xoves, 6 de abril de 2017

EL DÍA EN QUE LA ROMAREDA SE LLENÓ DE HIPPIES

Por rgallardo87
https://manoinvoluntaria.wordpress.com

Año 1995. El Real Zaragoza se encontraba disputando la semifinal de la Recopa (trofeo que perdió la vida en 1999) ante el todopoderoso Chelsea. Era el partido de ida y los maños sabían de la importancia de irse a Stamford Bridge con una buena renta.


Antes de llegar a aquella penúltima ronda, equipos de la talla del Feyenord o Borusia de Dormunt habían sucumbido ante la furia y el buen juego de un gran equipo dirigido por Víctor Fernández. En sus filas se encontraban jugadores de la talla de Sneinder, Pardeza, Aguado o el gran Nayim. Quizás aquel equipo haya sido el mejor de la historia del Zaragoza.

El campo estaba llenó hasta la bandera como diría el periodista especializado, hasta 34000 personas presenciaron en directo aquel día histórico. Algo especial sucedió aquella noche de primavera zaragozana, tanto en el césped como en el graderio.

Mejor imposible, así empezó el partido para el Zaragoza. Corría el minuto 8 en la Romareda cuando Pardeza adelantaba a los locales aprovechando un remate con la testa de Aguado, 1-0. Minutos más tarde, cuando el electrónico marcaba el 25, Sneijder conseguía poner tierra de por medio con un gran gol de disparo raso a la izquierda del portero. No quedó ahí la cosa, el tercer y último gol del partido lo volvió a conseguir Sneijder en el mínuto 57. 3-0 y el Chelsea contra las cuerdas. El marcador nunca más volvió a moverse, pero algo pasó en la grada tras ese último tanto.

Al parecer, centenares de Hooligans ingleses se habían trasladado a la capital aragonesa con la excusa del ver a su equipo jugar, pero al verse tan mal en el marcador, empezaron a hacer lo que mejor saben y siguen haciendo en la actualidad, comportarse como borregos. Ante tremendo panorama, los antidisturbios tuvieron que intervenir para calmar a aquellos beodos y cazurros ingleses, pero no había manera.

Hágamos un paréntesis en la historia para que se pueda enteder posteriorme. Por aquellos tiempos, “el día después” (gran programa de fútbol de Canal +) ya tenía cámaras en todos los puntos del campo. Bilardo, entrenador del Sevilla, fue una de las primeras “victimas” de este despliegue tecnológico. Durante el partido Deportivo – Sevilla, Maradona golpeó sin querer a un jugador rival en el rostro, y ambos se quedaron en el suelo. El médico del Sevilla, con nombre de futbolero, Domingo, salió al césped para antender al “pelusa”, pero al ver que éste se encontraba bien, atendió al jugador del deportivo. Esta actitud caballerosa no le gustó nada a Bilardo, el cual mientras observaba a su ayudante, le gritaba enrabietado una y otra vez “los de colorado son los nuestros”. Cuando el jugador deportivista se recuperó y el médico volvió al banquillo, ambos empezaron a comentar lo sucedido. Mientras Domingo le intentaba explicar su postura, Bilardo le decía “que carajo me importa el otro, ¡pisalo, pisalo!” (poner acento argentino al leer). Cuando Bilardo supo que estaba siendo grabado, en actitud chulesca y provocadora, miró a la cámara y volvió a decir en voz alta aquello de “pisalo”, y luego tres veces más “pisalo”, “pisalo”, “pisalo”.

El día después era muy visto en España (se podía ver gratis en Canal +) y aquella anécdota había calado mucho en los aficionados al fútbol.

aquí podéis ver el video.

Ahora retomemos la historia, mientras los antidisturbios disuadían a los enfervorecidos hooligans a base de “porrazos”, los aficionados aragoneses empezaron a animar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Un cántico peculiar retumbaba en la Romareda: “PÍ-SA-LO, PÍ-SA-LO, PÍ-SA-LO”. Estaban emulando a Bilardo, pero sin su acento. Parece ser que entonces el ambiente se calmó un poco y todo volvió a la normalidad. No era precisamente la intención de los zaragozistas, pero así fue.

A la mañana siguiente, y de manera sorprendente, los diarios ingleses ensalzaban el comportamiento de la afición maña. Esto se podía leer en los diarios anglosajones, “Mientras otro acto de violencia ensuciaba nuestra imagen, los aficionados españoles dieron un ejemplo de deportividad y juego limpio, gritando al unísono “PEACE AND LOVE” “PEACE AND LOVE”.

Todos estamos de acuerdo en que el inglés es el idioma universal, pero deberían saber que aquí lo hablamos más bien poco. Esperemos que los británicos nunca se enteraran del verdadero mensaje, siempre es mejor tener la imagen de hippie que la de matón.

El Zaragoza llegó a clasificarse para la final de aquella Recopa, la cuál ganó con el mítico gol de Nayim, pero esa historia ya la contaré otro día.

Paz y amor para todos.

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