El Gobierno de Feijóo se autorizó por ley a sí mismo a suprimir información pública al respecto
David Lombao
www.eldiario.es
La pasada semana la Consellería de Sanidad de la Xunta hizo públicos los datos de las listas de espera en el Servizo Galego de Saúde, datados en el 31 de diciembre de 2017. En lo referido a la espera para operaciones quirúrgicas el dato medio se situó en 66,4 días, unos dos días menos que a finales de 2016 y más de seis por encima del límite que la Xunta ha fijado por ley. El cómputo va, en cualquier caso, en la línea descendiente de la última media década, cuando además el Gobierno gallego se libró a sí mismo de hacer públicos los que solían ser los dos peores datos de cada año, los que arrastraban los efectos de los picos de la gripe en invierno y de los cierres de camas en verano.
La ley de garantías de prestaciones sanitarias, en vigor desde 2014, incluye mecanismos cuestionados desde la oposición y plataformas de defensa de la sanidad pública, como el que facilita el trasvase de pacientes del Sergas a centros privados, pero también trajo consigo una reducción de la información sobre las listas de espera que la Consellería comenzó a aplicar en 2015: pasó de informar trimestralmente a hacerlo semestralmente y eligió como ventanas informativas el 31 de diciembre y el 30 de junio. Suprimió, de este modo, los datos correspondientes al 31 de marzo y al 30 de septiembre, y esta eliminación suavizó muy notablemente la curva estadística anual: ya no hay un pico en verano y el del invierno es mucho menos pronunciado.
Un repaso de la base de datos completa - la información divulgada en la web del Sergas también ha sido recortada y la serie histórica comienza ahora en 2014, aunque el Instituto Galego de Estatística sigue ofreciéndola íntegra, desde 2005- y desgranada por trimestres muestra con claridad por qué el dato del tercer trimestre, el que reflejaba el impacto de la menor actividad quirúrgica del verano, era el más incómodo para el Gobierno gallego y, así, el más proclive a ser eliminado de la difusión pública. Excepto en una ocasión -el 2006-, el del tercero trimestre siempre fue el dato de espera media quirúrgica más elevado y nunca bajó de los 90 días de promedio. El último conocido, el de 2013, se acercaba a los 100.
El otro dato suprimido, el del primer trimestre, fue el segundo más elevado de la serie anual hasta 2008 y lo volvió a ser en 2014, último conocido, cuando estuvo por encima de los 82 días. Los que el Sergas ha ido divulgando en los últimos tres años -los de diciembre y junio- han tendido a la baja, si bien solo el del segundo trimestre -ahora, primer semestre- se acerca a los 60 días del límite legal. Sanidad no especifica, no obstante, hasta qué punto influye en este cómputo total el hecho de que el propio Gobierno se haya facultado a sí msimo para remitir a la sanidad privada a los enfermos que superen ese umbral de dos meses esperando.
Durante el trámite parlamentario de la ley que amparó esta supresión de información pública sobre las listas de espera el PP defendió el nuevo modelo como una decisión "valiente" que permitiría que la demora quirúrgica "pasara a un segundo plano" del debate político gallego. La imposibilidad de observar los efectos en la espera de los cierres de camas durante el verano comenzó poco antes del relevo en la persona titular de la Consellería y, desde que Jesús Vázquez Almuiña sustituyó a Rocío Mosquera, el nuevo conselleiro ha venido defendiendo que la cuestión de estos cierres es un debate "anticuado". Además, la Consellería ha venido negando al Parlamento información al respecto de manera sistemática, por lo que los datos que manejan oposición y colectivos de enfermos son solo estimaciones realizadas a partir de la información que obtienen los sindicatos.
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