grandes estudos.


Nese sentido, "Los chicos están bien" ("The kids are all right"), é unha enquisa sobre o modelo de familia estándar vixente, asumindo cá familia, esta lonxe de ser unha institución monolítica, máis ben é un grupo de individuos adaptados á diversidade social e sempre en movemento (comparándoo a clichés da familia heterosexual e cristiá, moitas veces presentada como única, normal e viable).


Pero isto é só tras a aparencia na que se vai a desenrolar a comedia. Fuxindo de sermóns e debates sisudos (algo que moitos esperan) Lisa Cholodenco, directora e escritora, (ela mesma é lesbiana e nai por doazón de esperma) escolle contarnos unha realidade, tan digna que desarma a falsidade moral que defenden os salvadores da integridad, afrontando con naturalidade o desenrolo duns personaxes que se debaten entre impulsos, influenzas, prexuízos, caprichos, razón e inconsciencia como fariamos calquera de nós, facendo có resultado coñeza a verdade e conecte co espectador. Como comedia, facer non fai rir, pero si ten un ton optimista con final feliz, e cóntanos unha historia cómica en si, como cómico é o disfraz moral defendido polas “outras familias” salvadoras da honestidad… durante gran parte da película témola sensación de “pódese ver pero non é gran cousa”, ata ca historia vai collendo forma e novos matices, supoño que grazas a dirección, e a súa maneira de facer os personaxes, observando con delicadeza, apartando a cámara ou achegándoa conforme o permita ou requira a escena en concreto… é un provocador territorio onde a directora movese con soltura deixándonos un poso final agridoce (que non todos compartiremos) onde teñen pasado moitas cousas e ónde aparentemente todo queda como estaba.


A cinta rompe con calquera prexuízo e engade unha historia de celos e algún conflito adolescente dentro dun elaborado guión que, en definitiva, trata sobre a vida de dúas nais (lesbianas) apartándose do marxinal para mostrarnos o lado humano, moderno e maternal de dúas mulleres que só queren educar a seus fillos, onde o importante son as relacións entre as persoas, falar de cousas importantes, como saber por qué a pesar de todo, as familias son mantidas xuntas. Os sentimentos dos implicados son complexos, e as situacións imprevisibles, ricas en matices. Lisa Cholodenco quixo normalizar a vida dun modelo de familia pouco convencional. As súas actrices, Nic (Annette Benning) e Jules (Julianne Moore) sensacionais, e os mozos, Joni (Mia Wasikowska) brillante e sensible moza de 18 anos e Laser (Josh Hutcherson) o neno, de 15 anos, triste e confuso, ambos resultado dunha doazón de esperma de Paul, o pai ausente (Mark Ruffalo). “As familias de parellas homosexuais son cada vez máis comúns en Estados Unidos na película vemos unha familia normal. Esquecémonos que se trata dunha relación entre dúas mulleres”, dicía Julianne Moore durante unha presentación da película.



Triunfou no Festival de Sundance con moi boa acollida, arrasou nos Spirit Awards (Mellor guión), Círculo de Críticos de Nova York (Mellor guión, actriz (Bening) e actor secundario (Ruffalo)), Festival de Berlín (Premio "Teddy" á Mellor película), foi agraciada con dous Globos de Ouro, (Mellor Película de Comedia e Mellor Actriz (Annette Bening)) nos Oscars tivo 4 nomeamentos, incluíndo mellor película e actriz (Annette Bening).





Cisne negro '...posiblemente un clásico'

por: abc

Cisne negro (Black Swan) de Darren Aronofsky (2010), unha historia que mestura drama con thriller psicolóxico, a través da vida dunha bailarina, a soberbia Natalie Portman, nun apaixonante e escuro retrato dos límites da cordura, feita con gran intelixencia e procedemento visual que fai cá historia traspase a pantalla para tocarnos na fibra interior.

Thomas (Vincent Cassel), director da compañía decide substituír á veterana estrela principal (Winona Ryder) con vistas a unha nova representación de O lago dos cisnes de Tchaikovsky, buscando un rostro máis novo, e capaz de interpretar con soltura os opostos carácteres do cisne blanco e o cisne negro. 

