sábado, 28 de setembro de 2019

De desvelos y lorazepam

Sánchez podría haber explicado lo mal que dormirían los nadie con la venidera crisis si no hay un gobierno fuerte para afrontar los problemas, pero decidió personalizar en su persona las preocupaciones ciudadanas como si fueran compartidas

Los motivos por lo que se pierde el sueño también son cuestión de clase y priorizar de quién cuidar los desvelos marca la ideología y preferencia de un político. Lo concreto más allá de lo etéreo

La política es priorizar quién quieres que duerma bien. Sánchez optó por preservar su sueño y el del Círculo de Empresarios cuando podía haber dado un poco de certidumbre y esperanzas a las Kellys, los pensionistas o los trabajadores precarios


Pedro Sánchez en la entrevista de La Sexta.

Antonio Maestre
Las preocupaciones y desvelos de los dirigentes suelen ocupar primeras planas y libros de historia siendo las más prescindibles e irrelevantes de todas. Por debajo de ellas existen muchas minúsculas, pero más prioritarias y sustanciales. "Felipe de España lloró cuando su flota fue hundida. ¿No lloró nadie más?", se preguntaba Bertolt Brecht en su poema "Preguntas de un obrero que lee" construyendo la obra culmen del olvido proletario. Del olvido de los verdaderos protagonistas de la historia.
Pedro Sánchez podría haber explicado lo mal que dormirían los nadie con la venidera crisis si no hay un gobierno fuerte para afrontar los problemas, pero decidió personalizar en su propia persona las preocupaciones ciudadanas como si fueran compartidas. El problema para el acuerdo de gobierno fue su previsible falta de sueño. Pobre.
Ha elegido mal metáfora el asesor aúlico para meterse a los votantes de centro en su bolsillo. Hay frases que persiguen a un candidato toda su vida y más cuando es fácilmente insertable en cualquier argumento a la contra. El maldormir del presidente es además una befa hacia quien conoce poco: la clase trabajadora. Que si de algo sabe es de dormir poco, mal o rota.
El deterioro de la salud mental de la clase obrera es uno de los elementos fundamentales del nuevo tiempo. Un hábitat en el que se ha sustituido la responsabilidad del explotador por la condición precaria, por la culpa autoinfligida, lo que ha provocado un cambio sustancial en el modo de afrontar esos problemas sociolaborales. De la pancarta al lorazepam. De la organización colectiva a la receta de ansiolíticos.
Porque sí, los motivos por lo que se pierde el sueño también son cuestión de clase y priorizar de quién cuidar los desvelos marca la ideología y preferencia de un político. Lo concreto más allá de lo etéreo. Eliminar la subcontratación de las camareras de hotel podría dejar tiempo a las Kellys para lamer sus heridas de tajo y más horas para el sueño a costa de quitarles el colchón a los empresarios hoteleros que se aprovechan de su desgaste físico. Derogar la reforma laboral quitaría el sueño de la CEOE, pero le daría algo de calma para el descanso a aquellos que saben que pueden ser despedidos sin preaviso gracias a la norma suprema del trabajo.
John de Zulueta, presidente del Círculo de Empresarios, afirmaba en una entrevista en Espejo Público que los empresarios iban a dormir más tranquilos ahora que Unidas Podemos no iba a estar en el gobierno, ya que el efecto de su presencia en la economía sería catastrófico para ellos. Compartía desvelo con Pedro Sánchez. No extraña, porque comparten el mismo proyecto de clase. El encargado nunca duerme si el patrón se siente perturbado. Hasta para ser mayordomo de la CEOE hay que tener cierto estilo.
La campaña se la han dado hecha a Unidas Podemos. El discurso que los morados llevan enarbolando sobre las campañas orquestadas desde las élites para impedir su entrada al gobierno ha quedado despojado de cualquier atisbo de duda. Se lo ha puesto fácil el superviviente compartiendo preocupación junto a la CEOE para que Pablo Iglesias no ocupe un puesto en el Consejo de Ministros.
La política es priorizar quién quieres que duerma bien. Pedro Sánchez optó por preservar su sueño y el del Círculo de Empresarios cuando podía haber dado un poco de certidumbre, calma y esperanzas a las Kellys, los pensionistas o los trabajadores precarios. Legítima, conservadora, muy PSOE, es una decisión política muy respetable de los que se suelen ofender cuando les recuerdas las traiciones recurrentes a los que más sufren de los que se autodenominan socialistas. El pedrismo ha vuelto a repartir cartas, y sí, es cierto que los votantes tienen ahora mucha más información de cara a las elecciones, como dijo el presidente en funciones. Ahora saben cuáles son las preocupaciones de Sánchez y ya no puede engañarles fácilmente con la venida del apocalipsis carcundero y la protección mística de su heroicidad izquierdista. Quienes de verdad viven el desvelo de forma existencial tienen ahora que decidir quién duerme en Moncloa.

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