El Quijote, en el capítulo 34 de la segunda parte:
Sancho, mostrando las llagas a la duquesa de su roto vestido,
dijo:
-Si esta caza fuera de liebres o de pajarillos, seguro estuviera
mi sayo de verse en este estremo. Yo no sé qué gusto se recibe de esperar a un
animal que, si os alcanza con un colmillo, os puede quitar la vida; yo me
acuerdo haber oído cantar un romance antiguo que dice: De los osos seas comido, como Favila el nombrado.
-Ése fue un rey godo -dijo don Quijote-, que, yendo a caza de montería,
le comió un oso.
-Eso es lo que yo digo -respondió Sancho-: que no querría yo que los príncipes y los reyes
se pusiesen en semejantes peligros, a trueco de un gusto que parece que no
le había de ser, pues consiste en matar a un animal que no ha cometido delito
alguno.
-Antes os engañáis, Sancho -respondió el duque-, porque el
ejercicio de la caza de monte es el más conveniente y necesario para los reyes
y príncipes que otro alguno. La caza es una imagen de la guerra: hay en ella
estratagemas, astucias, insidias para vencer a su salvo al enemigo; padécense
en ella fríos grandísimos y calores intolerables; menoscábase el ocio y el
sueño, corrobóranse las fuerzas, agilítanse los miembros del que la usa, y, en
resolución, es ejercicio que se puede hacer sin perjuicio de nadie y con gusto
de muchos; y lo mejor que él tiene es que no es para todos, como lo es el de
los otros géneros de caza, excepto el de la volatería, que también es sólo para
reyes y grandes señores. Así que, ¡oh Sancho!, mudad de opinión, y, cuando
seáis gobernador, ocupaos en la caza y veréis como os vale un pan por ciento.
-Eso no -respondió Sancho-: el buen gobernador, la pierna quebrada
y en casa. ¡Bueno sería que viniesen los negociantes a buscarle fatigados y él
estuviese en el monte holgándose! ¡Así enhoramala andaría el gobierno! Mía fe,
señor, la caza y los pasatiempos más han
de ser para los holgazanes que para los gobernadores. En lo que yo pienso
entretenerme es en jugar al triunfo envidado las pascuas, y a los bolos los
domingos y fiestas; que esas cazas ni cazos no dicen con mi condición ni hacen
con mi conciencia.
A historia tende
a repetirse en moitas ocasións...
El elefante del rey
Documental sobre
unha historia de amor, celos e taxidermia protagonizada polo rey Afonso XIII.
…o cal non
xustifica nada.
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