Cisne negro xira en torno as presións de Nina Sayers (Natalie Portman nun papel para acadar tódolos premios de interpretación do ano) unha estrita bailarina dunha importante compañía de ballet de Nova York consegue, impóndose ao resto das súas compañeiras, o suculento papel principal da obra. Tal premio lévaa a interpretar o cisne branco, fráxil e romántico, pero resísteselle o cisne negro, que representa todo o contrario: a paixón, a sensualidade, malvado e cobizoso. Ela representa a inocencia e a entrega nun dos papeis, pero carece da sensualidade e a espontaneidade do outro, e por máis que se entrega, parece incapaz de ofrecer as dúas caras. A chegada de outra bailarina, Lily (Mila Kunis), menos brillante tecnicamente, pero máis atrevida e pasional, xusto o que falta a Nina (ser dous seres dentro dun mesmo corpo, e saber desdobrar sentimentos e emocións enriba do escenario) isto aparentemente converterse nunha ameaza na asignación do rol principal e termina conducindo a Nina as portas do desequilibrio.

Durante o primeiro terzo do filme, os opresivos espazos pechados onde se producen a meirande parte das escenas son tan protagonistas como a propia Nina. Con contadas escenas exteriores, a acción queda enmarcada nos tétricos corredores da academia de baile, nos espazos reducidos da casa de Nina e nas inquietantes escenas no metro. Irrespirables localizacións que, á vez, atopan unha tradución visual no seguimento horrendamente próximo e exhaustivo aos movementos e ao rostro deNatalie Portman durante os seus ensaios. Non é casualidade que un dos aspectos máis rechamantes da película sexa ese atípico achegamento, pouco visto neste tipo de cine, ao rictus facial da súa actriz protagonista. Toda esta sensación de afogo acaba condensándose nas alucinacións e delirios vividos por Nina, quen, a medida que avanza a película, ten máis complicado discernir que acontecementos pertencen á realidade e cales á súa mente enferma, unha intensa historia sobre a paranoia e a esquizofrenia…

Nina é incapaz de estar á altura do papel que conseguiu e empeza a temer que a bailarina recentemente chegada, tome o seu posto. A partir de aquí, a inseguridade e o extremo control que ten sobre a súa propia vida farán que Nina entre nunha espiral de paranoia e extenuación sen volta atrás. Todo iso, aderezado con tópicos: nai dominante (Barbara Hershey), busca da perfección, e motivos visuais recorrentes neste tipo de historias como os reflexos en espellos rotos, as dobres inexistentes e as conspiracións infundadas.

Arofnosky cóntanos unha amarga historia sobre a obsesión pola gloria profesional, Black Swan tolea a corazón aberto, por unha fama que vai vir (…) a película ten no corpo da súa protagonista a principal testemuña dese dano irreparable que a procura de recoñecemento deixa no seu personaxe, atopa o seu reflexo nos negróns e uñas sanguentas das rabuñadas no esquelético corpo de Natalie Portman, acosada por esa cámara, que a segue ata a extenuación, cal vixiante perpetuo, con medo a unha posible caída do seu protexido. Cisne negro acaba converténdose nunha película escura, claustrofóbica ao límite, unha película negra, paranoica se cadra, pero paradoxicamente fermosa, o incrible uso da música compasando os delicados movementos de ballet e os luminosos números de baile sobre o escenario fan que se poida degustar o filme como un pracer culpable...

Cisne negro, como a súa perfecta e sacrificada protagonista, é tecnicamente impecable, unha delicia para os sentidos: nada que dicir á adaptación da música de Tchaikovsky, nada que recriminar á fotografía e aos asfixiantes movementos de cámara, ningunha queixa, e aínda menos nada que reprender a un medido cadro de actores, principalmente actrices, que brillan en cada unha das súas intervencións. A pantalla, álzase nunha fermosa e espectacular posta en escena que te absorbe, engule e non che deixa fuxir ata o derradeiro suspiro da película. Con todo, coma se houbese mimetismo con Nina, nun momento, xorde a tara no filme. O que durante máis da primeira metade da película fora constrición, loita consigo mesma por non caer no basto, suspense ben canalizado e traballada claustrofobia desintégrase nuns innecesarios e, case ridículos, vinte minutos antes da parte final. O que podería terse convertido na obra máis redonda, coherente e compacta, acaba quedando coxa por esa falta de man para reter emocións e salvalas do abismo que vemos demasiado preto, e Aronofsky decide dar peso a unha vulgar historia de iniciación sexual con elementos trillados e banais, o desexo por un home maduro, a masturbación ocasional, unha noite de borracheira, a edulcorada e festiva experimentación con drogas leves (subliñase, xa que o efecto só dura unhas horas) e unha cacarexada escena de atracción e sexo lesbico coa súa compañeira de ballet Lily, que resulta ser unha simple fantasía do personaxe. É dicir, os elementos que calquera universitaria de a pe vive no momento da despedida da adolescencia e que un pode ver en calquera comedia universitaria estadounidense de baixa categoría. Pode que o realizador tivera que construír este ponte de claridade para que os espectadores tiveramos algo convencional onde agarrarnos na visión da película (…)

