Los presupuestos de Sanidad retroceden a niveles de 2007
Tras los grandes recortes, llegan ajustes al detalle: personal, material, comidas u horarios
MARÍA R. SAHUQUILLO / ELENA G. SEVILLANO
Después de cuatro años de grandes recortes presupuestarios en los que la sanidad pública española ha perdido casi 7.200 millones de euros, las autonomías han relajado los ajustes. Al menos sobre el papel de las cuentas anuales. La inversión destinada a sanidad en 2014 se mantiene prácticamente estable en la mayoría de las autonomías. El sistema, que tradicionalmente ha estado infrafinanciado —se calcula que gasta más de un 7% de lo presupuestado—, ya no soporta más tijeretazos en las grandes partidas. Pero las facturas aprietan. Así, además de continuar con los recortes en recursos humanos —que, junto con farmacia, se llevan un gran pedazo de la tarta presupuestaria— , los gestores se están centrando en el pequeño ajuste. Se mira hasta el más mínimo detalle: desde revisar los horarios de los centros, a recortar material —sanitario y no sanitario—, en la comida o en limpieza.
Estos elementos se podrían considerar complementarios o secundarios, pero también conforman la calidad del sistema nacional de salud; y unidos a factores centrales, como el impacto del copago farmacéutico, el aumento de las listas de espera —que alcanzaron la cifra récord de 100 días de media para operarse— o al retraso de las innovaciones, amenazan con deteriorar la atención. Los expertos alertan de que, tras los grandeshachazos de los últimos años, si estosmicrorrecortes no se hacen con cuidado pueden causar mucho daño. “Lo único que podría salvar la situación sería un buen acuerdo de cambios estructurales; en particular la gestión clínica, a partir de una alianza con los médicos y un cambio en la forma de organizar los servicios”, dice José Ramón Repullo, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad.
Tráigase la manta de casa. En el hospital general de Alicante los servicios periféricos —hostelería, lavandería, etcétera— se están degradando. Mientras el consejero de Sanidad, Manuel Llombart, inauguraba un escáner de última generación, algunos pacientes se veían obligados a llevarse de sus casas ropa de cama. En el centro, referencia para 1,9 millones de personas, han llegado a faltar mantas, almohadas, sábanas y pijamas, como han denunciado los sindicatos, debido a los recortes en el departamento de lencería. Este servicio del hospital ha pasado de tener diez lavanderas y costureras en 2009 a solo cinco para tratar las cuatro toneladas diarias de sábanas que se mueven en un centro de más de 800 camas. La carencia se nota también en los pequeños detalles: si ingresa un paciente de dimensiones superiores a la media no hay nadie que pueda adaptarle la bata.
Los facultativos del hospital se quejan también de que hay días en los que recorren varias plantas para buscar un pijama que ponerse. “Hace unas semanas, las enfermeras de Neumología estaban que trinaban. Les dieron 10 juegos de cama para 30 pacientes, hay que sortear quien se queda con un cambio y quién no. Dicen que es generalizado, pero para cambios diarios no hay, solo para los dos pacientes de gripe A”, cuenta Paloma Serrano, que ha estado ingresada una semana en la planta. Una portavoz del centro asegura sin embargo que no se ha detectado ningún problema de falta de material.
Pero no es la única región donde la ropa de cama escasea. En el servicio de diálisis del hospital Clínico de Valladolid apareció en febrero pasado un cartel —con membrete y sello oficial del servico de salud de la región— que informaba a los pacientes de que debían “traer de sus casas las almohadas que cada uno estime oportuno”. “Solo se proporcionarán”, añadía, a los pacientes que “estén ingresados” en el hospital. Tras saltar a las redes sociales, una portavoz del servicio castellanoleonés señaló que el cartel se colocó en el centro “sin contar con la dirección del hospital”. “En cuanto se tuvo conocimiento de ello, se retiró inmediatamente y el servicio sigue funcionando como siempre”, afirmó.
Sin pañales ni compresas. En el hospital Vall d’Hebron de Barcelona, los recién nacidos ya no tienen pañales gratis durante su estancia. A los bebés se les pone uno cuando nacen, pero luego son las familias las que se tienen que encargar de llevar el resto. “Se les avisa por escrito cuando ingresan”, explicó una portavoz del centro, quien aclaró que a los que llegan con alguna patología y se les deja ingresados sí se les suministran todos los pañales. Este recorte, explican fuentes sanitarias, se ha generalizado ya en la mayoría de los hospitales gestionados por el Instituto Catalán de la Salud (ICS).
