xoves, 28 de febreiro de 2013

La historia que no cuenta la película Argo

Lo que hicieron los agentes de la CIA en Irán trajo como consecuencia la instalación de un régimen islámico extremista, pero en el largometraje de Ben Affleck solo se destaca el lado heroico de un operativo secreto que no representa lo que realmente sucedió. 

Por: Ángel Páez.

Ben Affleck en el papel del agente de la CIA Tony Méndez, quien diseñó y ejecutó la 'Operación Argo', un episodio que pretende engrandecer las virtudes de la CIA.

Mi gran pecado, quizás el más grande de todos, ha sido haber nacionalizado el petróleo de Irán y haber desmontado el sistema de explotación del más grande imperio. (Muhammad Mossadegh) 

La película de Ben Affleck Argo transforma en una extraordinaria victoria de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lo que en realidad fue el mayor fiasco de su historia: la intromisión en Irán.

A partir del relato del rescate de un grupo de seis empleados de la embajada de Estados Unidos en Teherán, que burló el cerco de los revolucionarios islámicos y escaparon del convulsionado país, Affleck presenta la "Operación Argo" como la mayor expresión de la eficiencia de la CIA. Para lograr su objetivo, se vale de un verdadero acto heroico que protagonizó el agente Tony Méndez (encarnado por el propio Ben Affleck) para salvar a sus compatriotas, en 1979. El largometraje proyecta la imagen de que la CIA cumplió una extraordinaria labor en un país capturado por fanáticos islámicos, terroristas barbudos de ojos desorbitados, envilecidos por el odio a los Estados Unidos. No es cierto. 


La historia de la CIA en Irán comenzó en 1952, mucho antes de la "Operación Argo". Lo que hizo la agencia en Irán se mantuvo en secreto durante medio siglo, hasta que el 16 de abril del 2000, el reportero James Risen, del periódico The New York Times, destapó un informe de la misma agencia que desvela su vergonzoso papel.

Reconocía que promovió, financió y ejecutó un golpe de Estado para desalojar a un gobernante legítimamente elegido, Mossadegh, y reemplazarlo por un títere, el sha. Lo de Irán fue el primer golpe de Estado de la CIA en el planeta y será un modelo que repetirá incansablemente.

Con la desclasificación de numerosos documentos secretos de la CIA, entre ellos los conocidos como “Las joyas de la familia”, otros dos periodistas del The New York Times, Stephen Kinzer y Tim Weiner, en las investigaciones de reciente publicación Todos los hombres del Sha (2005) y Legado de cenizas: historia de la CIA (2008) relatan lo que realmente perpetró la agencia. En esos libros, que Affleck parece no haber leído, los iraníes no aparecen como en su película: una banda de islámicos locos, desadaptados e ignorantes.



La CIA financió y participó en el golpe de Estado del primer ministro Muhammad Mossadegh, en represalia por haber nacionalizado el petróleo.

LA CONSPIRACIÓN 

Irán no estaba en el mapa de los intereses de la CIA cuando el 20 de marzo de 1951 el primer ministro Muhammad Mossadegh nacionalizó la industria petrolífera que durante 38 años se encontraba bajo el control de la poderosa Compañía de Petróleo Anglo-Persa, cuya propiedad era en parte del gobierno de Gran Bretaña.

Al descubrir Mossadegh que los británicos conspiraban en su contra para expulsarlo, clausuró la embajada en Teherán y expulsó a los funcionarios, entre ellos a varios agentes del servicio secreto MI6. Es entonces que Londres recurrió a Washington.

"En aquellos años, atreverse a tomar una medida como la que había adoptado Mossadegh era comparable a lanzar repentina e inesperadamente una bomba sobre Londres o Washington", escribió el reportero polaco Ryszard Kapuscinski, que estuvo en Teherán durante la revolución islámica y es autor de El Sha o la desmesura del poder (1982).

"Pero aquel día memorable (de la nacionalización de la Compañía de Petróleo Anglo-Persa) los iraníes aún no sabían que había cometido un crimen y que habrían de pagar con un castigo severísimo", advirtió Kapuscinski. El castigo sería el derrocamiento de Mossadegh –diseñado por la CIA–, la devolución del petróleo a los británicos y la entronización del sha Muhammad Reza como dictador monárquico durante 26 años.

En plena Guerra Fría, los británicos acusaron a Mossadegh de comunista y advirtieron que si no se le detenía los soviéticos convertirían Irán en un satélite rojo.

Como lo demuestra Stephen Kinzer en su libro, la acusación era falsa, pero en esa época de "caza de brujas" resultó muy efectiva.

SED DE PETRÓLEO

El gobierno de Dwight D. Eisenhower, convencido de que se trataba de una cruzada anticomunista, resolvió apoyar a los británicos y dio luz verde a la CIA para sacar a Mossadegh. El encargado de la "Operación Ájax" para defenestrar al primer ministro nacionalista fue Kermit Roosevelt Jr., nieto del ex presidente Theodore Roosevelt (1901-1909).

"El plan de la 'Operación Áyax' preveía una intensa campaña psicológica contra Mossadegh, seguida del anuncio de que el sha lo había destituido del cargo", escribió Stephen Kinzer. "Las turbas y las unidades militares cuyos jefes estaban en la planilla de la CIA se encargarían de aplastar cualquier intento de resistencia por parte de Mossadegh. Luego se haría saber que el sha había elegido al general Fazlollah Zahedi, un militar retirado que había recibido más de 100 mil dólares de la CIA, como nuevo primer ministro de Irán".

Todo se cumplió, aunque no exactamente como estaba previsto.

El 13 de agosto de 1953, el sha suscribió el decreto de destitución de Mossadegh y el nombramiento de Zahedi. Sin embargo, el primer ministro, al detectar la conspiración, ordenó capturar al emisario del documento y paralizó el golpe. El sha escapó a Roma y Zahedi se ocultó en Teherán. La población salió a las calles en apoyo a Mossadegh, pero pronto todo cambiaría.
En los días siguientes los militares, bajo la influencia de la CIA, desataron una represión masiva y abrieron paso a multitudes a favor del sha dirigidas y subvencionadas por Kermit Roosevelt. Zahedi regresó a escena y el 19 de agosto encabezó el arresto y destitución de Mossadegh. Recién, entonces, el 22 de agosto, el sha regresó a Teherán para continuar con su reinado, esta vez con poderes dictatoriales.

Según el periodista Thomas Powers, autor de Guerras de Inteligencia: la historia secreta de EEUU desde Hitler hasta Al Qaeda (2002), el sha le dijo a Roosevelt: "Le debo mi trono a Dios, a mi pueblo, a mi ejército y ¡a usted!". Es decir, a la CIA.



La captura de los rehenes de la embajada de EEUU fue una venganza por la participación de la CIA en el golpe de Estado contra Mossadegh.

TODO ERA CIERTO

El régimen dictatorial del sha instaló la Organización de Inteligencia y Seguridad Nacional (Savak), un salvaje aparato de represión y asesinato que sembró el miedo y la muerte. Los iraníes sabían que la destrucción de su democracia había sido obra de la CIA. El sentimiento adverso a los estadounidenses se convirtió en un odio profundo que alentó al movimiento revolucionario islámico, liderado por el ayatolá Jomeini.

Por eso, cuando los fundamentalistas tomaron el poder y desalojaron al sha, se exaltaron el día que el presidente Jimmy Carter informó que acogería al defenestrado monarca. En represalia, el 4 de noviembre de 1979, los seguidores de Jomeini capturaron la embajada y tomaron en rehenes a 52 norteamericanos.

