venres, 21 de marzo de 2014

22M: Luchar para recuperar la dignidad

Carlos Huerga


Desde hace varias semanas, miles de personas se dirigen a Madrid repartidas en seis columnas que parten de distintos lugares del país. Estas son las Marchas de la Dignidad y confluirán el sábado 22 de marzo en Atocha, en una gran manifestación.
A pesar de que las movilizaciones ya nos han dado algunos éxitos como los StopDesahucios o la paralización de la privatización de la Sanidad Pública madrileña, hay gente que se sigue preguntando si manifestarse sirve para algo. Estas marchas nos dan tres razones y un objetivo, que animan a participar.
Primera razón: acumulando indignación.
La crisis afecta de muchas maneras: destruye derechos que hemos conseguido gracias a años de luchas y nos pone todavía más difícil lograr algunos que aún teníamos por conseguir. Estas marchas se construyen en torno a la defensa de lo que nos está siendo arrebatado: servicios públicos, empleo digno, derecho a la vivienda, etc; a la vez que señalan claramente a los culpables de que esto esté pasando: la troika, la estafa de la deuda, el Gobierno, etc.
Esto supone un elemento de cohesión. Una gran parte de la población estamos siendo víctimas por alguno de estos problemas o tenemos a alguien cercano afectado por ellos. Los contenidos son un cúmulo de indignación. Lo que exigen estas marchas nos afecta a la inmensa mayoría. Al 99%.
Segunda razón: empoderamiento colectivo.
Estas marchas se llevan gestionando desde hace meses y desde distintos territorios. A raíz de esos núcleos, se han ido organizando las seis columnas que llegaran a Madrid y plataformas de apoyo que les animan y ayudan a su paso. Incluso, se llevan a cabo acciones allá por donde van, como protestas frente a establecimientos que no pagan a sus trabajadores, o como el caso de la Columna de Extremadura que ayudó en la recuperación de un edificio para la Obra Social de la PAH en Talavera de la Reina.  Los integrantes de la columna se han empoderado.
Este formato ha facilitado que mucha gente se haya podido ir sumando, que las reclamaciones que se llevan desde las columnas se hayan difundido por su recorrido y que se aproveche que llegan las marchas para dar charlas o preparar movilizaciones locales.
Tercera razón: tejiendo confluencias.
La indignación que recogen las reclamaciones de estas marchas, junto con unos modos de participación abiertos han conseguido que confluya en esta marcha un número de colectivos que cubre un amplio espectro de la izquierda: asociaciones de vecinos, sindicatos, plataformas, partidos políticos, asambleas del 15M, PAHs, etc.
Puede que haya gente para la que esto no sea importante, pero pensar en una experiencia colectiva donde distintas agrupaciones, a pesar de las dificultades que esto conlleva, hagan un trabajo en común y positivo nos deja un escenario mucho mejor para afrontar futuros retos.
El objetivo: vamos a recuperar la dignidad.
Nos venden que estamos saliendo de la crisis. A oídos de alguien parado o desahuciado, esto es hasta ofensivo, pero si puede tener algo de cierto. Ellos están saliendo de su crisis: han destruido nuestros derechos laborales para que sea más fácil despedirnos; modifican las Constitución para que lo primero sea que paguemos sus deudas; expolian lo público para vendérselo a fondos buitres, etc. Resumiendo: han solucionado su crisis pagando con nuestra dignidad.
Sólo conseguiremos recuperar nuestra dignidad si una mayoría decide salir a la calle a defender sus derechos. La lucha nos devuelve la dignidad que nos han quitado. Vamos a por ella.

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