"Se vive el cuerpo como un tránsito, esperando siempre el momento perfecto que va a ser la delgadez, que te promete éxito y aceptación", señala
"A las mujeres nos sitúan como un objeto al tener la obligación de ser bellas. Esa belleza debe pasar por la delgadez, que se convierte en un condicionante para ser considerada válida", apunta
"Ni rellenita, ni ancha de huesos, ni ancha de espaldas, ni gruesa, ni grande, ni mujerona, ni cachorros, ni curvy, ni voluptuosa, ni pasadita de peso, ni entrada en carnes, ni con kilos de más, ni fondoncilla, ni de buen ver, ni blandita, ni fofita, ni reventona, ni respuestita, ni fuertota, ni gordibuena, ni siquiera gordita. GORDA. Soy gorda." Así clama la fundadora de la plataforma Stop Gordofobia, Magdalena Piñeyro, que acaba de publicar el libro 10 Gritos contra la Gordofobia (Vergara, 2019). Su objetivo es retratar muchos de los eufemismos que emplea nuestra sociedad para referirse a las personas gordas, que se enfrentan a un tipo de discriminación específica llamada gordofobia. Una exclusión que, dice a eldiario.es la también filósofa y máster en Políticas de Igualdad, "nos roba la vida".
¿Qué es la gordofobia?
Es la discriminación que sufrimos los gordos por el simple hecho de serlo. Todos los prejuicios que ello implica hacen que la gordofobia exista y se manifieste en la sociedad. En mi primer libro, STOP Gordofobia y Panzas Subversas –publicado el pasado 2016– abordo este campo. Fue parte de la estructura teórica de una investigación para un máster en Género y Políticas de Igualdad, y ahí explico que la gordofobia tiene tres patas: la estética, la salud, y la moral, y las tres están enlazadas entre sí.
La estética en la sociedad de ahora nos ofrece un modelo de cuerpo delgado y bello en el sentido normativo. Luego está el modelo del cuerpo interno, del que habla la salud, el cuerpo sano. Y luego está la moral del cuerpo, que es el comportamiento moralmente correcto que se tiene para tener un cuerpo normativo de forma mesurada y disciplinada.
¿En qué sentido influye el tema de la salud?
Mira, si enlazas los tres, la sociedad va a creer que estás delgado, cuando no es así. La gente piensa que hay gente gorda que está enferma, que no está sana, sin tener relación. Se le da un aspecto muy moral a la salud. Mucha gente dice estar preocupada por la gente gorda en este sentido, pero solo por un cuerpo gordo no se puede saber si está sano o no. Eso es una percepción moral. Simplemente con ver un cuerpo gordo ven un cuerpo enfermo y, por lo tanto, indisciplinado.
¿La medicina se hace desde una perspectiva gordófoba?
La percepción de la medicina actual es gordófoba y vulnera nuestra salud. Tú te presentas con unas sintomatologías y sales con un diagnóstico diferente si eres flaco o gordo. Una persona va con asfixia, y sale de ahí con una dieta y una delgada sale de ahí con una revisión de su sistema respiratorio por si tiene asma.
Los gordos siempre tenemos diagnósticos muy cerrados, como en los casos de embarazos. Esto ha pasado con complicaciones a compañeras de la plataforma STOP Gordofobia. Muchas veces sucede que la gente gorda deja de ir al médico porque nadie le ofrece una solución a lo que le pasa y para ir y que te traten mal o te insulten... Eso sí que vulnera la salud.
¿De qué manera se muestra en la sociedad actual la gordofobia? ¿Dónde la vemos?
Hay gordofobia en todas partes, por ejemplo cuando recibimos insultos por la calle, comentarios y miradas en el bus o el metro cuando te vas a sentar. Hay casos de personas a las que no se les contrata por ser gordas, por la apariencia, porque no encajan con el perfil que están buscando. Es algo que acaba llevando a la exclusión social.
En la moda, a la hora de necesitar algo de ropa, nunca hay prendas de tu talla. No hablamos de consumismo e ir a la última moda, sino de cosas muy básicas como un abrigo y unas botas para el invierno. Por ejemplo, a mí una vez me echaron de una tienda de ropa diciendo que no tenían ropa de mi talla, pero lo gracioso es que iba a por una camiseta para mi hermana.