Lo mismo sucede con las compresas que utilizan las madres cuando acaban de parir, que antes también se daban en abundancia. Responsables del centro afirman que el hospital ha instalado varias máquinas dispensadoras con material para recién nacidos —como pañales, toallitas, tetinas y baberos— a “precios reducidos”.
Sopa con cucharillas de postre. Los cocineros y pinches del Hospital San Pedro de Alcántara, en Cáceres, denunciaron en enero a la gerencia la preocupante falta de cubertería (cucharas, cuchillos...) que sufrían. La situación en días puntuales fue tal que los enfermos tuvieron que comerse la sopa con cucharillas de postre de material desechable. El sindicato UGT asegura que no es un hecho aislado, que en otras ocasiones han faltado tapas de las tazas de desayuno o material de limpieza en las cocinas.
Los recortes o la falta de liquidez están provocando ajustes bastante cicateros. En algunos ambulatorios del centro de Alicante los facultativos aseguran incluso que falta papel para limpiar el gel conductor que se utiliza en las ecografías. Pequeñas carencias que complican el trabajo y suponen, también, una pérdida de calidad en la atención. “El material desechable ha bajado una barbaridad en los últimos dos años. A veces no hay ni folios para recetar. Antes siempre había stock de medicamentos y ahora el suministro de fármacos ha caído estrepitosamente. Si viene un paciente con un golpe no le puedes dar un gelocatil, has de recetárselo”, cuenta el responsable de Atención Primaria del sindicato médico CESM en Alicante, Víctor Pedrera.
¿Y si enferma el único celador? A los responsables de un centro de salud de la provincia de Sevilla se les planteó hace unas semanas una disyuntiva: o hacían una excepción en la política instalada en los últimos años de no suplir con contratos de sustituciones la inmensa mayoría de las bajas laborales o no podían abrir el centro. El celador estaba de baja, no lo habían sustituido, y el administrativo que hacía sus funciones se puso enfermo. Al final se acabó contratando a un sustituto, y el centro abrió, pero la anécdota, revelada por el secretario general de Servicios Sociales y Sanitarios de UGT en Andalucía, Antonio Macías, ilustra el principal problema del que alertan los profesionales, no solo del Servicio Andaluz de Salud, sino de toda España: la escasez de recursos humanos. “El nivel de sustituciones es ínfimo, como nunca se ha conocido”, asegura Macías.
La percepción de los sanitarios que están sobre el terreno cuando miran a su alrededor es acertada. Los datos de la Encuesta de Población Activa, indica el experto José Ramón Repullo, muestran un descenso del empleo en el sector sanitario y social de entre 40.000 y 50.000 personas.
En todas las comunidades autónomas hay quejas porque no se sustituyen las bajas. Con las plantillas de médicos, enfermeros y técnicos ya en mínimos, se sigue recortando en otras categorías laborales, como en los celadores en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. El sindicato CSI-F denunció hace unas semanas que de los 444 trabajadores de la plantilla oficial del centro, solo estaban cubiertas 350 plazas. Los celadores, como explican fuentes del hospital, son los que trasladan a los pacientes a las pruebas diagnósticas o al quirófano. De que estén cuando se les necesita depende que se cumplan los horarios. “Ha habido retrasos de hora y medio respecto a la entrada en quirófano por la falta de trabajadores”, señalan. Pese a que el hospital inicialmente lo negó, poco después anunció la contratación de seis nuevos celadores.
Diálisis a medianoche
Con las listas de espera disparadas y las facturas de las clínicas concertadas engordando, los servicios de salud regionales han ido eliminando las conocidas como peonadas —jornadas extraordinarias de tarde con personal propio— y tratando de tener en funcionamiento los quirófanos y los aparatos diagnósticos públicos el mayor tiempo posible sin tener que pagar horas extra. Madrid, por ejemplo, empieza a contratar equipos quirúrgicos solo para horario de tarde. Algunas comunidades ensayan la atención a los pacientes en horario nocturno.
El consejero de Sanidad castellanomanchego, José Ignacio Echániz, explicó la semana pasada que el hospital Virgen de la Salud, en Toledo, ya hace radiografías desde las seis de la mañana y hasta las dos de la madrugada, también en fines de semana. El horario nocturno es opcional, añadió. Según sus datos, en febrero se han hecho casi 400 pruebas más que en el mismo mes de 2013. Una portavoz del servicio de salud afirmó ayer que se está estudiando extender esta medida a otros hospitales.