La "Operación Argo" fue solo para sacar del país a seis estadounidenses que se escondieron en la embajada de Canadá. Pero al resto los iraníes los mantuvieron cautivos durante 444 días. Las fuerzas norteamericanas no pudieron rescatarlos. En un verdadero acto de humillación, los iraníes los dejaron en libertad solo después de que concluyó el gobierno de Carter.

"La toma de los rehenes estadounidenses fue un acto de venganza de los iraníes por el golpe de la CIA de 1953 en Irán. El legado de esa operación (Ájax) iría mucho más allá de la terrible experiencia sufrida por los estadounidenses", escribió Tim Weiner.

Eso es algo más que no se ve en Argo, la película.

Mercados excluyen la Democracia


Los resultados de las recientes elecciones en Italia evidencian una vez más que la clase política tradicional aliada del  sistema neoliberal y sus mercados empiezan a hacer agua al interior del capitalismo rancio de UE y América. Trayendo a la nueva escena nuevos partidos nacidos de lo social y sin nexo con los políticos de siempre, los que aun gobiernan.

La nueva propuesta que avanza en la sociedad moderna nace de una estrategia generada desde la sociedad misma y  tiene como fundamento el moverse en entornos virtuales de la Web y echando mano de sus recursos tecnológicos a través de plataformas sociales ,siendo capaz de crear una expectativa política nueva, tener directamente la opinión del elector y su derecho a elegir sus propios candidatos por consenso y meritos, sin salirse de ese entorno virtual. Así nace en Italia el partido creado de Cinco estrellas y su abanderado Beppe Grillo, cómico de profesión, con su propuesta de asociación libre de ciudadanos.


Ante el evento democrático italiano y sus imprevistos resultados saltan voces y señalamientos desde lo más alto del sistema, con Alemania a la cabeza y los mercados siguiéndole, para manifestar su inconformidad con esa expresión democrática y macartizar a Italia como una epidemia  que no se deba imitar. Queda así al descubierto la contradicción actual entre gobiernos neoliberales aliados  a sus mercados y la sociedad moderna con sus nuevas armas de combate: Espacios virtuales y decisiones ciudadanas sin políticos tradicionales.

Esa clase política de siempre que se opone a la democracia viva actual, ha empleado las antiguas estrategias de antaño: Austeridad, aumento de la carga impositiva, recortes al empleo y represión a fin de resolver la crisis que ellos mismos crearon y que han sido incapaces de resolver con sus gastadas estrategias,  lo cual ha sido el punto de partida para el detonar de  nuevas expectativas políticas en todos los países de la Unión.

Van creciendo los movimientos sociales con una misma característica; rechazo a lo político tradicional, a los mercados y sus medidas draconianas. Se crean así los movimientos de Indignados en toda Europa y USA. Van creciendo como una ola imparable que no parece tener vuelta y que sin darnos cuenta probablemente esten anunciando la entrada a un nuevo paradigma de lo político, lo económico y lo social. Un cambio que desecha las antiguas formas y alianzas de los políticos con sus mercados para profundizar hacia una alianza de lo político con la sociedad que es su razón de ser. Ya no serían necesarios los parlamentos estáticos y alejados de la realidad social porque la participación global de los ciudadanos se hace posible a través de las nuevas armas comunicativas; Bloggs, Twits, redes sociales, etc.

Para esas manifestaciones ciudadanas pocas miradas benévolas salen de sus propios gobiernos, a pesar que Grecia, Francia, España e Italia entre otras van dando muestras de su avance dentro de las nuevas formas de entender lo político articulado a lo social. Sin embargo Hollande, presidente francés, premoniza el cambio: "Tenemos que impulsar la construcción europea, crear un nuevo modelo social y económico, el crecimiento debe ser el corazón de la estrategia, debemos ahorrar y equilibrar las cuentas sin debilitar la economía. Demasiada austeridad solo conduce a menos actividad y más desempleo, y por tanto a la desesperación de los ciudadanos. Italia confirma esa visión".


Pareciera que la violencia como partera de la historia ha dado paso a las nuevas formas de comunicación del hombre moderno, y la lucha entre democracia y mercados, entre Sociedad y poder, haya  girado hacia practicas más comprometidas con lo social en un nuevo sistema democrático liberado del yugo de los mercados y sus aliados políticos.

Va amaneciendo. Ya veremos.

@ikaros50
Macondo 28022013

Humor









mércores, 27 de febreiro de 2013

Las 10 mayores empresas de alimentación y bebidas no respetan los derechos básicos de sus productores

La nueva campaña de Oxfam quiere contribuir a cambiar el impacto social de las empresas de alimentación y bebidas en los países en desarrollo donde producen


Ninguna de las 10 mayores empresas de alimentación y bebidas está siendo lo suficientemente rápida a la hora de poner fin a un legado de más de cien años durante los cuales se han beneficiado de una tierra y una mano de obra muy barata que les ha permitido elaborar sus productos a gran escala, obteniendo enormes beneficios pero con un elevado coste social y medioambiental

La organización Oxfam, Intermón Oxfam en España, afirma que las políticas sociales y medioambientales de las diez mayores empresas de alimentación y bebidas del mundo no se adaptan al que debe ser su propósito actual y que deben ser reformadas. Estas empresas (las "10 Grandes") –que juntas ganan 1.100 millones de dólares al día– no están respetando algunos derechos básicos de los millones de personas de los países en desarrollo que les proporcionan tierra, agua, mano de obra y materias primas para elaborar sus productos.

La campaña Tras la marca, desarrollada en el marco de la campañaCRECE -cuya meta es ayudar a arreglar un sistema alimentario roto- evalua y clasifica, por primera vez, las políticas agrícolas, los compromisos públicos y la supervisión de las cadenas de suministro de las 10 Grandes. Algunas de ellas son muy familiares para los consumidores españoles, como Coca Cola, Danone, Nestlé o Kellogg’s; otras no lo son tanto, pero sí muchas de sus marcas: General Mills (con Gigante Verde, Häagen Das, Yoplait, Trix ), Unilever (incluye Knorr, Calvé, Flora, Magnum, Cornetto, Ben & Jerry’s, Lipton), Mars (con chocolates m&m’s, snickers, milkyway,twix; chicles Orbit ), Pepsico (Pepsi, 7Up, patatas Lays, Fritos y Doritos), Mondelez (antes Kraft, con los chocolates Cadbury, Toblerone y Milka, chicles Trident, caramelos Halls, galletas Oreo, Lu, Ritz, y queso Philadelphia) y Associated British Foods (ABF, con la marca de té Twinnings entre otras ).

Para ello Oxfam ha desarrollado un índice para analizar las políticas sociales de estas empresas, que puede ser consultado en su página web, en el que muestra que ABF (19%), Kellogg’s (23%) y General Mills (23%) son las que peor puntuación han obtenido. Estas tres empresas cuentan con políticas más débiles que, por ejemplo, Coca-Cola (41%), Unilever (49%) o Nestle (54%).

"Algunas empresas son conscientes de la importancia de la sostenibilidad y han adquirido importantes compromisos que deben ser aplaudidos", señala José María Vera, director general de Intermón Oxfam. "Pero ninguna de las 10 mayores empresas de alimentación y bebidas está siendo lo suficientemente rápida a la hora de poner fin a un legado de más de cien años durante los cuales se han beneficiado de una tierra y una mano de obra muy barata que les ha permitido elaborar sus productos a gran escala, obteniendo enormes beneficios pero con un elevado coste social y medioambiental. Ninguna de estas empresas ha obtenido una buena puntuación total. Todas ellas tienen aún mucho por hacer”.

