martes, 21 de abril de 2020

Ingreso Mínimo Vital para hipócritas


DAVID BOLLERO

El establecimiento de una renta básica, lo que estos días se ha tenido a bien bautizar como 'ingreso mínimo vital' (IMV) era una medida que contemplaba el actual gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos cuando suscribieron su acuerdo. Ahora, realizando un esfuerzo titánico por encontrarse en pleno desbordamiento de la Administración como consecuencia del coronavirus, el Ejecutivo ha apostado por ponerlo en marcha ya. PP, Vox y la Iglesia Católica se posicionan en contra. ¿Harían lo mismo si ello implicara que automáticamente sus votantes y sus fieles se quedaran sin ese IMV?
Vox lo llama 'paguita', sugiriendo que se trata de un dinero para vagos (les falta lo de maleantes), el PP habla de medida "sectaria" y "peronista" y los obispos creen que el IMV generará a una panda de holgazanes, asignándoles bienes sin dar palo al agua, y de eso saben ellos... Pues bien, imaginen que existieran listados completos de votantes de PP y Vox, registros de fieles católic@s, no sólo de es@s de misa dominical, sino de esa mayoría que ni practica pero a su Iglesia que no la toquen... Y que cogiéramos esos listados y automáticamente a quienes estén en ellos se les negara el IMV. Sin duda que el Estado se ahorraría nos cuantos millones de euros. ¿Creen que obispos y representantes de la derecha hablarían con tanta ligereza de esta medida para combatir la pobreza que en España, según Eurostat, se acerca al 27% de la población?
Obviamente, esa medida sería una auténtica barbaridad y profundamente antidemocrática. Con ello juega la derecha y las sotanas, pero no es de lo único de lo ue se aprovechan: también de la hipocresía de todas aquellas personas que, efectivamente, les votan o les rezan, critican el IMV pero no dudarán en cobrarlo. Esa hipocresía repugna, le revuelve las entrañas a cualquiera que tenga un mínimo de decencia, pero está tan extendida que intoxica la democracia misma. Idéntica situación hemos vivivo en el pasado con la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), con un buen puñado de detractores y detractoras que, sin embargo, dieron la bienvenida al aumento de su sueldo.
Recientemente escribía, apoyándome para ello en un artículo de The Lancet y estadísticas oficiales, cómo la pobreza y la desigualdad son un vector más de contagio en esta pandemia. Combatir esa pobreza, es combatir el coronavirus y viceversa; pero esta causa trasciende a la epidemia y debería estar en la agenda de cualquier gobierno, como de hecho en la de nuestro Ejecutivo está. Que en un país rico como el nuestro más de una cuarta parte de la población viva en la pobreza es intolerable. Tener el poder de atajarla y no hacerlo, como parece hacer el tándem derecha-sotanas, también, como inadmisible es arremeter contra el IMV y depués, correr a cobrarlo. En honor a la decencia, a la honestidad, una de las dos acciones ha de eliminarse de la ecuación. Escojan ustedes cuál.

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