Mesmo destino tivo o acerto inicial de tecer a visión do filme con momentos clave da vida mental trastornada da heroína, que inclúen alucinacións sexuais e exercicios de automutilación, o mundo cerebral anómalo é moi grande, o director cumpriu aceptablemente seu cometido, pero deixouno romo ao facer intervir con pouca pericia a figura da nai asfixiante e cástrante. De maneira pouco convincente ou polo mesmo, chocante, o personaxe materno parece calcado: a pesar de ser adulta, vive cunha posesiva, neurótica, frustrada e controladora nai negando e non aceptando a madurez sexual da súa filla, ao tempo que intenta reivindicar nela a frustración da súa propia mediocre carreira como bailarina, cunha vida chea de disciplina, sen permisos nin concesións.


Non se trata dunha cinta fácil de ver e dixerir, aínda así, o sabor que deixa Cisne negro é o de contemplar algo impactante, con bo ritmo e claras pretensións de espectáculo. Porque se algo non lle falta a esta película son estímulos sensitivos para manternos sentados na butaca durante as case dúas horas que dura. Arofnosky é todo un mago da creación cinematográfica, inxectando maxia a case todo o que roda, este talentoso director logra movernos no mundo emocional, entre o enfermizo e o sobrenatural, con pericia no manexo da imaxe e consegue con Cisne negro, rodar un fermoso e terrorífico conto de fadas no que a madrasta e a princesa comparten un mesmo rostro.



Esta película, seguramente dividirá á crítica e á audiencia. Na miña opinión estamos seguramente fronte a unha das mellores películas do ano. Posiblemente un clásico, non se pode perder…!!





PA NEGRE 'as mentiras dos adultos crean pequenos monstros'

por abc




Pa negre (Pan negro) do director mallorquino Agustí Villaronga (2010) baseada no libro de mesmo título de Emili Teixidor.


Animo ao público canso de películas ambientadas na posguerra española, a que deixe os seus prexuízos (lóxicos dada a insistencia da nosa cinematografía) e se achegue a Pa negre, penetraremos na Cataluña rural, captada con gran coidado de detalles, froito dun esmerado esquema de produción centrado en recrear a miseria social que se vivía no bando dos vencidos. Non obstante, Pa negre desvíase do arquetípico das dúas Españas confrontadas para destapar unha morea de odios enquistados, traizóns e mentiras no bando da esquerda. A conflagración bélica deixa aniquilado moralmente a un pobo e a natureza humana xa non entende de maniqueísmos. En tódolos lados cócense fabas.

Presenta un proxecto ambicioso, fai uso do suspense como vehículo para determinar a trama, desta forma axiliza e consigue unha película ben conducida. O clímax consígueo nada máis empezar nunha secuencia explícita e impresionante. Un crime seco, bestial e cortante, filmado exemplarmente, agárrate a butaca. O responsable dese acto homicida, oculto para nós, será o punto de arranque para que viaxemos a unha comunidade totalmente marcada pola fatalidade, a maneira do mellor cine negro…

Un neno inxenuo internase na vida adulta da posguerra, é a época do descubrimento, de albergar aínda a posibilidade de crer. Andreu (Francesc Colomer) noso condutor e particular guía, cree cegamente nos seus pais, na súa familia, súa aboa e seus primos. Pero non é alleo a cómo nace a escuridade no interior dun alma cándida e cómo esta ven dada polo descubrimento terrible da mentira… Forma parte implicada, a vítima directa das boas vontades malogradas. A través del, a película no seu epílogo acolle e transmite coa dureza da secuencia final, na que Andreu é visitado pola súa nai no colexio certificando os froitos dunha sociedade enferma. Rodeado desta miseria, o neno vaise enfrontando a os problemas da idade adulta, nunha sociedade en ruínas e achegándose a verdade. Unha verdade que é enmascarada pola falsidade dun entorno condicionado pola derrota e a sinistra presenza do comezo da ditadura, retorno a os tempos máis primitivos dun país que acaba de pasar a maior de súas traxedias. Pa negre furga na podremia moral. O alma humana supura, apesta i emana un adormecemento putrefacto que perverte o ambiente; afoga a quén o sufre e deixa sen rasquizo a todo aquel que queda contaminado. Acaba por mancar. 

