mércores, 6 de maio de 2020

El mundo musulmán y la sexualidad

Las diferencias entre las tres grandes religiones monoteístas del mundo son mínimas entre sí.

EDMUNDO FAYANAS ESCUER

El mundo musulmán está regido por el Corán y la Sunna. Lo mismo sucede en lo referente al placer y el goce dentro de la pareja heterosexual. En el mundo musulmán, gozo y placer aparecen totalmente unidos al concepto de felicidad.
El sexo en el Corán es algo habitual y podemos encontrarnos con más de ochenta y dos referencias al mismo. Veamos un ejemplo: “Vuestras mujeres son campo labrado para vosotros ¡Venid, pues, a vuestro campo como queráis, haciendo preceder algo para vosotros mismos! ‘Temed a Alá y sabed que le encontraréis! ¡Y anuncia la buena nueva a los creyentes!”. El Paraíso es para los musulmanes su finalidad y el sexo es una forma de llegar a él.
El derecho musulmán aparece con el tiempo y son los ulemas y los fuqashas los que elaboraron a partir de mediados del siglo VIII y hasta finales del siglo IX toda una serie de regulaciones sobre la sexualidad, basada en las doctrinas del Corán y la Sunna, marcando lo que es lícito y, lo que no se puede hacer.
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La mujer musulmana
El Corán establece que los hombres y las mujeres son iguales, pero al mismo tiempo también dice: "Los hombres son los protectores y proveedores de las mujeres, porque Alá ha hecho que uno de ellos supere al otro, y porque gastan de sus bienes. Las mujeres correctas son devotamente obedientes y recogidas en ausencia de su esposo que es lo que Alá les exige”.
La ley islámica Sharia habla de la complementación, y ​ las diferencias entre el papel de las mujeres y los hombres, cuáles son sus derechos y obligaciones. El Corán y los hadices no mencionan que las mujeres deban ser amas de casa. Las mujeres poseen en la mayoría de los países musulmanes un conjunto de derechos respecto al casamiento, divorcio, derechos civiles, estatus legal, códigos de vestimenta y educación, basados en distintas interpretaciones.
El Corán presenta dos visiones en cuanto al rol de la mujer. Ambas hablan de la igualdad de las mujeres y los hombres ante Alá en cuanto a sus deberes religiosos y coloca a las mujeres bajo el cuidado de los hombres, es decir, los hombres son los responsables del mantenimiento de sus esposas.
El Corán dice: “Los hombres son los proveedores y protectores de las mujeres, porque Alá ha hecho que uno de ellos supere al otro, y porque gastan de su propiedad para mantener a las mujeres”.
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El Corán explica que los hombres y las mujeres son iguales en la creación y en la vida eterna posterior a la misma, pero no idénticos La Sura indica que los hombres y las mujeres han sido creados de una sola alma. Una persona que se antepone a otra no es superior a la otra, y una persona no es la derivada del otro. Una mujer no ha sido creada para servir los propósitos de un hombre, sino que ambos han sido creados para el beneficio mutuo.
El matrimonio
Alá creó al ser humano con la necesidad de tener un compañero que le inspire amor, cariño y lo contenga en momentos de preocupación y tristeza. El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, bajo el compromiso y consentimiento mutuo de vivir juntos según las enseñanzas de su fe.
“Y entre sus signos esta haberos creado esposas de entre vosotros para que encontréis en ellas sosiego, y puso entre vosotros amor y misericordia. Por cierto que en esto hay signos para quienes reflexionan”.
Las costumbres en cuanto al matrimonio musulmán varían entre los diversos países. Las costumbres culturales a veces son implantadas bajo el contexto del Islam. Sin embargo, la ley islámica permite una poligamia limitada bajo determinadas circunstancias.
Si seguimos la Sharia, el matrimonio no puede nunca ser forzado. Los primeros contactos son hechos generalmente por los padres y debe existir la condición básica del consentimiento libre de los futuros cónyuges y ésta debe ser respetada. El Profeta aconsejó que la elección de los cónyuges sea basada en la castidad, decencia y religiosidad.
El contrato matrimonial es acordado entre el wali, o guardián, de la novia y el novio, no entre el novio y la novia. Solo un musulmán libre puede ser el wali de la novia. Éste es un pariente hombre de la novia, preferiblemente su padre. La mayoría de los estudiosos del Islam sostiene que si la novia es virgen, su padre o abuelo paterno, pueden obligar a la novia a contraer matrimonio aun en contra de su deseo expreso.
