luns, 20 de novembro de 2017

De aquellos barros franquistas estos lodos machistas

ofeliaeol
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Noviembre, de la mano de marzo y su día ocho, es de forma oficial uno de los dos meses feministas del calendario. Como cualquier otro mes del año, sí, pero activista e institucionalmente con la agenda aún más cargada de actos reivindicativos, de encuentro y de reflexión feminista, por la celebración el veinticinco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y desde hace un año en España por la celebración de la Primera Marcha Estatal contra las Violencias Machistas, un siete de… noviembre.
Violencias contra las mujeres y machismos. En plural. Desde los más cotidianos, psicológicos y sutiles, eso le pasa por vestir así, le provocó…, propios de la cultura de la violación, hasta aquellos más visibles y dolorosos: la violencia sexual,el abuso infantil, la violencia física y los feminicidios. La mate por que era mía.
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Campañas como esta del Ayuntamiento de Madrid, con motivo del #25N, siguen siendo necesarias hoy día.
Entre las violencias consideradas como blandas, que de blandas o micro en realidad nada, se encuentran las distintas conductas y hechos a través de los cuales se articulan las violencias simbólica, mediática, institucional, laboral, patrimonial y económica, así como aquellas relacionadas con el no respeto a nuestros derechos sexuales y reproductivos.
Todas nosotras (y nosotros) conocemos chistes, canciones, programas de televisión, películas, anuncios, que junto con el predominio del lenguaje no inclusivo perpetúan y naturalizan el sexismo. Asimismo, las políticas públicas en materia de igualdad y las decisiones institucionales, como la realidad del mundo laboral, económico y político, nos son decisivas, tanto como ciudadanía como mujeres. Esto es así en Oviedo, en Roma, en Ciudad de Guatemala, en Nueva York y en la Conchinchina.
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Sin Título (Marinera), 2009, Pilar Albarracín.
Sin embargo, en cada lugar del mundo las circunstancias y matices serán unos u otros. ¿Cuáles son los nuestros en España? ¿Qué marca la diferencia en nuestra cultura machista patria? La respuesta es clara, la herencia franquista. Casi cuarenta años de dictadura es imposible que no hayan dejado huella en nuestros hogares,las instituciones de poder, la educación, los medios y, en definitiva, en nuestra sociedad. Si bien, han pasado ya otros cuarenta años desde que el presidente Arias Navarro dijera: “¡Españoles! Franco ha muerto.”; es de perogrullo que conocer los barros del pasado nos ayuda a entender en parte los lodos del presenteOn y va!
Modelo de feminidad impuesto durante el franquismo
La Segunda República había llevado a cabo una serie de políticas de género que contribuyeron a la modernización de la sociedad española, y la Guerra Civil representó un revulsivo para la toma de conciencia de muchas mujeres, cuya voz se escuchó en los mítines, en las reuniones y a través de periódicos y revistas, con una actividad asombrosa durante aquellos años. De haber podido seguir el país la vía democrática y feminista iniciada, hubiera sido muy productivo, pero la victoria del frente nacional nos condujo a otra realidad. A una no democrática, desigual y sexista.
Para entender el rol que jugó la mujer durante el régimen franquista (1939-1975) es necesario entender que en su inicio, para afianzarse, el régimen decidió llevar a cabo una fuerte represión física, cultural y socio-económica. Fue el momento del adoctrinamiento, en el cual la Iglesia jugó un papel indispensable. Se afianzó así el nacional-catolicismo, donde las mujeres constituyeron una pieza clave en la consolidación del sistema a nivel social y económico. Siendo utilizadas para reproducir y perpetuar los valores del régimen en el ámbito de lo privado.
Se estableció un aparato represivo que detenía, torturaba, encarcelaba y fusilaba a hombres y mujeres. A ellas se las condenaba al hacinamiento, al hambre y en ocasiones a la violación y la tortura de ver a sus hijos/as sufrir e incluso morir en la prisión, así como, a la esterilidad, ya que la mayoría salían de prisión después de la menopausia. Asimismo, en muchas ciudades algunas mujeres no de bieneran rapadas y se les obligaba a beber aceite de ricino o a pasear medio desnudas para escarnio general.
