¿Se imaginan a Esperanza Aguirre y a Ana Botella del brazo, fuera del coche oficial, dando un paseo por las calles de Madrid?
JUAN JOSÉ MILLÁS
VICTOR LERENA (EFE)
Parecen mamá y la tía Mercedes. En los álbumes familiares de la era analógica que la gente rescataba de la casa de los padres, tras su fallecimiento, se encontraban decenas de fotografías como esta. Siempre preguntábamos quiénes eran ellas y quién las había retratado. La mayor, nos habrían dicho, es una tía de papá, que vivía, por ejemplo, en Logroño, y vino a Madrid a pasar las Navidades. Mamá la llevó a El Corte Inglés y a merendar en Riofrío, donde se tomaron unas tortitas con nata y sirope de caramelo. No te acuerdas porque eras muy pequeño, aunque te trajo una caja de lápices de colores en la que faltaba el amarillo. Cogiste un disgusto porque era el que más te gustaba.
–Vaya. ¿Y quién sacó la foto?
–El marido de la tía, que también vino y se pasó la tarde con ellas.
Lo mires por donde lo mires, se trata de una imagen notable, imposible de imaginar tan solo hace unos meses. ¿Se imaginan a Esperanza Aguirre y a Ana Botella del brazo, fuera de su coche oficial, dando un paseo por las calles de Madrid? Quien dice Aguirre y Botella dice Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, o Soraya Rodríguez y César Luena. Ellas son Manuela Carmena y Cristina Cifuentes, que coincidieron, no sé si en la sede del Ayuntamiento o de la Comunidad, para discrepar de sus respectivas políticas y luego se tomaron un café, como dos cuñadas bien avenidas dentro del abismo que las separa. No creo que lo hicieran por una cuestión de imagen, para salir en el periódico y recordarnos a mamá y a la tía Mercedes, pero aunque hubiera sido así se les agradece el detalle. Viva el deshielo.
elpaissemanal.com
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