La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Pool Moncloa/José María Cuadrado
MÁXIMO PRADERA
La reina de la vergüenza ajena. Carmen Calvo. No me gustó lo de Calvini, porque Calvini es un fascista y nuestra Vice no lo es. Hizo bien en indignarse. Pero algún juego de palabras sí que merece. Por ejemplo, un anagrama: Carmen Clavo. El diccionario de la RAE ofrece diversas acepciones del término, además de la más obvia. Jaqueca es una de ellas. Persona o cosa molesta o engorrosa es otra. En Cuba, clavo es una cosa aburrida o mediocre. Y luego están las frases hechas, que le van como anillo al dedo. No importar un clavo algo: merecer poco aprecio. Y la que más le cuadra a esta infeliz, no dar una en el clavo: no acertar en absoluto en lo que se hace o dice.
Lo más imperdonable para mí es que, además de sus humanos desaciertos (el que tiene boca, se equivoca), nos hace padecer vergüenza ajena. Cada vez que habla. Y eso no se lo perdono. Iglesias también mete la pata, pero tras sus gambazos no dan ganas de exclamar trágame tierra. Le oyes decir quiero entrar en el gobierno para controlar y piensas: craso error. Pone a la defensiva a Pedro y además su pretensión es imposible, porque un Presidente del Gobierno es como el capitán de un barco, su poder es omnímodo. ¿Qué vas a controlar? Querrías haberle oído decir: es un bonito proyecto político, queremos participar en él también desde el gobierno. Para crear sinergias. El calcio, necesario para el organismo, no tiene sentido sin la vitamina D, que lo fija a los huesos. Pues tuvo que decir que quería controlar a los sociatas. Y se jodió todo.
Carmen Clavo no solo la caga a todas horas, sino que añade a sus dislates su topping personal; como he dicho, la vergüenza ajena. Si es así en política, no quiero ni imaginar lo que podría comportar acompañarla a un karaoke, que es donde todos escalamos el Everest del alipori. ¿Se la imaginan, por ejemplo, intentándolo con Melina, del pobre Camilo Sesto, con quien guarda, por cierto, un inquietante parecido?
El bochorno que produce es directamente proporcional a lo en serio que se toma a sí misma. Y a su negativa a admitir errores. Por eso está en el Gobierno. Me explico. Sánchez es tan osado e ignorante como ella, y necesita a una persona que meta aún más la pata que él, para que nos olvidemos de lo suyo. Alguien que tape sus vergüenzas. Eso es Carmen, un biombo humano. Cuando Pedro subió aquel tuit que empezaba Desde Soria, cuna de Machado… y le recordaron que el poeta era sevillano, puso enseguida otro tuit para acabar de arreglarlo:
Es que yo evocaba al Machado profesor en Soria, como homenaje a los docentes en un día difícil para la comunidad educativa.
Con lo fácil que hubiera sido tuitear un gracias a quien le sacó del error. Las dos gambas de Manual de Resistencia se las tuvo que comer su negra, Irene Lozano, que tendrá sus defectillos, pero es culta y leída como pocas. Las dos citas erróneas son mías, dijo en La Sexta. No cuela. Irene jamás confundiría a Fray Luis de León con San Juan de la Cruz, ni a Einstein con Hemingway. La conozco, hemos escrito un libro a medias. Pero se echó la culpa. Yo lo llamo complejo de guardaespaldas. La dichosa compulsión de interponerse entre la bala y el presidente, para salvar su honra. Que a veces es más valiosa que la vida.
Clavo es peor aún. No porque su ignorancia eclipse la del Presidente, que es imbatible, sino porque habla a todas horas y sus errores son continuos. Siempre enarcando con auctoritas la ceja izquierda, por si no nos hubiéramos percatado de que es Doctora, como su jefe. Todo lo que dice lo hace pasar por clase magistral. En la última entrevista en EL PAÍS, soltó algunas de sus genialidades. Las elecciones, en democracia, nunca pueden ser un fracaso. Parece mentira que lo diga una feminista. ¿La democracia es meter la papeleta en la urna? Entonces, ¿el sexo es la penetración? Desde Twitter la enmendó un juez muy sabio: claro que son un error, si se convocan para invalidar un resultado anterior que no ha gustado.
Yo aporté mi grano de arena. Cuando la oí decir que la Transición española había sido modélica, sin un solo roce de violencia, salvo ETA le recordé en las redes las casi 600 muertes por violencia política entre el 75 y el 83. Solo algo más de la mitad fueron de ETA. Carmen Clavo blanqueando el pasado. Por ignorancia o por mala fe. Como para hacer la pelota a los españoles, para que le den mayoría absoluta al PSOE. ¡Qué bien os portasteis entonces, volved a ser formalitos ahora! Apostad por la moderación, por el sosiego. Podemos quiere sangre, asaltar los cielos. No son más que una cuadrilla de alborotadores. Votadnos a nosotros.
«Salimos de la dictadura a la democracia sin un solo roce de violencia, salvo ETA» - afirma tan pancha @carmencalvo_ en EL PAÍS Los periodistas no la corrigen Min 4´25 youtu.be/GTDcf4XUp1k
Entre 1975 y 1983, se produjeron 591 muertes por violencia política. Abro hilo:
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Este martes nos enteramos de la feliz noticia: la Momia de Paca la Culona (así apodaba Queipo de Llano al Dictador) sale al fin del Valle de los Caídos. ¿Por qué no sale también José Antonio? ¡La Falange (su Falange) asesinó en la retaguardia a decenas de miles de personas! A sangre fría. Sin juicio previo.
Nos lo explicó Carmen Clavo en agosto de 2018: no sale porque Primo de Rivera es una víctima de la contienda.
Ya saben, como Lorca o Miguel Hernández.
Señor, apiádate de tu siervo Máximo.
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