La campaña Tras la marca evidencia que:
Aunque algunas de las 10 Grandes se han comprometido de forma pública con la defensa de los derechos de las mujeres, ninguna se ha comprometido a acabar con la discriminación que éstas sufren en sus cadenas de suministro.
Ninguna de las empresas cuenta con políticas adecuadas para proteger a las comunidades locales contra el acaparamiento de tierras o de agua a pesar de que todas ellas utilizan materias primas (como el aceite de palma, la soja o el azúcar) para cuya obtención a menudo se violan los derechos sobre la tierra de las personas. Ni una sola de estas empresas ha manifestado una "tolerancia cero" contra el acaparamiento de tierras en sus cadenas de suministro.
Ninguna de las 10 empresas es lo suficientemente transparente en relación a sus cadenas de producción agrícola, lo cual dificulta la comprobación de la veracidad de sus declaraciones en cuanto a su "sostenibilidad" y "responsabilidad social". Nestle y Unilever son quienes proporcionan una mayor información en relación a los países de los que se abastecen, pero ninguna empresa proporciona suficientes datos sobre sus proveedores.
En términos generales, todas las empresas están mejorando su eficiencia en el uso del agua, pero casi todas han fracasado a la hora de poner en práctica políticas para limitar su impacto sobre los recursos hídricos locales. Tan sólo Pepsico ha reconocido públicamente que el agua es un derecho humano y se ha comprometido a llevar a cabo procesos de consulta con las comunidades locales. Nestle ha desarrollado unas directrices a seguir para sus proveedores en relación a la gestión del agua y obtuvo una de las mejores puntuaciones en cuanto a políticas relativas al agua.
Todas las empresas han emprendido acciones para reducir sus emisiones directas pero sólo cinco –Mondelez, Danone, Unilever, Coca-Cola y Mars– han hecho públicas las emisiones generadas en la producción agraria de las materias primas que utilizan. Únicamente Unilever se ha comprometido a reducir a la mitad sus emisiones de carbono para el 2020. Ninguna de las empresas ha desarrollado aún políticas para ayudar a los agricultores y agricultoras de sus cadenas de suministros a desarrollar su resiliencia ante la amenaza del cambio climático.
Tampoco ninguna se ha comprometido públicamente a pagar un precio justo a los agricultores y agricultoras ni a poner en práctica acuerdos comerciales más equitativos en sus operaciones agrícolas. Sólo Unilever –que obtuvo la mayor puntuación en relación a sus operaciones comerciales con los agricultores a pequeña escala– cuenta con directrices específicas para hacer frente a algunas de las cuestiones clave a las que se enfrentan las familias campesinas.

"Es hora de que las empresas asuman una mayor responsabilidad social en cuanto a la enorme influencia que tienen en las vidas de las personas que viven en la pobreza", subraya Vera. "El 80% de las personas que pasan hambre en el mundo trabajan en la producción de alimentos y estas empresas proporcionan empleo a millones de personas en países en desarrollo, quienes cultivan y producen las materias primas para sus productos. Controlan muchas de las marcas más populares del mundo y su gran influencia a nivel económico, comercial y político les permitiría marcar una diferencia real y duradera en las vidas de las personas pobres y hambrientas del mundo".

"Analizar sus políticas sociales es un importante primer paso pues éstas indican que las empresas buscan hacer el bien. Es a través de estas políticas que los consumidores y los productores podrán comenzar a exigirles que rindan cuentas", señala Vera.

La campaña invita también a los consumidores y consumidoras a utilizar el poder que tienen para hacerles saber a las empresas alimentarias más grandes del mundo que vigilan de cerca su funcionamiento y que estan a la espera de un cambio. En los próximos meses, la campaña propondrá una serie de acciones sencillas para que la ciudadanía pueda presionar a las empresas a la vez que reflexionar sobre sus hábitos de consumo.

"Ninguna empresa es demasiado grande como para no tener que escuchar a los consumidores", afirma Vera. "Si un número suficiente de personas exige a las grandes empresas de alimentación que hagan lo correcto, no pueden hacer otra cosa que escuchar. Poniéndose en contacto con las empresas a través de Twitter o Facebook, o firmando una petición dirigida a sus directores ejecutivos, los consumidores pueden contribuir a lograr un cambio duradero en nuestro sistema alimentario, mostrándoles, así, que esperan que operen de forma responsable".

La campaña Tras la marca se ha puesto en marcha en más de 12 países, entre ellos Estados Unidos, México, China y Brasil, y en Europa.

Su primera acción estará dirigida a Nestle, Mondelez y Mars, para mostrar su incapacidad a la hora de hacer frente a la desigualdad que sufren las mujeres que cultivan cacao para sus productos derivados del chocolate. Oxfam también ha publicado hoy un informe que incluye testimonios de primera mano y muestra la desigualdad que sufren las mujeres productoras de cacao. Oxfam pide de forma urgente a estas tres empresas que hagan más por averiguar y mostrar cómo se trata a las mujeres en sus cadenas de suministro, a que ideen un plan de acción para hacer frente a la desigualdad que sufren estas mujeres y utilicen estrategias de incidencia política para influenciar a otros actores y lograr que éstos hagan lo mismo.

Ninguna de las 10 Grandes es española. Sin embargo, Coca Cola y Nestlé son las empresas del sector de la alimentación y bebidas que más beneficios obtuvieron en España en 2011, por ese orden; y otras como Danone, Unilever, Mondelez y Pepsico están entre las 20 empresas de este sector con más beneficios.

Junto a Intermon Oxfam, organizaciones en España como Acción contra el Hambre, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y Prosalus, entre otras, de forma independiente o a través de redes y coaliciones, aúnan esfuerzos para cambiar un sistema alimentario injusto que provoca que miles de millones de personas en todo el mundo pasen hambre, se les priven de sus medios de vida, o se destruyan sus recursos naturales impidiéndoles salir de la pobreza.

NOTAS A LOS EDITORES:
Durante el último año, Oxfam ha estado en contacto con estas diez empresas, quienes han colaborado y proporcionado datos para elaborar esta clasificación. Actualizaremos la tabla de puntuación en función de los cambios que hagan las empresas en sus políticas en los próximos dos años.
Oxfam ha evaluado y clasificado a las empresas en función de sus políticas con respecto a siete cuestiones: cómo garantizan los derechos de las personas que trabajan y cultivan los ingredientes para ellas, cómo protegen los derechos de las mujeres, cómo gestionan el uso de la tierra y el agua, cómo hacen frente al cambio climático, y la transparencia en sus cadenas de suministro, políticas y operaciones. No se han evaluado otras políticas importantes como las relacionadas, por ejemplo, con la nutrición, la tributación fiscal o la gestión de residuos.

Productos de Tras la marca para medios de comunicación:
https://files.zyncro.com/oDHb46t 



luns, 25 de febreiro de 2013

Sobre-Cogedor


Por: Tinejo
Semana a semana el nivel de corrupción que vamos conociendo es proporcional al volumen de nuestras exigencias ciudadanas. Las respuestas, las consecuencias, resultan tan sobrecogedoras como la ausencia creciente de repercusiones en aquellos delitos a plena luz del día, políticos y penales, que nos han llevado a pisar la calle sin abrigo, expuestos al desprecio de irresponsables políticos y la amenaza violenta de quien ya parece no hacer el paripé de estar para servir y protegernos. Ya no es que se atrincheren en la casa común, que nos adviertan de consecuencias desagradables por tomarnos en serio el cuerpo legal de derechos y libertades, su osadía no se reduce a eso; directamente, desde escopetas de caza menor, se dedican a compararnos por casualidades onomásticas con animadores del quebranto constitucional, como si las pistolas rupturistas fueran equiparables a su contrario, a la llamada al cumplimiento riguroso de, al menos, ese articulado sacrosanto que nos dicen inmutable salvo para imponernos ladrillos de déficit o entregarnos a los brazos raquíticos de una Bruselas en llamas.