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El Corán considera, que el amor entre los hombres y las mujeres es un signo de Dios. Los esposos deben ser buenos con sus esposas y las esposas deben ser buenas con sus esposos. Sin embargo, el Corán permite que los hombres golpeen a sus esposas si “sospechan de la lealtad” de éstas, aunque menciona que, por lo menos en algunas traducciones, se las debe castigar de manera “liviana”.
Se ha debatido mucho en el mundo musulmán por lo que significa un castigo “liviano”. Existen diversas posturas en cuanto a lo estricto de las restricciones que impone la palabra “liviano”.
Está estipulado que los hombres poseen el derecho de utilizar el cuerpo de sus mujeres como una posesión, utilizándolo como y cuando el hombre lo desee y el consentimiento de la mujer no está sujeto a discusión. El Corán promueve la discusión y el acuerdo mutuo en las decisiones familiares, aunque la decisión del hombre es la definitiva.
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Las relaciones sexuales para los musulmanes se circunscriben exclusivamente al matrimonio, es decir, a la relación entre la esposa y el marido. Su finalidad es tener y criar hijos y esto estimula a los musulmanes.
Además de tener hijos, las relaciones sexuales tiene un importante papel en el bienestar del matrimonio. Leyendo el Hadiz, permite saber de todos los asuntos, incluyendo los que trataban de la sexualidad humana.
El Corán y el Hadiz aluden a la naturaleza de las relaciones sexuales como un medio de lograr satisfacción mutua, acercamiento y compasión entre una esposa y su marido:
“Durante el mes del ayuno os es lícito por la noche uniros con vuestras mujeres: son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para ellas”.
Se aconseja a los musulmanes evitar tener relaciones sexuales durante la menstruación, para de esta forma evitar la incomodidad a la mujer. El fin del matrimonio es crear ternura entre dos personas y satisfacer la necesidad humana elemental del compañerismo:
"Y entre sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona."
El concepto de satisfacción mutua se alude en un hadiz. Se aconseja a los maridos que hagan el amor de manera que el juego permita a la mujer tener el orgasmo primero. El descontento sexual es considerado como base legítima para solicitar el divorcio por parte de la esposa o del marido. El celibato y la vida monacal son rechazados en el mundo musulmán, porque contradicen de forma clara la naturaleza del ser humano.
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También se produce el llamado matrimonio de placer, por el cual un hombre paga una suma de dinero a la mujer o su familia a cambio de una relación de esposos transitoria. Esta es una práctica antigua, que ha sido recuperada en Irán en tiempos recientes. Los que la practican, se basan en el derecho musulmán de la Sharia. Esta indica que es una práctica permitida. ​
A las mujeres no se les permite la poliandria, mientras que a los hombres, como vemos, se les permite tener varias esposas.
Las relaciones prematrimoniales
El sexo pre matrimonial está absolutamente prohibido en el Islam, no importa si es con una novia o con una prostituta. El sexo prematrimonial es adulterio. Es una conducta sexual irresponsable para la doctrina islámica al no existir responsabilidad en dicha relación.
El Corán dice "¡Evitad la fornicación: es una deshonestidad! ¡Mal camino…de satisfacer el instinto sexual!". La fornicación ha sido severamente condenada tanto por Mahoma como por los Imanes. En el Islam, el sexo premarital está considerado como un acto inmoral contra los derechos de Alá y contra los propios órganos sexuales. Es un pecado castigado por el tribunal islámico.
Si un hombre soltero y una mujer soltera son encontrados culpables de adulterio en un tribunal islámico, su castigo será como sigue:”Flagelad a la fornicadora y al fornicador con cien azotes cada uno. Por respeto a la ley de Alláh, no uséis de mansedumbre con ellos, si es que creéis en Alláh y en el último Día. Y que un grupo de creyentes sea testigo de su castigo".
Si un hombre o una mujer solteros cometen adulterio más de una vez, entonces serán castigados con cien azotes hasta tres veces. Si son encontrados culpables por una cuarta vez, entonces se les dará muerte. En una relación extra-matrimonial, su castigo es aún más severo, ya que las personas casadas no tienen excusa, sea la que sea, de cometer adulterio. La Sharia dice que las personas casadas culpables de adulterio deben ser lapidadas hasta la muerte. Por lo tanto, el sexo premarital está fuera de toda consideración como medio de satisfacer el deseo sexual.
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¿Qué hacer cuando no se puede hacer sexo?
Si un musulmán no puede casarse poco después de la pubertad, entonces él o ella tienen dos opciones: la abstinencia temporal o el matrimonio temporal.