Pero Villaronga consigue melloralo, dándolle voltas ao tópico para deixar pegada no espectador. O primeiro acerto é valorar as cousas como boas ou malas, sen termo medio. Evita tamén a idealización da nenez e a vida rural, fallo demasiado repetido no noso cine. Non ten postura ideolóxica nin tampouco executa un xuízo moral, e isto é o bo de Pa negre non divide esa sociedade en bos e malos. O tradicional derrotismo e santificación do bando republicano é invalidado polos autores mediante un xogo de personaxes ambiguos, moralmente dubidosos, todos construídos máis dende unha visión pesimista do ser humano que dende o simplismo ideolóxico: tamén os "bos" os perdedores, cometeron actos condenables. Deste modo estes mesmos personaxes preséntanse profundos, tridimensionais e intúeselles un pasado, aínda que contasenós pouco del. Un ten sensación aínda que o protagonista é Andreu, que seu papel como tal podería asumilo case calquera outro dos personaxes que participan do drama: cada un da para unha película enteira.

No viaxe de iniciación do neno non faltan nin truculencias nin segredos a voces: aquí hai asasinatos infantís, homosexuais castigados pola súa ousadía, castracións, pederastia consentida e loucura a granel. Este festival de excesos forma parte dun discurso coherente. En realidade, é unha historia de maduración pola vía dura. Un conto sobre a corrupción da inocencia camiño dunha xuventude torcida, que vai claudicado voluntariamente dos seus ideais cando se da conta que estes pouco significan cando un está condenado. Iso é o terrible da película, é dolorosa porque pasase todo seu metraxe falando da pureza dos ideais e sen embargo ao final mostra como estes son os primeiros que se destrúen. O neno constrúese un sistema de valores só para que este termine derrubándose e deixándoo todo en ruínas.

A condenación estaba servida de antemán, sen embargo. O seno familiar estaba corrompido dende un principio (os actos do pai non eran tan nobres; os da nai seguen emporcallados) e no fondo o destino de Andreu pinta do máis negro… Negrura espesa para unha película que nunca deixa de moverse entre as sombras do espírito humano. De feito, tanta miseria, tanta turbidez moral tradúcense nunha especie de abafe misterioso sempre presente, case de cine negro, é máis, algunha que outra secuencia podería terminar desembocando no máis puro terror; sen embargo, grazas a un absoluto dominio do texto por Villaronga, termina xogando a favor da ambientación dun país sumido na enfermidade, a podremia, a superstición e a mentira.

Di a frase da promoción "las mentiras de los adultos crean pequeños monstruos". Significativa e atinada frase, Villaronga consigue atinar cunha dirección intensa, chea de talento. En definitiva, Pa negre é complexa e necesaria, provocativa por momentos, dura e tremendamente emotiva. Máis que a historia, máis que os actores, máis que calquera outra cousa, o que fai ca película sexa destacable é a seguridade na dirección o atrevemento coas secuencias arriscadas dende tódolos puntos de vista, como a do cabalo que abre a caixa dos tronos. Pa negre non é unha película máis da Guerra Civil, ou da posguerra, que é o mesmo. Non o é porque Villaronga impón un ritmo e un ton absolutamente clásico e a vez moderno á historia. O relato mestura e executa brillantemente drama, misterio, elementos sobrenaturais e mundo interior duns nenos corrompidos polo contexto social e rural nada alentador, onde as clases definen todo, e os ideais non son sempre o que parecen ser. De fotografía desacougante, deseño artístico delicioso, dirección perfecta, interpretacións sobresaíntes e arrepiantes que en máis dunha ocasión deixarán ao espectador sen alento. O mellor é, especialmente, a intelixente forma de desmadexar o misterio a golpe de impacto tras impacto cun desenlace que non deixa indiferente.