Cuanto más se reniega de esa entelequia que son las dos Españas a imagen y semejanza de todo lo que suene a complaciente bipartidismo, a la placidez de lo dual, más se gesta un contigo o contra mí. Aunque las mareas inunden las avenidas, a pesar que las encuestas certifiquen un descrédito galopante de todo aquello que tenga ínfulas institucionales, contestar a algunas cuestiones telefónicamente, al calor del piso con las facturas en orden, no corresponden con una voluntad proporcional de enfrentar cambios que exijan sacrificios equivalentes. Si hoy no salimos al encuentro de la honradez, mañana tampoco lo haremos por algo tan peregrino como introducir un sobre en una urna, menos aún si se empeñan en convocarnos cuando las hojas han comenzado a batir en retirada. Y así, con la tranquilidad que otorga haber invertido en la desidia y el conformismo ajeno, se sentarán a esperar la colecta canjeable por sillón, dietas y coches.

Seguramente, a este lado de la calle, no se nos puede ni pasar por el inconsciente el escenario en que todo permanezca inmutable durante tres años, a la espera de tiempos catastróficos. Estamos convencidos que todo esto sirve de algo, que la Historia no puede ser cruel de manera constante, violenta con los golpes recibidos en las mismas mejillas, si bien la memoria no invita al optimismo; una gota no hace océano pero hay millones de ellas que no sólo vienen buscando su reagrupamiento sino que, por sí solas, van inundando la esperanza colectiva con aventuras heróicas, plenas de firmeza en el convencimiento de que los siguientes pasos valdrán la pena ser transitados, sin huellas debajo que marquen la ruta.

Claro que estamos ante un golpe de Estado, pero no ante una coincidencia de violentas fechas. El actual levantamiento no ha dispuesto de armas y uniformes, ni falta que hace. Les ha bastado unos millones de papeletas electorales en el contexto idóneo. ¿Quién nos defiende ante la toma de nuestra patria? Nosotros, como de costumbre. ¿Quién si no? Esa paciencia infinita que mostramos se va reposando en el ánimo de los sobrecogedores, que continúan disponiendo de lo ajeno a sabiendas que somos gente de orden, bien educada, y que tenemos un límite. ¿O no?
Sobre-se-i-miento

xoves, 21 de febreiro de 2013

23F, la marea que busca el arco iris

Alberto Senante

Más de 200 colectivos, entre ellos las principales “mareas”, convocan manifestaciones el 23-F en más de 50 ciudades de toda España en contra de los recortes y en defensa de los servicios públicos.

“Hay que salir a la calle para defendernos del golpe de Estado de los mercados, que imponen la agenda a los políticos”, sostienen desde la plataforma convocante.



Los tiempos han cambiado. Hace 32 años un teniente coronel de la Guardia Civil entraba en el Congreso de los Diputados pistola en mano al grito de “¡se sienten, coño!”.  Hoy las pérdidas de soberanía son infinitamente más sutiles, y el próximo 23 de febrero serán miles de personas las que salgan a la calle para recuperar una democracia que, según ellos, está secuestrada por los mercados financieros y las instituciones internacionales.
La organización Marea Ciudadana ha convocado protestas en más de 50 ciudades españolas y varias capitales europeas en un día cargado de significados en la política española. “La fecha tiene un simbolismo muy claro”, comenta Paco Segura, miembro de esta plataforma. “Unos días después del 23-F la gente se manifestó a favor de la democracia. Ahora no estamos ante un golpe de Estado militar sino de los mercados, que marcan la agenda de los políticos, y por eso hay que volver a salir a la calle”.
La Marea Ciudadana es una plataforma que en apenas tres meses ya reúne más de 200 organizaciones. En primer lugar, surge como la unión de las diferentes “mareas de colores” que, sobre todo en Madrid y Barcelona, se han ido pasando el testigo de las movilizaciones contra los diferentes recortes durante más de un año. La verde educativa, la negra de la minería, la naranja de la intervención social, la blanca de la Sanidad…  Tras el anuncio de la marcha el 23-F, se han unido asambleas del 15-M, organizaciones sociales, ONG, sindicatos minoritarios y partidos de izquierda.
Se trata de una iniciativa que pretende reunir a las mareas y dar más fuerza a cada una de las organizaciones, porque no son reivindicaciones laborales sino asociadas a la pérdida de derechos”, explica el portavoz. El frente común sería “la pérdida de bienestar público”, por lo que la plataforma piensa continuar más allá de su puesta de largo del próximo sábado.
Unir las fuerzas
Desde esta plataforma se entiende que las distintas mareas habrían sido impensables sin el precedente del 15-M. “Son dinámicas nuevas, porque sus reivindicaciones van más allá del sindicalismo tradicional”, comenta Segura. Después del trabajo en los barrios y la dispersión por sectores laborales o en apoyo a colectivos como la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, para Marea Ciudadana ha llegado el momento de“coordinar las protestas” surgidas tras el 15-M contra “la misma agresión neoliberal a los servicios públicos”.
Las distintas mareas han conseguido pocos resultados concretos, a cambio eso sí, de mucho desgaste en los participantes de las protestas. A pesar del  éxito de seguimiento en algunas como la educativa, la sanitaria, o la minera, se ha visto como los Gobiernos estatales y autonómicos, en general, han hecho oídos sordos a sus principales reivindicaciones. Su apuesta es ahora unir todas esas fuerzas para intentar así torcer el rumbo que marcan los recortes presupuestarios.
Esa es al menos la esperanza de Eva, que el sábado tomará un autocar desde el pueblo asturiano de Tineo para defender junto al resto de las Mujeres del carbón el mantenimiento de las ayudas para el sector de la minería. “Por supuesto que vamos, la Marea negra tiene que estar con el resto”, responde con rotundidad al otro lado del teléfono.
Para Eva, las comarcas mineras viven un momento crítico. Necesitan que la marea del 23-F sea un éxito. “Se tienen que dar cuenta que toda España está muy cansada de no tener trabajo, y que aquí estamos asfixiados, porque no nos dan ninguna opción”.
Tras la Marcha a Madrid del pasado verano, Eva reconoce que en las cuencas mineras venció el desaliento al verse “ninguneados por el Gobierno”, y se contagió la idea de que “tanta lucha no había servido para nada”. Pero al ver tan cerca el final de la minería se ha retomado la movilización. “Tenemos que pelear con uñas y dientes. ¿Cómo vamos a morir sin luchar?”, se pregunta.
Pero las mujeres y los hombres del carbón no sólo vendrán a Madrid para recuperar las ayudas para su sector. Antes de la convocatoria ya tenían pensado unirse a alguna protesta “en agradecimiento al pueblo madrileño”, y devolverles así la bienvenida que recibieron a su llegada a la capital.