En estos años la radio pasó a ser el principal medio de distracción y socialización. Radio Madrid reunía a toda la familia en torno al aparato para disfrutar de seriales, y en 1947 arranca el programa de Elena Francis. Su programa se convirtió en un canal para enviar todo tipo de consejos a la mujer. Durante 36 años, llegó a sobrevivir al propio Franco hasta 1984, desde este medio de comunicación se recomendó a las mujeres abnegación, aguante, mirar para otro lado, hacer la vista gorda, tener paciencia, esperar a que las cosas cambiasen o sacrificarse por los hijos y la familia. El programa fue pura doctrina machista disfrazada de consultorio sentimental. Para muestra un botón:
No dejéis de dar click, este vídeo es una joya radiofónica. Os hará trasladaros a la época y comprender in situ lo que venimos contando.
El modelo de mujer que se estableció no sólo supuso la vuelta atrás sino un notable retroceso. El franquismo en sus concepciones sobre la mujer parte del ideario nazi, cuya primaria filosofía se resumía en la filosofía de las 3 Ks, kinder, küche, kirche (guardería, cocina e iglesia),familia_numerosa e impuso una política de género regulada por una legislación civil que negaba a las mujeres cualquier tipo de autonomía individual y las convertía en eje de la moralidad social. La familia era el núcleo vital del nuevo Estado en el que estaba prohibido el matrimonio civil, la contracepción y el divorcio, y en el que se estimulaba la procreación a través de premios a las familias numerosas. La legislación española ofrecía una clara postura antifeminista, llegando a comparar a la mujer casada con menores de edad.
El prototipo de mujer diseñado por el Estado se fomentó desde la escuela, la propia Iglesia y los medios de comunicación: “debía ir convenientemente vestida, es decir, con mangas largas o al codo, sin escotes, con faldas holgadas que no señalaran los detalles del cuerpo ni acapararan atenciones indebidas. La ropa no podía ser corta y mucho menos transparentarse. Las mujeres jóvenes no debían salir solas ni ir acompañadas de hombres que no fueran de la familia”. ¿Os resulta familiar, no? La cultura de la violación en nuestro país bebe, entre otros aspectos más globales, de esta herencia.devestirse
¿Y qué pasaba con el modelo afectivo-sexual y la pareja? Al casarse las mujeres debían dejar su trabajo, se premiaba la natalidad y se tenía un mal concepto de las mujeres solteras, o mejor dicho, de las solteronas, mujeres “incompletas” para la sociedad, que obvio para ser decentes debían ser castas y puras.
Otros aspectos que marcaron la vida de las mujeres fueron la persecución del aborto, la prohibición de los métodos anticonceptivos, la eliminación de cualquier tipo de información sexual que pudiera pensarse y la guinda fue el reforzamiento del carácter delictivo del adulterio, para los hombres sólo era delito si se trataba de amancebamiento, sin embargo para la mujer podía suponer pena de cárcel.
De la mano del machismo fue la homofobia, primas hermanas sexistas
En esta España de la dictadura, la homosexualidad es perseguida con saña por la Ley de Vagos y Maleantes aprobada en tiempos de la República y coloquialmente conocida como “La Gandula”. Esta ley en origen pretendía llevar a cabo un control de los mendigos pero en 1954 se actualiza y va a permitir al Régimen realizar una terrible represión. Además de homófoba, fue una ley racista, en concreto gitanofoba, y clasista. Personas gitanas, homosexuales y mendigas la sufrieron duramente.
Instituciones adoctrinadoras
Encima de putas, pusimos la cama. Esta no es una expresión muy correcta, pero nos reapropiamos de ella por que es gráfica y plasma a la perfección lo que ocurrió durante esta época con la figura de las mujeres. El régimen no sólo aplicó políticas machistas que perjudicaron seriamente las libertades y derechos de las mujeres, sino que además elaboró un entramado institucional que nos convirtió en transmisoras de esos valores sexistas.
Una de las instituciones que mejor representa al franquismo es la Sección Femenina. Se creó durante la República, y fue la encargada de transmitir el “sentimiento” de la patria entre las mujeres. Su ideario establece tres funciones: adoctrinadora, educadora y asistencial.
Por otra parte, para adoctrinar a la mujer del campo se creará en 1940 la Hermandad de la Mujer y el Campo. Menos conocidos fueron los Círculos Medina, dirigidos a la mujer de clase media-alta urbana y a las estudiantes, tanto de bachiller como universitarias. Otra institución que participó en el aleccionamiento de las mujeres fue Acción Católica, más selectiva y con claros tintes más religiosos, agrupó a mujeres de ciudad procedentes sobre todo de la aristocracia y alta burguesía, aunque también con una presencia importante de sectores populares y obreros. Todas estas organizaciones representaron una posibilidad real para las mujeres de alcanzar una cierta visibilidad y responsabilidad pública.
