DAVID BOLLERO
El despropósito de Díaz Ayuso es colosal. Imaginen que la Comunidad Autónoma más castigada por el COVID-19 sea la última en presentar la documentación a Sanidad para solicitar su paso a la Fase 1 de la desescalada; que dicha documentación sea vaga, carente de la información que se precisa y sin autoría. Eso podría resumir perfectamente la gestión de la presidenta que, cuando montó el guateque de desmantelamiento del mayor hospital de España, el de campaña levantado en IFEMA, dijo que le daba pena.
Si a este resumen, además, le añadimos la dimisión de Fuentes y las declaraciones posteriores de Díaz Ayuso asegurando que hace tiempo que no habla con la que hasta ese punto era la máxima responsable de la Sanidad Pública de Madrid, ¿qué tenemos? Pues todos los ingredientes para que el ministerio de Sanidad rechace la solicitud de Madrid, con la más que previsible reacción de Díaz Ayuso y su segundo de abordo, Ignacio Aguado, hablando de ataque al pueblo de Madrid por parte del Gobierno de España por una cuestión de colores políticos.
El problema de esa posible acusación es que las cifras no la avalan, de ahí la dimisión de Yolanda Fuentes, que por una cuestión de profesionalidad y honestidad no ha podido firmar un informe infame que pone en peligro a toda la ciudadanía madrileña. No es el ministerio quien ataca al pueblo de Madrid, sino la misma Díaz Ayuso. Bajo su gestión, las residencias de mayores dependientes de su gobierno han sido una auténtica carnicería, superando ya las 60 investigaciones por parte de la Fiscalía, muy por delante de Catalunya.
No se trata de una cuestión de color político y la prueba de ello es posible encontrarla en el alcalde, el tambien popular José Luis Martínez-Almedia, cuya valoración política ha ganado muchos enteros por el modo que ha gestionado la crisis del coronavirus y la lealtad institucional, no exenta de crítica constructiva, que ha mantenido con el Gobierno central. Se trata de una cuestión de salud pública y, hoy por hoy, sin ningún atisbo de duda, es posible afirmar que Díaz Ayuso y el equipo servil que la rodea, son un peligro para ella. Y aviso a navegantes: si el ministerio de Sanidad concede el pase a la Fase 1, asume con ello toda la responsabilidad de lo que suceda y, en ese punto, Pedro Sánchez ya no podrá entonar el recurrido "a toro pasado todos somos Manolete".
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