Unha das grandes sorpresas do 2010 un dos mellores exemplos do bo momento do cine catalán contemporáneo, con impecable factura técnica, pode ir coa cabeza ben alta. Unha labazada ao resto do cine español, un despregue visual (poderosa e inquietante fotografía e tremenda ambientación…) unha película imprescindible, chamada a converterse en clásico, unha magoa có paso por cartel non fose acompañado de éxito de público, tan negra e dura coma o pan ao que fai referencia. Pa negre pode presumir de ter o reparto máis logrado da carteleira ibérica visto en meses, excelente, sabiamente dirixido, Villaronga sabe darlle a os personaxes a intensidade os sentimentos contraditorios que caracteriza a esencia humana. O odio que transmite Laia Marull, a vilanía de Sergi López, a covardía de Roger Casamajor, son efectivos grazas ao control que exerce sobre eles. Perfectamente ambientada nuns escenarios e paisaxes moi ben escollidos, esta película significa a confirmación como director de Villaronga...



También la lluvia
por abc


A película También la lluvia, dirixida por Iciar Bollain e interpretada por Luis Tosar e Gael García Bernal, foi elixida pola Academia do Cine para representar a España nos Óscar a Mellor Película de fala non Inglesa.

Senteime a vela con moito interese, convencido que ía atopar un bo motivo para ter esperanza no cine que facemos aquí. Non recordo cando perdín a atención por primeira vez, xa desesperado comecei a rebulir na butaca; puxen moito da miña parte para que me interesara o que estaba sucedendo na gran pantalla, xa dende o principio notase que algo non funciona. Suponse cá película estache contando un drama, vemos a os personaxes sufrir, falan de cousas importantes… pero non parece verdadeiro, un ten sensación de asistir a un ensaio, onde os actores non están dando todo, confiados que todo mellorará no rodaxe.



A película trasládanos a Bolivia do 2000 para contarnos tres historias paralelas, relacionadas entre si. A principal, da que derivan as outras, é un equipo de rodaxe español que pretende facer unha película centrada na conquista de América; máis concretamente na inxusta situación vivida polos indíxenas e no enfrontamento, entre membros da Igrexa e o imperio. Os personaxes principais desta trama son o produtor Costa (Tosar) (pasei un bo rato tentando esquecer a malamadre), a quen en aparencia so lle preocupa o rodaxe e que sexa o máis barato posible, o director Sebastián (Bernal), un mozo idealista que parece fascinado pola reivindicación dos dereitos dos indios, e un veterano actor, Antón (Karra Elejalde), que interpreta maxistralmente a Cristobal Colón. A filmación, funciona como un viaxe temporal, as escenas cobran vida como si realmente estiveran ocorrendo nese momento (a aventura en terras americanas é outra das liñas de acción), asistimos a unha revolta popular pola privatización da auga (Guerra del agua de Cochabamba).



O seu nome non sae no cartel, non lle soará a ninguén, Juan Carlos Aduviri, verdadeiro protagonista, xa que sobre el recae o peso da narración, está sensacional, un loitador contra os conquistadores, tanto os do século XVI como os do XX, amosando plena vixencia dunha desacougante realidade de explotación dos mesmos sobre os mesmos logo de medio século. No seu dobre papel de Daniel pai de familia, e Hetuey líder indíxena, cando a cámara o enfoca, a película enchese de enerxía e acada seu mellor ton, o drama vívese, séntese, apalpase, pouco importa que outros de redor non estean non cheguen… Bollaín perdese intentando controlar un relato que lle ven grande; o que lle ocorre a Daniel/Hetuey ten interese, parece auténtico, ten forza. Pero por desgraza, temos que volver unha e outra vez a parte da filmación e as (imposibles) dubidas de Costa e Sebastián; o plan estoupa en cachos ao encarar unha crises real, a desesperación dos bolivianos pola falla de auga, un feito que revela a hipocrisía do noso sistema actual, apoiado en feridas abertas non cicatrizadas, como expón Antón, o personaxe más coherente e carismático de tódolos que integran o equipo de rodaxe español.



Fracasa a exposición do viaxe emocional de Costa e Sebastián (incrible non se sintan atraídos pola verdadeira rebelión que teñen ante os ollos), con uns actores moi desafortunados (Tosar ten algunha escena boa, na que se deixa levar polas entrañas, pero Bernal está mal, paréceme un erro de casting) e quedan en evidencia ante a presenza de Aduviri e a fantástica interpretación de Elejalde. O guión parte dunha suculenta premisa pero require demasiadas “casualidades” para anticipar (a conversación telefónica xunto a Daniel, apunta moitas cousas e non desenrola ningunha, a discusión do produtor co indio contratado para rodar a película, a detención case na cruz, a petición de auxilio xusto cando o equipo se ía), e agravase coa mecánica realización de Bollaín, non sacando partido ao xogo de realidades, entre outras razóns porque as recreacións non resultan cribles, unha película malograda, efectista, equivocada.