Paralelamente, desde la década de los 40, hubo mujeres que protagonizaron toda una serie de rebeldías cotidianas, reflejadas en delitos menores por los que fueron juzgadas en aquellos años: pequeños desórdenes públicos, insultos a la autoridad, injurias al régimen o blasfemias.
Durante los años 50, etapa del desarrollismo, el boom turístico y el baby boom, la Sección Femenina se adapta con el fin de conseguir una mujer más culta y mejor preparada. A la vez, se consolida la incorporación de la mujer a la educación secundaria. El modelo falangista femenino evoluciona hacia el de una mujer con una formación integral como persona, reconociendo el derecho de las mujeres solteras a realizar trabajos pagados, valorando el trabajo de las casadas e intentando una mayor participación en la vida política y sindical.
La movilización femenina pasó de los primeros grupos de mujeres volcadas en la solidaridad con los presos a aquellos que en la etapa final de la dictadura se incorporaron a otros espacios de la lucha antifranquista. Así, por ejemplo, el Movimiento Democrático de Mujeres (MDM) fue una organización, vinculada al PCE, en la que convivieron militantes de varias generaciones y desde la cual muchas de mujeres se incorporaron al movimiento vecinal, a la actividad política y a las luchas feministas. Su labor fue compleja ya que el partido al que pertenecían la mayoría de ellas, el PCE, continuaba identificando al luchador antifranquista con el varón, destinando a las mujeres a labores de apoyo y, en el fondo, desconfiando de sus capacidades como militantes. Muy pronto entre una minoría dirigente, se fraguó el convencimiento de que la batalla de las mujeres debía ser liderada por ellas mismas y que era necesario atender a cuestiones hasta entonces consideradas secundarias por la izquierda. No se trataba únicamente de politizar a las mujeres para que participaran en la movilización social, era necesario reflexionar sobre los problemas que les afectaban y trasladar esos debates a sus partidos, cuestionando la hegemonía masculina en ellos.
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La anarquista, de Cristina Lucas
En 1958 y en 1961, se publicaron sendas leyes que, en el plano de la vida civil y laboral que introducían algunas reformas tímidas, asentadas en una premisa que, entonces, era absolutamente novedosa: la no discriminación por razones de sexo respecto a la capacidad jurídica de las mujeres, es decir, respecto a sus derechos y obligaciones. Pero se aclaraba que este principio de no discriminación hacía referencia a las mujeres ¡solteras!, porque las menores de edad estaban bajo la tutela de los padres y las casadas bajo la tutela de sus maridos.
Asimismo, las posibilidades de acceso a la educación se incrementan y, sobre todo en las capas medias, las jóvenes comienzan a acceder en forma creciente a los estudios universitarios, proceso que se amplía notablemente en los años 70. Con el acceso a la universidad se abrió la posibilidad de que algunas mujeres comenzaran a conocer tanto el ordenamiento jurídico como los presupuestos sobre los que éste se asentaba. Descubrían, por ejemplo, que en el Código Civil se equiparaba a las mujeres –por el solo hecho de ser mujeres– a los locos y dementes, o las situaba dentro de la edad pueril en su relación con el hombre: “El marido ha de proteger a la mujer y ésta obedecerle”. Hasta 1958 la mujer no fue autorizada por la ley a ser tutora o testigo en testamentos, y hasta 1973, las solteras no pudieron abandonar el hogar paterno antes de los 25 años, pasando a ser su edad de emancipación legal los 21.
De forma paralela, a comienzos de los 60 en el cine triunfan las mujeres frágiles e inocentes, como Natalie Wood, Audrey Hepburn, o Julie Andrews, mientras que el mito erótico fue Marilyn Monroe. Finalizando los 60 surgen los nuevos modelos de mujer que necesita la estética pop dominante, mujeres dulces pero independientes. En España surgen las imitadoras de Audrey Hepburn y a finales de los sesenta, las chicas modernas, que reciben el nombre de Ye−Yes (Sara Montiel o Concha Velasco). Las mujeres son el público perfecto por ser, a su vez, protagonistas y usuarias. Aumentan la calidad y cantidad de los anuncios. Esta publicidad enseña a las mujeres cómo comportarse, qué productos usar y cómo vestirse y arreglarse de acuerdo a las nuevas exigencias de la sociedad.
