xoves, 18 de agosto de 2016

Así es amar en un país donde la homosexualidad es un delito

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El artículo 377 del código penal de Bangladesh criminaliza las actividades sexuales “contra natura”. Entre ellas se encuentra, por supuesto, la homosexualidad. Además, la religión dominante determina que las relaciones entre personas del mismo sexo son pecado. Y en los últimos tiempos, la comunidad LGTBI de este país ha sufrido persecuciones, acoso e incluso asesinatos por su condición sexual.
Definitivamente, Bangladesh no parece ser un buen país para salirse de la norma. Sin embargo, la comunidad LGTBI no se deja guiar por el miedo y se muestra como es más allá de los tabúes existentes.
Ese es el caso del fotógrafo Gazi Nafis Ahmed y su proyecto fotográfico Inner Face. En él, retrata a los miembros de la comunidad LGTBI de Bangladesh. “La escena LGTBI en Bangladesh es muy, muyunderground. Esencialmente hay dos grupos sociales diferentes. Las clases medias/altas, que se refieren a sí mismos como homosexuales, y que tienen acceso a internet, forman parte de una red global de comunidades homosexuales y tienen amigos en todo el mundo”, explica el fotógrafo en declaraciones a The Guardian. “ Y luego está otra clase social diferente que no se refiere a sí mismos como LGTBI sino como HSH. Esta es una designación de salud pública que se refiere a Los Hombres que tienen Sexo con otros Hombres. Poseen bajos ingresos -cocineros, bailarines, conductores de rickshaws- y hay un gran estigma hacia ellos”, reconoce Ahmed. El fotógrafo trabajó con ambos grupos, con la intención de componer el retrato más fiel posible de esta comunidad.
Ahmed empezó el proyecto en 2008, inspirado por la represión que vivía la comunidad LGBTI en Bangladesh. El fotógrafo estudiaba en Dinamarca, donde la libertad sexual era completamente diferente a su país de origen. “Era asombroso”, recuerda. Así que, después de acabar sus estudios, empezó a retratar y a documentar las historias de aquellos que vivían su sexualidad de espaldas a la sociedad bangladesí.
Para ello, se acercó a la Sociedad de Bienestar Social Bandhu, una asociación le ayudó a hacer conexiones y ponerse en contacto con gente interesada en el proyecto. Y para su sorpresa, el fotógrafo encontró a una increíble cantidad de personas valientes que le dijeron que querían que sus voces y rostros aparecieran en el proyecto.
"En Bangladesh no es fácil para las personas de la comunidad LGBTI practicar su libertad de expresión como en muchos otros países. Pero sentí que, a través de mi arte, estos seres humanos podrían tener la opción de que sus voces se escucharan por ahí".
Amit y Rana (2009). "Somos de diferentes religiones, pero eso no importa. Creo que nuestro amor está más allá de los juicios morales de la sociedad y por lo tanto vamos a seguir amándonos. Tenemos una buena vida, una vida bonita, casi como si estuviera envuelta en papel de bellos colores”.
Shahinoor y Nipa (2009). “Soy una mujer y amo a otra mujer. Quiero vivir con mi amante. Y no quiero que nadie se interponga entre nosotras. No queremos que alguna de las dos se suicide, se haga daño, se convierta en adicto a las drogas, se corte. Vivamos de la manera que queramos. Ahora es el momento de abrirse y hablar de ello”.
Imán (2009). "Quiero hablar de mis pensamientos, de mis inclinaciones, pero mi profesión me obliga a enterrar estos pensamientos muy dentro de mí. Me obliga a vivir una doble vida. Pero yo no quiero alejarme de mi profesión, ya que es también algo en lo que creo profundamente. Traté de cambiar. Ahora creo que mi condición es un regalo de Dios. Hoy, estoy feliz como soy, viviendo en paz con mis esperanzas y sueños".
Amante (2014). Billal y Aman: “Desde nuestro primer encuentro, hemos empezado a salir juntos. Nuestra familia cree que solo somos amigos, pero estamos profundamente enamorados y nadie puede separarnos”.
Casa (2009). Mithu: “Vivo en una casa de huéspedes de la ciudad donde soy respetado por mis compañeros. Vine a Dacca con la esperanza de encontrar un trabajo y ganar un poco del libertad. Necesitaba mantener a mi esposa y a su familia y también tenía que ser capaz de ser yo mismo. Nunca he llevado a mi esposa a Dacca. Si hubiera podido entenderme a mi mismo en ese momento como lo hago ahora, nadie habría podido obligarme a casarme. Sé que muchos como yo que se han casado, viven la 'vida dura'”.
Ratul (2009). "Siempre me sentí muy atraído por los hombres. Abandoné el colegio en el décimo curso porque no podía permitirme el lujo de continuar mi educación. Empecé a ser trabajadora sexual. Las ofertas se realizan principalmente a través de llamadas telefónicas y, a veces, me recogen los clientes de los parques. Son de todo tipo: Casados, médicos, maestros, estudiantes, conductores, empleados. Apoyo a mi familia y ahorro un poco de dinero para mí. La vida continua”.
Shalok (2016). "Mi cuerpo y mi mente son diferentes el uno de la otra. Podría ser una chica, pero... ¿Cuál es ese 'pero'? ¿Es mi cabeza? Sí. Mentalmente, soy un hombre totalmente”.

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