Los colores de la protesta


En la asamblea de la Marea Verde de Madrid apenas tuvieron dudas de unirse a la organización de la marcha conjunta del 23-F. “Llevamos un año y medio pidiendo unidad, porque no sólo luchamos por la educación, sino por el bienestar social”, explica una docente que hace las funciones de portavoz, pero pide mantener su anonimato.
Desde la plataforma de profesores, padres y alumnos en defensa de la escuela pública consideran que con el paso del tiempo todos los ciudadanos se han visto perjudicados. “No hay ningún colectivo que no se haya visto afectado, nos han dado por todos lados”, se lamenta su portavoz
Las Mareas del sector educativo, de color verde en varias Comunidades Autónomas y de amarillo en Cataluña, fueron  pioneras en movilizar a todos los implicados en protestar contra los recortes que les afectaban. Tras muchos días de huelga y tardes de manifestaciones, apenas han conseguido detener alguna de las medidas contra las que protestaban.
La marea verde ha visto como otros colectivos iban asumiendo el protagonismo de las movilizaciones. “Está bien que hayan surgido otras mareas, eso te anima”, comenta la portavoz, quien reconoce que la ola verde “ha decaído porque necesitaba coger aire”, pero también recuerda que “no ha muerto, y puede volver a alzarse” en cualquier momento.
Ahora todas esas mareas han decido unirse, y el próximo sábado se mezclarán por primera vez los colores que han protagonizado muchas de las principales manifestaciones del último año y medio. “Esta lucha no la ganaremos ninguno de los colectivos individualmente. El problema está en este modelo, y solo se cambiará si la sociedad apuesta por otro”, reflexiona esta profesora.
Su desafío es enorme, se han propuesto dibujar un arco iris en mitad de la tormenta.

Xogo de espías

Na miña adolescencia anunciábanse nas páxinas dos xornais, academias por correspondencia que daban clases e títulos de delineante, reparador de radios ou detective privado, corte e confección para as rapazas… en España tiñamos os da TIA con Mortadelo e Filemón, pero os detectives de verdade eran de fala inglesa como Sherlock Holmes, Philip Marlowe, ou James Bond… grandes os de Alfred Hitchcock!!



Hoxe en España temos uns 1.500 detectives en activo. Cunha titulación universitaria de 3 anos…

Na Comunidade de Madrid hai uns anos destapouse unha trama de espionaxe dirixida por Sergio Gamón onde se espiaban políticos do mesmo partido a través dunha tea de araña onde resultaba difícil saber quen ia pagar a nómina a fin de mes, un caso de espionaxe político pagado con fondos públicos e ordenado suponse polo Executivo de Esperanza Aguirre… O seu entonces número dous, Ignacio González pasara de espía a espiado nun viaxe a Colombia cuns empresarios... Agora chégannos os detectives cataláns que camuflan micros entre as flores. Ennovelar o novelo, desmontar o fúrancho, resulta extremadamente difícil, os fíos entrecrúzanse e é case imposible saber quen tira deles. Esperanza Aguirre non ten nada que ocultar, outros xa a ocultan a ela, nas espesuras da Gürtel madrileña ou espionaxe da casa. Pero ollo! cando a mafia acada o poder nas institucións, non son películas de James Bond, nin teñen que ver co glamur dos detectives do cine negro.

O cheiro das flores na conversa que mantiveron Alicia Sánchez Camacho e a parece maltratada exnoiva de Jordi Pujol Ferrusola, carrexador de billetes de 500 € por Europa, non chegou a tapar o tufo a podre deste submundo do espionaxe, aínda que decatámonos que tódolos partidos políticos de Cataluña espían os seus rivais e suponse que, como en Madrid, espíanse a si mesmos. Neste inframundo paranoico calquera día encargarán, se non o fixeron xa, o propio seguimento para saber se os están están perseguindo. O fío do micro do floreiro conduzo en primeira instancia o PSC, os socialistas espiaban ó PP para chegar ós trapos luxos de CIU, xugada a tres bandas desmentida polo presunto financiado que comezou negando a maior: O PSC non tivo nunca contactos coa axencia de detectives, e continuou negándose a si mesmo: Tivemos contacto pero para encargar cuestións de seguridade. En tres anos o PSC gastou 72.438 € en blindala súa sede contra o espionaxe doutros partidos… bos clientes?! Non está claro pero o que queda transparente é có PP e o PSC estaban ó tanto das andanzas de Pujol Ferrusola de CIU e non o denunciaron, gardárono nos seus arquivos á espera de mellor ocasión para trapichear no mercado negro da política: ti tápasme unha cousa e eu tápoche outra... A información é poder, sempre haberá persoas ansiosas de coleccionar datos doutros para usalos en beneficio propio, ou de calquera maneira. Os dossiers poden forzar pactos, levantar amigos o derrubar inimigos. Non e novo.

Todo o mundo sabía deles e agora ninguén quere saber deles, Método 3 é unha alma en pena que atemoriza a políticos e homes públicos, temen cós fantasmas saian a pasear e aldraxen reputacións. A axencia de detectives está no centro do escándalo do presunto espionaxe descuberto en Catalunya.

Método 3 é unha axencia moi popular e mediática, non exenta de polémicas, Francisco Marco director de Método 3, declarou ante a xuíz que foi o "entorno" da líder do PP Catalán, Alicia Sánchez Camacho, quen pediu como favor que se fixera seguimento e gravación da súa comida coa exnoiva de Jordi Pujol Ferrusola, afirmou seu avogado.


E por último, que interese lexítimo ten o cliente na información có detective lle proporciona? Que xustifica a investigación ou encargo? Quén ordenou a quén espiar e porqué?

Pode que esta exposición nos faga comprender un pouco mellor o medio onde nos movemos. Espíote, espíasme, espiámonos?



mércores, 20 de febreiro de 2013

Quino

Gobierno dimisión ¿y luego qué?


Jorge Moruno
Sociólogo y autor del blog larevueltadelasneuronas.com
Juan Domingo Sánchez Estop
Filósofo
Ilustración de Marcos Montoya

