Ana Cabirta
Tanto los coches híbridos como los eléctricos van acumulando cada vez más popularidad, no solo por contaminar mucho menos que cualquier modelo tradicional, sino también por ser más económicos en su mantenimiento. Cabe preguntarse entonces cuál de estos dos modelos es más rentable, según las necesidades del usuario que lo vaya a adquirir.
Coche eléctrico
Al comprar un coche eléctrico se recomienda, como primer paso, hacerse con una plaza de garaje en la que pueda instalar un enchufe para recargar el vehículo, dado que la carga de estos automóviles es considerablemente lenta (se necesita alrededor de media hora para llenar el 80% del vehículo en carga rápida). Esta instalación constituye por tanto la primera inversión en la compra de un coche eléctrico, la cual suele oscilar entre 700 y 1.200 euros.
Eso sí, con una carga de 10 horas, un vehículo eléctrico obtiene la potencia suficiente para recorrer 100 km, siendo el coste 1,30 euros. En cambio, para circular esa misma distancia con un coche diésel el coste alcanza alrededor de 5 euros, mientras que uno de gasolina gastará aproximadamente 6,5 euros.
Por otra parte, el precio del vehículo eléctrico puro en sí aún suele ser muy superior a los que utilizan combustible. Dependiendo del modelo, los eléctricos suelen ser entre 5.000 y 13.000 euros más caros que los convencionales. En ocasiones, la cantidad que se paga por un coche eléctrico nuevo es más del doble que la que se paga por su equivalente en combustión.
La principal ventaja del coche eléctrico es que, a pesar de que en un principio se debe hacer un desembolso mayor que para un vehículo de diésel o gasolina, a largo plazo la recarga eléctrica será mucho más económica, ya que si se hace en el propio hogar o en un garaje comunitario es posible recorrer 100 kilómetros por poco más de un euro. Aunque también se debe tener en cuenta que si se opta por recargar en una electrolinera, como hace el 70% de los usuarios, el coste se eleva. El precio de una recarga normal y semi-rápida asciende a 0,39 €/kWh, siendo el mínimo recargable 2 euros, y el precio de una recarga rápida alcanza 0,44 €/kWh, con un mínimo de 5 euros.
Al hacer un cálculo, con precios orientativos, se observa que un coche eléctrico se amortizará al cabo de unos 10 años. Si un coche eléctrico medio puede costar 23.000 euros y uno convencional de gasolina 15.000, pero el convencional consume 6,5 litros de gasolina cada 100 km (costando 1,30 euros cada litro), mientras que el eléctrico consume 13,5 kilovatios por 100 km (costando 10 céntimos cada kilovatio), se puede calcular que a los 10 años de tener un coche eléctrico de estas características se pueden ahorrar cerca de 4.000 euros, contando con la instalación de un punto de carga de 1.200 euros.
Más allá de la rentabilidad, el modelo de coche eléctrico resultará muy eficiente para aquellos usuarios que no recorran largas distancias o para aquellos que no les importe planificar una ruta teniendo en cuenta los puntos de recarga y el tiempo que destinará en ellos, a cambio de recargar la batería de su coche a un precio mucho menor que el de un vehículo híbrido o uno convencional.
Coche híbrido
Un vehículo híbrido eléctrico es aquel que combina dos motores: una batería eléctrica y un depósito de combustible. Gracias a esta combinación, el vehículo híbrido resulta muy eficiente, siendo capaz de recuperar energía durante el frenado para alimentar su batería. Esta capacidad les hace resultar muy útiles en ciudades, donde se frena y acelera constantemente.
El punto fuerte de este vehículo frente a los eléctricos puros es que no es imprescindible enchufar la batería a la red, ya que ésta se recarga sola al frenar. Además, el coste de mantenimiento anual de un coche híbrido sigue siendo mucho más bajo que el de un modelo con motor de gasolina y diesel, dado que el híbrido cuenta con su batería eléctrica auto recargable.
Sin embargo, la batería de los vehículos híbridos se caracteriza por una corta autonomía, por lo que para poder recorrer largas distancias deberán utilizar su motor de depósito utilizando un combustible tradicional que aumentará el gasto.
De momento, el precio de compra de un coche híbrido sigue siendo más elevado que el de un modelo convencional de diesel o gasolina, pero cada vez con menos diferencia que la existente entre los modelos de combustible y los eléctricos puros.
Dado que los precios de los coches híbridos y los convencionales no varían excesivamente, el ahorro lo encontramos en la recarga, pues un coche híbrido consume un 46% menos que uno de gasolina. Teniendo en cuenta este dato, se puede calcular que gracias al modelo híbrido su propietario puede llegar a ahorrar 1.400 euros al año.
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