martes, 24 de xullo de 2018

El día a día del guerrilleiro

Un programa arqueológico indaga en los lugares de los montes de Casaio (Carballeda de Valdeorras) que recorrió la guerrilla antifranquista. Pretende reconstruir su forma de vida y aprovechar para promocionar la zona. 

José M. Cruz
http://www.laregion.es/

El equipo de investigadores, durante las excavaciones de enero, en Casaio.

Un programa impulsado conjuntamente por el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y la Comunidad de Montes de Mano Común de Casaio-Lardeira reconstruye la vida diaria de los guerrilleiros antifranquistas en los montes de Casaio. Sus trabajos darán vida a varios documentales y a iniciativas dirigidas a promocionar la zona, como rutas de senderismo.
No es la primera vez que el equipo formado por cuatro arqueólogos, un antropólogo y dirigido por el historiador Alejandro Rodríguez viaja hasta el Concello de Carballeda de Valdeorras. Ya estuvo en enero y con la misma finalidad de buscar en chozos y testimonios vecinales cómo fue la realidad que vivieron aquellos que decidieron echarse a los montes del Bierzo y Valdeorras después del alzamiento militar de 1936, integrándose muchos de ellos en la Federación de Guerrillas de León y Galicia.
La presentación de la campaña arqueológica "Cidade na Selva 2018" fue programada para ayer, en Casaio, y en el acto estuvieron los arqueólogos Carlos Tejerizo y Celtia Rodríguez, dos integrantes de Sputnik Labrego, un colectivo creado con la finalidad de "analizar las formas de resistencia de la sociedad campesina", según explicó el arqueólogo. "El movimiento guerrilleiro se basaba en la sociedad campesina", argumentó Celtia Rodríguez.
Los investigadores consiguieron situar en el mapa de los montes próximos a Casaio una docena de campamento. Durante la próxima semana, hasta el 30 de julio, se moverán por esta zona para estudiar cuatro chozos del valle de Morteira y uno más en la zona del bosque de O Teixadal, este último, por haberlo ocupado Manuel Álvarez Arias "Bailarín", un guerrilleiro local, de Casaio. Las investigaciones arqueológicas son complementadas con entrevistas a los vecinos, y muy especialmente a aquellos que mantuvieron alguna relación con la guerrilla.
"Es necesario recuperar la memoria y restablecer la dignidad. Que sirva para valorizar la identidad de las gentes de Casaio", comentó  Carlos Tejerizo. El arqueólogo también explicó que el programa podría servir como "terapia de la memoria" y permitir que cierren viejas heridas.
Antes de iniciar la segunda etapa en Casaio, los investigadores anunciaron que, como mínimo, habrá una tercera, confiando en que los resultados acompañen. Aquí, la mayor dificultad que encontraron, dejando a un lado la tramitación de los permisos para excavar los chozos, residió en la difícil orografía del terreno, necesitando caminar durante horas para acceder a los lugares por los que deambularon en aquella época los guerrilleiros.

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