sábado, 14 de abril de 2012

UNA PRIMAVERA LLENA DE ESPERANZAS


Por Rafael Espino Navarro


Hace hoy 81 años que el pueblo español se echó a las calles para proclamar la República. Fue el resultado de unas elecciones democráticas a las cuales en Aguilar de la Frontera los socialistas y republicanos, manifiestan su deseo inmediato de acudir en coalición. El mismo día 23 de marzo del 31, se hace publica la noticia a través de un manifiesto común.
El domingo 12 de abril de 1931, se dio comienzo a una campaña electoral que cambiaría por completo el panorama político del país.
El resultado de las elecciones celebradas, desde el momento en que se conocieron precipitaran los acontecimientos que habrían de sucederse a lo largo de los siguientes días. Provincia por provincia, de forma sucesiva proclamaron la República, sucediéndose manifestaciones de júbilo y alegría en todas las ciudades y capitales de España.

“España se acostó monárquica y despertó republicana”. La famosa frase del Almirante Aznar expresa a la perfección el cambio radical que dio España en unos pocos días. A las 9 de la noche del 14 de Abril del 1931, el monarca Alfonso XIII se marcha por la puerta de atrás. Su destino es Cartagena, donde tenía un barco preparado para su marcha hacia tierras francesas. La gente exultante ya había invadido las calles, con banderas tricolores para festejar el cambio de régimen. España es una República. El pueblo tiene la esperanza de un país mejor.

Así lo entendieron el conde de Romanones y el propio Rey, al constatar su falta de apoyo popular en las ciudades. Aquél inició contactos con Niceto Alcalá Zamora para obtener seguridades sobre la vida del monarca. Pero el que iba a designarse Jefe del Estado y Presidente del Gobierno provisional sólo unas horas más tarde, había obtenido el apoyo de Sanjurjo, y con él el de la guardia civil y el Ejército; se eximió de poder garantizar nada, exigiendo en cambio el inmediato abandono del país del que había entregado el Gobierno a sucesivos dictadores. Tal exigencia fue repetida por el Comité Revolucionario, que se iba a convertir en Gobierno provisional, en un manifiesto publicado en los distintos diarios. El monarca marchó hacia el exilio la noche del mismo 14 de abril de 1931. El día 16 de abril se hizo público el siguiente manifiesto, redactado por el Duque de Maura, y que el día 17 sólo publicó el diario ABC, en portada:


“Las elecciones celebradas el domingo, me revelan claramente que no tengo el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas. Un Rey puede equivocarse y sin duda erré yo alguna vez, pero sé bien que nuestra patria se mostró siempre generosa ante las culpas sin malicia. Soy el Rey de todos los españoles y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas en eficaz forcejeo contra los que las combaten; pero resueltamente quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil.
No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósitos acumulados por la Historia de cuya custodia me han de pedir un día cuenta rigurosa. Espero conocer la auténtica expresión de la conciencia colectiva. Mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real reconociéndola como única señora de sus destinos.
También quiero cumplir ahora el deber que me dicta el amor de la Patria. Pido a Dios que también como yo lo sientan y lo cumplan todos los españoles“. 

Alfonso, Rey.

El 14 de Abril de 1931. Durante ese día y los sucesivos las masas salen a las calles lanzando vivas al nuevo régimen político sin cesar.

“En nombre de todo el gobierno de la República española, saluda al pueblo una voz, la de su Presidente, rendida por la emoción e impulsada por el entusiasmo ante el espectáculo sin igual de una reacción casi imposible de imitar que esta nación ha dado al mundo resolviendo el problema de su revolución latente y cambio indispensable de su estructuración, en medio de un orden maravilloso y por voluntad y vía perfectamente legales. El Gobierno todo, en nombre del cual hablo, está compenetrado por su amor al país y dispuesto a resolver los ideales nacionales y ofrece que pronto, muy pronto, tan pronto como las circunstancias lo permitan, dictará el modelo de su estructuración política. Pero mientras tanto, el Gobierno realizará un programa de justicia social y de reforma administrativa de supresión de injusticia, depuración de responsabilidades y restablecimiento de la ley. Dará con todo ello la satisfacción que el pueblo anhela… El acto del domingo con ser admirable y perfecto, ha tenido complemento grandioso con el requerimiento que ayer hizo la opinión al régimen monárquico para que desaparezca e la implantación en el día de hoy de la República por un acto de voluntad soberana, de iniciativa del país, sin el menor trastorno, completando aquella empresa de tal manera que el mundo entero sentirá y admirará la conducta de España, ya puesta en otras manos con un orden ejemplar, que ha de completar su eficacia.
Asistid al gobierno con vuestra confianza, vigiladle en sus actos y, si incurrimos en responsabilidad, exigidlas; y con nuestro amor y con nuestra conciencia prometemos llenar todas vuestras aspiraciones. Si esto es así, no os reclamamos vuestro aplauso, sino vuestra confianza, para la satisfacción de la conciencia de todos nosotros. Nuestra autoridad sólo puede existir con vuestro apoyo, seguir unidos sin alborotos en las Calles y respetad el derecho de todos; pero vigilad, pues sois la guardia nacional del Gobierno que acompaña al pueblo.
Procurad que en vuestra conducta no haya nunca la menor protesta que sirva de pretexto para una reacción contraria y, si ella surgiere, quede ahogada.
La normalidad en el país es completa, y nos hemos posesionado sin el menor incidente. El primer acto del Gobierno ha sido la concesión de una amplia y generosa amnistía.
Estamos todos seguros de que España goza de un completo amor en todas las regiones, que servirá para hacer una España grande, sin que ningún pueblo se sienta oprimido, y reine entre todos ellos la confraternidad.
Con el corazón en alto os digo que el Gobierno de la República no puede dar a todos la felicidad, porque eso no está en sus manos, pero sí el cumplimiento del deber, el restablecimiento de la ley y la conducta inspirada en el bien de la patria. ¡Viva España y viva la República!

