sábado, 6 de outubro de 2018

QUE ERA LA HISTERIA FEMENINA ?

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MASTURBADORES MECANICOS DISEÑADOS PARA HACER MAS FACIL AL MEDICO Y A LA PACIENTE EL "PAROXISMO HISTERICO" (ORGASMO), ASI COMO ILUSTRACIONES DE LA EPOCA EN EL QUE SE PUBLICABA LA "TECNICA PAROXISTICA" POR PARTE DE MEDICOS Y COMADRONAS:

Histeria femenina:

La histeria femenina, era una enfermedad diagnosticada en la medicina occidental hasta mediados del siglo XIX, pero que no fuè descatalogada como tal hasta 1.952.

Afectaba a más del 70% de las mujeres.

Siguiendo un tratado médico de la época, los síntomas eran:

"Los trastornos motores son convulsiones o parálisis. Tradicionalmente, la crisis empieza por un aura, conformada por dolores abdominales, palpitaciones, sensación de atragantamiento y alteraciones visuales (ceguera parcial o completa). A continuación, se experimenta una aparente pérdida del conocimiento y en una caída controlada. Luego sobreviene la fase epileptoide, compuesta de paro respiratorio, tetanización, convulsiones y, finalmente, una resolución en forma de fatiga general y respiración ruidosa. Como fase final, se producen contorsiones (movimientos desordenados y gritos) y un periodo de trance, con remedo de escenas eróticas o violentas. El final de la crisis implica el retorno de la consciencia, acompañado de contracciones leves y expresión de palabras o frases inconexas relativas a temas pasionales”.

En la era victoriana fue el diagnóstico habitual de un amplio abanico de síntomas, que incluíandesfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, fuertes dolores de cabeza, pérdida de apetito y «tendencia a causar problemas».

Las pacientes diagnosticadas con histeria femenina debían recibir un tratamiento conocido como«masaje pélvico», estimulación manual de los genitales de la mujer por el doctor hasta llegar al orgasmo que, en el contexto de la época, se denominaba «paroxismo histérico», al considerar eldeseo sexual reprimido de las mujeres una enfermedad.

El diagnóstico y el tratamiento de la ‘histeria femenina’ era de rutina en el oeste de Europa y América durante la década de 1900.

Una trastorno que se relacionó ampliamente con la insatisfacción sexual, donde la única cura posible conocida, eran las sesiones de masaje pélvico.

Durante estas sesiones, un médico de forma manual estimulaba los genitales de la mujer, hasta que la paciente experimentaba repetidos orgasmos.
Se impregnaba un dedo en aceite de flores, generalmente lirios o nardos, y masajeaba con vigor la zona genital de la mujer hasta que esta llegara al clímax, y aliviando de esa manera su “histeria”.

Y así llegamos al siglo XIX, donde esta supuesta enfermedad que los griegos habían descrito el “útero ardiente”, se convierte en una especie de plaga entre las mujeres de la época.

Cualquier comportamiento extraño – ansiedad, irritabilidad, fantasías sexuales – es considerado como un claro síntoma y la paciente es enviada inmediatamente a recibir un masaje relajante.

Y es que a pesar del paso de los siglos, aún no se consideraba a las mujeres seres sexuales y se creía que los desordenes psiquiátricos femeninos provenían del útero.

Los médicos seguían combatiendo la histeria femenina acariciando manualmente el clítoris y la vulva de las pacientes hasta que pudieran alcanzar lo que en aquella época era conocido como “paroxismo histérico”, que en realidad era un orgasmo.

Como en aquella época era mal visto que una mujer acudiera sola a la consulta, era frecuente que maridos o madres esperasen sentadas junto a la paciente mientras el medico tranquilamente las masturbaba.

La necesidad de aumentar la eficacia en cuanto a la rapidez de que la mujer alcanzara el orgasmo, motivó la invencion de diversos dispositivos de estimulacion, que actualmente se exhiben en diversos museos. (ver imagenes al principio del texto).

Otra forma habitual de tratarla era el lavaje vaginal, sobre todo en hospitales psiquiatricos como el Hospital de Sancpetriere de Paris por el Dr. Charcot.

Gracias a esta enfermedad, Sigmund Freud empezó a entender que había algo más que la CONCIENCIA, es decir, comenzó a descubrir la existencia del INCONSCIENTE.

Freud terminó por afirmar que lo que se conocía como histeria femenina era provocado por un hecho traumático que había sido reprimido en el inconsciente, pero seguía aflorando en forma de ataques que carecían de explicación.

