La lesión del capitán madridista a Salah desata una oleada de indignación internacional
ANTONI LÓPEZ TOVAR
http://www.lavanguardia.com/
La cuestión no es que Sergio Ramos tenga el récord de amonestacionestanto de la Liga como de la Liga de Campeones. El problema son las que no le han mostrado. Cuando se van apagando las luces de la final de Kíev, un análisis pormenorizado denota que la impune lesión que le produjo a Mohamed Salah es sólo la punta del iceberg de una actuación inapropiada. El capitán madridista está sometido a fuertes críticas en el ámbito internacional y más de 400.000 personas han firmado una petición en Change.org exigiendo una sanción para el defensa al entender que lesionó intencionadamente al rival. Salah no es la primera víctima de la cólera de Ramos, un futbolista con una amplio historial de comportamientos violentos.
En el instante en que la estrella del Liverpool se retiraba llorando del terreno de juego, Ramos miraba la escena sonriendo y conversando con un árbitro asistente. ¿Misión cumplida? Usuarios de Twitter han recuperado una imagen de la anterior final de la Champions, en Cardiff, en la que el jugador intenta con Dani Alves una llave idéntica a la que practicó con Salah. La única diferencia es que el futbolista del Juventus reaccionó a tiempo y liberó el brazo antes de que el cuerpo de Ramos cayera sobre él. El madridista fue amonestado. En el caso del egipcio, con la extremidad inmovilizada, el impacto contra el suelo y el efecto palanca del peso del defensor la lesión estaba garantizada.
Récord de la Liga en tarjetas (177) y expulsiones (19) y de amarillas en la Champions y la selección
Pero Ramos no tuvo suficiente. Al comienzo de la segunda parte pasó inadvertido en la transmisión televisiva el codazo que atizó intencionadamente al rostro de Karius. El portero del Liverpool denunció reiteradamente la acción al árbitro, que se inhibió. Dos minutos después comenzaba el recital de despropósitos del meta alemán facilitando el gol de Benzema.
“Sergio Ramos representa un pésimo ejemplo para las futuras generaciones de futbolistas. En lugar de ganar partidos limpiamente, usa trucos que desafían el espíritu del partido y del juego limpio”, denuncia la masiva petición en inglés de los internautas, que exige a la FIFA y la UEFA “medidas contra Ramos y jugadores similares, utilizando grabaciones de vídeo de los encuentros para mantener el espíritu del juego”.
Los procedimientos del capitán del Madrid tienen una amplia repercusión internacional, con voces pidiendo que Julen Lopetegui lo excluya de la selección o que no participe en el Mundial hasta que no pueda hacerlo Salah. En Egipto, donde Ramos ha sido calificado como “carnicero”, la cólera popular permanece mientras se espera un diagnóstico sobre el hombro de Salah. Los faraones disputarán en Rusia su segundo Mundial y la mayor parte de sus esperanzas están depositadas en el rendimiento del goleador del Liverpool. “Como me esperaba, he encontrado un héroe motivado por seguir en el camino del éxito”, difundió el presidente del país, Abdelfatah Al-Sisi, después de hablar telefónicamente con el futbolista. En la hipótesis probable de que España se clasifique como primera de grupo y Egipto obtenga la segunda plaza –menos probable–, ambas selecciones se enfrentarían en una eliminatoria de octavos.
El juego sucio de Ramos provoca ahora indignación en el mundo, pero el expediente es conocido. Esta temporada ha cumplido 4 partidos de suspensión, nada extraordinario para el futbolista que ostenta el récord de amonestaciones (177) y de expulsiones (19) en la Liga y de tarjetas amarillas (38) en la Champions, torneo en el que registra otras 3 expulsiones. Y otras 2 en la Copa del Rey. También lidera la clasificación de la selección española con 21 amarillas. Un historial al que los defensas históricos ni se acercan: Maldini y Baresi, por ejemplo, fueron expulsados 4 veces; Puyol, 3; Beckenbauer, ninguna.
En la anterior final de la Champions, el defensa blanco intentó con Alves una acción idéntica a la de Salah
Cuando en el 2010, con un marcador de 5-0 en el Camp Nou, Ramos intentó cazar a Messi por detrás de manera alevosa, derribó a Puyol de un manotazo durante la refriega entre los jugadores que se produjo posteriormente. “Nunca he lesionado a nadie”, alegó en defensa propia después de una de las funciones más indecentes de su trayectoria. Falso. Ya había lesionado para 6 meses a Nacho González (Levante) y a Fernando Torres en un entrenamiento de la selección española. En la relación de víctimas de Ramos también figuran Gustavo Cabral (Celta), Ricardo Montolivo (Italia) o un joven de 17 años, Álvaro Vadillo (Betis), que salió del Bernabeu con una rotura del ligamento cruzado de la rodilla. Y no son las amonestaciones lo peor de su historial. Lo peor son las tarjetas que no ha visto, causa de una peligrosa sensación de impunidad.
Ningún comentario:
Publicar un comentario