En Andalucía, el servicio de hemodiálisis del hospital Regional y el Virgen de la Victoria de Málaga se va a unificar en marzo en una nueva sede. La Consejería ha anunciado ya que el turno de tarde se va a ampliar hasta las dos de la mañana, lo que ha suscitado las críticas de los profesionales, que entienden que ese horario impedirá a los pacientes llevar una vida normalizada e incluso puede perjudicar a su salud al romper el ciclo del sueño. La Consejería aclara que el turno que termina a las dos es para los profesionales y que los enfermos acabarán su tratamiento a las 24.00. Añade que la diálisis nocturna se ha creado para pacientes laboralmente activos y estudiantes que prefieren mantener su rutina de día. Desde que se dio a conocer, asegura el SAS, 17 pacientes lo han solicitado.
Pacientes sin merienda. Hace más de un año que los enfermos del Hospital Josep Trueta de Girona ya no reciben un tentempié que les suministraba el hospital para aguantar entre la cena —que se sirve alrededor de las siete de la tarde— y el desayuno, a las ocho de la mañana. Ese resopor(como se le llama en catalán) consistía en un yogur, un vaso de leche caliente con galletas, un zumo de frutas o un flan, según el día. “Ahora solo se les da a los diabéticos”, cuenta María Àngels Rodríguez, delegada de CC OO en el centro. Los trabajadores del turno de noche del centro ya no pueden contar con el bocadillo, ensalada o caldo, con fruta o magdalena, que el hospital les daba de cenar. Dejó de suministrar este avituallamiento en junio del año pasado, y calcula que con esta medida se ahorra unos 90.000 euros al año. El hospital declinó comentar su decisión.
Y sanitarios de guardia sin cena. La Junta de Castilla y León asegura haber ahorrado ya seis millones desde que en 2012 dejó de facilitar las comidas de los sanitarios que hacen guardia en los hospitales y los centros de salud de la región. Ahora, después de las protestas de muchos trabajadores, que consideraban que el ahorro era mínimo para la molestia que generaba — “las cafeterías de los hospitales tienen horario reducido, y nadie en su sano juicio abandona a un paciente para irse a cenar”, decía una médica—, ha decidido reponer este servicio. “En todos los hospitales”, precisa una portavoz, frente a las acusaciones de que solo ha ocurrido en algunos. “Pero solo en los hospitales, no en atención primaria”, precisa. Los seis millones de ahorro corresponden, según el servicio de salud Sacyl, a cinco de primaria y uno de hospitalaria. Ahora estas comidas vuelven a los hospitales “a coste cero, a través de la propia cocina del hospital, y en los que no se pueda, al menor coste posible (prácticamente simbólico) gestionado con las cafeterías de los centros”, añade la portavoz.
En el Hospital Josep Trueta de Girona se han quedado sin cena y de momento no hay vista de recuperarla. Los trabajadores del turno de noche del centro ya no pueden contar con el bocadillo, ensalada o caldo, con fruta o magdalena, que el hospital les daba de cenar. Dejó de suministrar este avituallamiento en junio del año pasado, y calcula que con esta medida se ahorra unos 90.000 euros al año. “Pedimos que nos dieran unos tickets para café con leche y pastas, pero nada”, dice María Àngels Rodríguez, delegada de CC OO en el centro.
Cobrar por la tarjeta sanitaria. Los pacientes de Baleares, Galicia, Madrid y Cataluña tienen que pagar ya por los duplicados de sus tarjetas sanitarias. En estas dos últimas autonomías, además, también se exige el pago —Madrid 10 euros y Cataluña siete— aunque sea por robo.
Un tercio menos para la limpieza. Los gestores tienden a considerarlo un servicio secundario, complementario al de la asistencia sanitaria, pero la limpieza de centros de salud y hospitales es vital. Hace unos meses, Madrid sacó a concurso la limpieza de los cerca de 300 centros de salud de la región. Recortó el precio de la adjudicación un 30% sobre lo que costaba anteriormente. El resultado: a las pocas semanas los profesionales estaban denunciando la higiene deficiente, la acumulación de residuos, las jornadas sin personal de limpieza...
La propia Consejería de Sanidad levantó actas de sanción por más de 70.000 euros contra la empresa por incumplimiento parcial del contrato. La empresa ha pagado, dice Sanidad, pero ha presentado un recurso de reposición. La Inspección de Trabajo determinó que la dedicación de personal de limpieza era “insuficiente” y encontró en las inspecciones “suciedad generalizada en suelos, paredes y camillas” y “riesgo biológico por la falta de higiene en consultas donde se deben hacer curas”, entre otras muchas deficiencias.