Abstinencia temporal.
Si una persona decide, por cualquier razón, no casarse pronto después de que él o ella alcancen físicamente la madurez, entonces la única vía es adoptar la abstinencia temporal. Después de recomendar enérgicamente el matrimonio de la gente soltera, el Corán dice:
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“Que los que no puedan casarse observen la continencia hasta que Alá les enriquezca con su favor”. 
El matrimonio temporal
Si una persona no se casa poco después de la madurez y encuentra difícil controlar su deseo sexual, entonces la única vía de satisfacer el deseo sexual es el matrimonio temporal.
Siguiendo las leyes islámicas el matrimonio es de dos tipos: el permanente y el temporal. Según la corriente sunita dicen que el matrimonio temporal estuvo permitido en el Islam hasta los primeros días del califato de 'Umar ibn al Jattab
La diferencia principal entre los dos tipos de matrimonio es que, en el permanente, el Islam tiene definidos claramente los derechos y obligaciones entre los esposos. Por ejemplo, es el deber del marido proveer para las necesidades básicas de la vida de su mujer, y la esposa está obligada a no rechazar las relaciones sexuales sin ninguna razón religiosa o médica.
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En el matrimonio temporal, el Islam ha dado a los respectivos esposos el derecho de desarrollar sus propios derechos y planes esperados. El marido no está obligado al mantenimiento de la esposa a menos que haya sido estipulado así en el contrato de matrimonio. La esposa puede poner como condición en el contrato de matrimonio que no habrá relaciones sexuales. Tales condiciones son inválidas en un matrimonio permanente pero están permitidas en el matrimonio temporal.
No es necesario remarcar la naturaleza temporal del matrimonio. El mensaje del Islam es claro, el matrimonio debe permanente pero si no es posible, entonces adoptar la abstinencia temporal o entonces usar el matrimonio temporal.
La homosexualidad y lesbianismo
Las relaciones sexuales entre miembros del mismo sexo, homosexualidad y lesbianismo, es una vía de satisfacer los instintos sexuales.
Todas las religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islam comparten casi textualmente su oposición a tales conductas sexuales. Esto ha sido claramente condenado en la Biblia y en el Corán.
El Corán describe al pueblo de Lot como sigue:
“Y a Lot. Cuando dijo a su pueblo: ¿Cometéis una deshonestidad que ninguna criatura ha cometido antes? Ciertamente, por concupiscencia, os llegáis a los hombres en lugar de llegaros a las mujeres. ¡Si, sois un pueblo inmoderado!". Lo único que respondió su pueblo fue: "¡Expulsadles de la ciudad! ¡Son gente que se las da de puros" Y les salvamos, a él y a su familia, salvo a su mujer, que fue de los que se rezagaron. E hicimos llover sobre ellos una lluvia: ¡Y mira cómo terminaron los pecadores!”.
El Corán considera que la homosexualidad es una vergüenza, y Alá tuvo que destruir a toda una nación por su conducta sexual indecente.
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En el sistema legal islámico, la homosexualidad y el lesbianismo son ambos delitos punibles contra las leyes de Alá. En el caso de la homosexualidad, la parte activa será azotada cien veces si es soltera y matado si está casada; mientras que la parte pasiva será matada sin atender a su estado marital. En el caso del lesbianismo, las pecadoras serán azotadas cien veces si son solteras y lapidadas hasta la muerte si están casadas.
El Corán y el Hadiz son muy claros respecto al castigo que ha de imponer la comunidad si una persona es declarada culpable de homosexualidad. Es preciso para ser condenados que los individuos confiesen o deben ser acusados y vistos por cuatro testigos durante el acto homosexual. La probabilidad de que se produzcan estos requisitos es muy pequeña y la mayoría de las parejas que cometen actos ilícitos no son castigados por la comunidad.
Se considera que las consecuencias de su conducta en esta vida les hace responsables ante Alá en el día del Juicio. Éste es el que juzga finalmente, porque son conocidos por Alá.
La masturbación.
La masturbación significa en el mundo musulmán auto-estimulación de los órganos sexuales, hasta que se alcanza la emisión del semen o el orgasmo.
La masturbación en forma de auto-estimulación está prohibida. El Corán dice: “Bienaventurados los creyentes,…que custodian sus partes pudendas, salvo de sus esposas…, mientras quienes desean más allá de eso (en la satisfacción sexual), ésos son los que violan la ley”.
Cualquier satisfacción sexual fuera del matrimonio está considerada una transgresión de la ley de Alá. La masturbación es un pecado, por el cual una persona también puede ser castigada por el tribunal islámico. La naturaleza del castigo está bajo la discreción del juez.
