domingo, 19 de febreiro de 2012

A MULLER NO FRANQUISMO

por: abc

A propaganda franquista tapou a crueldade aplicada pola represión do réxime ás mulleres republicanas.


O castigo do franquismo sobre as mulleres foi dobre. Por "roxas" e por "liberadas". Dunha punta a outra da España sublevada, repetíronse os mesmos métodos de tortura física e psicolóxica. Pódense resumir en tres: as purgas con aceite de rícino para có forte poder laxante depurara o "tóxico interior", rape o cero para censurar o suposto libertinaxe, e prohibición absoluta ás viúvas, irmáns e nais de fusilados de mostrar calquera tipo de loito.

Tralo establecemento do réxime do xeneral Francisco Franco, os ideais máis reaccionarios, definían á muller en relación coa esencia e destino natural, foron concretados, dende un principio, nas novas lexislacións, tanto civís como penais e laborais. A muller era esposa, nai e reserva dos valores espirituais. Protexeuse á familia como núcleo vital do novo Estado e prohibiuse o matrimonio civil, a contracepción, o divorcio e o adulterio. Estimulouse a procreación e premiouse ás familias numerosas. A lexislación española, inspirada no Código de Napoleón, comparou á muller casada con menores de idade.


Para levar a cabo esta tarefa creouse a Sección Feminina da Falanxe, encargábase de educar ás mulleres no seu verdadeiro papel. A Sección Feminina recollía este espírito. E, aínda que o desenrolo económico da segunda metade dos sesenta adaptou algo a incorporación legal ó mercado de traballo, xa que moitas mulleres traballaran na economía somerxida por necesidade, estes principios mantivéronse vixentes ata a morte de Franco.
A maior parte da normativa laboral contiña a condición de cás mulleres abandonasen o traballo o casarse. Prohibiuse cás mulleres exerceran unha serie de profesións, como avogada do Estado, notaria ou diplomática. Con fines morais prohibiuse tamén a educación mixta.

O ideal feminino era o do sacrificio, da obediencia e o da subordinación. Era natural có feminismo se convertera en algo satánico antifeminino e antinatural. As reclamacións de igualdade entre home e muller eran unha equivocación, xa que para os ideólogos falanxistas e para as voces que se facían oír dentro da igrexa Deus marcara dende o principio a distinción entre os roles sexuais, e creara ao home como un ser activo e á muller, como un ser pasivo.

Sen embargo, aínda que no Fuero del Trabajo había establecido có Estado se encargaría de liberar á muller casada do taller e a fábrica, a crises de finais dos cincuenta, obrigou a unha serie de revisións da política económica do réxime. A expansión industrial necesitaba incrementar a poboación laboral, e especialmente a máis barata, e recorreuse á man de obra feminina. A nova sociedade de consumo estaba máis preocupada polo seu benestar económico que polas ordenes ideolóxicas do réxime.

Pouco a pouco os signos de cambio foron facéndose más visibles: empezáronse a publicar libros sobre a cuestión da muller onde se analizou con dureza a problemática feminina na sociedade española, e as grandes teóricas do feminismo internacional foron traducidas a finais dos sesenta. Por outra parte, xurdiron varias asociacións legais de mulleres (universitarias, xuristas e separadas), e tamén organizacións clandestinas vinculadas a partidos políticos de oposición.


Un complemento necesario.
“A través de toda la vida, la misión de la mujer es servir. Cuando Dios hizo el primer hombre, pensó: “No es bueno que el hombre esté solo”. Y formó la mujer, para su ayuda y compañía, y para que sirviera de madre. La primera idea de Dios fue el ‘hombre’. Pensó en la mujer después, como un complemento necesario, esto es, como algo útil”.

(Sección Femenina. Formación Político-Social, primer curso de Bachillerato, 1963)

Gimnasia casera.
“Una mujer que tenga que atender a las faenas domésticas con toda regularidad, tiene ocasión de hacer tanta gimnasia como no lo hará nunca, verdaderamente, si trabajase fuera de su casa. Solamente la limpieza y abrillantado de los pavimentos constituye un ejemplo eficacísimo, y si se piensa en los movimientos que son necesarios para quitar el polvo de los sitios altos, limpiar los cristales, sacudir los trajes, se darán cuenta que se realizan tantos movimientos de cultura física que, aun cuando no tiene como finalidad la estética del cuerpo, son igualmente eficacísimos precisamente para este fin”.

(‘Teresa’, revista de la Sección Femenina, marzo de 1961. Reportaje sin firma)

Exhibiciones indecentes.
“No hay que tomar el deporte como pretexto para llevar trajes escandalosos. Podemos lucir nuestra habilidad deportiva, pero no que estas habilidades sirvan para que hagamos exhibiciones indecentes. Tampoco tenemos que tomar el deporte como pretexto para independizarnos de la familia, ni para ninguna libertad, contraria a las buenas costumbres”.

(Sección Femenina. ‘Economía doméstica’ para Bachillerato, Comercio y Magisterio, 1968)

Señora de.

“Cuando estéis casadas, pondréis en la tarjeta vuestro nombre propio, vuestro primer apellido y después la partícula ‘de’, seguida del apellido de vuestro marido. Así: Carmen García de Marín. En España se dice de Durán o de Peláez. Esta fórmula es agradable, puesto que no perdemos la personalidad, sino que somos Carmen García, que pertenece al señor Marín, o sea, Carmen García de Marín”.

(Sección Femenina. ‘Economía doméstica’ para Bachillerato, Comercio y Magisterio, 1968)

La dependencia voluntaria.

“La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular -o disimular- no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse. La dependencia voluntaria, la ofrenda de todos los minutos, de todos los deseos y las ilusiones, es el estado más hermoso, porque es la absorción de todos los malos gérmenes -vanidad, egoísmo, frivolidades- por el amor”.

(‘Medina’, revista de la Sección Femenina, 13 de agosto de 1944)

El talento creador.

“Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho”.

(Pilar Primo de Rivera, 1942)

La mujer sensual.
“La mujer sensual tiene los ojos hundidos, las mejillas descoloridas, transparentes las orejas, apuntada la barbilla, seca la boca, sudorosas las manos, quebrado el talle, inseguro el paso y triste todo su ser. Espiritualmente, el entendimiento se oscurece, se hace tardo a la reflexión: la voluntad pierde el dominio de sus actos y es como una barquilla a merced de las olas: la memoria se entumece. Sólo la imaginación permanece activa, para du daño, con la representación de imágenes lascivas, que la llenan totalmente. De la mujer sensual no se ha de esperar trabajo serio, idea grave, labor fecunda, sentimiento limpio, ternura acogedora”.

(Padre García Figer en ‘Medina’, revista de la Sección Femenina, 12 de agosto de 1945)

Sé obediente y no te quejes.

“Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo. Especialmente, su plato preferido. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero (…)

En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiera la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es siempre más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes”.

(‘Sección Femenina‘, 1958)


1 comentario:

  1. Como toda ideologia nacida de las culturas religiosas del Islam, judaismo y cristianismo hicieron de la mujer un ser minusvalido y solo tributario de dar placer a su marido exclusivamente y soeterse voluntariamente a los designios de lo masculino y España bajo la doble o triple influencia (Islam-cristianismo-judaismo) quedó atrapada y acorraló a la mujer como un ratoncillo se ve acorralado por una horda de pilluelos que desean liquidarles. De todas formas la industrializacion y la pildora dinamizaron ese estado y revolucionaron el estado de esa mujer permitiendole cambiar hacia una libertad aun no alcanzada plenamente pero mucho mas libre que en esas epocas obscurantistas.

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