FUE EL PRINCIPIO DE LO QUE HOY CONOCEMOS COMO "PSICOANALISIS".

Índice:

1 Historia temprana
2 Época victoriana
2.1 Teorías sobre la histeria victoriana
3 Desaparición de la histeria como diagnóstico médico
4 Bibliografía

Historia temprana

La historia de la histeria se remonta a la antigüedad.

Fue descrita tanto por el filósofo Platón como por el médico Hipócrates y se encuentra recogida antes en papiros egipcios.

Un mito de la antigua Grecia relata que el útero deambula por el cuerpo de la mujer, causando enfermedades a la víctima cuando llega al pecho.

Esta teoría da cuenta al origen del nombre, pues la raíz proviene de la palabra griega para úterohystera.

De ahí el nombre de HISTERECTOMIA, a la extirpacion quirurgica del útero a la mujer en la actualidad.

Galeno, importante médico del siglo II, escribió que la histeria era una enfermedad causada por la privación sexual en mujeres particularmente pasionales.

De elló particularmente apoyada por religiones, (especialmente la Católica), que el ORGASMO EN LA MUJER FUERA CONSIDERADO COMO ALGO DE NATURALEZA VICIOSA, PECAMINOSA, ENFERMIZA y mas propia de prostitutas y mujeres inmorales.

La histeria se diagnosticó frecuentemente en vírgenes, monjas, viudas y, en ocasiones, mujeres casadas.

La prescripción en la medicina medieval y renacentista era el coito si estaba casada, el matrimonio si estaba soltera y el masaje de una comadrona como último recurso.

Época victoriana

Un médico de 1859 aseguró que UNA DE CUATRO MUJERES estaba aquejada de histeria.

Rachael P. Maines, autor de "The Technology of Orgasm: Hysteria, the Vibrator, and Women's Sexual Satisfaction", ha observado que estos casos eran muy ventajosos para los médicos, dado que no había ningún riesgo de que la paciente muriese pero necesitaba tratamiento constante.

El único problema era que los médicos no disfrutaban con la tediosa tarea del masaje.

La técnica era difícil de dominar para un médico y podía tomar horas llegar al «paroxismo histérico». (llamado así entonces al orgasmo femenino).

Derivarlas a las comadronas, una práctica por otra parte habitual, era una pérdida de oportunidades de negocio para el médico.

Una solución fue la invención de los aparatos para proporcionar masajes, lo que eliminaba la necesidad de recurrir a una comadrona.

A finales del siglo XVIII en Bath se vendían dispositivos de hidroterapia y a mediados del siglo XIX eran un accesorio popular en los complejos de balnearios de lujo de Europa y los Estados Unidos.
Un anuncio de 1918 de Sears, Roebuck and Co. con muchos modelos de vibradores.

Desde 1870 los médicos dispusieron del primer vibrador mecánico y en 1873 se empleó el primer vibrador electromecánico en un asilo de Francia.

Aunque los médicos de la época reconocían que el desorden provenía de la insatisfacción sexual, parecían reticentes a admitir el propósito sexual de los dispositivos empleados para tratarlo, y la manifiesta falta de interes por parte del varon en llevar a la mujer a la total satisfaccion sexual durante la relacion.

De hecho, la introducción del espéculo fue mucho más controvertida que la del vibrador, seguramente debido a su naturaleza más fálica.

A finales del siglo XIX la difusión de la electricidad en el hogar facilitó la llegada del vibrador al mercado de consumo.
El atractivo de un tratamiento más barato en la intimidad del propio hogar hizo que el vibrador alcanzase una cierta popularidad.

De hecho, el vibrador eléctrico llegó al mercado mucho antes que otros dispositivos «esenciales»: nueve años antes que el aspirador y diez años antes que la plancha eléctrica.

Una página del cátalogo de la compañía internacional "Sears, Roebuck and Company" de electrodomésticos de 1918 incluye un anuncio para un vibrador portátil con accesorios, descrito como «muy útil y satisfactorio para el uso casero».

Teorías sobre la histeria victoriana:

Se ha dicho que uno de los temas mayores del siglo XIX fue el conflicto entre el sexo como reproducción y como satisfacción.

Se solía admitir, incluso ahora aun en muchas zonas rurales, que cuando la mujer alcanza un orgasmo en la relacion intima, puede quedar embarazada, y que tan solo el varon tiene el derecho y la necesidad del mismo.
A medida que disminuían esta creencias, la función reproductora del sexo perdió algo de su preponderancia.