O que en principio parece ser un prometedor xogo de perspectivas, historia e ficción, actor e personaxe representado, termina por converterse nunha historia lineal sen máis conexión que remarcar que a explotación sempre é unha a mesma, sexa de estranxeiros ou indíxenas. Así o produtor trata, igual que os españois do século XV, de enganar ao pobre indio, que loita para que o atendan na cola do casting, e dedicase a loitar pola auga que non ten no seu barrio.



Ao final rematas con dor de cabeza de tanto problema apuntado sen decantarse por ningún, salvo polo manido da “amizade“… O máis rechamante é o abandono do produtor do film da rodaxe da película para levar a muller do indio ao hospital, insiste esta rogando e chorando, que só a el o deixarán pasar os soldados; pero estes non aparecen por ningunha parte, polo contrario, é grazas a ela que poden acceder ao hospital. Non se entende…



O punto polo que un case bo traballo ven a desfacerse é o da resolución da historia: a exixencia dun final feliz, iso que tanto se lle achaca por parte do público máis exixente a os produtos correntes, deixa un peche da trama pouco crible, precipitado e condicionado por unha exixencia ideolóxica concreta. Mal asunto que, nun momento culminante como a conclusión, impóñase un factor arredor dos propios condicionantes dramáticos da historia. Vontade da autora? Sí, por suposto. Respectable, sí. Pero é esa mesma vontade que tingue as decisións hollywoodienses: salvar o heroe, casalo coa moza guapa, ou redimir ao protagonista dos seus pecados; en definitiva, concesións… A película prometía... Unha magoa.



A versión en galego, nin sequera Tosar dobra ao seu personaxe, e un montón de carallos que no veñen a conto… en fín!!



América Latina segue coas veas abertas como nola describiu Galeano. Para desgraza destas xentes, as vetas semellan non esgotarse nunca, e senón o mesmo ten. Sempre haberá vento, frío ou chuvia que mercar e vender.



En suma, También la lluvia, que podería ser unha estimable proposta, termina por resultar para meu gusto, unha película pouco máis que discreta, con bos momentos sí, pero lonxe da efectividade que Icíar Bollaín acadou en Flores de otro mundo (1999) ou Te doy mis ojos (2003). 



BURIED
por abc


BURIED (Enterrado) do director galego afincado en Salamanca Rodrigo Cortes, 90 minutos de tensión e sufrimento compartidos con un so personaxe constantemente en acción dentro dunha caixa de madeira, iluminación escasa e planos (xa podedes imaxinar) cortísimos, o protagonista aparece encerrado sen saber ónde nin por qué. Pouco a pouco imos sabendo o qué pasa; coñeceremos o personaxe, chegaremos a sentir asfixia, calor, dolor e a impotencia que sinte o impecable Ryan Reynolds... 



Mencionar a conversación que Paul (así se chama) mantén con un dos directivos da empresa na que traballa, tan surrealista como terrorífica. Instante cumio nunha película chea de momentos de tensión…



Hai tempo para moitas cousas, para sentir tensión, medo, pánico, terror, cabrearnos, cambiar de postura, gustarnos… e pensar, que faría eu nesa caixa… Pero iso é outra historia, hai o que hai...



Parabéns! 


Balada triste de trompeta "somos nós, sen dubida"
por abc

Despois da cena familiar farto de comida, alcohol e teatro... de resaca fun o cine, plánteime na butaca a espera dunha comedia gamberra, e quédame cara de pampo dende o comezo, empezan os créditos iniciais por cada nome, risas de nenos… empeza a loucura… todo era un desproposito…

A película…, unha crítica aos acontecementos do último século deste país “somos nós, sen dubida”, unha obra repleta de grotescos personaxes, situacións surrealistas e experiencias macabras que non deixan indiferente… extremadamente exaxerada e violenta, unha violencia entre o absurdo cutre (machista) suburbial, mesturando sucesos reais da nosa historia, os cales dan como mal rollo que chos espeten na cara (igual que con Tarantino, cando aceptas a falcatruada exaxerada, entras no seu xogo e molesta que intente poñerse serio ou crible).