Sirva como ejemplo que una vez una persona fue cogida masturbándose y fue llevada hasta el Imam Alí. Éste le castigó azotando sus manos hasta que se pusieron rojas.
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Los musulmanes aconsejan luchar contra la masturbación a través del fortalecimiento del poder de la voluntad. Siguiendo sus recomendaciones, esto sólo es posible únicamente si uno honesta y sinceramente desea deshacerse de este hábito. Solicitan ayuda a Alá, para que les ayude a vencer este hábito, dedicándose al estudio de las enseñanzas religiosas, y fomenta el espíritu de devoción.
Otra fórmula, que emplean, es permanecer mucho tiempo en compañía de otras personas. Si durante el día te apetece masturbarte, levántate de tu cama o silla y ve junto a otra gente y habla con ellos. Si sucede durante la noche, siéntate en la cama, escribe una carta o lee un libro. Haz algo para desviar tu mente a otras cosas.
EL ADULTERIO
Las relaciones sexuales en el Islam entre una mujer y un hombre con el que no esté casada es adulterio, y es considerado un crimen religioso. ​ El comportamiento moral dentro del mundo musulmán está catalogado un crimen contra Dios. Sin embargo, en el caso de la violación, el hombre adulto que realizó la violación será fuertemente castigado, pero la mujer que no consintió o que consintió de manera inválida será considerada inocente de adulterio y liberada de cualquier castigo.
Según el Corán, el adulterio puede ser castigado con hasta cien latigazos, aunque ello no es de naturaleza obligatoria y la decisión final siempre es decisión del juez asignado. Este castigo puede ser condonado si las partes se arrepienten y se comprometen a enmendar sus comportamientos. En el Corán no existen referencias a la lapidación. ​
Los castigos por fornicación y adulterio, a pesar de que ambos están considerados como pecados graves, han sido valorados como algo que la ley islámica ha estimado fuera del alcance de lo que la sociedad puede castigar.
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La confesión es una prueba válida, pero dicha confesión debe ser voluntaria, y basada en asesoramiento legal; la misma debe ser repetida en cuatro ocasiones separadas, y ser realizada por una persona sana. ​ De no ser verdad, la denuncia al acusador, se le sentenciará por difamación, que lleva una pena de latigazos o una sentencia de prisión, y su testimonio será excluido de todos los casos futuros que trate la corte de justicia musulmana.
No se considera adulterio a las relaciones sexuales que un hombre musulmán pueda tener con mujeres esclavas no musulmanas. El principio de crimen religioso solo se aplica al sexo ilegal entre hombres musulmanes y mujeres musulmanas libres.
Si un hombre confiesa el adulterio, no se requiere un testigo ocular. Sin embargo, dicha confesión, puede ser retirada y reinstaurada la necesidad de contar con cuatro testigos oculares masculinos musulmanes.
Actualmente, es común, que a una mujer musulmana que hace una acusación de violación no solo se le niega justicia, sino que sea procesada por fornicación o adulterio.
Las relaciones sexuales pueden tener lugar obviamente entre cualquier pareja, consintiendo o no. A causa de las implicaciones a que dan lugar las relaciones sexuales fuera de del matrimonio, Dios las ha prohibido a los musulmanes.
El proceso, que lleva de la atracción física a la intimidad, es parte de la naturaleza humana, se aconseja a los musulmanes un determinado comportamiento y evitar aquellas circunstancias que podrían propiciar el sexo prematrimonial o extraconyugal.
La modestia en el vestir y la conducta entre las mujeres y los hombres figuran en un lugar importante como medio de ejercitar el dominio de sí. De igual manera, se desaconseja a las personas solteras pasar mucho tiempo solos en lugares aislados donde podrían ser presa de sus deseos sexuales.
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Algunos de los resultados negativos del sexo fuera del matrimonio incluyen: riesgo de embarazos no deseados, contagio de enfermedades de transmisión sexual, ruptura de la familia y del matrimonio en los casos que se da el adulterio, y dificultades emocionales y psicológicas que son el resultado de la falta de compromiso inherente a la mayoría de las relaciones de este tipo. Como en otras religiones, el sexo prematrimonial es considerado ilícito.
Los musulmanes creen, que Dios no prohíbe o permite conductas caprichosamente, sino que lo hace en nuestro propio beneficio, alejándonos de conductas y situaciones potencialmente destructivas y acercándonos a aquellas otras conductas y situaciones que nos permitan desarrollar nuestro potencial humano. Por una razón similar, los musulmanes evitan el consumo de alcohol debido a su fe en la sabiduría de Dios, Quien nos dice que los efectos negativos pesan más que los positivos para el individuo y la comunidad en general.