Los papeles de Bárcenas no son un simple caso de corrupción política donde un dirigente mete la mano en la bolsa y todo se puede simplificar hablando de manzanas podridas. Más allá del desenlace final,  lo que tenemos delante, es  todo un proceso de putrefacción del sistema de partidos surgido de las cortes del 78, donde el Partido Popular es el mayor exponente político —pero no el único—, del bloque inmobiliario-financiero español que tanto se ha beneficiado en estas décadas de burbuja. A esta capa dirigente del tándem político-especulativo que reúne a lo peor de nuestra sociedad, algunos lo hemos venido a calificar de lumpen-oligarquía, destacando así la cualidad de sus políticas y la forma de hacerlas efectivas.
Este modus operandi funciona democratizando la idea del propietario especulador, haciendo de cada ciudadano, un potencial empresario de su vivienda o de la que aspire a conseguir. La extensión de esta idea y su práctica han conseguido que durante un tiempo, la posibilidad del ascenso social venga asociada a la capacidad negociadora del individuo y no a la extensión de derechos colectivos y al desarrollo de una cultura democrática que valore lo público. Esta operación de derechización social apoyada en la ideología del propietario, funciona siempre y cuando, se pueda especular un poco más. La corrupción entonces, no es una simple consecuencia del capitalismo-casino, pues también es el lubricante necesario que permite su puesta en práctica. El hilo conductor entre políticos del régimen, especuladores y constructores se ve perfectamente reflejado en los papeles de Bárcenas, donde muchos de los donantes reciben hoy las contratas de los hospitales madrileños en vías de privatización. Corrupción —sistémica— es también que el vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, cuente con la concesión de las cafeterías en instituciones públicas tales como Universidades o Ministerios, al mismo tiempo que arremete contra todo lo que suene a público, aunque sea este sector su mayor pagador.
Cuando toda una casta empresarial —los Rosell, Fernández, Ferrán— y financiera —bancos, fondos de inversión—, se apoya sobre una casta política del régimen totalmente alejada del sentir ciudadano para traficar con la riqueza y los servicios públicos, hablar de corrupción, es hablar de la descomposición de todo el edificio político tal y como se ha planteado. Por lo tanto, la corrupción no se reduce sólo a personas con apellidos, sino que responde más bien a una práctica generalizada y asentada, que acaba erosionando la legitimidad y la moralidad de una transición que se remonta al 78. Todo el régimen político en su conjunto ve alterada  su composición, lo cual, no tiene porqué traducirse mecánicamente en una transformación social en beneficio de los de abajo, o responder a una situación pre-revolucionaria.
Esta coyuntura de crisis generalizada puede entenderse también como una crisis de la propia autoridad, cuando ésta, ya no es capaz de presentarse como clase dirigente porque no puede establecer un mínimo consenso y únicamente se mantiene por medio de la dominación coactiva y represiva en última instancia. La lumpen-oligarquía deja de guardar apariencias y se presenta en carne viva, directamente como una mafia. Cuando ya no se dirige y sólo se domina, las formas e ideologías hasta ahora instaladas en el imaginario y el hacer cotidiano se tambalean, abriéndose el campo a lo impredecible. En este tiempo no determinado, en este ya no es lo de antes pero todavía tampoco es lo que viene, se da la apertura a lo impredecible y con ello, la posibilidad del surgimiento de nuevas combinaciones, de nuevos modelos frente a la dificultad de restaurar lo viejo conocido por la vía coercitiva. Impedir que una de estas salidas desemboque en la ciénaga berlusconiana donde  UPyD o una impredecible Aguirre,  tendrían un papeldegenerador de la democracia, es una tarea fundamental.
Pero esta crisis de autoridad que se convierte ya en crisis del régimen constituido, el del 78 en nuestro caso, afecta por igual y quizás en primer lugar, a las izquierdas que han encontrado dentro del régimen político un lugar donde ubicarse. A favor tienen, quizás a pesar suyo, que no se encuentran del todo insertadas en el régimen, lo que podría convertirse en una fortaleza si se sabe aprovechar en la dirección adecuada. El momento histórico-político que tenemos delante, no presenta la posibilidad de actuar según la cosmovisión y el discurso elaborado de forma prefabricada, ajustado más a una creencia que a una realidad material contrastable. Así las cosas, la única certeza con la que podemos contar con seguridad es que al no haber elegido la situación, la crisis descorre la cortina cuando estamos aún desnudos dejándonos sin capacidad en un primer tiempo, para proponer alternativas y relatos a la desorientación generalizada. Aun así, es de imperiosa necesidad detener y apartar de las vías un tren que camina directo a la colisión, explorando otras nuevas, una vez que consigamos frenarlo y evitar la debacle. La vía que deberemos tomar no pasa por revivir fórmulas que responden a tiempos, realidades y composiciones muy diferentes como eran los “frentes de masas”. Hoy no existen las organizaciones de masas propias del siglo XX, como tampoco la realidad antagonista se define por una limitada e insuficiente apelación a la unidad de la izquierda.
Reunir todo lo existente bajo el paraguas de la marca “izquierda”, centraliza, por un lado la pluralidad y al mismo tiempo resulta ser poco operativo políticamente. Desbordar los marcos discursivos incrustados en la izquierda, significa darle un nuevo sentido a  la potencia que en su tiempo ésta pudo tener. Rechazar otra posibilidad e interpretar automáticamente en ella  una deriva antipolítica o incluso fascista, supone un grave error político que destila rigidez, conservadurismo y en consecuencia, la creencia en que las metáforas y los símbolos son un ente atemporal y no fruto de los tiempos materiales y personas que las originan. Lenin llevó a Marx a Petrogrado, no por repetir salmos, sino a pesar de los insultos y de toda clase de acusaciones recibidas por parte de las pasiones más tristes. Lo mismo se podría decir de la revolución cubana, o de los actuales procesos latinoamericanos que han encontrado en la izquierda oficial  un actor con poca cintura política cuando no un obstáculo.
En estas condiciones ser responsables no puede significar otra cosa que colocarse a la ofensiva y romper con los buenos modales y las formas educadas; ser responsable es hoy más que nunca romper con los de arriba y abrirse a los de abajo, pero sin repetir supuestas verdades que se justifican en sí mismas y nos posicionan más cerca de la parroquia que de la política. Hoy, la idea de la democracia es inseparable del impago de la deuda, de la ruptura y la detención del empobrecimiento y la destrucción social del país. Necesitamos aplicar una triple A de la deuda usando criterios distintos a los que suelen imponer las agencias de rating: Auditoría, Anulación, Alternativas son nuestra AAA. Colocar a la deuda en el centro del debate es hacer hincapié en el acceso a la vivienda, los servicios públicos y en pensar la flexibilidad laboral no como precariedad o paro, sino como el acceso a un ingreso continuo cuando los trabajos son discontinuos.
Protestas y mareas, deben ser a la vez funcionales en sus propios ámbitos y  protagonistas de un cambio, pues representan el verdadero valor de la política a través del conflicto. La presencia de nuevas candidaturas y organizaciones en las instituciones y el desarrollo de instituciones democráticas propias del movimiento no tienen porqué ser incompatibles, es más, ambas deben retroalimentarse en un proceso de envergadura constituyente. Esto no sucederá tal y como hasta ahora viene entendiéndose esta relación; el odio a la democracia que practican las élites europeas y españolas sólo podrá combatirse si se tiene en cuenta esta combinación. Movilización, democracia y candidaturas que consigan reunir e interpretar de forma viva el conjunto de aspiraciones y frustraciones sociales en clave de democracia radical serían las distintas facetas de un enorme ¡sí se puede!

"La moral del profesional público y privado son siempre diferentes"

ENTREVISTA A ANTONI BARBARÀ EN PÚBLICO.ES

El médico y secretario de 'Dempeus per la salut pública', Antoni Barbarà, critica el modelo neoliberal que Mas está implantando en Catalunya, basado en "degradar lo público para que aquello que pueda dar dinero se lo quede el sistema privado"

