El pasquín de la jueza pitonisa en La Coruña. Imagen: Cope.
Iñaki Berazaluce
El 30 de mayo del año pasado, y a raíz de una investigación llevada a cabo por el diario ‘El Progreso’ de Lugo, la jueza María Jesús García Pérez se convirtió en una minicelebredidad en el mundo judicial y esotérico al desvelarse que simultaneaba su puesto como magistrada en el juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Lugo con el negocio del tarot: después de mandar a la sombra a los malhechores, María Jesús leía la fortuna en las cartas, a razón de 20 euros la sesión.
A raíz de aquella información, el pasado mes de junio a la jueza le abrieron un expediente disciplinario por una “falta muy grave”, a saber “el ejercicio de actividades incompatibles con el cargo de juez o magistrado”. Aunque finalmente no fue sancionada, la “doble vida” de la jueza causó cierta agitación en la capital gallega, de modo que García Pérez puso tierra de por medio y desplazó su sede unos kilómetros hacia el oeste, concretamente a La Coruña.
La magistrada lleva apenas una semana en su nuevo destino, como titular del Juzgado de Violencia contra la Mujer, y ya ha tenido tiempo de volver a abrir su consulta de tarot, según cuenta ‘La Voz de Galicia’: “Desde que se mudó a A Coruña, el asistente personal que la acompaña desde hace años puso carteles por distintas zonas de la ciudad. En ellos se puede leer: «Tarotista con gran experiencia en consulta personal o por teléfono sin límite de tiempo. Fines de semana incluidos. Se dan recetas de magia blanca». Y se añade un número de teléfono”.
El afiche que la pareja repartía en Lugo.
Llamo al número de teléfono que aparece en el afiche y contesta una voz masculina. Primera decepción: no es la jueza, ni una voz femenina como insinúan los ojos que ilustran el letrero. La segunda decepción es que el precio ha subido considerablemente: desde los 20 euros de Lugo hasta los 45 euros en Coruña, eso sí, sin límite de tiempo. El tarotista no es otro que Francisco, el hombre que María Jesús García define como su “asistente personal” y que le acompaña en sus plazas judiciales. Intuimos, y esto ya es meternos donde no nos llaman, que tampoco es su pareja sentimental, en tanto la jueza también se ha postulado para ‘First Dates’, el programa de Cuatro, “buscando el amor”: “Tengo 56 años, pero, como veis, aparento muchos menos”.
Comparto mi decepción con Francisco: “Esperaba una mujer”, y me explica que es él quién echa las cartas pero que “una amiga suya” también puede hacerlo,“aunque no a tiempo completo. Tiene otra dedicación”. Queda confirmado que ni ella ni él tienen el don de la adivinación, porque ni esta vez ni hace un año fueron capaces de detectar un periodista haciéndose pasar por cliente. Igualito que Rappel cuando le desvalijaron la casa.
El tarot, obviamente, no va de adivinar el futuro sino de conectarse con los arquetipos junguianos y los arcanos mayores. (Y de ganarse 45 horas en una hora).
Foto: J. Vázquez / ‘El Progreso’.
Como decía anteriormente, María Jesús García no fue sancionada por el Ministerio de Justicia por la incompatibilidad entre su actividad de jueza y de tarotista. Y eso que la propia implicada consultó la baraja en pleno embrollo judicial. La ‘sentencia’ fue, una vez más, errada: «Consulté el tarot y dice que mi futuro dentro de la Justicia es bastante malo».
Visto en ‘La Voz de Galicia’. Con información de ‘El Progreso’, El Mundo, Cope yPeriodista Digital.
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