El diario ABC censura una noticia sobre un empresario español que muestra cómo la clase media-alta no pasa hambre en Venezuela a través de fotografías en su Facebook.
“Pongo estas fotos porque ya estoy harto de todos los que me llaman o escriben diciéndome que en Venezuela no hay comida y que vivimos como en Somalia o Etiopía”, así se expresaba Agustín Otxotorena, un empresario vasco residente en Caracas, en su perfil de Facebook, el pasado 20 de mayo.
Otxotorena decidió entonces comenzar a publicar fotografías de los supermercados y tiendas de alimentos de los sectores de la clase media - alta de la capital venezolana para demostrar que “si tienes pasta en Caracas, no te falta de nada”.
Y esta era, precisamente, la afirmación de Otxotorena que acompañaba a la noticia que ayer, domingo, algún periodista del ABC decidió publicar. Sin embargo, poco después, este medio retiraba la información de su web. Su rastro sigue estando activo en las búsquedas de Internet, pero cuando intentamos acceder a la noticia ya no está disponible.
“Es importante resaltar como la derecha española que tanto cacarea libertad de expresión (…) a Venezuela me ha censurado en su propio periódico (…). No han tardado en quitarla dada la repercusión e imagino que le están aplicando descargas eléctricas al pobre periodista que recogió con objetividad la noticia”, ironiza el empresario este lunes en su perfil de Facebook.
La explicación del desabastecimiento, según Otxotorena
El empresario también explica en su Facebook cómo se origina el fenómeno del desabastecimiento desigual.
Mientras “las grandes cadenas de distribución venezolanas (…) importan directamente y trabajan con los importadores privados mas fuertes (…) y sus productos están dolarizados a la venta (…), los productos que el gobierno dictamina que son básicos (...) están regulados en bolívares a precios muy bajos. Accesibles para la clase trabajadora”, explica Otxotorena.
De esta manera, “mientras el precio del petróleo aguantó, el gobierno venezolano trajo y trajo comida y de todo, y dio dólares a los importadores que básicamente estafaban al gobierno poniendo sobreprecios en dólares y de mil formas y maneras, corrompiendo a los funcionarios para que certificasen que, por ejemplo, habían traído tres contenedores de repuestos de automóviles...cuando solo habían traído uno y lo habían pasado tres veces por la aduana (...)”
A esta explicación, el empresario vasco añade las consecuencias del contrabando de bienes esenciales con destino a Colombia y la práctica del acaparamiento y reventa de productos subsidiados conocida como “bachaqueo”, dirigida y controlada por organizaciones colombianas con la complacencia de la oposición.
“Y en esa guerra está el pueblo venezolano, tratado con simpleza por unos medios internacionales que alientan estos comportamientos golpistas y criminales, que no soportarían ni aguantarían ni en la décima parte si estos comportamientos se produjesen en sus países”, concluye el empresario vasco.
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