luns, 6 de xuño de 2016

“La Costa de Galicia es muy atractiva para los intereses de los grandes lobbies”

José Luís Villanueva, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Carril, nos habla en esta entrevista de los planes del Gobierno de Feijóo para fomentar la explotación intensiva de las Rías Gallegas.
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José Luis Villanueva.
Las movilizaciones del sector de la pesca y de la acuicultura, culminadas con una manifestación de más de 30.000 personas en la plaza del Obradoiro en Compostela el 27 de febrero de este año, acabaron con el proyecto de ley de Acuicultura que, sin haber contado con el sector afectado, pretendía tramitar el gobierno de Feijóo.
Pretendía ese proyecto de ley incrementar la productividad de la acuicultura fomentando la explotación intensiva de las Rías, y propiciando el protagonismo de empresas grandes en ese nuevo modo de producción.
La Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa, donde el número directo de trabajadores del mar ronda las 8.000 personas, se puso al frente de la movilización, para defender el empleo, la estabilidad de la población y la riqueza natural de la Ría. Un miembro de la Plataforma, y muy activo en esa lucha, es José Luís Villanueva, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Carril, y Presidente de la Agrupación de Parquistas de la Almeja de Carril.

"El anteproyecto de ley era una apuesta por una explotación intensiva, que acabaría con la situación actual, en el que la riqueza natural de la Ría se distribuye entre muchas familias que viven directamente del mar. En la actualidad cada uno tiene su parcela de trabajo, por decirlo de alguna forma, de manera que esta riqueza está muy repartida: forma parte del tejido económico y social de nuestra comarca, de nuestro entorno, en todas las poblaciones ribereñas".
lonja-carrilNuevatribuna: Desde la Xunta de Galicia se hablaba precisamente de que el anteproyecto de ley lo que pretendía era crear riqueza… Crear mayor producción y, por tanto, mayor riqueza…
José Luis Villanueva: No tengo duda de que pretendía crear riqueza. Lo que sí tengo claro también es que esa riqueza no iba dirigida a la gente que hoy vive del mar. Iba dirigida a grandes empresas, a grandes multinacionales. Y eso al final crearía pobreza en las poblaciones costeras, porque potenciaría una modificación radical del sistema de producción, acabando con el equilibrio socioeconómico existente en la actualidad.
NT: ¿No habría una transferencia de puestos de trabajo de los que ahora están trabajando corporativamente para integrarse a trabajar como asalariados en esas grandes empresas?
JLV: No. Tan sólo testimonialmente. Lo que se esconde tras el proyecto tal y como se deduce de su análisis, es una intención muy clara –nada transparente- de acabar con la situación existente, que tal como está, a pesar de las necesidades y de los problemas, da de comer a muchas familias.
Las Cofradías desaparecerían, se desmembrarían, y dejarían de cumplir su función social.
NT: ¿Por qué se desmembrarían?
El cofrade, el trabajador del mar, sabe que de la preservación del medio ambiente, de una explotación respetuosa de la riqueza natural de la Ría, depende su presente y su futuro
JLV: Las Cofradías integran a los empresarios y trabajadores existentes en cada demarcación, dándoles consistencia, atendiendo las necesidades y problemas, tanto profesionales como sociales en muchos casos. Y fomentan una profesionalidad en el desarrollo de las tareas en el mar que sirven incluso para preservar esa riqueza natural. El cofrade, el trabajador del mar, sabe que de la preservación del medio ambiente, de una explotación respetuosa de la riqueza natural de la Ría, depende su presente y su futuro. Sí se convierte en un mero asalariado de terceros, que pueden aplicar métodos poco respetuosos con el medio ambiente, en pro de una mayor producción, el trabajador del mar queda a merced de las decisiones de esos terceros –que muchas veces serán incluso de fuera-, y no tiene un instrumento para luchar por esa riqueza que ahora tiene que preservar. Y la Cofradía es una herramienta fundamental para la preservación y gestión ordenada de esa riqueza natural.
Las Cofradías de Pescadores están arraigadas en nuestra cultura desde tiempos ancestrales; algunas tienen más de ochocientos años. Y han cubierto un papel no sólo de regulación profesional y de defensa de los intereses económicos de la profesión, sino que han asumido tradicionalmente funciones asistenciales y de previsión.
NT: ¿No son instituciones obsoletas?
JLV: Se están adaptando muy bien, para cumplir adecuadamente su función social. Incluso de coordinación con las propias Administraciones. No se entiende, desde nuestra cultura, una explotación del mar sin Cofradías.
La supuesta modernidad que pretendía presentar la Consellería del Mar con el anteproyecto de ley de Acuicultura nos produce no sólo desconfianza, sino desamparo frente a unos responsables políticos que deberían proteger nuestros intereses económicos y sociales. Sin embargo estuvieron durante cuatro años, con una absoluta falta de transparencia, maquinando este anteproyecto, de modo que nos pilló por sorpresa. Un proyecto que podía acabar con nuestro modo de vida.
NT: ¿Dónde estaba la amenaza?
JLV: Estudiamos el anteproyecto. Y no sólo nosotros, sino que reclamamos la ayuda de expertos y profesionales, que lo analizaron con nosotros, y concluimos que suponía un ataque a nuestra economía y al modo de vida actual de varios miles de familias.
Somos gente de mar, pero no somos tan ignorantes como para no darnos cuenta de que detrás de esos planes ambiciosos se esconde una quiebra del sistema actual en el que la riqueza natural está repartida. Tenemos unos modelos de pesca, unos modelos de acuicultura artesanal –por ejemplo en el caso de los parqueros de Carril, que está conformado por 656 familias-… Unos modelos respetuosos con el medio ambiente, que llevamos desarrollando desde hace quinientos años, y aspiramos a mantenernos así otros quinientos más.