¿Qué mejor para frenar la violencia física que un poco de coñac?
En 1959 se comenzó a publicar clandestinamente en Madrid el boletín “Mujer”, una publicación desde la que se pretendía contribuir a organizar a las mujeres y a orientar su actuación hacia los espacios de lucha social del momento. Las publicaciones dirigidas a la mujer tienen buena acogida, pero hay que distinguir dos tipos, las dirigidas a las militantes de organizaciones, entre las cuales la más relevante es Mujeres Libreshola_001_primer_numeroEn ella colaboraron mujeres de diferentes nacionalidades, unas por afinidades ideológicas y otras por identificaciones feministas. Y de otra parte las comerciales, entre ellas la revista Hola (líder de la prensa del corazón, que había nacido en 1944) que viven su mayor auge gracias a la publicidad, en las que las mujeres son el público perfecto por ser, a su vez, protagonistas y usuarias.
Esta publicidad enseña a las mujeres cómo comportarse, qué productos usar y cómo vestirse y arreglarse de acuerdo a las nuevas exigencias de la sociedad. También contribuyen a reforzar la idea de que parece como si las mujeres mayores de 25 años estuvieran condenadas a no existir ya: los consejos de belleza, de peinados, de compras, de moda, los anuncios publicitarios siempre reflejan la imagen de una mujer eternamente joven. Se convierten en el elemento indispensable para la manipulación.
Hasta 1966 no se permitió a las mujeres ejercer como magistrados, jueces y fiscales de la Administración de Justicia; sin embargo, aún a finales de 1975 el acceso a la Policía o las Fuerzas Armadas permanecía cerrado a las mujeres, entre otros puestos de trabajo. Asimismo, la autorización marital para firmar un contrato laboral y ejercer el comercio sería abolida, por fin, en la reforma de los Códigos Civil y de Comercio de 1975. Cuando el régimen económico del matrimonio era la sociedad de gananciales, los salarios de ambos cónyuges constituían bienes gananciales, cuya administración siguió correspondiendo al marido hasta 1981.
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Collage Creadoras, del s.XIX a hoy. Jueves en Orbita, La Mala Mujer.
Las ideas que Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán habían expresado, un siglo atrás, empezaban a producir resultados satisfactorios como los de la Ley de la Propiedad de la Mujer Casada, que autorizaba a la mujer casada para administrar y disponer de lo que adquiría con las ganancias de su trabajo.
Durante los años 70 la mujer inició un aprendizaje político, que las llevo a que cuando comenzó de nuevo la batalla por el reconocimiento de la igualdad, aquella que había sido conseguida por sus predecesoras durante el gobierno de la República. Algunas entraron en contacto con los textos y las ideas del feminismo europeo y norteamericano de finales de los sesenta y setenta, iniciando un proceso de aprendizaje y construcción de una nueva identidad de género que les llevaría al feminismo.
El movimiento feminista en España se considera que nace en 1975, a los dieciséis días de la muerte de Franco, con la celebración de las primeras Jornadas por la Liberación de la Mujer en Madrid los días 6, 7 y 8 de diciembre de ese año. Estas jornadas se pudieron celebrar gracias a al trabajo colectivo de las organizaciones de mujeres, como el MDM, que se inició a mediados de 1974, aprovechando que 1975 fue declarado por la ONU Año Internacional de la Mujer.
Nuria Varela, en Feminismo para principiantes, afirma “la aparición del movimiento feminista tras los 40 años de franquismo fue como un ciclón, no había tiempo que perder y mucho trabajo por delante. Había urgencia por destruir el modelo de feminidad que la dictadura franquista había impuesto.”
Nuestras antecesoras lo tuvieron claro, para luchar contra las violencias machistas y eliminar la violencia contra las mujeres, el camino ha de ser feminista o no será. Lo sabían ellas, y lo sabemos hoy en día nosotras: mujeres y personas feministas. Creadoras de cambio ayer, hoy y mañana.
Artículo de Teresa Hernández González y Ofelia E. Oliva López, resultado de la charla Creadoras: Avances y retrocesos en el franquismo para la mujer.
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Imagen de Ecuador Etxea, tomada durante la performance Woman in Black, de la creadora May Serrano, convocada por el Colectivo ZAS y la Plataforma #7N, con motivo de la primera Marcha estatal contra las violencias machistas. Madrid, 7 de noviembre de 2015.

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