Los escritos médicos y maritales de la época elogiaban a la mujer desapasionada y la apuntaban como modelo.

La mujer «ideal» solo tendría sexo para reproducirse pues no le reportaría ningún otro beneficio.

Esta cultura anti-placer-necesidad fisiologica, fué muy alimentada durante gran parte del siglo XX por parte de sacerdotes y ordenes religiosas, que unian placer sexual a lo demoníaco, y UNICAMENTE RESERVADO AL VARON, como medio previo a la concepcion, que debería ser el motivo esencial del acto.

Este «ideal» influyó en la estructura social de muchas formas, proporcionando una base para los argumentos contra los anticonceptivos.

Sin embargo, al mismo tiempo resultó en la insatisfacción sexual de muchas mujeres, lo que impulsó la demanda creciente de tratamientos contra la histeria.

A lo largo de los primeros años del siglo XX el número de diagnósticos de histeria femenina decayó.
PUES SE CULTURIZO LA MASTURBACION EN LA MUJER, Y ENTRE ELLAS SE HABLABA ABIERTAMENTE SOBRE ESTO.

Hay muchas razones que explican este declive; muchos escritores del ámbito médico aseguran que se debe a que el pueblo empezó a entender mejor la psicología de los trastornos de conversión.

También se ha argumentado que todo lo que cambió fue la consideración de los médicos.

Con tantos síntomas posibles la histeria era un diagnóstico donde caía cualquier estado que no se podía identificar fácilmente.

La historia está a favor de la teoría que afirma que fueron Sigmund Freud y Jean-Martin Charcot los que propiciaron que desapareciera la histeria como enfermedad al profundizar en el estudio de la mente.

A medida que las técnicas de diagnóstico mejoraron, el número de casos decreció hasta que no quedó ninguno.

En 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría declaró oficialmente que la histeria femenina no era una enfermedad legítima, sino un mito anticuado, y el "orgasmo femenino" una necesidad fisiologica tal y como lo es comer o dormir; cuya inatencion podía provocar trastornos y disfunciones de muchas indoles.


 En Oriente y en concreto en India la Medicina Ayurvedica reconocía el"bloqueo sexual femenino" como una consecuencia de la falta de orgasmos satisfactorios originados por conflictos maritales, o prolongados periodos de abstencion sexual, que afectan especialmente la comunicacion entre los Chacra Muladhara, Swadhistana y Manipura, así como por somatizaciones emocionales intensas en relaciones toxicas de pareja. (Infidelidad principalmente).

El masaje pránico, y algunas tecnicas holísticas desbloquean estos desordenes.

En la Medicina Tradicional China igualmente, se habilitaron tecnicas de agujas para producirlo, al reconocer el "bloqueo sexual", no como una enfermedad unicamente fisica, sino ENERGETICA
(En la pelicula "Emmanuel" puede verse como a Silvie Cristel, un medico le provoca un orgasmo con agujas en la oreja y en los labios.)

Bibliografía:

Katrien Libbrecht (1995). Hysterical psychosis:a historical survey. London: Transaction Publishers. ISBN 1-56000-181-X.
Mark S. Micale (1995). Approaching hysteria: disease and its interpretations. Princeton University Press. ISBN 0-691-03717-5.
Niel Micklem (1996). The Nature of Hysteria. Routledge. ISBN 0-415-12186-8.

Notas:

Rachel P. Maines (1999). The Technology of Orgasm: "Hysteria," the Vibrator, and Women's Sexual Satisfaction. Baltimore: The Johns Hopkins University Press. ISBN 0-8018-6646-4.
Laura Briggs (2000). «The Race of Hysteria: "Overcivilization" and the "Savage" Woman in Late Nineteenth-Century Obsterics and Gynecology». American Quarterly 52: 246-73.
Regina M. Morantz and Sue Zschoche (1980). «Professionalism, Feminism, and Gender Roles: A Comparative Study of Nineteenth-Century Medical Therapeutics». The Journal of American History 67 (3): 568-88.
Estelle B. Freedman (1982). «Sexuality in Nineteenth-Century America: Behavior, Ideology, and Politics». Reviews in American History 10: 196-215.
Mark S. Micale (1993). «On the "Disappearance" of Hysteria: A Study in the Clinical Deconstruction of a Diagnosis». Isis 84: 496-526.

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