Odalys Padrón
http://www.publico.es/
La crisis económica ha evidenciado la enorme desigualdad en la distribución de la renta y los Papeles de Panamá han revelado que el 1% más rico utiliza empresas fantasmas y paraísos fiscales en el extranjero para evitar el pago de miles de millones en impuestos.
Si algo caracteriza a la sociedad actual es un desequilibrio económico en aumento, miseria laboral, precariedad y empobrecimiento gradual de las clases más desfavorecidas. Pero sobre todo, lo más característico, la pérdida de conciencia de clase muy bien orquestada por las élites que han conseguido menoscabar la conciencia y la unión de los trabajadores.
Las élites económicas y sociales han tenido la habilidad de engañar a las clases trabajadoras haciéndoles creer, seguramente con la aquiescencia de los grandes medios de comunicación, que pagan menos impuestos, utilizando el hecho de que muchos trabajadores se han convertido en propietarios de su vivienda.
Los impuestos que se aplican sobre la obtención de rentas o el patrimonio son los directos ya que se aplican directamente sobre el contribuyente. Son principalmente, el IRPF, el impuesto sobre la renta, el impuesto de patrimonio y el impuesto de sociedades o el de sucesiones y donaciones. Impuestos que se aplican sobre la capacidad económica de las personas, ese es el motivo de que al bajarlo provocan la ilusión de pagar menos impuestos. Pero el ingreso tributario lo mantienen, lo que significa que para compensar suben los impuestos indirectos como el IVA. Los indirectos son los asociados al consumo, o sea, lo que paga una persona por consumir algo o por utilizarlo. Es el impuesto que se traslada a los consumidores a través de los precios.
Una jugada maestra, bajan los impuestos directos que afectan principalmente a los sectores productivos como empresas, altos ejecutivos y en general las personas poseedoras de alguna riqueza y suben los impuestos indirectos que afectan principalmente a la gente común, a quién poco o nada tiene. A los trabajadores parece que esto les satisface o lo ignoran porque habiendo sido el Partido Popular, comandado por Mariano Rajoy, el que ha subido escandalosamente el IVA figura de manera muy satisfactoria en la intención de voto si se celebran nuevas elecciones.
Con la subida del IVA hemos, entre otros, perdido poder adquisitivo. El efecto ha sido el mismo que una bajada salarial para los trabajadores o un recorte a los pensionistas y a los que perciben prestaciones por desempleo. Seguramente muchas pérdidas de empleo han sido el resultado de la bajada de ventas y la reducción en la contratación de servicios. Pese a ello los españoles parecen premiar al que reconocía, ante la subida del IVA del expresidente Zapatero, que subirlo era un “sablazo del mal gobernante a los ciudadanos para que paguen la crisis” calificando la subida de “insolidaria, injusta, contraproducente e ineficaz” para una vez llegar al poder pegar una subida de la que el bolsillo del consumidor no se ha recuperado. Aún tiembla el bolsillo pero sus dueños parecen haberlo olvidado.
Es necesaria una reforma fiscal profunda. Mucha gente con sueldos millonarios apenas tributan por el IRPF. La mitad de las compañías del IBEX35 no pagan ni un duro por el impuesto de sociedades a pesar de aumentar un 37,8% sus beneficios en 2014, más de 31 millones de euros. En Francia ya hace años que fijaron un impuesto adicional del 3% para las rentas que superaban los 500.000 euros. En Dinamarca, Holanda o Suecia las rentas altas llegan a pagar el 60% de sus ingresos. En España las rentas altas el 42%. Según técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda el 86% de las fortunas que superan los diez millones de euros elude sus obligaciones fiscales.
Según los economistas si se hubiera incrementado la presión fiscal una media del 5% al 10% a los más ricos hubiese sido suficiente para cubrir los recortes de educación y sanidad juntas. Según Oxfam Intermón en España, en 2015, veinte personas alcanzaron un patrimonio de 115.100 millones de euros lo que equivale a la riqueza que concentra el 30% más pobre del país, o sea, 13,98 millones de personas. Además el patrimonio de estas grandes fortunas españolas se incrementó un 15% en el último año mientras que la riqueza del 99% de la población española cayó un 15% en el mismo periodo. Según datos de Eurostat España es uno de los países que más ha aumentado la desigualdad desde el inicio de la crisis, casi 10 veces más que el promedio europeo.
En términos de volumen de producción esas élites económicas ocupan el 40% del PIB español. Tan sólo con que paguen un 3% o un 4% más hubiéramos evitado muchos recortes, muchas pérdidas de trabajo… en definitiva muchas desigualdades. Llama la atención que nuestros dirigentes prefieran no aumentar la presión fiscal al 10% más rico que perjudicar al 90% restante.
Según los datos hay un 10% que se permite lujos, un 50% que se permite algún que otro gasto para vivir un poco mejor y un 40% que sobrevive viviendo al límite del abismo. Luego es inaudito que prefieran no aumentar la presión fiscal al 10% más rico que llevarse por delante al 40% más pobre con la implantación de los recortes. Es una cuestión que debemos sopesar y reflexionar a la hora de votar si se producen nuevas elecciones.
Puedes encontrarme en Facebook, YouTube y en Twitter:
Ningún comentario:
Publicar un comentario