En Castilla-La Mancha también se ha querido ahorrar con la limpieza. Los nuevos contratos que han salido a concurso ofrecían a los licitadores un 15% menos de media. Algo que, según denuncia Sinforiano Madroñal, de UGT, equivale a pérdida de puestos de trabajo. Una de las empresas, Clece, que entre otros centros iba a limpiar el Hospital de Parapléjicos de Toledo, acabó renunciando al contrato. Según CC OO, por el “recorte temerario” en los presupuestos, que pone en peligro la calidad del servicio. Desde el servicio de salud (Sescam) aseguran que la limpieza se está prestando sin problemas.
También en Cataluña los gestores se han fijado en la limpieza como partida recortable. En el centro de atención primaria Cirera Molins, de Mataró, se ha prescindido de la persona que cubría el turno de mañana. Algunos trabajadores se han quejado al comité de empresa del Consorcio Sanitario del Maresme, que gestiona este dispositivo, de que el ambulatorio está más sucio y de que, si algún enfermo vomita o sufre pérdidas de sangre, no hay personal que lo pueda limpiar.
Material de peor calidad. En el hospital 12 de Octubre, en Madrid, el personal de enfermería ha notado que las gasas ya no son lo que eran. “Hasta ahora eran de algodón cien por cien; ahora no, son de material sintético y no empapan ni absorben como las de antes”, señala una fuente sindical que ha recogido las quejas de los trabajadores. “El personal empieza a negarse a usarlas porque no funcionan como deberían”, añade. Una portavoz del hospital reconoce que sí hubo un problema con el anterior proveedor (se llegó a resolver el contrato), pero afirma que está resuelto y que ahora “el artículo denominado tejido sin tejer [sic]” solo ha recibido una queja de un médico.
Algunos profesionales andaluces destacan también que en los dos últimos años ha caído la calidad del parte del material, como los guantes, el esparadrapo o las jeringuillas y abunda el made in china.“Nos quejamos y cuando es muy evidente a veces se ha cambiado. Pero otras veces han hecho una compra grande y hay que acabarlo” cuenta el secretario de Satse de Andalucía.
La lavandería, más barata. Los servicios de salud esperan a que concluyan los contratos vigentes para sacar nuevos concursos a la baja, o bien toman un camino más directo y privatizan la gestión del servicio. Es lo que ha sucedido en la Comunidad de Madrid, cuyo Gobierno decidió en octubre adjudicar el servicio de lavandería de ropa hospitalaria —atiende a 19 hospitales públicos de la región— por 46 millones de euros. Según presumía el propio Gobierno regional, iba a ahorrar 36 millones de euros con respecto al coste anterior. ¿Qué hizo la UTE ganadora —Flisa y Lavandería Industrial Laundry Center, ambas de la Fundación ONCE?— Ofrecer a los trabajadores pasar de un sueldo medio de 1.100 euros a 660. Los empleados hicieron 42 días de huelga y consiguieron mejorar —un 25%— su sueldo. La Inspección de Trabajo comprobó que las empresas habían incurrido en una infracción “muy grave” por haber contratado empleados para sustituir a los que hacían huelga. Han recurrido.
Centro cerrado por la tarde. Además de los recortes de personal, los gestores de algunas autonomías también han decidido reducir los horarios de algunos centros de salud, e incluso cerrar algunos puntos de urgencias rurales. Es el caso de Extremadura, donde los centros de salud ya no tienen horario de tarde, o de Murcia, donde los pocos centros que lo ofrecían ya no lo hacen. El último que, según un portavoz de la Consejería, abría en horario vespertino para atender a los pacientes de otro ambulatorio de la zona, que estaba en obras, cerrará los próximos días. Un recorte que para la Asociación de Usuarios de la Sanidad de Murcia contribuye a recortar la calidad asistencial. Esta organización de sanitarios y pacientes explica que por las tardes los centros de salud que abrían atendían urgencias, vacunas, curas…
En la región de Murcia, además, se han cerrado cinco centros de atención continuada. Los vecinos de Portman, Librilla, La Parroquia, Campos del Río y Moratalla tienen que viajar a otro municipio cuando tienen alguna urgencia. Un portavoz de la consejería de Murcia asegura que la decisión de acortar los horarios se ha tomado por criterios de eficiencia. “Todos estos centros están a menos de 15 minutos de otro que abre las 24 horas, así que viendo que la actividad en todos ellos era residual se tomó la decisión de cambiar el horario”, indica.
Con información de Antía Castedo, Rubén Esquitino, Reyes Rincón.
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