Discurso del Presidente del Gobierno provisional Don Niceto Alcalá-Zamora.



En Aguilar, las manifestaciones de jubilo por la proclamación de la II República, se vivieron de forma similar al resto del estado español..“ … se celebro una gran manifestación, así como distintos actos en los centros obreros, en coches se trasladaron también un numeroso grupo de personas a Córdoba, el día 14 de abril, para participar en los actos celebrados en Las Tendillas …”
El día siguiente , el 15 de abril de 1931, fue declarado por el Gobierno Provisional fiesta nacional y de nuevo se vuelven a suceder los actos de celebración y alegría en la casa del pueblo y en el centro republicano. Una gran manifestación recorrerá las calles de la población portando banderas tricolores y dando gritos y vivas a la República.
Los resultados de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, fueron una sorpresa para todos. Los republicanos no esperaban el éxito y los monárquicos consideraban imposible la victoria de sus adversarios.
Lo que provocó este vuelco político fue que el sistema caciquil de la España de la Restauración había llegado a un límite insostenible, por lo que finalmente se había colapsado y por primera vez el gobierno había sido derrotado en unas elecciones.

Tras el delirio inicial la preocupación del recién estrenado Gobierno Provisional fue la nueva organización democrática de la vida nacional. La República quedó instaurada inmediatamente y pudo considerarse como un ejemplo de civismo y madurez política. Su primer jefe de gobierno fue Niceto Alcalá Zamora, pero en el nuevo gabinete ya podía identificarse un alto componente de miembros de corte anticlerical o que ejercían profesiones liberales, representantes de la Institución Libre de Enseñanza. Los más destacados ministros de ese primer gobierno republicano eran Miguel Maura (Gobernación), Fernando de los Ríos (Justicia), Casares Quiroga (Marina), Álvaro de Albornoz (Fomento), Marcelino Domingo (Educación) y Manuel Azaña (Guerra).
Los gobiernos civiles, diputaciones y los ayuntamientos fueron constituidos en los siguientes días con expectación y esperanza histórica.

El resultado de las elecciones fue mayoritariamente antimonárquico en los principales núcleos de población, no llegándose a alcanzar este mismo resultado en algunas zonas rurales, donde los grandes caciques aún tendrían mucho que decir y hacer.
En Aguilar las elecciones decantaron un comportamiento absoluto de rechazo al sistema caciquil heredado y mantenido durante la Restauración y la dictadura posterior.
El resultado de estas elecciones desplazaba del poder por primera vez en la historia a las grandes élites del poder agrario local, a los terratenientes y oligarcas, siendo este, sustituido por gentes sencillas, jornaleros, zapateros, barberos o sastres. Como consecuencia de esta perdida de protagonismo y presencia en los ayuntamientos, fue practica generalizada de estos terratenientes darse de baja en los padrones de habitantes y concentrarse en sus viviendas en la capital, abandonando a la espera de mejores tiempos, sus fincas y tierras y el cultivo de las mismas, lo que supuso para la población obrera, mas paro, mas miseria y mas hambre.

