martes, 15 de decembro de 2015

Carta abierta a Albert Rivera

Beatriz Monasterio Chicharro 
abogada de la Asociación Libre de Abogadas y Abogados (ALA)
www.diagonalperiodico.net/

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en el mitín en Vistalegre, Madrid, el domingo 13 de diciembre. /DAVID FERNÁNDEZ
Realmente no sé cómo empezar esta carta, señor Rivera, pues si me dirijo a usted como "Estimado" mentiría por los motivos que más adelante le explicaré, y si la empiezo con "Muy Sr. mío", tendría -quizás- más cabida puesto que si usted viniese a gobernar este país nuestro tan denostado en derechos, sí pasaríamos las mujeres a ser "muy Sras. suyas..." y creo conoce usted bien el motivo de ello.
Soy abogada y pertenezco a una Asociación que, entre sus fines, cuenta con la defensa de los más desprotegidos y donde existe un Área de la Mujer, precisamente para defender los derechos de las mujeres que sufren malos tratos.
Fuimos pioneras en asumir la defensa de las que nos lo solicitaban para acompañarlas a las denuncias que interponían en comisaría y su seguimiento en juicio. Es la Asociación Libre de Abogadas y Abogados (ALA).
Pues bien, ahora sí: le diré el motivo o los motivos por los que no puedo comenzar esta carta con los términos "Estimado Sr.".
Desde hace apenas dos días, todas las mujeres con las que tengo contacto, y yo misma, estamos algo asombradas y perplejas por el anuncio que usted ha hecho en todos los medios de elaborar una Ley contra la violencia machista, en la que se incluya a los hombres que mueren a manos de sus esposas, compañeras o novias.
Somos todas las mujeres, que hemos oído sus palabras y las de las representantes de su partido, quienes nos hemos dejado la piel luchando por conseguir una Ley que amparara a todas aquellas que sufren maltrato por parte de sus parejas.
Y, a pesar de seguir adelante con la defensa de las mujeres víctimas de maltrato y haber conseguido, al menos, una Ley que nos proteja, venimos a escuchar de un posible Presidente de Gobierno que la Ley de violencia sobre la Mujer, va a "modificarse"... ¿modificarse volviendo al siglo XX?
Entonces sí había impunidad para el hombre que cometía estos hechos, incluso se le absolvía si se podía incluir en la defensa un atenuante de "celos", "adulterio", etc. Es más, en esa época, los hombres que ingresaban en prisión por estos hechos tenían muy buen comportamiento en la cárcel, con lo que se ganaban la simpatía de muchos funcionarios y conseguían reducir su estancia en prisión por "buena conducta" (su "enemiga" ya no existía y ellos eran felices). Incluso en el epitafio de muchas sepulturas se podía leer aquello de "la maté porque era mía".
¿Conoce usted cuántas Órdenes de Protección se han concedido este año?, ¿conoce usted la labor de los/as abogados/as que cada día se esfuerzan en solicitar y conseguir una Orden de Protección?, ¿sabe usted o conoce que, en un gran número de casos, no se concede y tienen que volver a vivir con su pareja?, ¿sabe usted el terror al que están sometidas día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, muchas de las mujeres que sufren maltrato?, ¿sabe usted la valentía de las mujeres que han decidido, tras largos años de maltrato, denunciar?
¿Qué pretende con la nueva reforma, señor Rivera?, ¿regresar al pasado?
¿No le basta con cincuenta mujeres asesinadas a manos de sus parejas? Me asombra su desconocimiento, repito, me asombra su desconocimiento de la muerte por asesinato de esas cincuenta mujeres en este año 2015 en el que vivimos. ¿Cuántos casos de hombres asesinados por sus mujeres conoce? O he de decir –como se ha oído también en los medios, dicho por alguien de su partido- , "SÓLO 50 mujeres asesinadas".
¿Conoce usted la existencia del maltrato psicológico, del maltrato económico?, ¿cuántas tienen que "mendigar" a diario a sus parejas un permiso y/o algo de dinero para comprarse cualquier cosa, ir a la farmacia o al médico, a la compra o para ir con sus amigas?, ¿cuántos hombres conoce usted que tengan que pedir dinero a sus parejas para salir con sus amigos?
Hay incluso países donde el ir al ginecólogo les está del todo prohibido a las mujeres y el camino que debemos seguir no es ése.
Por ello, señor Rivera, terminaré esta carta como he empezado: ni "estimado" ni "muy sr. mío": simplemente le diré adiós con el mayor de los respetos y espero que cambie su discurso por el bien de todas las mujeres.
La igualdad tan deseada por nosotras no ha llegado aún y, menos con personas que piensan como usted.

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