Derecho
Constitucional a todas éstas pero que el ministro De Guindos calificó como un derecho del siglo XVIII no
acorde con los momentos actuales y por tanto debería reformarse con lo cual
posiblemente se le atraganto el “quitarse, eliminarse”.
Los
trabajadores jamás han recibido nada gratis de sus patrones, desde la hilandera
textil industrial en Inglaterra hasta los reactores nucleares de hoy ha sido
así. El trabajador vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario que se
transformará en su bienestar, el de su familia a fin que le permita asegurar un futuro con alguna
estabilidad.
Pero la
maquinaria económica y política del neoliberalismo ha puesto el sentido del
trabajo patas pa´rriba, lo ha deteriorado y lo ha transformado en una mercancía
que se abarata al influjo de sus crisis y sus pérdidas, argumentando hasta lo
divino con el fin de justificar y terminar cambiando todo el consenso y los
acuerdos laborales que se daban hasta hace pocos meses y pidiendo además a los
trabajadores que democrática y civilizadamente reconozcan los ajustes laborales
a través de reformas del Consejo de Ministros, lo cual quiere decir mas o menos
que se sometan mansamente al arbitrio sin recurrir a protesta legitima o
ilegitima alguna, es decir : Señor tome ésta daga y máteme.
Por lo
tanto patrones y trabajadores tradicionalmente han jugado papeles antagónicos
jalando los unos para su único bolsillo y los otros también pera el suyo. Ni
mas faltara que el trabajar fuese gratis o casi gratis, aspecto que pretenden y
ello sí se correspondería hoy con políticas
de esclavitud del siglo XVIII que tratan de resurgir a capa y espada bajo el
manto protector del Neoliberalismo. Pero esa pretensión gobiernista Rajoyana y
Merckelista fué y seguirá siendo enfrentada como en la gran huelga de ayer por
los trabajadores españoles quienes a través de sus principales voceros
manifestaron en plaza que esta reforma laboral solo tiene dos salidas:
Cambiarla o cambiarla ya que si no el malestar laboral in crescendo aunado a su
protesta en las calles medirá la fortaleza o debilidad los trabajadores y el gobierno en representación de la empresa,
el mercado y la política neoliberal. Otra vez el antagonismo trabajador-gobierno
encrespa a la sociedad y no hay que desconocer que ella mayoritariamente es una
masa de trabajadores que en democracia eligen tanta a sus lideres sindicales
como al gobierno por lo tanto ni uno ni otros podrían abrogarse el
autoritarismo y la dictadura de los decretos para hacer lo que les venga en gana.
1975
Lastimosamente
la llamada Crisis da para todo lo que podemos imaginar en materia social y
laboral ya que se convierte en el axioma que principalmente los gobiernos, los
mercados y los políticos esgrimen como el arma justificativa de la malo, lo
ruin y lo perverso socialmente y laboralmente hablando pero disfrazado de
necesidad imperiosa.
Por
último, el derecho la huelga no puede demostrarse al interior de los
silenciosos templos sino en las calles e ineludiblemente cualquier brote de
desorden será controlado o provocado por alguna de las fuerzas del conflicto sin que aquello sea un campo de batalla
sangrienta, lo cual es uno de los argumentos de quienes ven en las
manifestaciones de la huelga la violencia del XVIII. Pero me pregunto si habrá mas violencia hoy y sobre
todo quién la genera. Por ello tratar de demeritar o desprestigiar el derecho
constitucional a la huelga por actos aislados en las manifestaciones publicas
solo es el sueño de quienes niegan la protesta social como un elemento de ésta
manoseada democracia.
Vigo 29M 2012
El adiós
al estado de bienestar será posible solo si los trabajadores y la sociedad
entregan al presidente de gobierno la daga que les degolle.
Ainm
O Barco de
Valdeorras 30032012
Ningún comentario:
Publicar un comentario