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Detalle de ‘Baile de la boda‘, de Brueghel.
Se conoce como tarantismo al estado psicopatológico compulsivo que lleva a bailar hasta la extenuación al que lo sufre. La manifestación más aguda que se recuerda de tarantismo ocurrió en julio de 1374 en la localidad alemana de Aachen, cuando una muchedumbre de personas sucumbió al frenesí danzante del tarantismo durante horas, hasta quedar exhaustos o caer lesionados, según relataGregorio Doval en su ‘Libro de los hechos insólitos‘.
El nombre de “tarantismo” viene porque en aquella época se suponía que estaba originado por la picadura de una tarántula, oriunda de Alemania y el sur de Italia. Sin embargo, estudios actuales consideran que no es el arácnido sino una combinación de fervor religioso e histeria colectiva los que provocaban estas raves espontáneas, que se prolongaron hasta bien entrado el siglo XIX. Según describe el neurólogo Santiago Giménez Roldán en su libro “Histeria”:
“El ambiente de exaltación religiosa y de superstición de la Edad Media debieron ser un excelente medio para cultivar ricas manifestaciones de esta psicopatología colectiva. Pequeños grupos caían en trance, contorsionándose en la “manía danzante” dibujada genialmente por el maestro Brueghel (…) Según Sirios (1974), la primera “manía danzante” tuvo lugar en Aachen en 1374 (…) Durante los veranos, las campesinas entran en un trance que les lleva a bailar frenéticamente, dicen obscenidades y gruñen como animales”.
El uso de los términos “tarantinismo” y “danzamanía” es intercambiable y se solapa con un clásico de las patologías populares españolas, como es el baile de San Vito. El nombre proviene de una catarsis danzante colectiva un siglo anterior a la célebre de Aachen que tuvo lugar sobre un puente que cruzaba el río Maas, en Alemania, en 1278, tal y como relata Robert Bartholomew en un artículo en el boletín escéptico Csicop. El puente se vino abajo y mató a muchos de los danzantes, mientras los supervivientes fueron atendidos en una capilla próxima, dedicada a San Vito.
La danzamanía o tarantismo se convirtió en un clásico en las procesiones dedicadas a este santo, en las que los oficiantes llegaban a danzar días o incluso semanas. Entre los síntomas de la afección se contaban “gritos, alucinaciones, movimientos compulsivos, hiperventilación, actitudes crudamente sexuales y fornicio generalizado”, según Bartholomew.
El tarantismo podría desencadenarse por el baile de la tarantella, un ritmo que se caracteriza por frases breves y repetitivas que van aumentando en intensidad. Para una ilustración del ritmo valga esta famosa escena de ‘El Padrino’, en la que Frakie Pentangeli explica a la orquesta cómo tocarla.
Parecidos síntomas a los de Aachen y el puente de San Vito tuvieron los alucinadoshabitantes de Pont-Saint-Esprit en fecha tan reciente como 1951. En esa ocasión no fue la tarántula ni el fervor religioso sino, al parecer, el consumo de pan infectado por el cornezuelo, el precursor del LSD.
Con información de ‘El libro de los hechos insólitos‘ y Csicop.
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