Emilio Arrojo
Periodista
“Las bases de Podemos se enfrentan a sus fundadores para exigir democracia interna” (El País).
“Podemos reconoce que hay una “discusión abierta” sobre la elección del equipo que organizará su asamblea constituyente” (Infolibre)
“Podemos reconoce una “discusión abierta” sobre el modelo de partido” (Eldiario.es)
“Podemos admite “discrepancias” sobre la elección del equipo que organizará su asamblea” (Público)
Los tres titulares anteriores reflejan estilos periodísticos diferentes con los que El País, Infolibre, Diario.es y Público han abordado la reunión de Podemos del lunes pasado en la que surgieron discrepancias durante el debate abierto sobre la forma de elegir el equipo que preparará la gran asamblea que ha anunciado para el próximo otoño.
Mientras los tres últimos medios optaron por un titular aséptico y meramente informativo, El País lo presenta de forma belicista con un titular impactante: “Las bases de Podemos se enfrentan a sus fundadores para exigir democracia interna”, en el que incluso no se corta en afirmar que dentro de Podemos no hay democracia, cuando en realidad lo que sucedió en esa cita fue todo lo contrario, un claro ejemplo de democracia interna dentro de la formación.
Como dice Pablo Iglesias, lo lógico y normal en la cotidianeidad de la democracia, en las asambleas, en los debates, son las discrepancias y que haya tensiones, de eso se trata. Además, se hace de forma transparente, dos de los principios de esa formación, la democracia interna y la transparencia. Eso sí que resulta novedoso y hasta noticioso en la forma de actuar a la que nos tienen habituados los partidos políticos tradicionales.
Cada uno escoge el tipo de periodismo que le conviene y una vez más El País – como ya resulta habitual desde hace años - lo hace en contra de cualquier idea de democracia que amenace sus intereses financieros.
Una vez más se apunta al frente mediático neoliberal, en esta ocasión para atacar a Podemos. Es sensacionalismo, el “periodismo de queroseno”, ése que según el exdirector del Washington Post Ben Bradley se utiliza para alimentar el fuego donde solo hay humo, ignorando el interés por la verdad.
Nada nuevo para el medio que presume de ser el más importante de España, y sino que le pregunten a Venezuela, Ecuador o Bolivia, que llevan soportando ese tipo de información desde hace años. Un estilo de periodismo al que El País nos tiene acostumbrados ultimamente cuando se trata de informar sobre política nacional e internacional.
Pero hay otro tipo de periodismo, en el que “lo importante prima sobre lo interesante”, que no parece importarle, porque en el caso que nos ocupa significaría resaltar que la nueva formación que ha irrumpido con gran fuerza en el pobre y envejecido escenario político español está intentado llevar a cabo un ejercicio de democracia ciudadana y transparente, tal como ha prometido.
Pero tampoco hace falta irse al otro lado del óceano y citar a uno de los grandes popes del periodismo internacional para saber de lo que estamos hablando. Hasta el mismo El País publicó en 2002 una entrevista con el periodista francés Serge Halimien la que advierte que “los medios se hacen cada vez más, según la lógica del mercado. Como todo consiste en vender más, confunden lo interesante con lo importante. Antes, la función del periodista era escribir sobre lo importante. Ahora es al reves. Ahí es donde la censura se muestra tal cual es.”
Lo interesante prima sobre lo importante, un fenómeno periodístico que Halimi en su libro de 1997 Los nuevos perros guardianes (Los periodistas y el poder) centra en Francia y en los 30 periodistas más conocidos de ese país en esos años, pero que hace extensible a la situación global del periodismo.
Ningún comentario:
Publicar un comentario