O mundo do circo como tal ou a situación española dende 1937 a 1973. Política, Carrero Blanco, Franco, militares compañeiros do réxime, pero tamén os pallasos da tele, a tele en B/N, o arte pop dos 70, todo elo entra no imaxinario habitual do cine-comic de Álex de la Iglesia nunha historia de acción, amor e vinganza. 

Casposa dereita, surrealismo, igrexa, circo, honestidade, paixón… os nosos tics máis “cañís” enmárcanse con relevancia (cos vídeos de Raphael como fondo), visión distinta da guerra civil española a xa acostumada, crítica e proverbial retranca que enlaza coa tradición esperpéntica, nunca esgotada da España máis castiza orfa de Berlanga, e sen deixar de descifrar mensaxes sobre as dúas Españas. Todo queda resumido nunha gran secuencia final cunha persecución polas cabezas das estatuas do Val dos Caídos que recorda ‘Coa morte nos talóns’ ou ‘King Kong’ (ante a frenética orixinalidade pérdense certas secuencias que soan a homenaxes, ou cousas que xa vimos antes).

Ao acabar de ver as escenas finais de “Balada triste de trompeta” non puiden evitar pensar na terrible historia de España e no seu narrador, como se esa historia existira para ser representada polo talento deste director. Porque fai falla talento para construír un guión así e armar desta maneira unha idea tan potente. Metáfora das dúas Españas, enfrontamento entre bandos absurdos, aínda centrándose nos últimos anos del franquismo, súa significación parece desembocar nestes días… Sabemos do estilo de Alex de la Iglesia que gusta cargalas tintas, ser excesivo, as veces quizá agresivo, pero é tal a súa potencia visual, acerto na dirección que a película consigue converterse nun relato potente i eficaz unha maldición milenaria parece o destino deste pesadelo histórico do século XX español. Cobra sentido: a historia de España era isto: una balada triste de trompeta. Isto debería bastar para rematar este conto sinistro de dous pallasos asasinos que estragan todo o que tocan.

"Balada triste de trompeta" volve dó Festival de Venecia con dous premios importantes: os Leóns de Prata a mellor dirección e mellor guión. Ben é verdade que alí non convenceu a todo o mundo, e dábase a casualidade que o presidente do xurado era Quentin Tarantino e este aplaudía entusiasmado as rompedoras, agresivas e salvaxes secuencias deseñadas por Alex de la Iglesia, un director da súa corda, capaz de xuntar audazmente entretemento, espectáculo e desmesura… Quizá a violencia de ambos conflúa nesta película.

… película española feita en España que o gran público desexaba ver por fin, unha película inmensamente nosa, con tódolos nosos odiados tópicos, pero con dedicación, atrevemento, talento i entretemento visual como as que importamos de fora de dubidoso gusto “borreguil” a pesar das imperfeccións, “Balada triste de trompeta” merece recoñecemento; gozase dunha película arriscada e persoal nun ano de seca cinematográfica, achegándose ao encefalograma plano.

“Balada triste de trompeta 
por un pasado que murió
y que llora

y que gime

como yo”




"Biutiful' o amor dende a trastenda da sociedade da abundancia"
por abc


"…unha mirada ao sistema capitalista global"



Uxbal (Bardem) moito máis ca un pai entregado, moito máis ca un amante sufridor, moito máis ca un home que se mestura en negocios de dubidosa moralidade, moito máis ca un espiritista que alivia a dor das familias que sofren unha perda recente, moito máis ca un enfermo terminal... é un supervivente nato. Un supervivente urbano que coñece a perfección tanto as rúas da cidade como a xente que a poboa. Un home que sabe que lle queda pouco tempo de vida, e precisamente por isto dáse presa en non deixar nada pendente.



Prostitución, drogadicción, inmigración ilegal, escravitude, alcohol, sexo, morte... non, non é outra película, unha película máis neste tema, é a nova película de Iñárritu. Un case interminable repaso a enciclopedia de miserias humanas, que non anda precisamente lixeira de peso, dende o máis repugnante (a tódolos niveis) onde aínda atopar algo bonito.



Volve Iñárritu... sen Guillermo Arriaga. se isto non desprende o suficiente morbo; con 'Biutiful' escríbese o presunto último capítulo duna das relaciones amor-odio máis soadas nos derradeiros anos.