Dempeus per la salut pública es una organización de carácter ciudadano que se constituyó el 9 de febrero 2009. Su manifiesto no deja lugar a la interpretación: defiende el Sistema Nacional de Salud con todo su carácter logrado: público, universal, de calidad, integral, solidario y de una equidad garantizada. Cuenta con el apoyo de perfiles muy diversos: economistas, informáticos y médicos. Entre estos últimos se encuentra Antoni Barbarà, su secretario. Médico y ex asesor de Salud de l'Ayuntamiento de Barcelona, reconoce que en cuatro años de lucha no se había encontrado con un panorama tan desolador como el actual.
Dempeus nace con el tripartito. ¿Qué les preocupaba por aquel entonces?
Detectábamos una seducción creciente hacia esta perversión conocida de forma eufemística como sistema mixto, idea muy arraigada al modelo sanitario catalán, que no es otra cosa que la colaboración entre lo público y lo privado. Se empezaba a especular con el copago, y nosotros aparecimos para denunciar que esta propuesta era en realidad un repago. Pero en aquel entonces ni en la peor de nuestras pesadillas pensábamos que los ataques al sistema público llegarían a la impunidad y agresividad actual.
¿Cuándo evidenciaron esta deriva?
Con la entrada al gobierno de CiU, un partido de características profundamente neoliberales, absolutamente servil a intereses del mercado. En Catalunya, la sanidad y la salud conviven en mercados terriblemente potentes, como el de las industrias farmacéuticas, el de las biomédicas, empresas de sanidad... Llegó el copago y toda una serie de recortes presupuestarios, de servicios, cierre de hospitales, camas, salas y despidos masivos. Una regresión en la calidad y universalidad de la salud.
"Es imposible que una empresa privada que da servicios y genera beneficios ofrezca la misma asistencia que una empresa pública que no busca beneficios"  
¿Por qué este sistema mixto es tan nocivo?
Están explorando nuevas vías para introducir elementos de gestión empresarial ya no de eficiencia económica, sino de lucro. Todo revestido de cierta modernidad, elementos para la creación de consorcios que impiden la transparencia, el control y el acceso de la ciudadanía en la gestión del servicio público. Todo esto ya preocupaba pero cuando llegó CiU estos pecados parciales se convirtieron en una declaración de principios, en el sustento de toda la acción política. El conseller de Salut, Boi Ruiz, ya lo advirtió en sus primeras declaraciones: no hay dinero así que todo aquel que pueda que se haga de una mutua privada. Poco después llegó a afirmar que el problema de la salud es individual y que cada uno es responsable y propietario de ella en función de su genética y estilo de vida. Obviamente no mencionó los determinantes sociales en salud que desde Dempeus reafirmamos, como por ejemplo el hecho de que una sociedad en crisis, con un porcentaje de paro tan elevado, con tantas personas sin techo, la escasa y/o mala alimentación también influye en la salud de la gente.
¿Crisis coyuntural, recortes dirigidos?
Desde el Govern están utilizando la crisis para degradar la imagen del sector público. La crisis ha ido bien para justificar esta agresión, anemia y sangría sistemática del sistema público. El modelo que quieren potenciar es declaradamente neoliberal, como el norteamericano, que busca dar beneficios y ofrece una pequeña atención sanitaria de carácter humanitario y caritativo para justificar situaciones estéticamente dramáticas. La mejor forma de apropiarse de este sector tan goloso es justamente ir degradando el sistema público de tal forma que aquello que pueda dar beneficios económicos se lo quede el sistema privado.
¿Hasta qué punto la convivencia entre lo público y lo privado está pervirtiendo el modelo sanitario?
Hay que partir de la base de que no es una convivencia ni una colaboración. Es una estrategia parasitaria, donde se sustraen recursos de carácter público para derivarlos a través de mecanismos de ingeniería financiera, y en esto son expertos los teóricos de ESADE y las grandes empresas de esta índole, hacia una lógica empresarial. Las entidades públicas hablan de gastos y miden su utilidad en forma de salud. En las privadas, hay precios y el medidor de eficacia es el de rentabilidad. Hay algo que es de cajón. En igualdad de condiciones, es razonablemente imposible que una empresa privada que encima de dar servicios genera beneficios pueda ofrecer la misma asistencia que una empresa pública que no busca beneficios.
¿Cómo se demuestra esto?
Por dos razones. Lo privado se queda sólo aquellas atenciones rentables, que mejoran el confort, el envoltorio de las personas y no suponen grandes gastos. Cuando la situación y el diagnóstico es de carácter urgente se tiende a lo público. La privada se queda aquella atención primaria, hospitalaria, elemental, sencilla y rentable. Los servicios caros a lo público, igual que la investigación. Segunda razón: cuando dicen que las condiciones son las mismas no es verdad. La moral del profesional público y privado son siempre diferentes. En horas, prestaciones y condiciones de trabajo. No son complementarias. Existe una competencia feroz para quedarse el mercado de la salud. Las grandes empresas consultoras, conocidas y amigas de Boi Ruiz, factótum y prohombre de la Unió Catalana d'Hospitals, saben hacer estudios, propuestas sobre cómo trocear el Institut Català de la Salut (ICS), cómo lograr que las privadas sean rentables, etc.
"Hemos llegado a un punto en el que el sistema catalán es puro nepotismo y putrefacción" 
¿Estos informes son puntuales o forman parte de una estrategia?
Estos informes son una práctica habitual en el empresariado, donde los sabios de la ingeniería financiera estudian cómo meter la mano en el jugoso pastel de la sanidad pública. Estos informes han existido, existen y seguirán existiendo. Lo lamentable es que nieguen su encargo, que digan que han aparecido por arte de magia al despacho de la conselleria. ¿Una empresa de manera altruista va a hacer llegar propuestas para trocear, mejorar y repartir el negocio? Es un insulto. Los informes sobre cómo vender, repartir y trocear el sistema público tienen una intención perversa: apropiación de unos beneficios públicos por parte del sector privado. Negarlo forma parte de la tradición de lo que representa la corrupción catalana, del conflicto de intereses que siempre ha existido.
¿El Hospital Clínic es el caso más paradigmático?
Así es. El Clínic es un hospital que trabaja para el CatSalut, no es titular del ICS de forma directa pero de forma prioritaria es fundamental en la red pública. Pues desde hace años se practica una doble puerta. Es decir, son dos hospitales en uno. El público y Barnaclínic, que aglutina una zona relevante de la asistencia privada. De hecho las puertas de acceso, las instalaciones, los ascensores, son distintas aún conviviendo en el mismo hospital. ¿Qué consiguen? Que los muy buenos profesionales del Clínic trabajen para esta rama privada que paga y tiene derecho a una asistencia sin listas de espera. O lo que es lo mismo: se aprovechan de la sabiduría, dedicación, docencia e investigación de estos profesionales públicos para hacer prácticas privadas en horas determinadas dentro de unas instalaciones públicas. ¿Se acuerda de cuando el Rey Juan Carlos vino a intervenirse en el pulmón en Barnaclínic? Tuvo el sarcasmo de decir lo bien que funciona la sanidad pública. Hay algunos casos en el que si pides exploración en el hospital te preguntan: ¿Público o privado? Esto ejemplifica lo parasitario que puede ser este sistema y la injusticia de sacar beneficios a través de los impuestos que pagamos entre todos.
¿Este modelo atiende a razones únicamente ideológicas?
El modelo sanitario catalán ha sido sistemáticamente aplicado en otras comunidades, bajo la idea de la externalización, una palabra que ni existe en el diccionario. Pero la situación es demasiado crítica para andarnos con ambigüedades. Este modelo es el de la privatización, muy sofisticada y bien maquillada eso sí, no tan directa como en Madrid, que la llevan aplicando casi por decreto. Aquí lo hacen de forma mixta, pragmática, teóricamente consensuada, a través de consorcios a los que les sentaría mejor el nombre de conxorxes (conchabanzas). A todo esto hay que añadir la enorme corrupción y la connivencia de lo político con lo empresarial. Hemos llegado a un punto en el que el sistema catalán es puro nepotismo y putrefacción.
"El euro por receta es un caso flagrante en la historia de los errores y los horrores" 
¿Qué se puede hacer al respecto?
Para empezar hay que asumir que el derecho a la salud no se solicita, se ejerce. Remarcamos respetuosamente a las autoridades que no somos clientes, somos titulares del sistema. No puede ser que nos traten como menores de edad. Decían que teníamos un sistema de salud envidiable, luego decían que era poco exigente. Es mentira. Con poca inversión pública se consiguió un sistema reconocido internacionalmente. Universidades foráneas venían a Catalunya para ver cómo lo hacíamos. Teníamos un buen sistema, lo que no significa que fuera perfecto. Y ya éramos críticos. Hace tiempo que reclamamos una nueva cultura de la salud, con carácter de promoción, de determinantes sociales, de prevención. Denunciamos la biomedicalización de la vida, la impunidad de la industria farmacéutica para imponer sus criterios y hacer negocios multimillonarios.
El sistema era mejorable pero ahora volvemos hacia atrás.
¿Qué valoración hace del euro por receta?
El euro por receta es un caso flagrante en la historia de los errores y los horrores. El copago es disuasorio para que la gente deje de ir a la atención primaria. Parece que haya una retracción, un ahorro, pero luego está demostrado que hay más ingresos tardíos que provocan patologías más severas. Además es injusto. La situación de crisis precisa inversión en sectores públicos, lo dijo Keynes, que tampoco era precisamente un revolucionario. Andamos hacia un camino inadecuado, insistiendo en políticas erróneas y antagónicas, y la única forma es apostar por la desobediencia civil y la insumisión de forma democrática y pacíficamente. Seré gráfico. La Generalitat intenta introducir el zorro dentro del gallinero.
Catalunya está siendo castigada doblemente: por las actuaciones del gobierno central y el de la Generalitat.
Las mareas blancas en Catalunya se están reactivando y habrá más de forma progresiva. Es verdad que en Madrid hay más intensidad y como catalán siento sana envidia, con toda la implicación de los profesionales, de los hospitales amenazados... El movimiento que están encabezando es ejemplar. He participado en alguna movilización en Madrid y ponía los pelos de punta, por lo admirable de la mezcla de ciudadanía, usuarios y profesionales. ¿Por qué en Madrid se ha hecho así? A nivel personal creo que porque la velocidad de la agresión ha sido más corta, violenta y radical. El anuncio sistemático ha hecho reaccionar a la sociedad de forma más clara.
¿Por qué ha costado tanto movilizar al sector sanitario en Catalunya?
En Catalunya los años de gobierno de CiU han generado cierta sumisión insana. Cuando veo asambleas del colegio de médicos en Madrid programando movilizaciones se me cae la cara de vergüenza al pensar que en el colegio de médicos de Barcelona esto sería impensable. Porque siempre ha mandado una determinada orientación política vinculada a CiU, y el que no comulgaba con ella ha sufrido las consecuencias.