¿Qué relación se establece con la salud mental?
Todas las personas que sufren gordofobia tienen el riesgo de sufrir patologías mentales a la larga, es algo que limita. A la plataforma de STOP Gordofobia nos llama gente y nos dice que hay personas con ansiedad, depresión y fobia social, por ejemplo. Además, la obsesión por la delgadez en la que se articula la sociedad actual hace que se desarrollen trastornos como bulimia y anorexia. Somos una sociedad obsesionada con la delgadez.
¿Qué le ha motivado a escribir este libro?
Surge de los viajes que realizaba por toda España cuando presenté mi primer libro y en una de las últimas charlas salió el tema de la salud. Pero la motivación inicial viene desde que me empecé a dar cuenta de la discriminación que sufría y de que la culpa la tenía la sociedad gordófoba y no yo.
¿Y cómo se vive con un cuerpo gordo en la sociedad actual?
Depende del grado de conciencia que se tenga, las personas gordas vivimos el cuerpo con culpa y vergüenza, deseando cambiarlo, y con una obsesión por adaptarnos a la norma. Al adquirir conciencia de esto, la cosa se vuelve más llevadera. Una de las cosas que explico en el libro es que se vive el cuerpo como un tránsito, esperando siempre el momento perfecto que va a ser la delgadez, que te promete éxito y aceptación. Eso que nos dicen que va a llegar. Siempre posponemos la felicidad y nuestra vida para ese momento en el que se supone que llegará todo lo bueno. Como ese pantalón que esperas a que te entre algún día. Y eso al final lo que te quita son años de vida. Yo ahora me arrepiento de haber estado metida en ese sufrimiento. Siento que la gordofobia nos roba la vida.
¿Cuál es su experiencia personal con la gordofobia?¿Qué papel juega la autoestima?
Mi padre era nadador y una vez me intentó llevar a la piscina cuando era muy pequeña. Yo ya con esa edad tenía tal complejo que le dije que no. Si no se tiene la autoestima suficiente, no se sale de casa. Yo probé un montón de dietas que me hacían daño y, poco a poco, ;me fui aceptando a mí misma. Ahora me gusta practicar el senderismo y soy vegana. Desde esta perspectiva cambia cómo tratas a tu cuerpo, cómo te tratas a ti misma y piensas en ti.
¿La gordofobia afecta de manera diferente a las mujeres? ¿En qué sentido?
Hay que partir de que la sociedad patriarcal siempre ha dividido entre objetos y sujetos a los seres humanos. Es algo que se ve en las dinámicas instaladas entre blancos y negros y, clarísimamente, entre hombres y mujeres. Los hombres tienen el privilegio y a las mujeres nos sitúan como un objeto al tener la obligación de ser bellas, como si fuéramos un objeto de admiración. Esa belleza debe pasar por la delgadez, que se convierte en un condicionante para ser considerada válida, es decir, si yo como mujer tengo que ser un objeto bello, tengo que ser delgada. Si no, quedo invalidada para la sociedad.
¿Y qué relación tiene con el machismo?
Dentro de este discurso contra la gordofobia no hay demasiadas voces de hombres. Eso no significa que no haya hombres gordos que sufran gordofobia, pero sobre todo es que a nosotras nos destruye. Esto ha de ser una barrera a romper.
Una mujer que sale de la norma del 90-60-90 ya es considerada gorda, y esto luego repercute en lo que explicaba antes respecto a la salud mental. El 90% de las personas que sufren anorexia o bulimia son mujeres. La delgadez es un factor de género. Esa presión de la que hablaba antes por la belleza hace que invirtamos nuestra vida en logar el objetivo de estar delgada y eternamente joven. Esto es algo que afecta a muchísimas mujeres en el mundo.
¿Qué es la plataforma STOP Gordofobia?
STOP Gordofobia es una plataforma que se compone de una página de Facebooky Twitter por el momento, en la que empezamos a trabajar en el 2013. Empezó como reuniones en Canarias al calor del 15M de gente gorda que quería hablar de cómo vivíamos los cuerpos y se terminó convirtiendo en esta plataforma que denuncia noticias y contenido gordófobo, y da visibilidad. La gente nos envía sus historias y las publicamos de forma anónima. La labor principal quizá sea esa, la difusión de historias de la gente. Quizá sea nuestra fuente más importante.
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