ANÍBAL MALVAR
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La defensa que viene haciendo la Brunete mediática de los más conspicuos corruptos es admirable. Quizás carezca de ética y de estética, pero anda sobrada de etílica. El director del ABC, Bieito Rubido, salió este viernes de botellón justiciero y casi místico y se puso a escribir estas cosas en su astrolábico billete cotidiano de la dos: “Manuel Moix no ha podido con la presión a la que le ha sometido la máquina de triturar honores y prestigios […]. Su propia familia le pidió que lo dejara […]. Vuelvo a decir que España no es hoy mejor que ayer al cobrarse la cabeza del fiscal jefe Anticorrupción, sino un poco peor”.
Tomad aliento, podemitas, que esto no se acaba aquí: “Es probable que Moix sea una víctima más de ese fornido engranaje del que él formaba parte y que en España se está llevando prestigios, carreras y hasta la paz familiar, para regocijo de la extrema izquierda y complicidad de unos cuantos tontos útiles. Ya les adelanto que eso no es democracia”. La paz famigliar sí que estará alterada. Los “tontos útiles” no sé quiénes serán, aunque formando Ciudadanos parte del engranaje de los que pidieron la dimisión del panameño adoptivo, a lo mejor les va bien el zapatito de cristal sintagmático. Cuando Bieito se enfada, no salen vírgenes de la carroza ni Cenicienta ni la calabaza. Ya se sabe cómo somos algunos gallegos: Franco, Fraga, Rajoy… (estoy por añadir a un tal Xitler, pero no va a colar).
Eso de la galleguidad de algunos de nuestros más heterodoxos líderes políticos me lleva a macondear sobre el cincuentenario de la publicación de Cien años de soledad (el realismo mágico es gallego, y ni siquiera tuvimos que inventarlo leyendo a Faulkner: ya estaba). Este sábado, ya con nuevo director, El Mundo sacaba un cuadernillo celebrando la efeméride. Supongo que es el epitafio de Pedro Cuartango, letraherido de vocación que escribía siempre con la tinta azul de la nostalgia. Antonio Fernández-Galiano –presidente de Unidad Editorial– sigue colocando peones al frente del periódico de la bola por miedo a nombrarse director a sí mismo. Ahora le ha tocado a su amigo Francisco Rosell asumir el generalato. Galiano es de uno de esos empresarios del sector que considera que los periódicos se venderían mejor sin la interferencia de periodistas. Que le vaya bonito a Rosell.
Así se titula un curioso artículo de Ángeles Espinosa en El País de este viernes, donde nos dice que el ayuno musulmán sería un canto espiritual a la vida sana si no “supusiera grandes atracones nocturnos y disminución de las horas de sueño a causa del trasnoche” (ya veis que sigo en el realismo mágico). “Aumentan los accidentes debido al cansancio (por la mañana) o a los nervios para llegar a casa antes de la ruptura del ayuno (a la puesta de sol)”. Más Macondo: “El ayuno convierte la comida en obsesión. Así que nada como los afamados bufés de Dubai para saciarse”. Desde Dubai, precisamente, escribe la compañera este sesudo texto sobre el Ramadán, plagado de guiños a la comprensión entre culturas. No sé qué pasaría si Al Jazeera dedicara un reportaje a nuestras celebraciones cristianas en esos términos. En las fiestas del Apóstol Santiago, o en el San Isidro madrileño, o en la navidad de toda España, o en nuestra Semana Santa, es imposible conseguir cocaína de calidad porque los devotos ya han hecho acopio de la misma con fechas de antelación, sabedores de que el fervor religioso de nuestros beatos no se alimenta solo con incienso. Celebramos el nacimiento de Jesucristo poniéndonos ciegos de marisco, alcohol y todo tipo de sustancias epistemológicas. Yo no creo que Ángeles Espinosa escribiera ese artículo a mala muerte. Creo que solo es un síntoma más de lo que no entendemos. De lo que no queremos entender. De nuestra ignorancia sobre ellos. De la ignorancia de los musulmanes sobre nosotros. Pena.
ABC sale precioso esta mañana. Con el contraluz de unos obreros felices en el andamio conversando sobre The sun also rises en un bello atardecer. Y la cifra 18.345.575 sobrexpuesta: España registra su mayor ritmo de creación de empleo en diez años. El dato que inspira tanta hermosura es que en mayo “el número de parados cayó en casi 112.000 personas”. Se olvidan de decir que para eso se firmaron más de dos millones de contratos en el mismo mes. Echad cuentas. Pena no poder sumar a la nonagenaria panameña que sirve de testaferro a Manuel Moix. La anciana dama figura en 17.539 compañías off-shore. Sería viagra estadística para Fátima Báñez. Que viva el pluriempleo. Y que viva Mariano.
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