luns, 5 de novembro de 2018

LA PALABRA "AGUA" NO MOJA


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I. Corrí al cuarto de baño. Me había perdido “El intermedio”, pero al llegar a casa vi la que se había liado en las redes sociales alrededor del gag en el que Dani Mateo terminaba sonándose los mocos con una bandera española. Al parecer, había cometido una afrenta gravísima contra España, que no es más que la suma de todos los españoles. “Soldados que mueren en defensa de la libertad fuera de nuestras fronteras”. “La clave de nuestra convivencia en sociedad”. “Contra Puigdemont y/o Mahoma no hay huevos”. Sentí mucho asco de pronto y corrí al cuarto de baño. Me quité la ropa a toda velocidad y me acerqué al espejo esperando encontrarme lleno de mocos de Dani Mateo. Me miré el pecho, la espalda, entre las piernas, en las axilas…

II. El ser humano es esencialmente simbólico, es verdad, pero no por ello se nos quita el hambre lamiendo el menú de un restaurante, ni entramos en calor dibujando unas llamas y acercando las manos. No te permiten montar en el autobús entregando una foto de un euro. La palabra “agua” no moja. Si ya de por sí distinguir entre el símbolo y su referente es una señal de una mínima elaboración intelectual que supera la inmediatez del reflejo pavloviano, cuánto más lo será en el ámbito del humor, en donde, por definición, se violan todos los automatismos con los que funcionamos en la vida cotidiana para ponerlos de relieve. Como fue este caso.

III. … pero no tenía ningún moco pegado a mi cuerpo. Me examiné a conciencia. Ni uno. Dani Mateo se había sonado los mocos en mi bandera, pero yo no había quedado empapado de mocos. Me senté de nuevo al ordenador, ahora ya sin entender de qué estaban hablando los indignaditos de twitter. Aun así, intervine en un hilo, y propuse que se castigara a Dani Mateo con una pena proporcional a la falta cometida: concretamente, que todos escribiéramos en un papel las palabras “Dani Mateo” y luego las tacháramos apretando mucho con el boli. Que se joda. Empezaron a ponerme a parir a mí también. Ahora sí distinguían el símbolo y el referente.

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