Alejandro González Iñárritu constrúe unha película a partir dun só personaxe dun só punto de vista, aínda que atopa liñas e personaxes paralelos. Viaxe ao través dunha soa figura, Uxbal… De estrutura circular, a película empeza onde acaba. Unha traxedia clásica en tempos modernos, a loita dun individuo contra o destino. Biutiful é a historia dun home que descubre o amor e o sentido da vida nos momentos máis difíciles, un home que loita contra a corrupción social e a súa corrupción interna, (a cámara sigue case exclusivamente a un so personaxe), Iñárritu, sigue tendo clarísimos os seus obxectivos. Ao longo de dúas horas e media o espectador no lle queda outra que recibir una inxección ultra-concentrada do sufrimento máis intenso. Experiencia en boa medida esgotadora... pero para nada insufrible. Contra todo prognóstico, esta acumulación de desgrazas serve para escribir un irresistible poema que desangra, poesía esgazadora que non cheira a impostor que se move con axilidade na traxedia... en breves e finos apuntes fantásticos. Poesía esgazadora na que se move como alma en pena un Javier Bardem colosal, construíndo un sobresaínte traballo. Un pantasma entre pantasmas. Coa voz sempre a punto de apagarse ser silenciada polo barullo ambiental, deambula un ser moribundo cales únicos momentos de paz atópaos nunha familia que é a vez principal fonte dos seus pesares. Un monstro, o derradeiro home bo sobre a faciana da Terra, testemuña dunha civilización babélica coas entrañas podres consumíndose lentamente, as máis das veces sen facer escándalo, outras facendo estourar o marcador de decibelios, nun proceso repugnante... precioso. Antes, polo camiño, asistimos a momentos como as visitas de Uxbal ao personaxe interpretado por Ana Wagener, ou a soberbiamente rodada persecución policial dos vendedores ambulantes, por citar só dous exemplos.



Biutiful unha historia de familia pero tamén unha mirada ao sistema capitalista global. Por un lado os inmigrantes chinos que explotan os seus compatriotas; logo, no nivel máis baixo, os inmigrantes africanos, os que non producen senón venden; e por último este inmigrante español en Cataluña, a medio camiño entre o primeiro e o terceiro mundo.



Uxbal, por un lado un individuo moi forte, un home da rúa capaz de sobrevivir nun barrio duro, pero ao mesmo tempo dunha enorme fraxilidade e unha especial espiritualidade. Como agasallo, a capacidade de oír aos mortos, moi do imaxinario mexicano país do director, pero non en forma groseira e ridícula, senón de videntes e médiums auténticos. Non é unha película fantástica ou de realismo máxico, a experiencia cos mortos so aparece dende o punto de vista de Uxbal.



Non é unha película de efectos especiais, senón de afectos especiais, o humano é o máis importante, o máis misterioso, o máis conmovedor e o máis aterrador. Nun entorno que permite a inmersión emocional dos actores, actrices, e espectadores ata empaparnos do mundo dos barrios baixos de Barcelona cun personaxe, un vestiario, un xesto e voz, dun dos mellores actores do mundo, Javier Bardem… o noso Brando, creo que no seu mellor papel, non ten un so momento en falso.



"Bardem es uno de los mejores actores del mundo, al nivel de Brando" Iñárritu



A situación límite destes barrios de centos de milleiros de persoas nunha das cidades máis fermosas do mundo, unha cidade que parece ao borde do caos e demostra unha contradición unha sociedade que en ocasiones parecera enferma de si mesma e da súa beleza. Barcelona está de moda e non para de chiscarlle ollo a unha industria cinematográfica ansiosa por somerxerse nas súas rúas, mergullarse nos seus edificios e diseccionar aos seus habitantes. Co recordo aínda presente da discutida 'Vicky Cristina Barcelona, 'Biutiful' bríndanos unha versión da cidade condal moi lonxe da visión idealizada, e “romanticona” que ofreceu Woody Allen. Agora estamos nas antípodas do esplendor modernista, da bonanza económica de Pedralbes ou do agradable ambiente “moderniño” de Gràcia, Iñárritu non busca a postal, busca o escenario para depositar un anaco da súa alma... e a súa alma é moi escura, chea de vida. Excelente fotografía de Rodrigo Prieto que ten a medida collida as pulsións feístas e preciosistas do cineasta. Resultado: unha cidade gris, sucia, casi apocalíptica, fantasmagórica... e fermosa.



'Biutiful': Mi sangre, mi savia... mi querido viejo roble.

¡¡Bufff!!


Resultado de imaxes para Biutiful