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Anticonceptivos
Aunque se anima a los musulmanes a tener hijos, los métodos anticonceptivos no están prohibidos. El método usado durante el tiempo del Profeta era el coitus interruptus, método sobre el que existen varios hadices.
La respuesta del Mahoma, cuando era preguntado sobre la legalidad de semejante práctica, era, que los individuos pueden hacer lo que quieran, pero que si Dios quiere que un niño nazca, él o ella nacerán. Algunos pensaban, que esto significaba, que prevenir el embarazo no era recomendable, aunque esta práctica no esté específicamente prohibida. Otros hadices estipulan que la práctica de la anticoncepción no se podría realizar sin el consentimiento de la esposa, pues podría afectar a su satisfacción sexual o a su deseo de tener hijos.
Por analogía, los métodos anticonceptivos que existen hoy son legales para los musulmanes, pudiendo estos usarlos a su discreción, en consecuencia cualquier método que no implique la interrupción del embarazo es lícito.
El Imam al-Ghazzali enumera varias razones legítimas para la planificación familiar, incluyendo entre ellas las siguientes: la dificultad financiera, la preocupación emocional o psicológica de tener muchos hijos e incluso el mantenimiento de la belleza y la salud de la propia mujer.
Aunque las relaciones sexuales deben confinarse al matrimonio, la anticoncepción puede considerarse como un medio de compensar las dificultades inherentes a las relaciones extraconyugales.
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El aborto
El Islam, al igual que la cultura árabe pre-islámica anterior, es favorable a la vida, y promueve el nacimiento de tantos niños como una pareja musulmana sea capaz de concebir. Sin embargo, bajo determinadas circunstancias, la doctrina islámica permite limitar o por lo menos controlar la reproducción, sin ser penalizados por dicho acto. Se recomienda limitar el número de hijos cuando una familia carece de los recursos necesarios para poder mantenerlos.
La opinión generalizada entre los musulmanes a veces puede ser condescendiente con el aborto cuando un embarazo es no deseado, en especial, si su salud se encuentra amenazada o si ella ya ha dado a luz en numerosas oportunidades. Junto a esto el Imán Al-Ghazzali (1058–1111), le agregó la cláusula, “si la mujer tiene miedo por su belleza”.
Sin embargo, estas actitudes permisivas son contrarias a las enseñanzas de los teólogos islámicos modernos. El aborto no se encuentra penado, siempre que el embrión tenga menos de 120 días desde su gestación, que es el tiempo en el cual según las enseñanzas musulmanas el embarazo ha progresado demasiado como para que se pueda permitir un aborto.
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El aborto tiene sentido en su relación con los embarazos que ocurren en el matrimonio, y no como solución a los problemas que pueda generar la concepción en las relaciones pre o extramatrimoniales.
Desde los primeros tiempos, los juristas musulmanes consideraron legal la práctica del aborto cuando concurrían una serie de razones para ello, y siempre dentro del período comprendido entre los 40 y los 120 días después de la concepción. Se basaban para ello en la interpretación del Corán y en el Hadiz.
La mayoría de los musulmanes de hoy creen que el aborto sólo se ha de permitir si la vida de la madre corre peligro a consecuencia del embarazo. Algunos también consideran que la presencia de ciertas anomalías congénitas hacen legal la práctica del aborto. Asimismo, algunos estudiosos consideran recomendable el aborto en embarazos que son el resultado de violación o incesto.
Mutilación de los genitales femeninos
La práctica de la circuncisión femenina existía previamente a la introducción del Islam en Arabia y en otros lugares de África. Esta práctica modifica severamente la sexualidad de la mujer causándole la imposibilidad de lograr una satisfacción sexual completa, que es un derecho de todo musulmán.
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Por ello, esta práctica es totalmente contraria al Islam, porque entra en contradicción directa con el Corán y el Hadiz, donde claramente se enfatiza la importancia de la satisfacción sexual para el marido y la esposa.
Debemos destacar el trabajo de Ibn al-Hajj, quien afirma que “estas prácticas eran desconocidas en los países del Maghreb”. La mutilación genital femenina “no es un hábito instintivo, según los Malkis; por lo tanto, fue abandonada en las regiones norte y occidental del país”.
Como vemos, las diferencias entre las tres grandes religiones monoteístas del mundo son mínimas entre sí.

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