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Ángel Carracedo (Santa Comba, 1957) no se pudo resistir. No entraba dentro de sus planes ser el nuevo presidente de la Academia Internacional de Medicina Legal, que supone más viajes y reuniones a su ya de por sí apretada agenda, que lo obliga a pasar prácticamente la mitad del año en el extranjero, pero se vio en la obligación de aceptar el cargo ante la unanimidad con la que fue propuesto. «Me pidieron todos que lo aceptara», admite con voz cansada desde Fukuoka (Japón), donde se celebró el congreso de la sociedad y donde hoy mismo empezará a decidir las prioridades de la institución junto a sus compañeros de directiva. Será un cargo que tendrá que compatibilizar con la dirección de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica y del Centro Nacional de Genotipado, además de con la dirección de un grupo multidisciplinar de investigación integrado por más de cien investigadores.
-Al final acabó aceptando.
-Por un lado es un honor, porque es una sociedad muy multinacional, con representación de más de 70 países, pero también supone más viajes, que es lo malo. Pero al estar más liberado en esta área por María Victoria Lareu, que se ocupa de la dirección del Instituto de Ciencias Forenses de Santiago, me puedo enfocar un poco más al servicio internacional. Además, todos querían que aceptase el cargo en una elección que fue por unanimidad total y, sobre todo, tuve mucha presión de los colegas europeos, que son buenos amigos.
-¿La elección supone también un reconocimiento al trabajo realizado por el Instituto de Ciencias Forenses de Santiago?
-Creo que el Instituto de Ciencias Forenses de Santiago es un ejemplo. Tiene una tradición muy larga liderando avances científicos importantes en el campo y, obviamente, este es el resultado de una labor de equipo de muchos años, desde la época del profesor Concheiro.
-¿No le resulta paradójico que sea el presidente de la sociedad mundial de un área que no tiene especialidad médica en España?
-En España no existe la especialidad de medicina forense ni la de genética. Parece que tengo una maldición en mi vida con esto.
-¿Quizás porque aquí no se le da el valor que tiene?
-El respeto que tiene la medicina legal es muy distinta de unos países a otros y esto está relacionado con la importancia que le dan a la justicia. Por ejemplo, aquí en Japón, Alemania o Portugales importantísimo, aunque en España tiene una historia más desgraciada, más difícil, por lo que no está reconocida como una especialidad. En otros países es un área muy prestigiosa y practicada.
-¿Su nombramiento podría servir para reabrir el debate?
-La lucha para que estas dos especialidades sean reconocidas es algo que hago de forma permanente en España, aunque con escaso éxito. En mi nueva posición mi enfoque va a ser más global.
-¿Son sus deudas pendientes?
-Sí. Pero, aunque lucho todo lo que puedo por las cosas que me parecen razonables, no todo se consigue en la vida. Aunque no me parece lógico que la genética y la medicina legal no sean una especialidad médica. Y no me parece lógico que España sea el único país de Europa donde la genética no sea una especialidad médica. Pero bueno, aún tengo esperanza y espero que cuando me jubile lo consigamos.
-La genómica ha revolucionado la medicina forense en los últimos años, pero también se enfrentan a nuevos retos. ¿Cuáles?
-No solo es la genómica lo que está revolucionando la ciencia forense. También las nuevas técnicas de imagen, que permiten la autopsia virtual, reconstrucciones faciales y de cuerpos a partir de restos humanos... o en toxicología, con nuevos métodos de detección de drogas más sensitivos. Hay muchas áreas que experimentan grandes avances, aunque otras necesitan de más trabajo y de más estándares para hacer las cosas igual y con la misma calidad en todas las partes del mundo. No todo es genética, aquí también hay patólogos, antropólogos, toxicólogos... Mi labor aquí es velar por el progreso de todas las áreas de la medicina legal.
«Tengo vocación de servicio, pero no aceptaría un cargo en el ministerio»
Ángel Carracedo celebrará hoy mismo la primera reunión de trabajo con los demás miembros de su directiva para definir los objetivos de la academia.
-¿Cuáles son los objetivos que se plantea para mejorar la medicina forense a nivel mundial?
-Mi idea es promover estándares comunes en la utilización de las técnicas, y también en cuestiones de acreditación y certificación de los distintos países. También me interesa promover la interdisciplinaridad y la interculturalidad.
-¿Supongo que los problemas serán distintos en función de las áreas geográficas?
-Sí, el mundo no es solo el primer mundo y las necesidades son muy variadas en distintas partes. Por ejemplo, la identificación de cadáveres de inmigrantes que cada año mueren en el Mediterráneo o en ciertas partes de Asia y África es un problema de primera magnitud que nos preocupa.
-A usted la noticia lo ha cogido fuera, pero España volverá a tener un ministerio de ciencia y dirigido por un astronauta. ¿Qué le parece?
-Me parece una muy buena noticia y ojalá que lo haga muy bien.
-¿Servirá para reactivar la inversión en I+D?
-Ojalá empecemos a tener mayor inversión en ciencia.
-¿A usted no lo habrán tentando para ocupar algún cargo en el nuevo ministerio?
-No, no, la política no es mi campo, aparte de que no lo haría bien. Tengo vocación de servicio público, pero desde otra perspectiva: investigando, diagnosticando, ayudando a la gente, divulgando, motivando a los jóvenes... Es mi trabajo y para lo que sirvo. Para lo otro no. Solo deseo que los que vayan a estar en el ministerio lo hagan bien, pero yo no aceptaría ningún cargo, porque no es lo mío.
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