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Se dice de manera frecuente que España es uno de los estados más antiguos de Europa, desde que los Reyes Católicos consiguieron unir en un único estado todos los reinos que había presente en España, la situación territorial nacional se ha mantenido más o menos estable durante más de cinco siglos.
Los reinos españoles están presente en el escudo nacional. Algunos de los elementos y cuarteles que se simbolizan en el escudo nacional son: Reino de Castilla, Reino de León, Reino de Aragón, Reino de Navarra y Reino de Granada.
Se le da mucha importancia a la unión entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón pues gracias a su unión matrimonial, España pudo convertirse en un gran estado y supuso la unificación de todo el territorio nacional. Ambos reinos, aunque eran los de mayor extensión, no eran los únicos que convivían en la España del momento. La anexión del Reino de Navarra en 1512 y la conquista del Reino de Granada en 1492 supuso uno de los hitos más importantes en la historia de España.
En el escudo nacional también aparece el escudo del Reino de León, un reino que gozó de una importancia muy relevante durante la Edad Media, sobre todo como defensa frente a la invasión del Islam. El Reino de León apareció aproximadamente en el siglo X como sucesión del Reino de Asturias y fue integrado en el Reino de Castilla en el siglo XIII. Durante muchos siglos, hasta el XIX, el Reino de León continuó manteniendo algunas de sus estructuras, hasta que finalmente se desintegra tras la aparición del sistema provincial.
Nos centramos de manera importante en el Reino de León porque fue precisamente la entidad que absorbió al Reino de Galicia, una entidad política surgida durante la Edad Media y que finalmente sirvió como base para conformación contemporánea de la región de Galicia, el precedente histórico de la actual Comunidad Autónoma de Galicia.
GALICIA, EL PRIMER REINO DE EUROPA
Las tierras al noroeste de la península están habitadas desde el Paleolítico Superior por diferntes ocupantes. Los primeros fueron los Oestrymnios, llamados así por los romanos. Más tarde llegaron los celtas, un pueblo que ha ejercido una importante influencia en la historia de estos territorios. Los celtas, establecidos en el siglo VI a.C., introdujeron el uso del hierro y la cultura castrense, su modo de vida.
Los romanos llegaron a Galicia en el año 183 a.C., Diocleciano en el año 214 de nuestra era nombra a estos territorios como Gallaecia, que significa Tierra de los Celtas. Los romanos dejaron en Galicia una nueva organización territorial, un nuevo idioma y una nueva religión. Tras la caída del Imperio Romano, llegaron a este territorio los suevos. Tras un acuerdo, “Foedus”, con el emperador romano Honorio, formaron el Reino Suevo de Galicia, que está considerado el primer estado de Europa.
Los suevos se mantuvieron en Galicia durante dos siglos, hasta la conquista de los visigodos. Existieron en Galicia 13 reyes suevos: Hermérico, Requla, Requiario, Maldrás, Frantanes, Frumario, Remismundo, Teodomundo, Carriarico, Teodomiro, Miro, Eborico y Audeca.
Los suevos fueron absorbidos por los visigodos, que a principios del siglo VIII, en el año 711, fueron derrotados por los árabes en la península. En el año 714, el rey de Asturias Don Pelayo, junto con la nobleza visigoda, cominenza la reconquista en Asturias, en numerosos tratados de la época aparecen los audillos y reyes asturianos como reyes de Gallaecia.
En los siglos V y VI, estaban presentes en la península cuatro territorios bien diferenciados: el reino Suevo de Galicia que ocupaba la actual Galicia, Asturias y el norte y centro de Portugal; los vascos, que se extendían por País Vasco, Navarra y parte de Cantabria; los visigodos, localizados en la meseta, el sur de Portugal, Aragón, la Comunidad Valenciana, Cataluña y la sur de Francia fronterizo con Cataluña; y el Imperio Bizantino, que ocupaba todo el sur peninsular al sur del valle del Guadalquivir y la región de Murcia junto a las Islas Baleares.
LA RECONQUISTA Y LAS DISPUTAS GALICIA – ASTURIAS
Nadie duda que la Reconquista comenzó en Galicia, uno de sus impulsores fue Don Pelayo, pero de ahí a decir que desde allí empezó a establecerse un reinado en la península va todo un abismo. Asturias formaba prate de Gallaecia desde hacía siglos, desde la actual Santander hasta la desembocadura del río Duero por la costa, y desde Braga hata Astorga, en León, y Lugo por el interior.
