Dora Maar, la pareja de Picasso cuando pintó su obra maestra, fotografió todo el proceso de creación de esta joya expuesta actualmente en el Museo Reina Sofía de Madrid
Javier Flores
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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La primera imagen del Guernica
Apenas unas líneas marcaron el principio de esta fabulosa obra de arte que representa el sufrimiento y el dolor y que supone un alegato directo contra las guerras. El 1 de mayo Picasso realizó los primeros bocetos y el 4 de junio la terminó. Poco más de un mes para crear una obra maestra.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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Un Guernica muy primigeneo
Lo primero que sorprende del Guernica es su extraordinario tamaño. Los 3,49 metros de altura por los 7,77 metros de ancho lo convierten en uno de los cuadros más grandes pintados por el artista malagueño. Un auténtico gigante que magnifica más aun si cabe la obra.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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En blanco y negro
Un cuadro de estas características en color quizá no tuviera en el espectador el mismo efecto que el Guernica consigue actualmente. El mismo Picasso expresó que deseaba que el cuadro expresara “oscuridad y brutalidad”. Y la ausencia del color permite otorgarle al cuadro estos atributos esenciales a la obra.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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El Guernica va tomando forma
El cuadro fue un encargo del Gobierno de la Segunda República Española para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. Inmediatamente se convirtió en un alegato contra las guerras y un símbolo de los movimientos pacifistas de todo el mundo.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
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Detalle de la creación del Guernica
En esta fotografía detalle de la obra podemos ver de cerca el caballo agonizante que finalmente cambiaría de forma y, sobre todo, de posición, situándose finalmente en la zona superior del mismo.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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Figuras definidas
En este punto de la elaboración del cuadro los elementos ya se mantendrán en su mayoría en la posición y forma que podemos ver actualmente. Sin embargo todavía muchos de los detalles de las caras tardarían un poco más en definirse.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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El caballo al centro
Lo que inicialmente sería un ramo de flores alzado por un puño se convierte a partir de este punto en una luz en la zona superior. Además, el caballo agonizante se sitúa en una posición central de la obra, adquiriendo una gran importancia en la misma.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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Aparece la bombilla
Muchos pequeños cambios llegaron en este momento. La posición del cuerpo del toro, la mirada del cuerpo tendido en la parte inferior del cuadro, los personajes de la parte derecha y, sobre todo, la aparición de una bombilla en la parte superior. Este elemento ha sido interpretado de distintas formas por los expertos. El desarrollo, la esperanza, la providencia... Sea como fuere es uno de los elementos más famosos de la obra.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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El resultado final
En la última foto de la serie de imágenes de Dora Maar y su reportaje sobre la evolución del Guernica podemos ver el aspecto que tiene ahora mismo el cuadro pero cuando estaba en el taller de Picasso en Grands Agustins de París, en 1937. A la Exposición Universal de París no llegó hasta el 12 de julio, casi dos meses y medio después de que se inaugurara. Y cambió para siempre el pabellón español y el mundo del arte.
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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Picasso trabajando en el Guernica
En esta curiosa imagen del reportaje de Dora Maar vemos trabajar al pintor malagueño en su obra más conocida.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Foto: Dora Maar / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
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El curioso estilo de Picasso
Existen muy pocas fotografías que muestren cómo desarrolló Picasso el Guernica. En esta curiosa imagen le vemos pintar a dos manos, aunque el instrumento que sostiene con la mano izquierda no se distingue.
Dora Maar. Reportaje sobre la evolución del Guernica. Taller de Picasso en Grands Agustins, París 1937
Pocos cuadros expresan tanto como el Guernica de Picasso. Considerada por muchos como la pintura más notable, ya no solo de Picasso, sino de todo el siglo XX, transporta a quién lo ve a ese fatídico 26 de abril de 1937. Ese día la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana que luchaban del lado del bando Sublevado contra el gobierno de la Segunda República Española, masacraron sin piedad a las miles de personas que se encontraban ese día en la población vasca de Guernica. Un banco de pruebas perfecto para la aviación de Hitler y sus funestos planes futuros que se materializarían múltiples veces, años más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial.
El bombardeo redujo la villa a cenizas. Durante más de tres horas y distribuidos en varias fases, los bombarderos y aviones de ataque ametrallaron y lanzaron bombas de distinto tipo hasta destruir completamente más del 85% de los edificios de Guernica. En total, según expresaría más tarde Wolfram von Richthofen, al mando de la operación, "las bombas provocaron un grado de destrucción de la villa próximo al 75%, con un volumen de lanzamiento de 31.000 kilos de bombas desde una cota comprendida entre 600 y 800 metros". Sin embargo, estudios posteriores han tasado dicha cantidad de bombas entre los 41.000 y los 47.000 kilos. En cualquier caso, una cantidad de armamento enorme para una villa cuyo centro apenas tenía un kilómetro cuadrado.
CONTROVERSIA SOBRE GUERNICA
El número de muertos ha sido siempre un tema controvertido, pero si hacemos caso al informe del Gobierno Vasco titulado Relación de víctimas causadas por la aviación facciosa en sus incursiones del mes de abril de 1937, 50 testimonios directos registrados en varios documentos originales de 1937, el comunicado de Jesus M. Leiazola en Radio Euskadi del 4 de mayo de 1937 y otros testimonios posteriores, los historiadores coinciden en que ese día murieron más de 1.600 personas.
Un horror que no pasaría desapercibido para el pintor malagueño y que le sirvió de oscura inspiración.
Como declararía Picasso posteriormente, "los artistas que viven y trabajan con valores espirituales no pueden ni deben permanecer indiferentes ante un conflico en el que los valores más elevados de la Humanidad y la civilización están en peligro". Y claro, antes esta masacre, decidió no quedarse al margen y pintar un cuadro que expresase lo que sentía cuando llegaron a sus oídos las trágicas noticias, mientras vivía en París.
Una vez concluido, el cuadro pasó a decorar el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. Un escaparate perfecto para mostrar al mundo las atrocidades y penurias que generan las guerras.
CONTROVERSIA SOBRE GUERNICA
El número de muertos ha sido siempre un tema controvertido, pero si hacemos caso al informe del Gobierno Vasco titulado Relación de víctimas causadas por la aviación facciosa en sus incursiones del mes de abril de 1937, 50 testimonios directos registrados en varios documentos originales de 1937, el comunicado de Jesus M. Leiazola en Radio Euskadi del 4 de mayo de 1937 y otros testimonios posteriores, los historiadores coinciden en que ese día murieron más de 1.600 personas.
Un horror que no pasaría desapercibido para el pintor malagueño y que le sirvió de oscura inspiración.
Como declararía Picasso posteriormente, "los artistas que viven y trabajan con valores espirituales no pueden ni deben permanecer indiferentes ante un conflico en el que los valores más elevados de la Humanidad y la civilización están en peligro". Y claro, antes esta masacre, decidió no quedarse al margen y pintar un cuadro que expresase lo que sentía cuando llegaron a sus oídos las trágicas noticias, mientras vivía en París.
Una vez concluido, el cuadro pasó a decorar el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París. Un escaparate perfecto para mostrar al mundo las atrocidades y penurias que generan las guerras.
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