NT: ¿El anteproyecto no era respetuoso con el medio ambiente?
Tratan de promover la instalación en la Ría de jaulas para piscifactorías, y el cultivo de peces, que son carnívoros, que necesitan de piensos, de antibióticos, pesticidas
JLV: No. Para nada. En el caso de Carril es muy claro. Aquí, en un millón de metros cuadrados, viven 656 familias directamente de la acuicultura artesanal, de forma sostenible, y progresando. Y con dignidad, que esto también hay que decirlo. No es una mera economía de subsistencia.
En los últimos años, me atrevo a decirlo, estamos sufriendo las consecuencias de una Administración –como es el caso de la Consellería del Mar- irresponsable , que vela más por los intereses de unas multinacionales que se pretendían instalar en la zona, que por los intereses de los propios productores. Es evidente que constituimos unos minifundios, y que desarrollamos una producción extensiva. Es un reparto de esa riqueza natural. En el que somos autosuficientes: no tenemos la cultura de las subvenciones. Somos autosuficientes.
En ese caso creo que somos un ejemplo a seguir. En producción superamos en treinta veces a los mejores bancos naturales de toda Galicia. Es una forma de trabajar, es una cultura, un oficio de muchísimos años. La Consellería, lejos de adoptar unas medidas de explotación natural, y de trasladar estas experiencias a otras zonas de la Ría y de Galicia, lo que hace es tratar de promover la instalación en la Ría de jaulas para piscifactorías, y el cultivo de peces, que son carnívoros, que necesitan de piensos, de antibióticos, pesticidas. Un montón de productos químicos que contaminan y que acaban con la explotación natural de los recursos de la Ría.
Es seguir el rastro que vienen dejando, de las experiencias de otros países. No puedo hablar de tierra quemada porque estamos hablando del mar, pero sí dejan los recursos asolados, y el mar contaminado. No hay más que echar un vistazo hacia donde pasaron… Los hechos hablan por sí solos.
NT: ¿Por ejemplo?
JLV: Noruega. Los Fiordos noruegos, con el salmón, por ejemplo. Cuando hablamos del salmón noruego, se supone que estamos hablando del salmón salvaje, para hablar bien de él. Pero si hablamos del salmón de piscifactoría, tendríamos que hablar de algo casi venenoso y nocivo para la salud.
NT: ¿Tanto?
JLV: Por supuesto. Basta con que analicemos los datos científicos que hay sobre la materia.
Es muy atractiva la Costa de Galicia, y la Ría de Arousa sobre todo, para los intereses de los grandes lobbies.
El planteamiento es posible que ni siquiera sea un proyecto de nuestros políticos. Han participado, sí, pero es algo cocinado en Bruselas. Es muy atractiva la Costa de Galicia, y la Ría de Arousa sobre todo, para los intereses de los grandes lobbies.
NT: Hay gente que interpreta que lo que han realizado ustedes ha sido una lucha en defensa de intereses corporativos frente a un planteamiento productivo de progreso…
JLV: Es que todo depende de a lo que se llame progreso. Si el progreso es que venga una multinacional a explotar nuestras Rías, nos deje a nosotros en el paro, y todas esas ganancias que van a producir se los lleven fuera, lo que genera es una regresión, y la quiebra de las poblaciones costeras. Nosotros entendemos por progreso algo que mantenga las riquezas naturales, preservando el medio ambiente marino, y que preserve y afiance los intereses de nuestra población costera, y que no la obligue a emigrar.
NT: ¿Tienen hecho el cálculo de a cuántos puestos de trabajo podría afectar una opción semejante?
JLV: No me quedo corto si me refiero a cerca de 20.000. Entre puestos directos e indirectos.
NT: Pero las multinacionales que entraran contratarían personal…
Convertirían nuestra Ría en una especie de granja mecanizada, y para lograr sus fines intensivos utilizarían productos químicos
JLV: Ahorrarían muchos puestos de trabajo, al pasar a una explotación intensiva. Convertirían nuestra Ría en una especie de granja mecanizada, y para lograr sus fines intensivos utilizarían productos químicos, envenenarían nuestras Rías, dejarían el mar contaminado, y nos dejarían sin opciones de futuro para nuestros hijos y para las generaciones venideras.
NT: Pero hay gente que presenta la lucha de ustedes como algo que defiende lo antiguo frente a lo moderno, como algo puramente defensivo, sin proponer soluciones que mejoren la productividad…
JLV: Nosotros no nos oponemos a opciones de progreso y de mejora de la productividad, pero bien estudiadas, de modo que no esquilmen la riqueza natural, y que den participación y protagonismo a nuestra población. Una obligación de las Administraciones es favorecer esto, en lugar de abrir la puerta a una colonización por poderes inversores.
Estas empresas que nuestros gobernantes llaman “de futuro”, por donde van pasando van dejando asoladas las zonas de recursos naturales. Van generando mucho dinero, que no repercute en el medio donde se produce, sino que va a los bolsillos de los inversores. Hay muchos antecedentes… En Chile, por ejemplo, la producción intensiva está dejando en paro a la población afectada, que antes tenía ahí sus medios de vida. No progresan. Sencillamente se les está explotando y dejando incluso sin trabajo. Nosotros no queremos ese modelo. Somos dueños de nuestra vida, de nuestro oficio y de nuestros recursos. Y eso lo vamos  a defender.

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