Atendiendo a los escritos de la época, árabes y francos, hablan de caudillos, incluido el propio Don Pelayo, y reyes de Gallaecia. Alfonso I, caudillo asturiano durante el siglo VIII incorpora el convent “lucense” a Asturias, en contra de la idea de los nobles gallegos. A partir de esta fecha se suceden diversas sublevaciones de Galicia contra el poder de fuera, Asturias y posteriormente León.
Uno de los hechos más importantes de la historia de Galicia es el descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en el año 813 en Iria Flavia, una parroquia de Padrón, en La Coruña. Este descubrimiento supuso para Galicia el inicio de la peregrinación y el Camino de Santiago o el Camino Francés, algo que permitió vertebrar y unir Galicia y Europa en todas las épocas.
La Reconquista y el centralismo de muchos hostoriadores españoles ha conseguido que muchos reyes gallegos hayan sido olvidados por los libros de historia, a pesar de que Galicia muestra unos signos diferenciales respecto a los demás pueblos de la península, basada en escritos y documentos, como el de la “Historia Francorum”, de Gregorio de Tours en la que cita “Regnum Galliciae”.
Algunos de los reyes de Galicia durante los siglos X, XI y XII fueron Orduño I de Galicia, Sancho I Ordóñez, Bermudo I de Galicia, García I de Galicia, Doña Urraca y Alfonso I de Galicia.
Otras figuras importantes de Galicia durante ese periodo fueron Fernando II y Alfonso IX, que fueron enterrados en la Catedral de Santiago. Las hijas de Alfonso IX, Sancha y Dulce, ceden el reino a Fernando III y desde entonces Galicia ya no volvió a tener reino separado.
LA TRIARQUÍA DEL REINO DE GALICIA
El Reino de Galicia se conforma como tal alrededor del siglo X, en el año 910, cuando el rey Alfonso III El Grande se vio sometido por las presiones de sus hijos García, Fruela y Orduño sobre la cuesión sucesoria. Para evitar que las rivalidades entre sus hijos degeneraran en mayor violnwixa o que incluso se produjera un conflicto directo con García, que poseís su propio ejército, Alfonso III decidió asignar a cada uno de sus hijos León, Asturias y Galicia respectivamente.
De ese modo, nacería una triarquía en la que cada hijo de Alfonso III resultaba soberano en cada uno de sus territorios. García, el mayor de los hermanosestaba apoyado fuertemente por el Conde de Castilla y recibió el título de Princeps Regnum Legiones Regente. Fue considerado desde entonces fundador de la dinastía leonesa.
Alfonso III abandonó el poder, se retiró a Asturias, Santiago de Compostela y finalmente Zamora, falleció en el año 912 y hasta el final de su vida contó con el apoyo del obispo de Astorga, tras haber combatido en campañas militares contra los musulmanes durante la Reconquista.
Sin embargo, el repato de territorios entre sus hijos no fue suficiente para que cesaran las hostilidades. García y Orduño pusieron de manifiesto estas desavenencias con las ocupaciones de los pasos del Bierzo y del Cebrero, que mantubieron aislada a Galicia de la meseta durante todo el reinado de García. En el año 914, Ordoño fue declarado rey de Asturias y León y nombró al Conde de Aloito al frente de gobierno en Galicia.
EL REINO DE GALICIA EN LOS SIGLOS XI Y XII
En el año 1065, tras la nuerte de Fernando I, rey de León, su hijo García fue porclamado Rey de Galicia en dos periodos, de 1065 a 1071, y de 1072 a 1073. Ese mismo año, Alfonso VI de León y Castillo lo depuso del trono y lo encarceló, incorporando nuevamente el reino al Reino de León.
Cuando murió García en 1090, el Reino de Galicia se dividió en dos tomando como referencia el río Miño y el condado de Portugal, que sería el régimen del posterior reino independiente del país galo. En 1230, Fernando III de Castilla integra definitivamente el Reino de León en la corona de Castilla.
Sin embargo, aunque el Reino de Galicia, el de Asturias y el de León quedaran integrados en la corona de Castilla, esta denominación del Reino de Galicia se conservó durante todo el Antiguo Régimen, hasta que fue sustituida de manera oficial por la reforma administrativa española de 1833, cuando se estableció el sistema provincial actual.
Hasta la reforma de 1833, el Reino de Galicia estaba dividido en siete provincias: Santiago, La Coruña, Betanzos, Lugo, Mondoñedo, Orense y Tuy.
La nomenclatura Reino de Galicia se siguió empleando con fines honoríficos y protocolarios y desde algunos sectores políticos se ha propuesto en determinadas ocasiones recuperar esta denominación como la oficial para la actual comunidad autónoma.
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