Con un censo electoral de 4.108 electores, la abstención se situó solo en un 16 % en la localidad, muy por debajo del 23 % producido en el partido judicial. El 66 % de los votos los recibió el PSOE, la coalición republicana obtuvo casi el 12%, Acción Nacional el 11 %, el Partido Republicano Federal casi el 10 % y el 2% el Partido Comunista de España.
Realizado un minucioso análisis del resultado electoral en estas elecciones, obtenemos los siguientes resultados, que nos proporcionan una visión global de cuales fueron los deseos de cambio de los aguilarenses llamados a las urnas en estas votaciones, y además nos sirven para trazar la evolución de la trayectoria de los representantes políticos elegidos para administrar el municipio. Se observa claramente que la tendencia del voto fue absolutamente de izquierdas en estos primeros comicios en Aguilar de la Frontera, pudiendo afirmar que el triunfo a favor de la República fue claro y contundente.

El mayor número de votos a nivel individual lo consiguen dos personas con una clara y honda presencia socialista José María León Jiménez (jornalero) y Antonio García Márquez (camarero) ambos con 435 votos obtenidos. Por el contrario la candidatura menos votada, solo obtiene 193, votos, será la de Manuel Aragón y Carrillo de Albornoz.
La nueva corporación surgida de las urnas, se constituye el mismo día 15 de abril, siendo elegido en la misma por 12 votos a favor, frente a ocho en blanco nuevo alcalde de Aguilar de la Frontera, el Republicano Radical José Jiménez Carretero, quedando los socialistas José María León Jiménez, Antonio Cabello Almeda y Antonio García Márquez, como primer, segundo y tercer teniente de alcalde respectivamente . El Partido Comunista de España, seguirá (según fuentes policiales) manteniendo una activa militancia en Aguilar de la Frontera, pero sin obtener resultados visibles en la corporación municipal. Por otra parte, la corriente anarquista se verá fuertemente representada a nivel local por la Sociedad Agrícola “Los Yunteros”, que alcanzará el mayor grado de protagonismo político en el verano de este mismo año.

La exaltación por el triunfo del cambio de régimen, hizo que ese año las manifestaciones y celebraciones del primero de mayo, tuviesen una resonancia fuera de lo usual al ser declarado ese día fiesta nacional. Aprovechando la nueva coyuntura de libertad y esperanza, desde ciertos sectores campesinos, en las celebraciones, se reclamaba mas libertad, justicia, cultura y acceso a la alfabetización.

“Fue el fruto de una primavera llena de esperanzas populares por conseguir, al fin, cambiar el oscuro y estrecho panorama de una España “zagaratera y triste”.
Después de tantísimos años de falsificación y artificios políticos del régimen de la Restauración canonista para hurtar al pueblo su capacidad de decisión y mantener el engaño de un constitucionalismo tramposo; después de tantos años de oligarquía y caciquismo, que representaron etapas de desgobierno en beneficio de una clase dirigente rapaz e incompetente después de tantos desastres nacionales, llegó el momento de descorrer el telón de aquella farsa y dejar al descubierto la España real, pero deliberantemente escamoteada a la opinión pública.
Una España en la que junto a sus grandes lacras, vicios y malformaciones y dramas humanos y sociales, también latía una fuerza vital y transformadora, la España de “la rabia y la idea”, que dio el finiquito a una decrépita monarquía y planteó una profunda reforma del estado, para modernizarlo y adecuarlo, por primera vez, a las aspiraciones populares.
Por primera vez se planteaba la existencia de un estado republicano, plenamente democrático, sin falsificación posible de la voluntad popular, ni compraventa de votos, dispuesto a mirar cara a cara no solamente a sus poderosos adversarios políticos, sino, lo que era más importante, dispuesto a abordar con valentía reformas de diverso género para afrontar la solución de graves problemas heredados que hipotecaban la vida de generaciones enteras de españoles.”
Vitoriano Mayoral Cortés, “Elogio a la II República”


Una República que fue el primer régimen realmente democrático en nuestra historia, con medidas tan decisivas como la implantación del sufragio verdaderamente universal con reconocimiento del derecho al voto de las mujeres. La Constitución de 1931 fue también la primera que abordó el reconocimiento de los derechos sociales y económicos y las bases de lo hoy conocemos como el Estado del Bienestar. Asimismo, trató de resolver el problema de la articulación territorial de España mediante el sistema de Estatutos de Autonomía elaborados por iniciativa de los territorios que aspiraban al autogobierno, y se adelantó en proclamar la renuncia a la guerra como instrumento de política internacional.
Una República cuyas aspiraciones se verían frustradas una vez mas por los egoísmos y la irracionalidad de una vieja España, ya caduca, que con todas sus fuerzas se resistía a desaparecer y cuyo coletazo final acabó con las esperanzas, ilusiones y vidas de muchos de sus hijos, los cuales serian victimas inocentes de la sin razón y la barbarie desatada a raíz del golpe de estado producido contra la República el 18 de julio de 1936.


Ningún comentario:

Publicar un comentario