martes, 28 de abril de 2020

El silencioso y vital trabajo de los técnicos de laboratorio en la lucha contra el Covid-19

En los hospitales de Granada han reforzado los servicios donde se manejan contagios de coronavirus y otro tipo de afecciones respiratorias

"Somos quienes estamos haciendo todas las técnicas con una mayor carga de trabajo, exposición y con nuestros miedos" resume una trabajadora

Una técnica de laboratorio en Microbiología del Virgen de las Nieves G. H.

ENRIQUE ABUÍN

Lo que no se ve es más difícil de valorar, en algunos casos imposible porque ni siquiera se conoce. Es por ello que en una crisis en la que se ha llegado a cierto consenso social sobre que cualquiera puede ser un héroe –como en la canción de Bowie– si hace lo que está en su mano como por ejemplo quedarse en casa, también toca valorar a un conjunto de héroes de los llamados invisibles pese a que están en contacto directo con el virus, algunas veces frente a frente y tienen que manipularlo antes del positivo. Son técnicos y técnicas de laboratorio, un personal sanitario al otro lado de los cristales que estos días suma una dosis de riesgo a su trabajo habitual en las cabinas, aunque lo hacen con su mejor cara y conscientes de que son un eslabón más de la cadena. Muy importante, de hecho.
"Somos precisamente nosotros quienes estamos haciendo todas las técnicas con una mayor carga de trabajo, exposición a contagiarnos y con nuestros miedos", resume María Ángeles Rivera, técnica de laboratorio en la Departamento de Microbiología del Virgen de las Nieves de Granada quien, además de a sus compañeros directos, reivindica al conjunto del equipo (personal de limpieza, auxiliares, enfermeras, facultativos, médicos y demás trabajadores del sector) que, en contacto o no con el paciente, sacan lo mejor de sí ahora y siempre.
Respecto a su labor, reconoce que precisamente es esta temporada cuando más carga de trabajo tienen todos los años los laboratorios por la campaña de la gripe que, aunque va de octubre a mayo, es especialmente intensa de enero a abril. "En esta época cada año tenemos más trabajo porque nos llegan más muestras por gripe, neumonía, las bronquiolitis de recién nacidos y niños", explica esta trabajadora a la que, como al resto, el Covid-19 le ha cambiado su rutina laboral y personal.
Ella y su equipo no están en el área donde se examinan las muestras de coronavirus, pero claro llegan muchas con sospechas o de positivos para analizar otras posibles afecciones respiratorias. Esto hace que los protocolos cambien constantemente, casi a diario, en pos de minimizar el riesgo de contagios.
Tanto en el laboratorio en el que trabaja como en el de virus han reforzado personal e, incluso, en el que se examinan los Covid se ha modificado al completo para que haya actividad permanente. Algo que se agradece pero como explica esta técnica es un reflejo de que en general falta personal. "Todo lo que estamos escuchando de la sanidad es verdad, hay mucha falta de gente porque ha habido jubilaciones o traslados que no se han cubierto. Faltan médicos y enfermeros y también técnicos en los laboratorios", opina sobre un sistema que venía renqueando a nivel nacional desde hace unos años.
Preguntada sobre si es la situación más límite que ha conocido en sus cerca de dos décadas en este oficio, responde rotundamente que sí, que de lejos es la más extrema que han vivido todos aunque rememora otros momentos en los que también se generó tensión. "Estuvo la época del ébola hace unos años y cuando ocurrió lo de la gripe porcina fue muy alarmante porque era nueva aunque afortunadamente no hubo muchos contagios ni muertes, pero también se crearon muchas medidas porque no se sabía cómo iba a reaccionar la población", detalla.
En cualquier caso, dice que el respeto del personal a las medidas de seguridad es máximo y que tras las primeras semanas un tanto estresantes ahora lo llevan con algo más de calma. También ve positivo el apoyo entre los compañeros que, pese a todo, hacen lo que puede por ayudarse. Porque están en la sombra de las cabinas entre muestras, pero son tan necesarios como los que más. Silenciosos pero vitales para luchar contra el virus.

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