Si depilarte aún te compensa, deberías conocer el origen de esta costumbre
Alba Muñoz
http://www.playgroundmag.net/
Ahora mismo, los pelos de tus piernas y axilas están
creciendo. Lo
más probable es que midan pocos milímetros, y que los odies.
Te
encantaría poder vivir sin depilarte, pero tarde o temprano acabarás pasándote
la maquinilla o la cuchilla.
Pues
bien, hace poco más de 90 años te habrías convertido en una
noticia de alcance nacional en Estados Unidos. En 1920 un
periódico publicó el siguiente suceso: "Una chica se corta la pierna
mientras se afeita porque se le había roto una media".
Sí,
hubo un tiempo en que la depilación era tratada por los medios como una
práctica monstruosa. Ejem.
Antes
de la Primera Guerra Mundial ninguna occidental se quitaba el
vello del cuerpo. Ni siquiera se preocupaba por él. Tampoco lo hacían los hombres, ya fueran maridos o amantes.
La guerra contra el vello corporal no deseado había
comenzado, en realidad, hace siglos: ya en el antiguo Egipto, tanto hombres
como mujeres usaban ungüentos y ceras naturales para lograr una piel sin pelo.
Ahora bien, si nos ceñimos a
la Edad Contemporánea, podemos
afirmar que ninguna mujer occidental se depilaba antes de la Primera Guerra
Mundial.Ni siquiera se preocupaba por el vello. Tampoco lo
hacían los hombres, ya fueran maridos o amantes.
El
motivo es claro: la ropa ocultaba esas partes del cuerpo. De hecho, lo cubría
todo. Parece lógico que en un momento de desnudez completa, la excitación no
dejara ver el bosque. O, pensándolo mejor, puede que la
vegetación formara parte del paraíso soñado.
En
1910, tan sólo las actrices y las bailarinas utilizaban cremas depilatorias
para los brazos, la cara y la nuca. Ellas fueron las primeras en experimentar
un prejuicio temprano hacia el vello femenino.
En
buena parte, la culpa fue de la moda. En 1915, los primeros vestidos de
inspiración grecorromana empezaron a aparecer: las
mangas desaparecieron y también se acortaron las faldas.
1920
marcó el inicio de la era moderna de la moda y de pronto la piel que siempre
había permanecido cubierta podía ser mostrada y lucida.
Y
entonces llegaron los cómplices: los publicistas.
La
popular revista Harper's Bazaar empezó a hablar del pelo en las axilas,
informando al sector femenino de que una nueva preocupación había llegado a su
vida.
"La
mujer de moda dice que las axilas deben ser tan suaves como la cara".
La
revolución de las vestimentas traía consigo novedades estéticas, y los
columnistas de la época abrazaron el discurso de la depilación.
Simplemente,
formaba parte de la nueva era, del fin de la guerra. Pero era una tendencia que tal
como vino, podía desaparecer.
El
empujón final lo dio la industria. En 1919 apareció la espuma de bote
instantánea, el complemento perfecto para la cuchilla desechable, inventada en
1901.
Este
packaging conseguía algo importante: alejar la depilación femenina del
afeitado masculino. Y de paso, convertir el pelo en un
atributo de los hombres.
Un
eslogan de 1920 rezaba: "Una mujer que se baña sin
medias debería sentir vergüenza de sí misma".
Este
otro se publicó en la revista McCall's: "Echemos un vistazo a tus
piernas. Todo el mundo lo hace".
Hasta
ese momento, el principal motivo para eliminar el vello era la exposición en
público. Por eso, si hubo un producto que convirtió la tendencia depilatoria en
norma fueron las medias transparentes.
El
éxito de esta prenda mandaba un mensaje claro, y generó un fuerte movimiento
anti-pelo. No dejes que nadie piense que tus piernas podrían ser las de un
hombre. ¡Poda
tu feminidad!
En
los años 50, las piernas suaves ya eran legión. En 1964 el
98% de las estadounidenses de entre 15 y 44 años afirmaron haberse depilado
alguna parte del cuerpo. Y no sólo en verano.
Si en
1920 una mujer depilándose era noticia, en la actualidad lo es una mujer con
vello en sus piernas y axilas.
Hemos
inventado máquinas, ceras y láser. Hemos llegado hasta los
genitales.
"Aunque de una forma mucho menos virulenta y estigmatizante, la liga de la depilación hace tiempo que se ceba con los hombres"
El
vello de las mujeres se considera antiestético, antihigiéncio e incluso (por
extraño) antinatural. Una gigantesca industria sobrevive gracias a esta
extendida percepción: estar suave y tranquila con una mismacuesta
tiempo, dolor y dinero.
Dos
pequeñas rebeliones consuelan a la mayoría de mujeres a quienes la depilación
sigue compensando por algún motivo: en primer lugar, una
nueva generación defiende el vello en las axilas como un rasgo naturalque
forma parte de la belleza femenina. Bien.
En
segundo lugar, están los hombres. Aunque de una forma mucho menos virulenta y
estigmatizante, la
liga de la depilación hace tiempo que se ceba con ellos. Eso calma el
picor.
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