luns, 18 de febreiro de 2013

¿Quiénes y cómo quieren vender la sanidad a costa de nuestra salud?

Joan Benach y Carles Muntaner
Profesores de salud pública de la Universitat Pompeu Fabra y la University of Toronto respectivamente; ambos son miembros del Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud (GREDS-EMCONET, UPF), y coautores junto con Gemma Tarafa y Clara Valverde del libro La Sanidad está en Venta (Barcelona: Icaria, 2012).
El actual proceso de contrarreforma neoliberal de la sanidad representa una involución radical en nuestro modelo sanitario, un verdadero golpe de estado contra la sanidad pública. Muchas son las preguntas a hacernos: ¿Es mejor la sanidad privada que la pública?, ¿cuáles serán las consecuencias de la privatización?, ¿quiénes son los mercaderes y “vendedores” de nuestra sanidad?, ¿qué objetivos y estrategias están utilizando?, ¿cómo defender la sanidad pública?
Tal y como muestran gran número de estudios, la sanidad privada es más desigual, menos eficiente y tiene peores resultados que la pública. Por ejemplo, un estudio comparativo de hospitales privados con y sin afán de lucro en 26.000 hospitales y 38 millones de pacientes concluyó que la mortalidad fue mayor en los hospitales que se lucraban. Sabemos que los hospitales privados seleccionan a los pacientes, cobran por acto médico, realizan pruebas e intervenciones innecesarias y dan altas prematuras. La gestión privada no sólo es más cara sino que sus ganancias se basan, sobre todo, en ahorrar en recursos y personal, ofreciendo bajos salarios y condiciones de empleo precarias, lo cual afecta la salud de los trabajadores de la salud y daña la calidad de la atención sanitaria. La privatización de la sanidad rompe el concepto de ciudadanía y solidaridad social y abre paso al clasismo y la discriminación produciendo desigualdades injustificables. Todo ello producirá un modelo de sanidad “trifásico”, a tres niveles: una sanidad de pago para los ricos y la clase media que pueda pagarla, una sanidad pública con servicios mínimos y baja calidad para la clase trabajadora y una clase media empobrecida, y una sanidad de beneficencia para las personas en situación de pobreza y marginación.
Los principales mercaderes de la sanidad son el poder económico representado por las grandes empresas aseguradoras y los oligopolios de una industria farmacéutica-biomédica-tecnológica sanitaria que trabaja sin descanso para ampliar un modelo sanitario cuyo potencial de negocio es enorme. Empresas como Capio Sanidad, el Grupo Ribera Salud, USP, Sanitas, HM Hospitales, entre otras, invierten y compiten por consolidar sus intereses privados y ampliar sus beneficios económicos. El pastel a repartir al mejor postor es de miles de millones de euros. Junto a las empresas, otros “presuntos” implicados en el proceso son las elites políticas y gestores de partidos como el PP, CiU e incluso del PSOE, que velan por sus intereses personales y de clase inmediatos, siendo dependientes financiera, ideológica y psicológicamente de los poderes económicos. La connivencia se refleja en valores e intereses compartidos y en prácticas de clientelismo y “puertas giratorias” con favores políticos, pagos y salarios irregulares, y adjudicaciones sin concurso. Un ejemplo es el de la Generalitat de Catalunya, donde Boi Ruiz, Conseller de Salut desde finales de 2010, ha sido director y presidente desde 1994 de Unió Catalana d’Hospitals, la patronal sanitaria que agrupa a más de 100 entidades. Un ejemplo de su lealtad para promover la entrada de capital privado en la sanidad pública se refleja en el informe de principios de 2011 realizado por la consultora PwC para la Generalitat de Catalunya. En él se detalla la propuesta de privatizar y mercantilizar la sanidad: ambulancias, laboratorios clínicos, emergencias médicas, institutos tecnológicos, hospitales, centros de atención primaria… Se puede decir más fuerte pero no más claro. Por último, otros beneficiarios del proceso privatizador son los “vendedores”, los cuales incluyen ideólogos y consultoras o “voces de su amo”, y analistas o correas de transmisión de las bondades del negocio sanitario: gestores tecnócratas que manejan “clientes” en vez de pacientes, tertulianos “sabelotodo” que claman lo indefendible y, también, expertos, analistas e investigadores, malabaristas del coste-beneficio, disfrazados de científicos.
Como una mercancía más, la sanidad pública ha sido puesta en venta al mejor postor para lograr el máximo beneficio económico. Las estrategias para mercantilizar son variadas. Una de ellas es “culpar a las víctimas” de sus enfermedades y señalar su responsabilidad personal (“repagos”) diluyendo el papel de las políticas y los determinantes sociales. Una segunda, es destruir la buena imagen y la capacidad de “lo público”. Se intenta hacer creer que la entrada del sector privado es “racional” y cubre una “función social” y, con la excusa de la “austeridad”, los brutales recortes presupuestarios están desangrando la sanidad pública. Y una tercera estrategia fundamental es la progresiva realización de cambios “político-legales” para parasitar a lo público, facilitar la gestión privada, crear fundaciones y consorcios para ocultar la realidad, segmentar la sanidad pública para ayudar a su venta, y promover el aseguramiento privado.
Tener una atención sanitaria de calidad no puede ser una mercancía sino un derecho regulado democráticamente y sufragado públicamente. Contra lo que apuntan los mercaderes y vendedores que se lucran con la salud y la vida de la gente, la sanidad pública es “la solución” y no “el problema”. La historia enseña que los procesos de movilización y lucha social, y la consiguiente generación de pérdidas y miedo en la clase dominante, son cruciales para defender nuestros derechos y conseguir otros nuevos. La salud no se vende, se defiende. Nuestra salud está en juego.