La ONG acusa a la policía francesa fronteriza de detener a menores y encerrarlos en celdas sin comida ni agua y de requisarles la tarjeta de sus teléfonos
Refugiados sudaneses esperan a poder cruzar la frontera de Italia con Francia. ENRIC BONET
Angela Giuffrida - Roma
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La policía fronteriza francesa ha sido acusada de detener a menores inmigrantes de tan solo 12 años en celdas sin comida ni agua, cortándoles las suelas de los zapatos y robándoles las tarjetas sim de los teléfonos móviles antes de devolverles ilegalmente a Italia.
Un informe publicado el viernes por la ONG Oxfam también cita el caso de una chica eritrea “muy joven” que fue obligada a caminar hasta la población italiana fronteriza de Ventimiglia por una carretera no asfaltada y cargando con su bebé de 40 días.
Las acusaciones, que proceden de testimonios recogidos por trabajadores de Oxfam y otras organizaciones, llegan dos meses después de que se denunciase que la policía falsificó la fecha de nacimiento de menores inmigrantes no acompañados para pasarlos como adultos y poder devolverlos a Italia.
“No tenemos pruebas de abuso físico violento, pero muchos (menores) declaran haber sido empujados o gritados en un idioma que no comprenden”, señala a The Guardian Giulia Capitani, la autora del informe. “La policía fronteriza les intimida de otras formas, por ejemplo cortar la suela de sus zapatos es una forma de decir: no intentéis volver”, añade.
“La policía les grita, se ríe de ellos y les dice que nunca cruzarán”, dice Daniela Zitarosa, de la agencia italiana humanitaria Intersos. “A algunos menores se les quita el teléfono y las tarjetas sim. Pierden sus datos y su agenda. Después ni siquiera pueden llamar a sus padres”.
Italia ha acusado a Francia de hipocresía esta semana por no compartir el peso de la actual crisis migratoria. La disputa estalló cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, criticó lo que él llamó el “cinismo y la irresponsabilidad” de Italia por dar la espalda a un barco de rescate de migrantes con 629 personas a bordo.
Matteo Salvini, el nuevo ministro de Interior italiano que impidió que la embarcación de rescate Aquarius atracase en Sicilia, acusó a Francia de dar la espalda a los 10.524 migrantes que había en la frontera entre enero y mayo de este año.
Capitani señala que durante un tiempo la policía francesa ha devuelto a Italia a los menores no acompañados, aunque fue en marzo cuando supuestamente empezaron a falsificar las fechas de nacimiento en los documentos de “denegación de entrada” –tan solo un mes después de que un tribunal de Niza confirmase que las autoridades fronterizas habían detenido y devuelto a Italia ilegalmente a menores en 20 casos diferentes–.
Bajo la regulación de Dublín, los inmigrantes menores en Francia no pueden ser devueltos a Italia si solicitan asilo. La legislación europea estipula que los menores no acompañados deben ser protegidos y que aquellos que buscan asilo en un Estado miembro tienen el derecho a ser transferidos a otro Estado donde tengan a miembros de su familia.
Organizaciones benéficas en la frontera han señalado a Italia por no implementar los procesos adecuados para la reunificación familiar, dejando a muchos menores atrapados sin ninguna opción más que intentar hacer el trayecto ellos mismos. El informe de Oxfam sostiene que el sobrecargado y burocrático sistema italiano deja a los inmigrantes viviendo en la clandestinidad en condiciones peligrosas.
Capitani sostiene que la policía fronteriza italiana ha empezado recientemente a acompañar a los menores rechazados por Francia de vuelta al país vecino. Francia endureció sus leyes fronterizas tras la muerte de 84 personas en un ataque terrorista en Niza en julio de 2016.
Ventimiglia se ha convertido en un embudo para la gente que intenta cruzar de Italia a Francia. Oxfam señala que al menos 16.500 migrantes, un cuarto de ellos menores, pasaron por el pueblo entre agosto de 2017 y abril de 2018.
La mayoría intenta cruzar la frontera en tren o a través de un peligroso camino montañoso conocido como el 'pasaje de la muerte'. La ONG calculan que al menos 12 personas murieron el año pasado intentando entrar en Francia, ya fuese por la ruta de montaña o por atropellos en la autopista. Un joven de 17 años de Sudán se ahogó en junio de 2017 al intentar recuperar un zapato arrastrado por una fuerte corriente en el río Roia de Ventimiglia.
Según Oxfam, en 2017 llegaron a Italia 17.337 menores, de los cuales 15.779 (91%) no estaban acompañados.
Se ha intentado contactar con las autoridades francesas para este artículo.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti
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