KARMEN PASCUAL
Me confieso afortunada de poder pasear por la orilla del mar al amanecer, disfrutando de la playa solo para mí. Y si ese privilegio está enmarcado en un entorno de ensueño como el de mi tierra, Asturias, la imagen es totalmente idílica.
Pero no siempre. Hace solo unos días, en que tuvimos marea embravecida, mis pies se engancharon con decenas de toallitas de un solo uso que habían llegado hasta la orilla. Y me asaltó el pánico, como en otras ocasiones: estamos destrozando el medio ambiente por nuestra inconsciencia y pensé que tenía que hacer algo.
Así que cuando me he enterado de que el llamado 'monstruo de las cloacas' había atascado el alcantarillado de Cádiz, sentí la necesidad de escribir sobre los peligros de tirar por el inodoro todo tipo de toallitas húmedas y proponer alternativas, más ecológicas e igual de efectivas, para cuidar la higiene de nuestros hijos.
No son de papel
Tal y como nos explican nuestros compañeros de Magnet, las toallitas húmedas no están hechas de papel, sino de un entramado textil compuesto (entre otras cosas) de poliéster y algodón, con fibras de celulosa (papel), humedecidas con materiales limpiadores como la glicerina. Eso implica que son más parecidas al plástico y a los textiles que al papel.
Así que no son biodegradables y tardan cerca de 600 años en desaparecer si llegan al entorno natural. Además, como están compuestas por microplásticos, uno de los principales enemigos de los mares y océanos donde pasan a ser consumidos por animales marinos y terminan entrando en la cadena alimenticia.
Por eso, aunque seguramente a ninguno de nosotros se nos ocurre tirar una toallita húmeda de un solo uso para bebé por el inodoro, seguimos utilizándolas para la higiene de nuestros hijos. De hecho, son uno de los productos más usados porque son muy prácticas y cómodas, pero causan un grave impacto al medio ambiente y tienen un gran coste económico, que al final repercute en todos nosotros.
¿Y las toallitas húmedas para el WC?
La única diferencia de composición entre estas y las de bebé, es que las clasificadas como para el WC, tienen un mayor contenido en celulosa (papel), en el mismo tipo de textil. Por tanto, tampoco pueden tirarse al inodoro y deben ir directas a la papelera.
También los informes de la OCU, tras estudiar varias marcas de papel higiénico húmedo, advierten de que ninguna de ellas es biodegradable y que en contra de las publicidades engañosas, no se desintegran con el movimiento del agua.
Los peligros del 'monstruo de las cloacas'
Explica Magnet que este tipo de toallitas se disuelve, como máximo, en un 26%, creando una maraña de tejido indisoluble que puede provocar importantes atascos, retención de materiales biológicos y otros problemas.
Por esa razón, la Asociación Española de Aguas y Saneamiento (AEAS), junto al Grupo Internacional de Operadores de Servicios de Agua, han elaborado una guía internacional de recomendaciones para identificar los productos que son desechables por el inodoro y luchar así contra lo que llaman 'monstruo de las cloacas' en todo el mundo.
Los máximos responsables del agua a nivel mundial establecen que el váter no es un cubo de basura y solo admite productos que:
- Se fragmente rápidamente en pedazos.
- No floten.
- No contengan plásticos o productos similares que no se degraden fácilmente en los entornos naturales.
Abogan por eliminar los artículos higiénicos de un solo uso, utilizados en el cuarto de baño, porque contienen plástico que puede ser dañino para el medio ambiente marino.
Se trata de un problema que, según Europa Press, cuesta a los ciudadanos europeos 1.000 millones de euros al año.
Y es que cuando tiranos una toallita al inodoro, baja por los conductos por los que discurre el agua hasta las arquetas, depósitos que sirven para conectar tuberías y comienzan a acumularse y atascarse aquí mismo, en la comunidad de vecinos.
Las que no se quedan atrapadas, continúan hasta las estaciones de bombeo de aguas residuales (que impulsan el agua hasta las depuradoras) y muchas de ellas se quedan adheridas a las bombas obstaculizando el paso a los demás residuos, obligando a hacer limpiezas periódicas extras.
Mientras, otras llegan hasta las mismas depuradoras, y se quedan atascadas en los filtros, impidiendo el paso del agua, lo que provoca que llegue a los ríos y al mar el agua residual sin tratar, con el consiguiente daño medioambiental que esto implica.
Alternativas a las toallitas húmedas
- Agua y jabón
Es la opción más simple y, desde luego, la más eficaz. De hecho, es cómo recomienda la Asociación Española de Pediatría que se haga en el cambio de pañal. Recuerda que el jabón debe ser pH neutro.
También puedes utilizar un algodón humedecido o una esponja con agua y jabón para limpiar el culito de tu bebé. O lo más sencillo, limpiar el culito de tu bebé bajo el grifo de agua.
Si optas por la esponja, tienes que limpiarla con agua fría después de cada uso y, una vez al día, con agua caliente y jabón. Para desinfectar la esponja, basta con meterla dentro de la lavadora.
- Toallitas de tela
Reutilizables, puedes comprarlas o incluso hacerlas en casa. Suelen ser de terciopelo de algodón por un lado (para limpiar) y microfibra suave en el otro (para secar).
Son cómodas para usarlas fuera de casa, ya que solo necesitas llevarlas humedecidas. Otra opción, es llevar un pulverizador con agua para rociarlas si es necesario.
- Toallitas o pañuelos de papel
Son desechables y biodegradables, por lo que se convierten en una alternativa ecológica, sobre todo en la calle. Mejor optar por las que no tienen perfume.
- Toallitas secas de algodón
Similares a las toallas de papel, pero un poco más gruesas y más suaves. Están hechas de fibra de algodón 100% natural y de alta calidad. A diferencia del poliéster con el que están hechas la mayoría de las toallitas húmedas, el algodón es un material biodegradable y renovable, más suave, absorvente y resistente.
- El papel higiénico
Se desintegra fácilmente y se encuentra en todas las casas, colegios y baños públicos. Hasta el invento del papel húmedo, era la alternativa más utilizada para la higiene de los niños.
Tenemos que enseñar a nuestros hijos a limpiarse con él, igual que antes nos enseñaron nuestros padres a nosotros. Por cierto: el papel reciclado es más ecológico.
- El bidé
Podemos enseñar a los niños pequeños a usarlo para limpiarse bien. Incluso los hay para bebés. Y si nuestro baño no lo tiene, la ducha es otra opción cuando es necesario.
Evita usar toalitas húmedas siempre que sea posible, reservándolas solo en 'casos de emergencia', para cuando estás fuera de casa y, si tienes que usarlas, tíralas siempre a la papelera, no al inodoro.
Además de dañar el medio ambiente, recuerda que contienen químicos que pueden dañar la piel de tu bebé y aumentar el riesgo de alergias.
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