domingo, 19 de xuño de 2016

"Embargar los bienes al corrupto es más reparador que mandarlo a la cárcel"

Esther Giménez, miembro del comité científico de Política Criminal del Consejo de Europa, asegura que la justicia restaurativa es mucho más efectiva, práctica, y más humana
Eduardo Azumendi
http://www.eldiario.es/

La jurista Esther Giménez.
La jurista Esther Giménez.
“La rehabilitación de la cárcel es un fracaso. Y, además, la cárcel es insostenible económicamente”. Así lo cree Esther Giménez, miembro del comité científico de Política Criminal del Consejo de Europa. Giménez, quien inauguró el Congreso Internacional de Justicia Restaurativa y Terapéutica, dentro de los cursos de verano de la UPV, asegura que la justicia restaurativa nace de una cultura femenina.
El concepto de justicia restaurativa supone transformar todo el sistema de la justicia. “Se acepta cuando estamos hablando de la justicia en el ámbito de menores, pero cuesta admitirlo cuando hablamos de adultos. Es todo un revulsivo. Y no es achacable solo a los jueces sino a todo el sector de la justicia”, recalca la experta.
Es un cambio fundamental en cuanto a la participación de la víctima y del delincuente. “Estamos acostumbrados a un tipo de justicia impositiva donde no se negocia con el juez porque busca una imparcialidad en donde no cabe la participación, y menos la participación de la comunidad afectada. Sólo define la figura de la víctima y del victimario. La justicia restaurativa contempla la mediación a tres bandas”.
Para Giménez, el sistema de justicia actual es muy tradicional, basado casi en exclusiva en la cárcel. “La cárcel atraviesa una crisis muy grande porque después de decir durante 50 años que rehabilita La realidad es que no rehabilita. La rehabilitación es un fracaso y además la cárcel es tan cara que es insostenible”. Así, queda un gran terreno de juego para la justicia restaurativa.
En cualquier caso, lo que no se puede admitir es que el delito quede sin respuesta. “No soy partidaria de las penas de cárcel, pero tampoco de la impunidad. No se puede admitir a un joven que en mi comunidad rompa sistemáticamente mis cristales”.
Si se da un salto de la delincuencia común a otros ámbitos como es el de la corrupción, ¿es posible aplicar la justicia restaurativa? “La gente grita cárcel, cárcel, cárcel… pero, yo digo multa, multa, multa ¿Qué repara más el daño a la comunidad? ¿Seis meses de cárcel que a lo mejor no los cumple como o una multa, embargo de bienes y trabajar en beneficio de la comunidad? El corruptor, que devuelva el dinero con intereses y además se sumerja en la comunidad para ver el daño que ha hecho”, subraya la experta.
Si se habla de delitos con víctimas mortales, Esther Giménez entiende que la aplicación de la justicia restaurativa es más complicada como solución directa, pero no mientras dura la ejecución de la pena. “Es muy importante que la persona que ha cometido el delito vea el daño que ha producido mientras cumple condena”. Apelaba a un ejemplo muy concreto como es el sistema llamado ‘Vía Nanclares’. “Es un ejemplo de justicia restaurativa”

Violencia de género

En España, la ley de violencia de género no permite la mediación. “Es un absurdo. ¿Pará qué entonces los programas de reeducación de violadores? La justicia restaurativa va más allá porque busca reparar el daño y que el victimario no viole más. Me preocupa también lo que puede pasar en el futuro además de solidarizarme con la víctima. La justicia restaurativa no es la panacea. La condición humana es la que es”.
La dureza que pide de la sociedad ante casos concretos, denominada como populismo punitivo que pide que el delincuente se pudra en la cárcel hace que al legislador “le sea más fácil contentar al eco social con penas punitivas más fuertes, que luego no se llegan a cumplir. Ante cierto delito, dos veces más de pena, pero en la práctica no se soluciona nada. La justicia restaurativa es mucho más efectiva, práctica y más humana. Responde a cuatro principios: el jurídico, económico, el social y el ético”

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