La conciliación está volviéndose tan complicada que muchos sanitarios están optando por dejar a sus hijos con sus abuelos, aunque eso suponga dejar de verlos durante una larga temporada.
ALEJANDRA DE LA FUENTE
Cada vez son más las sanitarias que denuncian en sus redes sociales la imposibilidad de conciliar su vida profesional y su vida personal en tiempos de coronavirus.
Madres solas, parejas en las que ambos son sanitarios o parejas en las que ambos trabajan con niños a su cargo se encuentran en una situación realmente complicada. Por un lado, denuncian las dificultades que se están encontrando para encontrar a alguien que cuide de sus hijos, debido al miedo que supone entrar en una casa en la que, al menos, uno de sus miembros trabaja en un hospital y por otro lado la nula respuesta que están recibiendo por parte de la Administración.
La conciliación está volviéndose tan complicada que muchos sanitarios están optando por dejar a sus hijos con sus abuelos, aunque eso suponga dejar de verlos durante una larga temporada.
Anna. Médico. La Rioja.
Anna es pediatra en un centro de salud de La Rioja. Su lugar de trabajo está a una hora de su domicilio y antes de la emergencia por coronavirus tenía una cuidadora para sus tres hijos de seis, cuatro y cuatro años (gemelas).
"Mi marido tiene una empresa y por eso necesitábamos a alguien que llevase a nuestros hijos al colegio. Cuando el Gobierno anunció que se paraban las clases y cerraban los colegios, tuvimos que contratar dos cuidadoras, la primera venía de 7 de la mañana a 11 y la segunda de 11 a 16", cuenta.
"Así más o menos nos íbamos apañando aunque ambas cuidadoras ya me habían manifestado su miedo a que les pudiese pegar el virus por ser sanitaria. El verdadero problema llegó cuando me puse enferma y tuve que aislarme en casa a la espera de los resultados del Covid-19. Ambas cuidadoras nos dejaron porque tenían mucho miedo, cosa que entiendo perfectamente", continua.
Cuando las cuidadoras de sus hijos se marcharon, y tras saber que era negativa en Covid- 19, Anna intentó ver si le concedían algún tipo de ayuda o cambio de horario, pero no consiguió nada.
"Lo único que me ofrecieron fue teletrabajar durante la semana que estaba aislada de baja en casa, pero nada más. Así que mi marido tiene que levantarse a las 3 de la madrugada para trabajar y venir a las 7 de la mañana que es la hora a la que yo me voy. Se queda con los peques hasta las 16 que es cuando vuelvo y se va de nuevo a trabajar", explica.
"No podemos hacer otra cosa. Mi madre es mayor y tiene patologías. No podemos dejarlos con ella", finaliza.
Lucía y Marcos. Sanitarios. Andalucía.
Lucía y Marcos son padres de dos niños pequeños. Ambos sanitarios y sin posibilidad de conciliación. "La verdad que está siendo bastante complicado. Tuvimos que pensarlo mucho antes de tomar una decisión. Nos daba miedo dejarlos con los abuelos y recogerlos después del turno porque nosotros podíamos pegárselo a los peques y los peques a mis padres", explica Lucía.
"Después de mucho pensar y, por qué no decirlo, llorar bastante, decidimos dejarlos con los abuelos pero no recogerlos. Es decir, dejarlos con los abuelos hasta que esta pesadilla pase", cuenta.
"Por suerte mis padres viven en la misma ciudad, pero tengo amigas que han tenido que mandar a sus hijos fuera, y cuando te digo fuera es a otra provincia", añade.
Maite. Galicia. Enfermera.
Maite también tenía una cuidadora que estaba con sus hijos a diario. "Cuando empezaron los casos del coronavirus en España, la cuidadora de mis hijos empezó a preocuparse. Aguantamos unos días, pero cuando salió el primer caso se marchó hasta que acabase la crisis. Ahora mis hijos están en casa de su padre (estamos separados) porque yo no puedo dejarlos solos y mucho menos dejarlos con mis padres que son dos personas mayores", cuenta.
"Es muy duro dejar a tus pequeños. Llegas a casa cansada, triste por lo que está ocurriendo y no puedes estar con tus hijos" , lamenta.
Mila. Enfermera. Murcia.
Mila es enfermera y trabaja en un hospital de Murcia con enfermos oncológicos. Es madre de dos niñas de 12 y 5 años y está separada. Sus padres y su exmarido viven lejos, lo que le imposibilita dejar a sus dos hijas con ningún familiar.
"Intenté dejar a mis hijas con dos niñeras, pero ambas me dijeron que no vendrían antes de ni siquiera conocernos. Hay mucho miedo está claro. Después de dejar a mis hijas solas un día hablé con la mujer que viene a limpiar a casa una vez a la semana y le pedí que se quedase con mis hijas", cuenta Mila.
"Ya llevamos dos días con ella, pero no sé cuánto podrá durar porque es posible que también le dé miedo y acabe dejándonos", explica.
"Las dos únicas opciones que te plantean es permiso sin sueldo o una reducción de jornada, pero las facturas vienen como cualquier otro mes. Deberían darnos ayudas y que pudiésemos desarrollar nuestro trabajo de forma normal", finaliza.
Merche. Enfermera. Catalunya.
Merche es enfermera en un hospital de Catalunya y su marido es médico en otro hospital cercano. Ambos tienen un niño de cuatro años y tuvieron que tomar una dura decisión tras no conseguir a nadie que se quedase con su hijo.
Cuando se enteraron de que los colegios cerraban se pusieron rápidamente a buscar a una persona que cuidase al pequeño. Tras tres negativas tuvieron que dejarle con los abuelos sabiendo que no le verían hasta que no acabase la emergencia por el coronavirus.
"Llevamos sin ver a nuestro hijo desde el pasado lunes, pero ahora, viéndolo con perspectiva entiendo que era lo mejor", cuenta.
"Si hubiésemos conseguido una niñera y se hubiese puesto mala, no hubiésemos podido dejar a nuestro hijo con los abuelos porque ahí sí que les estaríamos poniendo en riesgo. La decisión se tenía que tomar de forma de rápida y así se tomó", explica.
Como estas son muchas las familias de sanitarios que se enfrentan a la concilación de su vida personal y profesional, que si ya de por sí es complicada en situaciones normales, en esta situación es realmente difícil.
Ningún comentario:
Publicar un comentario