Opinión. Gobierno entre dos

Raquel Cruz

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Hace algo más de un mes, nos tuvo pendientes de su posible descendencia. Contamos tres, pero hasta siete u ocho huevos de gran tamaño fueron avistados en diferentes zonas del río Sil a su paso por O Barco. Quisimos verla rodeada de su prole sobre las aguas, pero finalmente, ni un pollito se logró y volvía a sus quehaceres cotidianos derivados de su gobierno en solitario impuesto desde el día en que llegó para quedarse.

Un verano extrañamente frío la mantuvo oculta, protegida de las tormentas, de los chaparrones inesperados. Durante muchos días no acudió nadando a colocarse debajo de la pasarela que une el Casco Vello con Viloira, como suele ser habitual, en un intento de interceptar migas de pan que pájaros y patos se pelean por atrapar.

Para sorpresa de todos, el pasado viernes sus graznidos se multiplicaron por dos. Eran mucho más intensos, mucho más continuados, hasta que los curiosos descubrimos, que no era una la gritona, sino dos. La jefa del Sil, tenía compañero. Otro hermoso ejemplar, muy parecido a ella, de plumaje grisáceo sobre blanco y más suave, largo cuello, desafiante mirada.

Desde entonces es más difícil dejar a la oca sin su ración de panchitos variados. La torpeza de la más grande y su falta de velocidad frente al pequeño y más menudo, se palia ahora con la ayuda de un igual, que aunque torpe y lento como ella, su sola presencia hace al más ágil recapacitar, si pensaba arrebatarle el gusanito que flota a su lado.

La vida en pareja no ha conseguido alejar a la oca de su gobierno férreo y caciquil. De hecho ahora, en equipo, el bastón de mando se comparte y ambas orillas se encuentran bajo estricto control. Hordas de patos se alinean cada día, las garzas se cuadran sobre un solo pie al verlas pasar, las ranas se esconden tras las rocas, y los gorriones cambian de rumbo aprovechando el impulso de la bandada antes de sucumbir al graznido de la autoridad.

Sabemos que al compañero, se lo han traído. Y sabemos también que así, en la próxima puesta de huevos, será más que probable la descendencia. Así que no pierdan detalle y estén atentos, porque a la oca se le acumulará el trabajo; además de aleccionar patos, deberá entonces, incluir en sus lecciones, a su prole.